Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

viernes, 27 de mayo de 2011

Autoayuda para caníbales

¿Debe un sicólogo ayudar a que un caníbal sea feliz?

No vayáis a pensar que la pregunta es ociosa. Imaginemos un caso, un ejemplo chorra.
Rosario y Manolo se llevan mal, son la pareja tipicalespanich que amanece a voces y se acuesta a gritos. Supongamos, por suponer, que Rosario un día se levanta de malas, asesina a su marido de un certero estacazo, lo corta luego en pedazos y lo asa con la salsa agriculce que sobró de los rollitos de primavera del domingo pasado. Al  dente queda el hombre... Luego Rosario invita a sus amigos a cenar y les sirve los restos bien churruscaditos de su churri convenientemente aderezados de piña y de pimientos.

-"A ver qué os parece este cerdo a la vietnamita; no es fácil conseguirlo pero me lo ha regalado un amigo diplomático".
- "Y Manolo ¿no come con nosotros?".
- "No puede, os pide mil perdones, pero algo me dice que de algún modo estará con nosotros" contesta ella con una gran sonrisa cachonda y llena de dientes justo antes de zamparse lo que debio ser parte de una nalga.

Afortunadamente, a la buena de Rosario acaban pillándola porque alguien tiene la idea de abrir la nevera donde está, rodeada de rabanitos, la cabeza de Manolo con una manzana en la boca y perejil en las orejas.
Gritos, llamadas telefónicas, intervención policial, lavados de estómago para varios comensales y muchas píldoritas de tranxilium para los demás; a la bromista asesina le caerán unos días de cárcel porque la jueza, antiguo miembro del TC apreciará seguramente circunstancias atenuantes: ¡la salsa estaba buena, y la chicha en su punto! Finalmente, después de ganar millones concediendo entrevistas, Rosario acabará por ser elegida concejal en San Sebastián y colorín colorado. Fin del ejemplo chorra.

¿Se puede educar sin culpabilizar?
Mi duda: imaginaos que sóis sicólogos y tenéis que tratar a la ínclita Rosario o al todavía más famoso Doctor Lecter. ¿Debe el sicólogo pensar en el bien social -es decir, en las posibles víctimas- o sólo en el estado mental de su paciente? ¿Debe tratar de hacerle entender que matar es malo, eso no se hace, ¡caca! -aún a costa de culpabilizarlo y por lo tanto de hacer que no se sienta bien- o debe procurar quitarle de encima la pesada losa del remordimiento? En otros términos: ¿debe el comecocos seguir hasta su último extremo el buenrollismo de base y tratar de que el caníbal sea feliz matando y comiéndose al personal? En nuestra fantasía, el terapeuta acabará publicando con gran éxito un manual de autoayuda: "Canibalismo sin complejos" y su secuela: "Cómo legalizar a Bildu y dormir bien por las noches".

Ayudar a que los abortistas superen su trauma

Si eres, como yo, uno de esos carcas fascistas falócratas de mierda (C.F.F.M.) que siguen pensando que matar niños en la tripa de sus madres no es mejor ni más guay que matarlos cuando ya han nacido, comprenderás mejor mis dudas, y es que leyendo un libro de un distinguido sicólogo acerca de la forma de abordar el síndrome post-aborto, me surgió un océano de dudas.
Obviamente, el sicólogo no puede atender a la víctima. La víctima ya no está, así que no sufre...
Ah, me diréis, pero es que en el aborto hay dos víctimas. Muchas veces es cierto: chicas inseguras se someten al diktat de sus parejas, obedecen un código que ellas no eligieron, se inmolan a las ideas de moda, qué sé yo... Hay países en que te obligan a abortar, como China. Pero otras veces no; yo he conocido señoras que habían abortado de jóvenes porque "era demasiado joven" y otras que abortaron más añosas "porque era demasiado vieja"; también está la que abortó porque le venían mal las fechas para no se qué vacaciones. Y no es que sean malas, en absoluto; es que para ellas, el ser humano en gestación es poco menos que un grano. Ellas pueden pensar en el tema mientras se toman un café. En cambio el chiquito o chiquita -a ese estadio de desarrollo vete tú a saber- no tiene la oportunidad de dudar puesto que ni siquiera se le ha permitido existir. Y sigo dudando... ¿me estaré acostumbrando a pensar? ¡Eso duele! No os preocupéis ahora mismo enciendo la tele, entro en estado de abducción y se me pasa...

Nota: Sé que  esta entrada no me va a granjear mucha popularidad, ni me va a dar un premio el alcalde de Getafe, pero la verdad, es que a estas alturas de la feria, me la trae más bien pendulona.

lunes, 16 de mayo de 2011

Aprender a esquivar las balas

Una de las grandes ventajas del ocasional insomnio es que te tragas alguna de esas películas de acción en que los malos son abundantísimos -casi infinitos, el bueno no consigue nunca matarlos a todos- y se pasan todo el rato disparando, y en cambio los buenos, o el bueno, consiguen esquivar las balas.

Saber esquivar las balas
De hecho, uno de los requisitos formales para ser actor en Jolibud son los Cursos Avanzados para Películas de Acción, en inglés, Action Movies Advanced Rollazows. Hay que reconocer que Jolibud es un mundo sin prejuicios, el que vale vale, y da lo mismo que venga del Actors Studio o de la Academia de Cine de Manzaneque del Guijarro. Pero eso sí, si pretendes triunfar en la Meca del Cine, tienes que saber esquivar las balas. Y punto. No quiero mentiros: esquivar una bala exige reflejos, aptitud natural y un largo aprendizaje; no todos pueden ni saben.

Huesos irrompibles
Otro de los requisitos técnicos es la capacidad de recuperación después de que te rompan una silla en la espalda -típica pelea de las pelis de vaqueros- o de que un simpático chinito te torture recurriendo a los electroshocks, caso de Mel Gibson en Arma Letal.
La gente normal, si le rompes una silla en la espalda, suele quejarse, y desde luego no se levanta; tienes que llamar al Samur y ponerla en una camilla y luego vienen unos tíos con gafas y nudillos peludos y te hacen un montón de pruebas y de radiografías, y menuda castaña de rehabilitación durante meses. La gente normal tiene discos vertebrales frágiles, ¡fijateeeee!
Lo mismo sucede con las peleas de Artes Marciales en que ves al personal dándose leñazos impresionantes. En el mundo real, el personal se hace daño. Yo vi a un novato romperle la nariz a otro -sin ninguna malicia, pura torpeza del neófito que no sabe marcar- y recuerdo que el afectado se derrumbó de golpe, medio groggy, llorando de puro dolor y luego tuvo que llevar una máscara muy rara durante unos días. Quedó bien, por lo visto, pero costó -amén de una pasta- mucho trabajo recuperar aquel dichoso tabique nasal...
En las pelis no. En las pelis cuando al bueno le arrean una galleta en la garganta, le golpean la rodilla o le dan una patada en las joyas de la corona, el tío como mucho se resiente unos instantes y luego, ¡sigue! Su resistencia al dolor es infinita, sus músculos son de acero y sus huesos de goma, ¡irrompibles!
En cambio, cuando el bueno ataca observaréis lo fácil que rompe un cuello. Es asombroso lo bien que crujen los cuellos en las películas de Steven Seagal, parecen tostadas pasadas, el bueno de Steven se acerca al malo y ¡scroooch! le rompe el cuello como quien no quiere la cosa.

Transistores explosivos
Hablando de explosiones, pocos ponderan la capacidad explosiva del metal y los cables eléctricos. Te coges cualquier peli antigua de James Bond en que el malo -lo mismo da que sea Blofeld, un pérfido comunista, el doctor No o Goldfinger- tiene una guarida llena de cachivaches electrónicos. Normalmente si os fijáis, los ordenadores o las calculadoras carecen de propiedades explosivas. Pues en las pelis de James Bond, sí. James dispara sobre el cacharro electrónico con luces, al cabo de unos segundos o minutos, se declara un incendio -todos conocen las propiedades autocombustibles de los tornillos- y al cabo de otro rato, boooom, el cacharro estalla. El secreto no son los guionistas, no, es que los fabricantes de productos electrónicos disponen ingeniosas cargas de Goma 2 Eco en todas sus producciones. Todos debieran saber que en una calculadora Casio de las que usan los niños inocentes en el colegio se esconden también misteriosos productos explosivos, que no sabemos que serán pero el juez Bermúdez dirá que los robaron en la mina Conchita.

Balas que incendian la gasolina
Otra ciencia de Jolibud es el arte de conseguir que las balas tengan propiedades explosivas. Un día haced la experiencia, cogéis un bidón metálico de gasolina, os vais a un lugar apartado pero abierto con vuestro amigo el oficial de complemento que conserva su vieja Astra de toda la vida o la Star a la que le tiene cariño; vacíáis un cargador entero sobre el bidón de gasolina. Pues no estalla. No hay forma. Podéis repetir el experimento doce veces seguidas y gastar la munición que os dé la gana y disparar hasta que se os fundan los tímpanos y el bidón sea confeti metálico. El único peligro real son los vapores de toda la gasolina que habrá caído y lo más probable es que al cabo de un rato de disparar aparezca una parejita de la Guardia Civil pidiendo explicaciones, porque no suele gustarle a los representantes del Orden que el personal ande por ahí pegando tiros, aunque sea en un remoto rincón de la finca La Gordona. En cambio en las pelis la gasolina es más o menos como la nitroglicerina: si un jeep se sale de la carretera, al final ¡estalla!, si le pegas un tiro a un coche, ¡vuela por los aires!

La manía de dejarse matar
Finalmente, tenemos que subrayar la auténtica manía que tienen los malos a la hora de dejarse matar. Ya puede ser una peli con pérfidos alemanes, pérfidos japoneses, pérfidos vietnamitas o pérfidos en general; si os fijáis los buenos disparan y los malos siguen en fila india como patitos de las barracas de feria. Por ejemplo el bueno empieza a disparar sobre un grupo de malos que están en un comedor. El primero que sale del comedor cae abatido. En el mundo real, si tú ves que a tu compañero, al cruzar el umbral, lo han dejado como un colador, normalmente no sales tú también a ver qué pasa. Pues no, en las pelis la gente es tan solidaria y heroica, que cuando al de delante lo han matado, los de atrás siguen dejándose matar disciplinadamente... ¡Encomiable compañerismo! Eso son valores morales y lo demás tonterías. Para que luego digan que el Cine no es educativo.

sábado, 14 de mayo de 2011

Elecciones a la vasca


Mesa electoral en el País Vasco:
Presidente y vocales usan el mismo modelito
No hay  urnas... ¿para qué?
 Cuando decimos que España es una democracia, hay que hacer una importante salvedad: el país vasco. Allí la democracia es una pura entelequia; quizá en Bilbao que es una gran ciudad se asentó algo más el sistema democrático, pero desde luego en la mayor parte de los pueblos del país vasco, no existe nada parecido a mínimos requisitos para que se celebren unos comicios en libertad.
Por eso me ha molestado tanto la sentencia del Tribunal Constitucional que aquí comentaba permitiendo el regreso de ETA a los Ayuntamientos vascos. ¿De verdad era necesario que ETA regresara  a las instituciones? ¿Les parecía poco el perenne acojone que se vive en esas infelices provincias, patria natural del crimen, donde la bajeza humana y la cobardía institucional tienen su natural asiento?

Hace unos días hablaba con mi amigo Paco de su experiencia como apoderado en un pueblo vasco, durante unas elecciones.

- Imagínate el cuadro Luis. Durante horas, yo sentado y calladito en una sala con un par de mesas electorales. Allí no había interventores del PSOE ni del PP -nadie se la juega- sólo apoderados que, como yo, veníamos de Madrid. El colegio estaba custodiado, es un decir, por la erchancha.
En un momento dado quisieron hacer una trampa -nada grave, es que no les salían las cuentas porque eran muy burros- y entonces les hablé claro "si hacéis eso, impugno la mesa". Hubo un grato intercambio de opiniones. Luego uno de los que estaban sentados en la mesa,que llevaba la camiseta de presoak kalera, miembro de la mesa, sacó una cámara de fotos y me hizo una foto. "Ya tengo tu cara".
- Eso asusta... ¿Y tú que hiciste?
- Ya sabes Luis que soy un hombre pacífico y razonable. Así que agarré aquel cabrón por el cuello, le arranqué de la mano su cámara que tiré por la ventana del local, y cuando me disponía a darle un puñetazo, intervino la erchancha.
- ¿Los erchanchos no intervinieron cuando el hijoputarri te amenazó?
- No. Debían tener cosas más importantes que hacer...
- ¿Cómo terminó la cosa?
- Pues terminó con que yo al final estaba en la calle y detrás mío iban una pandilla de ratas insultándome. Ya sabes lo valiente que son esa gente en manada
-Sí, la versión aberzale de las pandillas futboleras. Uno por uno, se acongojan, pero en grupo son todos muy valientes.... ¿Y tú qué hiciste?
-Me reuní con un par de compañeros del partido, y fuimos a cenar. Pero la manada seguia detrás.
- ¿Y los erchanchos?
- Ellos estaban para custodiar el colegio electoral no para custodiarme a mí.
- ¡Ah! ¿Conseguiste cenar?
- Pues no fue facil. Entrábamos en un bar y de la manada decía alguien algo en vasco, vaya usté a saber qué, y el tío del bar nos decía que no nos podían atender... Al final sí encontramos un sitio en el que nos dejaron comer algo. Luego la manada me siguió hasta el coche.
-O sea, que identificaron tu coche...
-Sí. De todos modos una vez en Madrid cambié la matrícula. No hay que dar facilidades... Y ahora tengo otro coche.

Como me lo contaron, lo cuento, y sé que es verdad. Os ahorro mis comentarios. Lo que nunca he entendido es para qué existen una Junta Electoral Central o unos partidos nacionales que llevan treinta años sin impugnar, de un modo sistemático, cualquier proceso electoral que se celebre en semejantes condiciones.

sábado, 7 de mayo de 2011

Saber creer

Madrid amaneció hoy castigado sin su cielo azul. Ayer decían los sabios que iba a llover mucho, muchísimo. No se han colado del todo, sólo han errado en la hora: a las siete la ciudad se desperezaba bajo un cielo blanco y sucio y hace media hora que empezó el prometido diluvio. En mañanas como esta es cuando vienen los nubarrones íntimos a perturbar la luz interior, y durante unos segundos te da por pensar, manía funestísima de la que siempre es preferible huír.

Aprender a creer
Cuando éramos niños, Papá y Mamá tenían las respuestas, y lo sabían todo; más tarde, para las dudas, estaban los Profesores. Luego creces, la vida se lleva por delante cualquier tipo de seguridad y te das cuenta de que el mar es muy grande, tu barquita muy pequeña y que hace ya mucho tiempo que te quedaste sin anclas. De repente ya no sabes creer. La vida es muda, Dios no contesta. Frotas todas las lámparas buscando genios consejeros, agotas las plegarias, esperas milagros... Pero estás solo, o crees que estás solo.
Desde San Anselmo, cuántos no habrán  reflexionado acerca del Salmo 14,1: Piensa el necio en su interior: "No hay Dios". Bueno, se puede ser muy sensato y muy ateo. Pero en realidad el sensato es el que sabe que la creencia en las cosas importantes -no digamos en Dios- exige un acto de fe, es un triple salto mortal en el vacío.

La ceguera que ilumina
Si te ennovias y te casas, tienes que tener fe en ella o en él, tienes que tener fe en la familia en la capacidad para superar los malos ratos y los tragos amargos. Si inicias unos estudios, si te preparas para una profesión, tienes que tener fe en el sistema económico y en que habrá un futuro para ti. También sabes que puedes llevarte una decepción; pero te arriesgas.
Todo lo importante es cuestión de fe,  la fe es un motorcito que nos permite levantarnos por la mañana y salir a currar o a estudiar porque nos imponemos una obligación: sobrevivir, pagar las facturas. Sin fe en el futuro, no hay presente posible, y la ceguera de la fe nos permite sobrevivir a la realidad, y, además, cambiarla.

El pesimismo es la puerta del fracaso
Os voy a confesar algo: soy un tío raro. Por lo menos en España. Y digo que soy un tío raro porque me confieso demócrata y liberal -debemos quedar tres o cuatro- lo cual no me obliga a gran cosa como no sea pensar que no sólo los demás existen sino que también tienen derecho a existir. ¡Fijatee! Eso significa que creo que la gente es capaz de lo mejor -no solo de lo peor- y que se pueden cambiar las cosas ¡e incluso mejorarlas! Vamos, un revolucionario para lo que se estila hoy día.
El espíritu democrático nace del optimismo, y el optimismo es esencialmente cristiano y por lo tanto occidental; en cambio el fatalismo y el pesimismo son las dos caras de una misma moneda llamada fracaso. El fracaso tiene muchos nombres: socialismo, integrismo, conservadurismo, prohibicionismo; son las doctrinas del miedo. No existe mejor forma de fracasar que renunciar al éxito, que pensar que el fracaso es nuestro destino. Todos los que interiorizan leyendas negras, los que se creen la propaganda negativa, acaban poniéndose ellos mismos la zancadilla, como los eternos perdedores de su provia vida que se obstinan en decir "no podré" y... ¡acaban dándose la razón!
Eso ocurre en el amor: hoy día muchas parejas creen -porque se lo han dicho y lo han interiorizado- que la ruptura y la disolución del amor están en la naturaleza de las cosas. La verdad, es que cuando te lo repiten un número suficiente de veces supongo que te crees cualquier cosa: la base de cualquier creencia, positiva, negativa o del Atleti es la repetición y la autoargumentación. La conclusión del pesimismo es la muerte: los niños troceados en la barriga de sus madres, un país de solteros y amargados, plagado de viejos; un país sin esperanza.
 
El enemigo del espejo
Apuestas por tu vida, por tu amor, por tu fe o bien apuestas contra tu vida, contra tu amor, contra tu fe. Todo es irreal pero lo convertimos en real en virtud de nuestras creencias, hasta el punto de que no resulta difícil incurrir en el solipsismo y pensar que nada existe fuera de uno mismo. Y el solipsismo es un error. La vida es lucha, luego no estamos solos. Al final debes pelear, a muerte; si quieres ver a tu adversario, búscate un espejo.

viernes, 6 de mayo de 2011

¿Cuánto valen las reliquias de Osama?


¿Encontrarán los cazatesoros las reliquias del famoso terrorista?

La verdad es que llama la atención el silencio de los ecologistas: ¿a nadie le molesta que echen a Ben Laden, o Bin Laden o Ladin o como se llame al mar? Aparte del problema de salud medioambiental, lo que realmente me inquieta es la falta de modernidad de quienes piensan que el Mar es el gran cementerio de la Nada, el Basurero Universal, y que lo que tiras allí nadie lo va a encontrar.
El mar lo conserva todo. Echas una bolsa de plástico y al cabo de diez años allí sigue. Eso no se lo ha explicado nadie a don Barak.
Se ve que los geniales asesores del gobierno norteamericano ignoran que existen empresas de cazatesoros capaces por dinero de reventar cualquier pecio histórico. Si les pagas, ellos te buscan lo que haga falta. Y a gente que ha destrozado nuestro patrimonio sumergido, nadie la va a controlar....
Imaginemos que un multimillonario saudí averigua la localización exacta del portaviones americano en el Golfo Pérsico en el momento en que se lanzaron los restos del bondadoso Osama -no es difícil; los barcos tienen cuadernos de bitácora y su posicion la determinan los satélites con una precisión de milímetros-. Pensaréis que los tiburones y los demás bichos del mar se han comido el fiambre del famoso terrorista. Pues os equivocáis. Un tiburón no come cualquier cosa; y aunque algo se zampara, e incluso lo rebañara bien, dejará algunos restos.
Sigamos en el campo de las suposiciones, nuestro hipotético multimillonario saudí -un familiar de Osama, por ejemplo- contrata a una empresa cazatesoros o sencillamente pone un premio de no sé cuántos millones de euros a quien localice y rescate lo que para muchísimos moros constituyen las reliquias de un héroe. Cosas más raras se han visto; y una vez rescatado el fiambre entero o en cómodos plazos le organizan un mausoleo y un Parque Temático que para qué te quiero contar: ¡Osamalandia! Si de verdad querían destruir las pruebas del asesinato del famoso terrorista, que lo hubieran incinerado, y punto. Puestos a contaminar... Y a lo mejor no tienen que buscar las reliquias en el fondo del mar, vaya Vd. a saber si no conservan algún recuerdo de la autopsia en un bote con formol, a lo mejor la bala que lo mató. ¿Cuánto vale esa bala? Incluso una foto del cadáver bajo el mar -no te digo un vídeo- valdría su buena pasta.

Los payasos son gente respetable

No sé por qué se empeñan en llamar payasos a los magistrados del Tribunal Constitucional.

Los payasos son gente respetable, sobre todo los que tienen gracia. El buen payaso practica un humor blanco, elemental, muy accesible, de golpes, gritos y bofetadas, sorprende y emociona y a los niños les encanta porque lo entienden. Y no sólo a los pequeños, también a los que peinamos canas. Son impresionantes las imágenes del beato Karol tronchándose delante del payaso Japo. Tengo un inmenso afecto por Charlie Rivel, que me hacía reír a carcajadas; conservo un gran cariño por la familia Aragón y los grandes Fofó y Miliki; me encantan las pelis cortas de Charlot -las largas son más cansinas- y todavía más las de Harold Lloyd. El Gordo y el Flaco me han hecho sonreír, y casi reviento de risa la primera vez que vi a Mister Bean preparándose una ensalada, tumbado en el sillón del dentista o subiéndose a un trampolín. Y no os cuento los excelentes ratos que me han hecho pasar doña Rogelia, Eugenio, o Juan Tamariz.
Por eso me fastidia tanto que llamen payasos a esos sapientísimos, doctísimos y excelentísimos señores magistrados del Tribunal Constitucional -que Dios guarde- cimas de la Ciencia Jurídica, castálida fuente de inmarcesible doctrina, alfa y omega de toda justicia,  tan majos ellos que bendicen el regreso de ETA a las instituciones permitiendo que se presente a las elecciones, para que puedan recibir jugosas subvenciones y acceder a los censos electorales. Vale tíos, ¡os habéis lucido! Y por más que lo intento, la verdad, no consigo verle la gracia al asunto.

viernes, 15 de abril de 2011

El Cielo de Madrid

Despertarse antes que el sol y ver amanecer en el Retiro: un programa vital. Los fantasmas de la noche se subliman de golpe cuando el sol va cogiendo carrerilla. Un cielo azul, espectacular, droga dura de la que no puedes prescindir al cabo de los años.
La identidad de Madrid no es la Puerta de Alcalá, ni el Palacio de Oriente, ni las torres inclinadas de Kio, ni Cibeles, ni Neptuno. Mi DNI, mi ADN es el cielo azul, azul, azul en el que se pierden los ojos.
Madrid con lluvia es una interesante figura teórica, un concierto de música contemporánea, de esos en que el autor busca desagradar al público y que le aplaudan al final, ¡genial, genial! Yo soy un clásico: prefiero el Vals de las Olas, las torrijas bien gordas, perderme en Roma, y pasear por el Retiro. Y Madrid es el sol, a ver cuando tenemos un Gobierno en condiciones que obligue a que llueva sólo por la noche, cuando no molesta.
Ese sol de Madrid, me diréis que también brilla en otros lugares. No lo dudo; la misma obra se estrena y reestrena en otros lugares, La Luz de España no es más que otra versión de La Luz de Grecia o La Luz de Italia, sin duda. Pero la función la veo aquí, y me aboné a este palco hace muchos años.

sábado, 26 de marzo de 2011

Don't give up


Ante la vida sólo tienes dos actitudes posibles: o peleas o te rindes. No hay más.
El sendero de la rendición es comodísimo; la tristeza es un tobogán por el que te deslizas a toda pastilla; un día te despiertas desanimado, al siguiente estás ya más tocado y poco a poco te vas hundiendo en el Gran Charco. Eso se ve sobre todo en los viejos: llega un día en que deciden dejar de luchar, de caminar, de moverse, de hacer cosas; es el punto de inflexión: a unos no les llega nunca, y a otros muy jóvenes. Cuando alcanzas ese extremo, o reaccionas o te mueres.
No sé vosotros, pero a veces uno se levanta con el pie izquierdo; ves que las cosas no cuadran o no acaban de salir, que las perspectivas se abortan y los días parecen especialmente sombríos. Sin embargo el ejemplo de los que se enfrentan a la vida a martillazos consigue ponerte de buen humor. Seguro que habéis oído alguna vez el Don't give up de Peter Gabriel y Kate Bush. Creo recordar que la ONCE utilizaba el estribillo en un anuncio: Dont give up / Cause' you have friends / Don't give up / Youre not beaten yet / Don't give up / I know you can make it good.

On ne se bat pas dans l'espoir du succès
Conozco muchas historias de éxito, de gente que no se ha rendido; de personas que, con su ejemplo, te sacan de la pasmación del desánimo. Y cuando hablo de éxito no me refiero sólo a aquellos cuya historia tuvo un final feliz tralalí chin pon con un lacito alrededor sino también a quienes ante un fracaso anunciado e inaplazable, han seguido agitando la espada contra los fantasmas como Cyrano en el momento de su muerte: je me bats, je me bats, je me bats...
Pienso, por ejemplo, en los españoles en el campos de exterminio de Mauthausen, que esperando la muerte -inapelable- tuvieron las narices de montar una comparsilla y organizar un partido de fútbol: Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès. Non! Non! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile.
Admiro mucho a los que saben morir, a los que se sacrifican, para dar una oportunidad a otros, a los suyos;  a Petrarca no le faltaba razón y sin duda un bel morir tutta la vita honora; pienso en Leónidas y sus espartanos, o en los valientes y sacrificados héroes que están friéndose hoy a radiaciones en Fukushima para tratar de conjurar un desastre nuclear. Con ellos, para siempre, nuestro respeto y nuestro agradecimiento.
Pero la más bella de las muertes es menos admirable que la vida misma y me siento todavía más en deuda con los que se atreven a vivir, a nadar contracorriente y se enfrentan de tú a tú, de poder a poder, con las dificultades en lugar de dejarse arrastrar por un sino adverso. Porque su ejemplo es un aliciente y un motor para mí y supongo que para vosotros también.
Confieso que una de las culpables que yo vaya sembrando de pánico y dolor las carreteras de Europa es una querida pariente mía. Somos primos terceros -nuestro parentesco se remonta a un tatarabuelo nacido en 1789- pero tenemos mejor trato del que tienen tantos familiares en este duro país en que muchos hermanos ni se hablan y los padres se mal llevan con los hijos. Siendo niña, mi prima sufrió de poliomielitis. La consecuencia fueron trece operaciones quirúrgicas. Se desplaza con un par de muletas y una silla de ruedas que lleva en el cofre de su coche.  Mi prima vive su vida, trabaja, y conduce: es una independiente. A veces se hace daño, porque se cae y se rompe algo. Pero se levanta y vuelve a empezar. Un día tomando un café en una terraza junto al Retiro me dijo: "Luis, si yo estando como estoy, me he sacado el carné de conducir, ¿no te lo vas a sacar tú?" Tardé, sin duda, porque el carné está por las nubes y uno es torpecillo, digo, pero al final aprobé el dichoso permiso y desde ese día las carreteras viven bajo la ley del terror sufriendo la nueva versión de Mad Max.
Ayer leí en Aciprensa que la joven Jessica Cox, que no tiene brazos, pilota un avión con sus pies. Recientemente visitó al Papa Benito para regalarle una medalla que le dieron los del libro Guinnes. Al Papa le regalan muchas chorradas durante sus viajes oficiales o con ocasión de las audiencias, bla, bla, tralalá, Santidad por aquí, Santidad por acá; pero la verdad es que dudo que nunca le regalen nada más bonito que esa medalla.
Mi amigo Ernesto era tartaja con trece años y aprendió a hablar solo, a voces, en los bosques de la Galicia de su infancia. Ahora es un orador, da cientos de conferencias, tiene miles de horas de radio a sus espaldas y ha impartido ni se sabe cuántas clases en la Universidad. También enseña a hablar.

El milagro de Anne Sullivan
La grandeza del ser humano consiste en no rendirse, recordando esa dura y admirable lección de que si nosotros somos nuestros principales enemigos, también es cierto que las limitaciones que nos impone la naturaleza y la vida, las podemos levantar una y otra vez. Con voluntad; con el deseo renovado de mejorar.
No sé si recordáis El milagro de Ana Sullivan, bellísima película dirigida por Arthur Penn, que se estrenó en 1962 con el título original de The Miracle Worker. Penn fue uno de los grandes, y recuerdo de él también La jauría humana y Pequeño gran hombre. La película es la versión cinematográfica de la homónima novela de William Gibson que retoma el testimonio de una joven, Helen Keller, ciega y sordomuda, que consiguió salir de su aislamiento gracias al ímprobo esfuerzo de una pedagoga extraordinaria, Anne Sullivan. Te puedes comunicar con un ciego por medio del sonido, o con un sordo por medio de la vista, pero ¿cómo demonios le puedes enseñar a alguien a comunicarse cuando le faltan, desde niño, la vista y el oído?
Recuerdo perfectamente el momento de la película en que Hellen entiende por primera vez el significado de las señas que le enseña Anne y repite, deformados los sonidos "uaaa" por water.

lunes, 14 de marzo de 2011

España, paraíso de la pederastia

A los trece años, eres una niña o un niño. ¿O no?

A los trece años, hay quien es más inocente que una col. Cierto es que a esas edades hay ya jovencitas iniciadas en las refinadas tecnologías digitales y muchachos avezadísimos en el viejo arte de tornear madera, pero en el fondo sigues siendo un pedazo de requesón. La infancia y la primera juventud son un momento de máximo aprendizaje y la sexualidad es una materia nueva en la que poco a poco vas dando los primeros pasos, sin tener demasiada idea de nada. A los trece años tus padres, y tus maestros -si los padres están de acuerdo- pueden ir informándote de algunas cosas, con delicadeza y pudor. A un niño o una niña de trece años lo que no puedes hacerle, entiendo yo, es meterle mano o colarle un rabo.

Amalia de Sajonia
Cierto es que hace muchos años la gente no pensaba igual y hubo reyes y reinas que conocían varón o hembra a edades muy juveniles. Sin ir más lejos, publiqué hace años la traducción de la carta en que nuestro futuro Carlos III contaba su noche de bodas con Amalia de Sajona, deflorada por su real esposo cuando todavía no tenía el periodo,  siguiendo sin saberlo los futuros consejos de esos sapientísimos maestros islámicos de la vida y del amor que aconsejan casarse con niñas de nueve años porque dan mejor resultado en la cama. Pero ni somos un país islámico ni estamos en el siglo XVIII. ¿O sí?

Pederastia legalizada
En España la gente no quiere enterarse de que a sus hijos se los puede cepillar legalmente cualquier adulto. No hablo aquí de relaciones forzadas -que entran en el campo de los abusos y la violación, que todavía siguen penados- sino de relaciones consentidas.
La despenalización de las relaciones sexuales consentidas con niños y niñas de trece años se incluyó en esa monumental basura que es el Código Pederasta -también conocido como Código Penal- de 1995. Antes, para proteger a los niños existía una cautela, el delito de estupro. Daba igual el consentimiento de los jóvenes, si te tirabas a una niña de trece años, incurrías en un delito de estupro, y punto.  El delito de estupro nace de la reflexión sobre la naturaleza del consentimiento: ¿qué tipo de madurez tienes a los trece años para que puedas tomar una decisión libremente sobre tu propio cuerpo? En Francia, por comparar, la edad de consentimiento son los quince años. Y luego nuestros carcas opinan que los franceses somos unos salidos... Aquí en cambio somos pedófilos, pero eso sí, cristianos y de la pata del Cid.


Kim Manresa
Niñas prostitutas en Brasil

El "derecho" a la prostitución infantil
Al PP, que gobernó entre 1996 y 2004 le pareció tan estupenda esa ley del PSOE que naturalmente no la quitó ni la reformó -a pesar de que modificó el CP en 2003- porque suponemos que todos los pedófilos no son de izquierdas, también debe haberlos de derechas y hasta sacerdotes y monseñores y gente de buenas costumbres, fijateee.
Como dice Daniel Cohn Bendit, jefe del ecologismo europeo, un niño de tres o cuatro años tiene una sexualidad increíble, mira tú qué bien... Recuerdo haber leído hace años un artículo de un individuo hoy vinculado a Libertad Digital que defendía el derecho de las prostitutas infantiles a ganarse la vida...

Reforma frustrada en el nuevo Código Pederasta
En 2009 a raíz de los primeros estudios acerca de la posibilidad de reformar, una vez más, esa tela de Penélope que es el Código Penal, hubo, por una vez, decentes diputados que defendieron la posibilidad de volver a subir la edad de despenalización de las relaciones sexuales entre niños y adultos. Sus señorías aprobaron en 2009 una resolución instando al Z a que se elevara la edad del consentimiento legal.
La medida fue impulsada por el PNV, ese partido tan humano que tanto se preocupa por la suerte de los asesinos de ETA, pobres muchachos extraviados...
El Gobierno se limpió las postreras partes con la instancia congresual, actuando como suele, y el Código Pederasta siguíó y sigue como estaba. La reforma de 2010 no tocó el tema de la edad de consentimiento.También había cierta lógica en la actuación del Z y sus mariachiz, y es que si rebajaban la edad para que las niñas puedan trocear a sus hijos, sin el consentimiento de sus padres, ¿cómo iban a elevarla para que pudieran escribir la carta a la cigüeña?

Eso sí, tienes que esperar a tener 18 años para fumar o comprar alcohol en las tiendas. ¡Menos mal! ¡Hemos salvado la civilización occidental!

sábado, 12 de marzo de 2011

Salvemos la Historia sumergida

El caso Odyssey
Hace algo más de tres años en el Colegio de Abogados de Madrid se celebraron unas jornadas acerca del  patrimonio histórico sumergido y su necesaria defensa.
Intervine en esas jornadas con mi habitual entusiasmo y cierta agresividad porque nadie podía mostrarse moderado, blandito y conciliador ante el escandalazo que suponía y todavía supone la evidencia de que un barco de la empresa Odyssey -especializada en obtener beneficios a partir de restos arqueológicos- recalase durante varios años en nuestros puertos sin que nuestras Autoridades -por llamarlas de algún modo- mostraran el menor interés al respecto...
A ese escándalo se sumaba la tentativa de Odyssey, con la complicidad de un New York Times más amarillista que nunca, de involucrar al Perú, Gibraltar y el Reino Unido en un contencioso con España para alargar los procedimientos y dilatar ad nauseam la devolución de las monedas rapiñadas entre los restos históricos de un pecio, que ellos declararon ser La Mercedes, barco hundido el 5 de octubre de 1804 tras un alevoso ataque británico sin declaración de guerra, en lo que Agustín Rodríguez González calificó como "otro día de la infamia." Naturalmente, nadie salvo los responsables de la propia empresa cazatesoros sabe exáctamente de dónde se extrajeron aquellas monedas ni cuáles fueron los daños infligidos a los correspondientes yacimientos.
Algunos oscuros funcionarios y otros no tan oscuros políticos han contraído con España una ilimitada responsabilidad al no tomar las medidas oportunas para evitar precisamente lo que ocurrió, lo que no podía menos que ocurrir si no se intervenía.
El organizador de las jornadas era el abogado José María Lancho quien tuvo en el caso Odyssey una destacadísima actitud, proporcionando información crucial para la defensa de los intereses de España ante los tribunales de Florida -lo que contribuyó poderosamente a la victoria de nuestros representantes- y llevando la causa penal contra Odyssey abierta en los juzgados de la Línea de la Concepción.

Un manifiesto
Lo sucedido con Odyssey no es más que la punta de un gigantesco iceberg: el sistemático saqueo del patrimonio subacuático. Es un tema sobre el que ya me pronuncié hace años en un viejo artículo.
El pasado 9 de marzo se presentó en Marbella el Manifiesto por la Integridad de la Memoria Sumergida. En su proemio, el manifiesto subraya que la tecnología permite hoy detectar pecios seculares con el consiguiente peligro de que los neovándalos de las empresas cazatesoros destruyan inestimables restos arqueológicos con el solo fin de extraer algo de oro y plata. Es una atrocidad idéntica a la que supondría demoler a golpe de barreno la Gran Pirámide para ver si encontramos algún tesoro oculto... De hecho, esa atrocidad se llevó a efecto a principios del siglo XX cuando depredadores disfrazados de arqueólogos volaron con dinamita pirámides mayas buscando algún objeto qué vender... Sólo me queda desear que ese tipo de manifiestos llamen la atención, lo suficiente para que las autoridades salgan de su habitual estado de pasmación.

martes, 8 de marzo de 2011

Los Reyes y Clara Campoamor, unidos por una moneda

Se emite una moneda que tiene a los reyes de España en el anverso y a la muy republicana Clara Campoamor en el reverso.

La asombrosa trayectoria de Clara Campoamor suscitará siempre la simpatía de los buenos: a los diez años perdió a su padre, poco después tuvo que dejar los estudios para empezar a ayudar a su madre, y trabajó de modistilla y de empleada de una tienda; ganó más tarde una plaza de auxiliar de telégrafos y luego otra de enseñanza de adultos. Finalmente, rebasados los 32 años, decidió retomar sus estudios abandonados. Obtuvo el bachillerato y cumplidos los 36 había concluido la carrera de Derecho, convirtiéndose poco después en reconocida y prestigiosa jurista.

Su caso recuerda el de otro estudiante tardío, Iñigo de Loyola, quien con 33 años cumplidos regresó a la escuela y aprendió en Barcelona, en compañía de niños pequeños, el latín que abría la llave de la Universidad y del mundo de las ideas.

La II República que nuestro personaje contribuyó a traer, con entusiasmo, vivió la apoteosis de una Clara Campoamor que, contra la opinión de otras supuestas feministas como Victoria Kent, y enfrentándose a su propio partido, defendió el derecho de la mujer a votar.

Víctima de las dos Españas terribles

Clara Campoamor representa los valores de la España liberal, la tercera España exterminada en su día por las dos Españas terribles, la roja y la azul. Se fue de Madrid en el verano del 36, para evitar que la apiolaran en el Madrid milicianado; en el barco que la sacó de España, unos falangistas planearon asesinarla y el régimen de los vencedores le impidió regresar a su patria: murió en el exilio.

Relató en La revolución española vista por una republicana los sucesos que dieron pie a la guerra civil y a la revolución en la zona republicana. A su testimonio añadió su análisis de lo que fue el conflicto español, abundando en sus orígenes y atreviéndose incluso a augurar el probable final que tendría. Ese análisis podrían asumirlo como verdadero diagnóstico tanto militares como historiadores profesionales.

El debate acerca de una moneda

En junio de 2007 me pronuncié públicamente a favor de la iniciativa de acuñar euros con el rostro de Clara Campoamor, iniciativa que —todavía no sé por qué— molestó a determinadas personas sin duda mal informadas acerca de la trayectoria de la gran feminista española, suscitando el comentario de Juan Manuel de Prada.

Hace una semana surgió la noticia de que ya está disponible una nueva moneda con el rostro de doña Clara, pero se trata de una moneda de plata de veinte euros producida para coleccionistas por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y no de la moneda de uno o dos euros corriente que permitía esperar la proposición aprobada en el Congreso, que suponemos que todavía habrá que esperar. De hecho la disposición que da lugar a la moneda de lujo no cita la resolución aprobada por las Cortes el 12 de junio de 2007, lo cual indica que su acuñación obedece a otro móvil que no es otro que el de conmemorar el centenario del Día Internacional de la Mujer, centenario que coincide con el trigésimo aniversario de la biografía que sobre Clara Campoamor publicaron Concha Fagoaga y Paloma Saavedra, extraordinario trabajo sin el cual quizá hoy día nadie recordaría la trayectoria de doña Clara.
Una moneda simbólica

La moneda es extraña porque no tiene “cruz”; lleva caras en ambos lados: “Juan Carlos I y Sofía” en el anverso, y "Clara Campoamor" en el reverso. Un reverso muy republicano para un anverso tan monárquico.

En el fondo, la referida moneda es un símbolo de los aciertos y contradicciones de nuestra Historia y la superación de obsesiones seculares: Clara representaba la España liberal e inteligente, asesinada por las otras dos, igual de fanáticas, esa España que perdió la guerra por partida doble pero que al final ha ganado la paz. ¿Quién hubiera augurado, en 1975, que la democracia que nadie permitió que se consolidara bajo la II República, acabaría asentándose bajo Juan Carlos I, el sucesor del Invicto Caudillo?

Republicana a machamartillo

Doña Clara era republicana, hija de republicano, hermana de republicano. Y posiblemente, de haber tenido niños, los habría criado como republicanitos. Por cierto, los niños le encantaban: llevó a los tribunales penales a señores que habían obligado a abortar a “su” chica, y presidió una institución, La Cuna y el Madrinazgo del Niño, que se dedicaba a regalar cunas a las mamás menos afortunadas.

De niña su padre les contaba a ella y a sus hermanos que los regalos no se los traían los Reyes Magos sino la República, “que era más buena”. Don Manuel Campoamor era empleado de La Correspondencia de España, y sabemos poco de él, salvo que sus sentimientos republicanos eran inequívocos y que fue bibliotecario del círculo de los republicanos federales en Madrid. De tal padre, tal astilla. Su hermano Ignacio Eduardo fue gobernador civil de Santander y Cuenca, también bajo la II República.

Doña Clara no sabemos si contaba bien los chistes y chascarrillos; pero a la luz de sus escritos no parece dudoso que rebosaba de sentido del humor, y nos gustaría, ahora, mandarle una paloma mensajera al Cielo, donde comparte nube con Sor Juana Inés de la Cruz —a la que dedicó una biografía en clave— y preguntarle: “Doña Clara, a usted que le parece eso de salir en una moneda con los Reyes de España?” No sabemos lo que contestaría, pero sí que se sonreiría pensando, vaya Vd. a saber qué…. ¡Si las cenizas hablaran!

sábado, 26 de febrero de 2011

Expoexperto: un problema para todas sus soluciones


Expoexperto en la Feria de Madrid
En el recinto del IFEMA se celebró esta tarde EXPOEXPERTO, que es como el Gran Salón de Primavera de los Expertos. Había de todos los precios y modelos, algunos venían de serie y otros con sus complementos.
Abundaban los expertos mediáticos, de los que se reúnen en tertulias televisivas, y gritan mucho, y se cortan y se dicen impertinencias y otros que sentencian sus sermones desde lo alto de sus columnas de papel. Para que no se me acuse de preferir a unos sobre otros me limitaré a describirlos y vosotros pondréis los nombres.
Se celebró el concurso ¿QUIÉN TIENE LA CULPA DE TODO? y estas fueron las respuestas:

Los expertos del GRUPO A dijeron que la culpa de todo la tenían Gallardón, Zapatero, los masones y sus obeliscos, los rojos que tanto nos odian y don Juan Carlos, golfo y traidor. Y añadieron que con Franco vivíamos mejor.

Los expertos del GRUPO B dijeron que la culpa de todo la tienen Aznar, los curas pedófilos, las víctimas del terrorismo, Franco, Israel y los fumadores que corren a más de 120 km. por hora, y que con Felipe González ellos sí que vivían mejor.

Los expertos del GRUPO C dijeron que la culpa de todo era de la homofobia de la España tradicional; que lo que Estepaís necesita son más autonomías, más lenguas vernáculas, más aborto y más Rajoy. Y que ellos viven ya estupendamente.

Luego estuve zangolotineando por la parte de Expertos en Economía, y sólo vi a un montón de chimpancés tecleando máquinas de escribir o tirando dardos a ciegas sobre dianas en movimiento.
Busqué Expertos en  Historia y me topé con un montón de momias y a algún pobre loco con su camisa de fuerza reescribiendo el Sitio de Zaragoza y sosteniendo que América fue descubierta por los chinos.

Seguí caminando, pero no encontraba expertos que me explicaran algo de las cosas importantes: el por qué amamos a quien no nos ama, que nos cuente quién es Dios y por qué todo lo hizo tan raro, tan duro y tan difícil, y por qué los padres mueren y los niños crecen; y para qué sirven las lágrimas, que ni limpian la cara, ni van al mar, y por qué algunos tienen tanto y otros no tienen nada y de qué sirve la autoconciencia, esa puñeta de saber que estamos vivos y que vamos a morir. Quizás haya expertos sobre vinos, o sobre caracoles borgoñones, pero expertos que sirvan para algo más, yo no los conozco.

 La Historia ha sucedido, nadie sabe como ha sido
Cuando cayó el muro de Berlín, yo no tenía ni idea de que algo así podía ocurrir. Los expertos, tampoco.
El 10 de septiembre de 2001 estaba muy lejos de imaginar que al día siguiente unos hijos de puta iban a asesinar a miles de personas y derribar dos hermosas torres en Nueva York. Los expertos, tampoco.
El 11 de marzo de 2004 otros hijos de puta montaron el atentado más grande de nuestra historia, dónde murió gente que yo conocía, como Marion, y consiguieron un cambio de Gobierno y precipitar España en una dinámica de discursos agresivos. Yo no me lo esperaba. Los expertos, tampoco.
¿Algún experto en la sala?
Ahora está sucediendo algo nuevo y distinto en el mundo moro. Y nadie avisó de nada. Y estoy esperando a que alguno de los gansos de nuestros zintancs haga cuacuá, para variar, y no se limite a plagiar el piopío de los zintancs que hablan en inglés. Si sois malos y revisáis los últimos números de diciembre, noviembre, octubre, etc. de las principales revistas de zintancs, relaciones exteriores etc. observaréis rápidamente que NADIEEEE había previsto nada de lo sucedido en Túnez, Egipto, Bahréin y ahora Libia, y mañana Marruecos, quizá.
  
¿Qué es un perto?
La palabra perto no viene en el DRAE. Sin embargo hay por el mundo multitud de expertos, y digo yo que los expertos serán pertos que dejaron de serlo. Entonces, ¿qué es un perto? ¿Se come, se bebe? ¿Se clava en la pared? ¿Es algún tipo de supositorio? ¿Da luz por las noches? ¿Cacarea?
Cuando decimos que alguien es muy sabio y dice las cosas que hay que decir, decimos que es pertinente, que habla con pertinencia, con propiedad. Luego si un pertinente dejó de serlo, será in-pertinente o ex-pertinente. De ahí viene la identidad de que el imbécil genuino, el que no tiene ni papa de nada pero habla sin saber, escuchándose con fruición, es un experto impertinente. ¡Ahí, ahí tenemos la explicación de lo que son los expertos!
Bueno, algo muy parecido a perto es perito. El perito es alguien que sabe de lo suyo, así que el experito es un tonto del culo con pretensiones.
Ya noto que sospecháis que mis choriceras explicaciones no tienen quizá el valor científico que se atribuye a cada una de las entradas de este blog. Así que acudamos a la castálida fuente de la ciencia de los palabros, la Real Academia Española, ¡tachaaaaaan!

Lo que nos cuentan los académicos
El diccionario de la RAE te permite vislumbrar que ya los romanos no acertaban al trinchar el mondongo de las palabras. En efecto,
pertinente viene del latín pertinentia, es decir, la pertenencia, la propiedad.
experto viene de expertus que es el experimentado.
perito viene de peritus, que significa lo mismo.
O sea que ya nuestro güelos con toga y sandalias se complicaban la vida, y peritus y expertus eran palabras distintas para ideas muy parecidas porque para saber, para ser perito, hay que tener experiencia, ¿o no? Y mezclar la pertinencia con la ciencia, digo yo que es poner uvas por garbanzos: ¿qué tiene que ver Paco el Pocero con el mundo de la ciencia? Hablusté con propiedá, me decía uno, pensando que tenía yo grandes fincas en Irlanda. ¿Qué propiedad? A mí que me registren...
Todo este rollo para expresaros mi satisfacción al comprobar que los expertos, una y otra vez, sólo son pertinentes para explicarnos lo que ya ha sucedido; que lo de hacer previsiones se les da igual de bien que a los economistas resolver las crisis o a mí aparcar en Madrid.
Dicen que mal de muchos consuelo de tontos; debo ser tontísimo porque la verdad es que me consuela no ser el único en no dar ni una. Lo que no sé es por qué no invitan a Mirameba a las tertulias de la tele, a que dé su opinión...  Por lo menos él sabría decir quién tiene la culpa de todo: el  chachachá!

martes, 22 de febrero de 2011

Jesucristo: Dios cercano

El motorcito del alma
En estos tiempos de zozobra espiritual y gilipollez universal en que prohiben fumar tabaco los mismos que querían legalizar la marihuana, en que Europa se queda yerma de futuro y seca de niños, en que se legaliza o protege judicialmente la pederastia y el desamor está de moda, creo que la lectura regular del Evangelio es la única forma sana de renovar ese motorcito del alma que llamamos fe, que no sólo es un gran estimulo personal sino que por ello mismo constituye una poderosa dínamo social sin la cual resultan imposibles, por no decir risibles, el compromiso o el optimismo. Ya decía Julían Marías: si la vida termina con la muerte, la felicidad es un engaño. Muchos de mis amigos carecen de fe, o la han perdido, o creen cosas raras. Por eso mismo, puede ser interesante indagar acerca de qué creemos y por qué, y yo os digo lo que siento y os transmito mis reflexiones, por si os pueden resultar de alguna utilidad, aunque sólo sea para llevarme la contraria. De entrada, afirmo que no se puede hablar de Dios sin ver primero de qué Dios se habla. Porque hay muchas versiones de Dios, para todos los gustos.

El Dios de Setién
Si debiéramos creer a sus sicarios, la maldad de Dios es ilimitada. El genocida Yahvé de los antiguos judíos, el sádico Jehová de tantos protestantes, siempre con la garrota preparada, el Gott mit uns, Señor de la Victoria y la Matanza, monstruoso Alá de los mahometanos, pérfido Jaungoikoa del cura Santa Cruz o el obispo Setién, no es que sea malo, es que es lo peor. El monoteísmo entendido por un etarra, un carlista, un jeznizaro o un macabeo no es distinto del paganismo nazi, en nada se distingue de los homicidas dioses aztecas o del Moloch de los fenicios, dioses que beben lágrimas y se alimentan con la carne de sacrificios. Para el carlista, hay que sacrificar liberales, para el moro hay que exterminar infieles, para el nazi hay que matar judíos, para el etarra hay que inmolar españoles, para el fenicio, hay que abrasar niños. Cambia la víctima, la mentalidad es la misma. Y a la víctima ¿qué le importan los fines del verdugo?


El Dios Tentador y Castrador
También hay un concepto de Dios como tentador, algo así como la "tetera para masoquistas" del famoso diseñador. Dios, según esa mentalidad, sería un sádico perverso que se dedicaría a tentar a los hombres. Debe estar muy aburrido Dios en su Gloria para dedicarse a ponerle la zancadilla a un pobre ciego a ver si se cae o no se cae. Es el Dios que permite que el Demonio machaque al pobre Job y mate a sus hijos para demostrarle a Satán que Job, a pesar de todo, le quiere. No añade la Biblia si Dios y Satán se jugaron unas cañas o una de callos con garbanzos al resultado.
El Dios Castrador es otra evolución del Dios Tentador: te doy un sexo y un cuerpo y unos instintos, pero sobre todo, no los uses, que te condenas. ¿Cuántas veces, hijo mío? Ese tipo de pensamiento es en el fondo tan débil que permite su fácil caricatura. Recuerdo el discurso de Al Pacino en "El abogado del Diablo" en que el actor interpretaba nada menos que a Satanás, que se nos disfrazaba de humanista.





El Dios de los Filósofos
El Dios de los Filósofos es muy distinto; carece de crueldad, o de bondad, porque es un Dios lejano y abúlico, al margen de la física, que ni pesa, ni tiene carga, ni medida, ni realidad material. Resulta todavía más absurdo que el "Ser Supremo" del sanguinario Robespierre, que te arranca la fe del alma: un dios con minúscula, que ni siente ni padece ni me importa tres narices, ni le importo yo un ardite.
Ese es también el Dios de los teólogos, "causa primera de todas las causas", función originaria de una cósmica ventosidad llamada Big Bang.  Es el Dios que te despachan bajo el cuidadoso celofán de las palabras, a ver si picas, porque pasar de ser deísta a ateo es muy fácil: basta con pensar durante diez segundos seguidos y decirse que la definición negativa de Dios, que ni es blanco ni es tinto ni tiene color es sencillamente la definición de la Nada. La Nada tampoco es blanca, ni es tinta, ni tiene color; ni siquiera es el vino que vende Asunción.
Los cursis le añaden a esa Nada una frase que queda muy bonita: "Dios es Amor". Pero decidme qué clase de amor puede tener la Nada. La Nada no se inmuta, es como un besugo disecado en la pared del comedor. Tiene narices que nos definan a Dios por su Ausencia cuando pretendemos hablar de su Presencia...

Un Dios llamado Jesús
Finalmente los que tenemos la suerte de ser católicos y creérnoslo -que es lo más difícil- sabemos que, efectivamente, Dios es Amor, sí pero no el Dios de los filósofos, ni el de los teólogos, ni el de los chiflados sanguinarios. Dios no es un nombre, es un hombre, una persona: me refiero claro está a Jesucristo, un Dios cercano porque compartió mi naturaleza, porque como a mí le cambiaron los pañales de niño y buscaba el pecho de su madre cuando lloraba y tenía hambre.
Jesús rió, y se alegró en las bodas de Caná, y también sufrió mucho cuando le clavaron unos enormes clavos en pies y muñecas después de someterlo al bestial tormento del flagelo.
Jesús tuvo miedo, mucho miedo, la noche antes de la Pasión, porque sabía muy bien lo que le esperaba. Y creo que Jesús todavía sufre con mis penas y se alegra con mis alegrías y que cuando me llegue la última hora -que a todos nos llega y a todos acojona- me cogerá de la mano y me llevará con él. Llamadme loco si queréis pero prefiero recurrir a la vieja estrategia de Tertuliano, "creo porque es absurdo". Y lo más absurdo de todo: que millones y millones de seres humanos han seguido a Jesús, han tratado de imitarlo, de atenerse a su voluntad, haciéndose pobres entre los más pobres, como la madre Teresa. Si todos esos millones y millones se han equivocado, ¡menudo desastre! ¡Qué timo!

Historicidad de una traición
Muchos piensan  que Jesús no existió, como tampoco existió Napoleón. Para otros Jesús no fue más que un hombre, un farsante, sin duda el mayor mentiroso de la Historia, puesto que pretendió una condición divina, precedente inmediato de Calígula.
Pero a mí me da que los Evangelios son la verdad pura y dura, porque no  relatan una succes story, no cuentan que Cristo después de anunciar la Buena Nueva, nuestra salvación, se retiró a vivir con los elfos o se casó con la rubia más guapa de su pueblo y fueron felices y comieron perdices.
El Evangelio nos cuenta una historia de traición: a Jesús lo entrega uno de los suyos, lo vende por treinta monedas; y el mismo al que adoraban y glorificaban unos días antes acaba torturado y crucificado del modo más bárbaro y cruel. ¡Como la vida misma! Algo tan perverso sólo puede ser cierto. Los Evangelios son un relato de esperanza, sí, pero no nos transmiten una visión ahistórica o edulcorada de las cosas, sino cargada de realismo. Cristo resucita, pero primero lo traicionan, lo "juzgan", lo torturan y lo asesinan.

El camino de Judas y el de los mártires
La historia de esa traición no ha terminado, lo seguimos traicionando los que confesándonos cristianos no seguimos Su camino sino el de Judas, que lo besamos en público para entregarlo, como los tarados que llevan siglos odiando en su nombre.
La Injusticia para labrarse necesita del amparo del silencio de los buenos. ¿Qué me decís de San Pedro, en aquella noche del Prendimiento? ¿Qué será sino la fiel descripción de algo tan humano como el miedo y la cobardía? Ya decíamos aquí que Judicial no viene de Judas, pero...
Los primeros cristianos fueron desde luego más valientes que los discípulos del Señor, porque ellos no habían vivido junto a Jesús, y sin embargo se dejaron comer por las fieras y ardieron vivos por confesar su fe en el Salvador y todavía, a lo largo del mundo, es el cristianismo la fe más perseguida. Es como para meditarlo, ¿no? Afortunadamente, sabemos también que la Fe derrotará siempre a la Tiranía, no es más que una cuestión de tiempo, como en la sufrida Rusia.
Quizás no sea tan absurdo creer. En cualquier caso, siempre al final volvemos a la pregunta del Rabí Jesús: "¿Y vosotros quién decís que soy yo?".