Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

martes, 1 de noviembre de 2011

Economía para buitres

El modelo de empresario del Gonzalato eran los engominados de Carabanchel tipo Javier de la Rosa y Mario Conde, ejemplares empresarios y honestísimos gestores; el modelo de empresario del Demenciato son Shyllock y el Sr. Scrooge: economía para buitres.
El Demenciato, la Era Zapatera o en la lengua de Hannibal Lecter, The Zapat Era, consiste en que mientras un loco decreta que la batalla del Ebro la ganó Carrillo y esas cosas que a él le interesan, el país se cubre de necrófagos volátiles royendo de los huesos las últimas briznas de carne. Son buitres sin plumas pero con negocio a pie de calle, buitres que viven de la muerte y de la ruina.

La primera División del buitrerío son las Cajas y Bancos que se quedan con tu pisito, tu nido, después de que hayas pagado la hijuela. A la pura calle, pero eso sí, sigues endeudado y paganini. Al final la gran obra zozial del de la zeja es que los derrotados de la vida van a dormir entre cartones. Brillante. Pablo Iglesias se sentiría orgulloso.
Alternativa a los bancos son las nuevas entidades de crédito que te lo ponen fácil, te juntan todas las deudas, te reconfiguran la hipoteca y de repente en lugar de deber cien debes mil, diez mil, debes toda la deuda Griega tú solo. Contra esos buitres algún juez ha tenido que recurrir a la ley Azcárate de 1908, una ley que se votó hace un siglo para luchar contra la usura. El Demente nos ha devuelto a los tiempos de Galdós, de los réditos y las casas de empeño...

Otro buitre es el que te compra una biblioteca por cuatro perras. "Mire, esto es que no se puede colocar". "Hombre, yo no le voy a pedir dinero por llevármelo, pero tampoco a pagar; piense usté en mis gastos de almacén, de transporte; yo es por hacerle un favor".
Los buitres de los muebles, llamados anticuarios, que compran por uno lo que venderán en diez, en veinte, en cien... "Señora, esta escribanía está muy vieja. ¿Quién va a querer un arcón de estos, tan pesado, con tantos años a cuestas?" Mesas tocineras, armarios de nogal, cómodas de limoncillo, palo rosa y caoba. ¡Todo malo cuando lo compran! ¡Todo bueno cuando lo revenden!
Los buitres especializados en desplumar a pobres viejos indefensos: "Sí hombre sí, usté anda corto de efectivo, don Manuel, pero a sus ochenta y nueve está sanísimo. Usté me cede el piso y yo le pongo una renta vitalicia. ¡A saber la de años que le quedan por delante!" ¡Y los testamentos! ¡Y las compraventas fraudulentas! Si los protocolos notariales hablasen... Contratos privados, latrocinios privadísimos...

El apoteosis de The Zapat Era son los buitres del oro y de la plata, los que se llevan la última cucharilla, la última bandeja, la última tetera. Compro oro, compro plata. El único negocio en expansión.
Me extraña que todavía no nos autoricen a vender los riñones, o el hígado... Tiempo al tiempo. Todo se andará, mientras nos puedan quitar algo, no descansarán.

viernes, 21 de octubre de 2011

Mis cachos íntimos

Hoy quiero hablaros de mis más fieles amigos, que son como yo mismo o, mejor dicho, son yo mismo, verdaderas partes de mí, mis cachos íntimos, mis entresijos.
Les tengo tanto cariño que estos días no leo la prensa, y así no me entero. Hay que cuidarse. Y es que decía Guareschi que hay cosas que el cerebro entiende pero el hígado no; y yo le tengo mucho cariño a mi hígado, nos hacemos compañía desde hace muchos años, y nos pasamos el día juntos. Con los años aprecias más esos fieles compañeros de celda que, contrariamente a las mujeres o los amigos, nunca te abandonan.

Por ejemplo, le tengo mucho respeto a mis cañerías internas, esos humildes pero eficaces intestinos que extraen lo mejor de cada alimento y no dan ninguna lata; amo mucho a mi valiente estómago, cementerio vivo de vete tú a saber cuántas piscinas de leche, cuantos rebaños de vacas y terneras, cuantas piaras de gorrinos, cuántos bosques de lechugas, cuántas arrobas de judías, garbanzos y macarrones, pozo sin fondo, agujero negro de insaciable apetito.
Le brindo verdadero afecto a mis pequeños pero eficacísimos riñones, que cumplen admirablemente su función; calculo que desde que Dios tuvo la ocurrencia de ponerme en este mundo, he debido evacuar cerca de treinta metros cúbicos de doradas aguas, mi pequeño Río Amarillo particular, el Hoang Ho de Luis. Treinta metros cúbicos es una piscina de chalecito.
Tengo, ya lo he dicho, auténtica reverencia por mi hígado, y también por mis pulmones, y por el pobre corazón que late todos los días más de ochenta mil veces, y no falla nunca... El día en que falle, no me enteraré porque unos segundos después, dejaré de estar.
Le tengo un gran amor a mi culo, esa carnosa y firme almohada que llevo incorporada, que me permite sentarme durante largas horas delante del ordenador para escribir idioteces.
Mis piernas son admirables, puedo andar kilómetros y kilómetros con ellas y me sostienen peñas arriba o peñas abajo a pesar de mi nada modesto tonelaje.
Le estoy muy agradecido a la vertebral columna que me sostiene sobre la base firme de mis enormes peanas. Tengo mucho cariño a mis callosas rodillas, mis codos, mi cuello, mi páncreas, mi píloro, mi bazo y hasta a mi ombligo, que todavía no le he visto utilidad pero algún día la averiguaré.
Por gustarme me gusta hasta Ulises, compañero inevitable de correrías, y traidor ocasional, que aunque no me sirve para nada, algo de compañía sí me hace; Ulises tiene ideas propias, un gran sentido de la independencia y el pobre cacarea por la mañana golpeándose el pecho como Tarzán, o se cimbrea cual elegante palmera, inútilmente, dicho sea de paso; pero el muy capullo todavía no se ha enterado...

La verdad es que hace lustros que no paso por la consulta del médico, ni falta que hace; todo me funciona como un reloj, pero no como un reloj cualquiera sino como los relojes de Ángel Manuel García, el Relojero Mayor del Reino, oiga.
Mis ambiciones se reducen a que durante las próximas décadas -la esperanza es libre- pueda seguir tomando mi tanque de café matutino y dormir como un saco de patatas por las noches, condición sine qua non de una salud perfecta. De hecho, como estoy tan harto de oír a los viejos hablar de sus achaques -que si la ecografía de la resonancia y la radiografía de la analítica- he decidido de una vez por todas que siempre estaré sano y de buen humor, hasta el día de mi muerte. ¡Me moriré sanísimo, seré el cadáver más sano del cementerio!
Hubo una época en que amaba a otros, ahora ya me limito a quererme yo mucho. Olé, olá, cada día me quiero más, como unidad de destino en lo universal y como conjunto de partes autónomas pero dependientes. Soy mi propia Península e islas adyacentes, un continente con un contenido que no te quiero ni contar.  Y como en breve no podremos gritar Viva España porque a nuestra patria le queda un telediario, pues yo gritaré, ¡Viva Luis Español! Y que viva por muchos años. Hala.

domingo, 16 de octubre de 2011

Los virtuosos carniceros

Me he pasado la semana pasada leyendo y releyendo las Meditaciones de Marco Aurelio. ¡Qué mente! ¡Qué luminosas consideraciones! Hay en Marco Aurelio una versión pagana de la caridad y un elogio constante de la paciencia. Muchas debieron ser las virtudes de aquel emperador, admirablemente educado primero como joven patricio y luego como heredero del Imperio.
Y sin embargo, fue durante su imperio cuando los primeros cristianos de las Galias, recibieron el martirio. En el año 177, para ser más exactos -Marco moriría en el 180- los Mártires de Lyon conocieron en su pobre y sufrida carne cuánto dolor podían infligir el emperador filósofo y sus secuaces a quienes no comulgaban con lo oficial. Resulta conmovedora la lectura de la Carta de los Mártires que reprodujo mucho tiempo después Eusebio (puede leerse aquí una versión francesa bilingûe con el original griego).

Hablamos del año 177 como podríamos hablar del 2011 en que la fe cristiana es perseguida en tantas naciones. Durante toda la semana hemos recibido noticias del martirio de los coptos egipcios entregados a la fiera islamista. El progreso es una farsa y la historia una interminable repetición.



Pienso también en Maximilien de Robespierre, aquel jurista cuyo apellido ha quedado para siempre ligado al Terror. Y sin embargo, recibió en vida los títulos de Virtuoso e Incorruptible. Para saber, más allá de la propaganda, lo que pensaba ese individuo, basta con leer su Informe sobre los principios del Gobierno Revolucionario, discurso claro, contundente y florido que pronunció un día de Navidad, para más Inri. Ah, perdón, no, que la Revolución abolió la Navidad, era el día 5 del mes de Nivose del año II de la Revolución...
Es curioso como Satanás siempre ha sabido revestirse de virtud. Virtuosos filósofos, virtuosos emperadores, virtuosos pontífices, virtuosos políticos, virtuosos caudillos, todos ejemplares carniceros. Calvino, Lutero o los Papas que combatieron, ¿qué enseñaron si no es a matar y odiar en nombre de Cristo? ¿Qué lecciones pueden darnos los fanáticos popes de las iglesias ortodoxas?
Y los virtuosos laicos, los grandes socialistas que han perseguido hasta la muerte todo aquello que diferencia el hombre de la bestia, su espíritu, su fe, su esperanza, su libertad, su arte, ¿qué lecciones nos pueden dar?
Afortunadamente, la testaruda vitalidad de la fe resucita aquello que se pensaba exterminar y erradicar para siempre, y comentamos aquí la reconstrucción íntegra de la catedral del Cristo Salvador en Moscú.
Y pronto, de aquellos virtuosos carniceros sólo podremos repetir la lapidaria sentencia de Séneca: [...] muy pronto se habrá olvidado todo lo de sus verdugos, hasta sus crímenes, que fue lo único que les conquistó fama (Consolación a Marcia).

miércoles, 5 de octubre de 2011

Nunca más la guerra... espero.


¡La guerra! Uno de los jinetes del Apocalipsis... Los dichosos jinetes que los teólogos no saben cómo interpretar. Uno de los pocos símbolos apocalípticos que no parece dudoso es el del caballo pardo: "Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo viviente que decía: Ven. Salió un caballo pardo; al jinete le encargaron que retirase la paz de la tierra, de modo que los hombres se matasen. Le entregaron una espada enorme".
 La más segura fórmula para sufrir una guerra consitse en exhibir la propia debilidad. Yo no sé cómo está de verdad nuestro ejército, ni cuáles son las intenciones del sátrapa marroquí. Al fin y al cabo la ministra saliente sancionó a unos militares españoles por poner una bandera española en un monte español y todas sus aspiraciones se reducen a organizar cursillos sobre las diferencias de género en el ámbito artillero, que supongo que pepinazo es una expresión machista, retrógrada y discriminatoria.

Dejando de lado a los chifladoz y zuz miniztroz, podemos hacernos una serie de preguntas: nuestro ejército, ¿está bien? ¿Tiene los medios necesarios para defendernos? ¿Cómo anda de ánimos? ¿Qué ocurriría si nos ataca Marruecos?

Hace trece siglos, en el 711, los moros invasores no necesitaron de grandes batallas ni escabechinas: les bastó llegar a acuerdos con los nobles locales, que los privilegiados son sangre de Judas y carne de traición. Si Marruecos atacara, ¿podemos fiarnos de lo que harían los amos de algunas autonomías? ¿Entregaríamos Alicante, Canarias, Ceuta o Melilla con la misma facilidad con la que entregamos el Sahara?

El otro día oí al inmenso Juan Pando recordar en la radio algunas duras realidades acerca de la guerra, mientras evocaba la increíble matanza de la I Guerra Mundial: las guerras no paran por la noche, ni los fines de semana; las guerras matan, y mucho.

 Otras generaciones han conocido la peste, el hambre, la guerra... Mi generación es la primera de la historia de Europa que no ha conocido ni la guerra, ni la peste, ni el hambre.. Me gustaría que siguiera siendo así.

Los militronchos son gente seria, sobre todo los que tienen en su hoja de servicios el "valor acreditado" de quien ha vivido situaciones esdrújulas; nadie más razonable ni pacífico que quien ha visto y olido los cuerpos destripados y despedazados en un campo de batalla. Es un olor que te acompaña el resto de tu vida...

En cambio los que montan guerras  u organizan cacaos que sólo pueden desembocar en guerras suelen ser gente que no ha hecho ni la mili y para la que las batallas son un remedo infantil, una especie de videojuego que les permite jugar a los soldados.

Recuerdo a este respecto que cuatro días antes de la ofensiva americana en Irak, el 16 de marzo de 2003, el Papa Juan Pablo II, durante el rezo del Ángelus improvisó un discurso tan sentido como sencillo que se resume en "Nunca más la guerra".
"[...] io appartengo a questa generazione che ricorda bene, ha vissuto - e grazie a Dio  sopravvissuto - a [la] seconda guerra mondiale, e per quest, per questo ho anche il dovere di ricordare a tutti questi giovani, più giovani, che non hanno questa esperienza, di ricordare e di dire, mai più la guerra".
Traducido viene a ser:
"Debo decir que pertenezco a esa generación que recuerda bien haber vivido y gracias a Dios, sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial, y por eso tengo el deber de recordar a todos estos jóvenes, más jóvenes, que no tienen esa experiencia, de recordar y de decir, nunca más la guerra.
Puede oírse en esta grabación la voz del viejo Karol, con su pila de años, su Parkinson a cuestas, y toda la lucidez de su experiencia.

El Papa se autoplagiaba. Ya había, en enero de 1991 leído una oración en el mismo sentido.
No pretendo con estas palabras decir que todas las guerras son malas: las hay si no justas, al menos necesarias, pero antes de soltar los caballos del Apocalipsis, conviene pensárselo y dar voz a quienes por su experiencia y vocación son los primeros interesados en mantener la paz; me refiero, claro está, a los militares.

jueves, 22 de septiembre de 2011

El baño de Goffredo

Cuando el pasado duele, cuando los sentimientos acechan y no te dejan conciliar el sueño, es el momento de ponerse a nadar, de flotar encima del tenebroso mar de la memoria.
Alguna vez he hablado de una gran película, Manuale d'Amore. Sólo he visto la primera y ya van por la tercera. Debo haberla visto unas quince veces en cinco meses. La compré por un euro -una oferta de ABC- y la verdad, le he sacado jugo a cada céntimo. Manuale d'Amore es de esas películas que sorprenden, que enganchan, que emocionan, que obsesionan, que te sabes de memoria como los episodios de Colombo. Te ríes y lloras en los mismos sitios, te sabes minutos enteros, frases enteras, como el niño pequeño que le dice a su Papá que le cuente otra vez la misma historia, que no quiere que se la cambie, que protesta si esta vez la Bruja Piruja usa una escoba Renault en lugar de una Volkswagen.
Un personaje extraordinario es el de un doctor, Goffredo -Carlo Verdone- que sigue enamorado de su mujer, que le ha dejado. Hay escenas muy divertidas, Goffredo intenta ligar con esta o aquella pero en realidad tiene clavada en la memoria a su ex-mujer. Poco antes del final -final feliz, preciso- Goffredo está al borde de la desesperación. Está harto, acaba de ver a su antiguo perro, a su antigua suegra, que le siguen queriendo. Pero a ella no; ella no está. Goffredo está hasta las mismísimas narices, no lloriquea, se limita a darse un baño. Vestido y todo, ¡hala! al agua patos. Aguaterapia a lo bestia, a flotar como una nutria. Luego sale y piensa: Come si fa a decidere di smettere di amare una persona? Io non ce l'ho un carattere cosi forte.Io non sono uno di quelli che per smettere di fumare un giorno buttano via il pacchetto e non fumano piu. Una volta ci ho provato. Pero poi di notte sono andato a riprendere il pacchetto nel secchio della spazzatura.

Se puede traducir libremente: Como se hace para decidir dejar de amar a una persona. No tengo yo ese carácter tan fuerte. No soy uno de esos que para dejar de fumar un día tiran el paquete y ya no fuman más. Una vez lo intenté. Pero luego de noche fui a recuperar el paquete en el saco de la basura

Creo que es una de las más bellas escenas de la historia del Cine.


La música es el fantástico Anymore de Orlando Johnson.
Esta es una versión más pura de Anymore.




Now I have seen / That I'm not free / Anymore / without you / Anymore / Now I'm free / on this road with my soul / on this road I won't be / Anymore / without you / Anymore / Now I'm free / on this road with my soul /on this road with you.

jueves, 15 de septiembre de 2011

¿Culo o nalgas?

¿Qué ves? ¿Un culo, o dos nalgas?
En francés el culo es cul, y las nalgas fesses. Vale. Tras una larga reflexión constatamos que un culo normalmente se compone de dos nalgas y que existe una identidad lógica entre 1 culo y 2 nalgas.
Lo curioso es que tendemos en español a emplear el singular culo y los franceses a emplear el plural nalgas. En inglés también se emplea más el culo en singular como ass o bottom o butt, y a las nalgas las llaman buttoks, que suena como botox, y hace falta ser bestia.
¿Qué revela esa elección sobre nuestras mutuas idiosincrasias nacionales? ¿Es el culo más rotundo que las nalgas? Cuestiones profundísimas que me han impedido dormir desde hace días...
Una observación más: el motivo clásico "La Venus del Culo Bonito", se escribe en francés, Vénus Callipyge, para dar facilidades ortográficas. En Español hay que decir Venus Calípiga, apostando por la sencillez y la eufonía. Suena bien, "una chica calípiga". Pues no, resulta que hay insufribles pedantes que escriben "Venus Calipigia" que suena peor que fatal. Decimos Calixto y no Calijtio. Calijtio sólo lo dice Bono. Será que son pijios y no pijos...

lunes, 12 de septiembre de 2011

Campaña nacional contra el nazi-onanismo

No debemos tirar la piedra sobre los nazi-onanistas en su salsa catalana, vasca, gallega o andaluza. El nazi-onanismo es un fenómeno completamente natural que surge con las dudas de la adolescencia, y una práctica universal entre los estupidos irrecuperables. Pero aceptar la existencia de un hecho no significa avalar su intrínseca inmoralidad. Por ello debemos informar a nuestros hijos de las consecuencias del nazi-onanismo, a saber:
  • El catalanismo vuelve ciego y te sale pelo en las manos.
  • El aberzalismo seca la médula.
  • El galleguismo produce sordera.
  • A los andalucistas les salen granos y les tiemblan las manos.

¿Cómo saber si un catalán es adepto al catalanismo?
Los signos externos suelen ser de amargura profunda. El catalanista es un infeliz, es un español que sufre mucho por ser español, su identidad jurídica no se ajusta con su vocación espiritual. Además, es un coñazo que todos los onces de septiembre celebra una perversión llamada Diada que consiste en que gente que no tiene ni puta idea de historia se inventa agravios para sufrir un poco más.
Baños de agua fría y la práctica del rosario en familia ayudan algo, pero lo más recomendable es el Sistema Mirameba de Electroshocks aplicados en la punta del órgano afectado. Salvador Dalí le dedicó al Gran Catalanista uno de sus cuadros más famosos.

¿Cómo saber si un vasco es aberzale?
Normalmente lo adivinas en que le sale una seta enorme y negra en la cabeza llamada chapela, tumor maligno que acacaba desarrollándose y tapándole la vista como una cortina. Así se pasan la vida dando palos de ciego.
El aberzale en sus grados superlativos de hijoputez se distingue del catalanista en el hecho de que aplaude a los asesinos de la ETA y cosas así. No sólo es tonto, además es malo. Suele entonces llevar un pendiente y se deja un mechón de pelo para que todos sepamos lo hijoputa que es y lo reconozcamos. Otros se parecen sospechosamente a esos simpáticos animalitos que viven en las alcantarillas o a otros bichitos africanos (ver imagen). Los peores de todo usan sotana o báculo espiscopal.
El tratamiento consiste en la práctica habitual de exorcismos, cantando el himno del Atleti; dicen que servirle de sparring a Mike Thyson ayuda a colocar las ideas (?) en el cerebro (?) pero tenemos dudas al respecto.

¿Cómo reconoces a un galleguista?
Entre los gallegos había buenos, y malos, de derechas y de izquierdas, de Santiago o de la Coruña, los que suben, los que bajan, los guapos, los feos, los que cantan, los que hablan, los que ladran... Pero nunca se conocieron gallegos tontos hasta que hace un poco más de un siglo un grupo de chiflados decidieron que los gallegos eran celtas y que Galicia era territorio foral, ¡toma ya! El galleguista es un tío que ve a gente de Madrid limpiando una playa cubierta de chapapote pero él no hace nada, aparte de gritar "Nunca máis" y de manifestarse tocando gaitas.
Algunos expertos consideran que el galleguismo nace en una ameba que todos los gallegos llevan en en el culo -véase la foto de la ameba galica mentecata- pero que sólo algunos desarrollan la patología, y además a cualquier edad como ese famoso ministro de Franco que se volvió galleguista con el paso de los años y ahora farfulla cosas raras en gallego (antes tampoco se le entendía, pero hablaba en español).
El gallego galleguista es un cambio de paradigma en un entorno de tíos listos, así que el tratamiento debe consistir en privarle de marisco durante diez años y obligarle a traducir al gallego las Obras Completas de Fraga empezando por sus clásicos Cómo convertirse en un demócrata franquista comprándose un bombín y Cómo conseguí que gobernara la izquierda en un país de derechas (con el prólogo "¡Gracias don Manuel!" de Felipe González).

¿Qué es un andalucista?
Andalucista en Andalucía es lo que en el resto de España llamamos gilipollas. Para eso no hay cura. Afortunadamente el andalucismo no ha penetrado en la sociedad, es una enfermedad limitada al ámbito político, que se dedica a celebrar a un separatista converso al Islam en la persona de Blas Infante y esas cosas raras que hacen por ahí, que les sacarán pronto del paro y les proporcionarán siglos de prosperidad.

lunes, 29 de agosto de 2011

Frances Kelsey: la guardiana entre el centeno


Tratando de contestarse a la pregunta de qué trabajo le gustaría hacer, Holden Caulfield imaginaba un campo de centeno en el que jugaban y corrían miles de niños. El campo terminaba sobre un tremendo precipicio. El único mayor entre tanto crío era el Guardían -el propio Caulfied- cuyo trabajo consistía en evitar que algún niño despistado se acercara corriendo sin mirar al precipio y acabara despeñándose. Y añadía el joven: "I know it's crazy, but that's the only thing I'd really like to be". Esa ensoñación es la que da título a la famosísima novela de Salinger, que ha merecido numerosos y sesudos análisis que ahora no vienen al caso.

Todos somos guardianes en el centeno
En realidad el sueño de Caufield es una perfecta metáfora del mundo real: todos somos guardianes entre el centeno -empezando por los padres, angeles de la guarda de sus hijos- y en particular los policías, los científicos, los técnicos y encargados de velar por que las cosas se realicen correctamente.
Cuando a un niño le lees la cartilla para que se acuerde de no meter los dedos en los enchufes, cuando llamas al 010 para avisar de que han robado una tapa de alcantarilla y que alguien puede caerse y descalabrarse, cuando un capataz abronca a un obrero que no se ha puesto el casco o los guantes, cuando eres un buen profesor que motivas enseñas y corriges a los alumnos, cuando haces tu trabajo con la mayor perfección posible, para que todo salga bien, eres un guardián entre el centeno. Pensad en la abnegada labor de tantos voluntarios y miembros de mesas electorales que se encargan de que el resultado de las elecciones sea fiable, como recordaba J-M García Gay en una entrevista.

Frances Kelsey
No nos damos cuenta de la calidad de vida que tenemos porque estamos acostumbrados a ella. Compramos y comemos alimentos con la seguridad de que no son veneno, bebemos un agua que pensamos que ha sido analizada y acondicionada y confiamos en que los juguetes que damos a los niños no llevan pinturas tóxicas. La calidad de vida se basa, enteramente, en la probidad de una inmensa mayoría de personas que hacen las cosas como Dios manda. Esa probidad es la garantía de la confianza y por ende, de la prosperidad.
De todos los que realizan cada día su trabajo y lo hacen bien y procuran evitar tantas tragedias derivadas del error, de la ignorancia, de la dejadez o de la mera estupidez, quisiera recordar a una señora estupenda que ha cumplido 97 añitos de nada.  Se llama Frances Kelsey, née Oldham, y fue la señora que evitó la espantosa tragedia de la talidomida en los Estados Unidos.

El drama de la talidomida
Os acordaréis de aquel drama: empezaba la década de los sesenta y nacían en Europa muchos niños con graves deformaciones. Los padres descubrián que su niño, su muy deseado hijito, venía con minúsculos brazos o piernas, o le faltaban dedos o miembros enteros. La Asociación Española de Afectados por la Talidomida tiene una intereasnte página web con datos y fotografías ad hoc.
Se constató que el fenómeno quedaba circunscrito al continente europeo y algunos otros países pero no afectaba a los EE. UU.
Al final se descubrió que el responsable de la tragedia era una sustancia, la talidomida que se comercializaba en preparados para aliviar las náuseas de las mujeres embarazadas.
¿Por qué la talidomida no afectó a los Estados Unidos? Porque la Food and Drugs Administration no había autorizado la comercialización del producto. El informe negativo se debió al bendito empecinamiento de Frances Kelsey, una señora particularmente sagaz y prudente, cuyos negativos informes sobre la talidomida fueron la base de la decisión de la FDA.
A juicio de la doctora, no se habían realizado suficientes pruebas para demostrar la inocuidad del producto. Un año después, miles de víctimas eran la viva y sufriente demostración de que Frances Kelsey tenía razón. En 1962 el presidente Kennedy le concedió a Kelsey la mayor condecoración civil de los EE.UU.

Necesitamos gente seria que no se deje presionar
A la doctora Kelsey la presionaron de distintas formas, pero se mantuvo firme. En España necesitamos muchos Guardianes en el Centeno, gente que haga bien su trabajo a pesar de las presiones de los Jefes que quieren ganar más pasta o inaugurar el puente antes de las elecciones. España se encuentra en el umbral de una nueva era que puede ser catastrófica si nos abonamos al todo vale de los chiflados neoliberales o espléndida si dejando atrás el lastre socialista apostamos por la prosperidad, una prosperidad que es incompatible con la inseguridad.
Tenemos que respaldar la autoridad moral de quienes tienen como función comprobar que las cosas son como deben ser, que las balanzas de los comercios no están manipuladas, que no se vuelva a producir un escándalo como el de las gasolinas, tragedias como el Síndrome Tóxico  o espantosos ridículos como cuando se hundió la sede de la Gerencia de Urbanismo en Madrid (!), que afortunadamente se derrumbó un domingo y no un día laborable.
Dotar de autoridad supone asegurar independencia; el que quiera entender que entienda.
Igualmente, no existe mejor Inspección que la auto-inspección y la introspección de quien ha sido formado en el colegio y en su casa con un ideal de honesta eficacia. Todos dependemos de todos y resulta vital enseñar esa realidad a los niños, desde pequeños.

sábado, 27 de agosto de 2011

Nada te turbe

Ayer en Misa volví a encontrarme con el panorama habitual; yo era el más joven y me rodeaban, esparcidos entre los bancos, un montón de maduros, muy maduros, madurísimos, viejecitos, carcamales, ruinas babilónica y momias de la Novena Dinastía. No he podido dejar de añorar esos días de la Jornada Mundial de la Juventud; una semana ya desde aquel sábado en que un millón y medio de chavales se juntaron en Cuatro Vientos.
La juventud es su propio adorno y la JMJ ha supuesto para Madrid un cambio total de decorado físico y espiritual. En barrios de nuestra envejecida capital demasiado caros para quien no sea rentista, de repente veías las calles ocupadas por gente entusiasta, vestida de colores y sonriente, que visitaba los museos, invadía las terrazas y llenaba las iglesias.
No penséis que sufro de efebofilia ni de ilimitada simpatía por lo joven. A mí, en general, los adolescentes me tocan un pie y la yema del otro; pero sí reconozco que ante lo nuevo todavía me conmuevo; cursilería quizá, o también ilusión. Se rompe una rutina, se constata un cambio de paradigma y quizá por ello también piensas distinto y ya no te importa tanto la opinión ajena.

Un poema de Santa Teresa
El jueves pasado día escuché de boca de unos jóvenes peregrinos franceses una versión musicada del poema" Nada te turbe" de Santa Teresa. Me parece una música bella, sencilla y pegadiza para unos versos excepcionales. Nada te turbe / Nada te espante / Todo se pasa / Dios no se muda / La paciencia / Todo lo alcanza. / Quien a Dios tiene / Nada le falta / Sólo Dios basta. etc.

Versos castellanos en el alma de Edith Stein
Este poema y otros de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz calaron hondo en una joven judía, Edith Stein, brillante discípula de Husserl, quien al convertirse en Carmelita, adoptó un extraordinario nombre compuesto donde combinaba los nombres de sus poetas y santos favoritos Teresa Benedicta de la Cruz.
Edith Stein fue detenida el 2 de agosto de 1942 en el monasterio de las Carmelitas de Echt (Holanda). El día 7 ella, su hermana Rosa y otros 985 judíos salieron en un convoy, camino de Auschwitz. Llegaron dos días después. Edith y Rosa fueron obligadas a desnudarse y meterse con las demás víctimas en una cámara de gas, las famosas "duchas" de las que no manaba agua sino gas Zyklon-B. Su cuerpo fue incinerado como el de tantos, y un poco de Edith salió de las chimeneas de Auschwitz. Sus restos se libraron de ese deporte siniestro del catolicismo que consiste en trocear gente para convertirla en reliquias.
De sus asesinos nadie recuerda el nombre, perdido en el albañal de la Historia, en el infecto lagar de los verdugos; pero ella fue proclamada Patrona de Europa por San Karol.
Podríamos aplicarle los versos finales del gran poema teresiano: [...] Del infierno acosado / aunque se viere, / burlará sus furores / Quien a Dios tiene. Vénganle desamparos, / cruces, desgracias; /siendo Dios su tesoro, / Nada le falta. / Id, pues, bienes del mundo; / id, dichas vanas,/aunque todo lo pierda, / Sólo Dios basta.
El poema de la Santa de Ávila fue musicado por Jacques Berthier, es el número 50 de las 71 obras que ofreció a la comunidad de Taizé.
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viernes, 26 de agosto de 2011

Por el amor se lucha

La mayor enfermedad del mundo es la logorrea. Queremos sustituir los sentimientos por palabras, los actos por palabras, la esperanza por palabras. Y no es posible. Todo lo que vale la pena, todo aquello que realmente valoramos, sólo se consigue por medio de la lucha, una lucha en la que las palabras pesan poco y los actos mucho. Le dediqué ya una entrada al tema, Don't give up.
El amor, por encima de todo, es exigente: no le gustan los blanditos ni los tontitos. Quien quiere un amor tiene que luchar todo el día contra sí mismo, contra sus prejuicios y contra el orgullo que impide pedir perdón.

Los prejuicios matan el amor
Un conocido mío que ya no existe, como no sea en la esperada Gloria que nos vende la fe, se privó del amor, castrándose a sí mismo al rechazar un amor que surgió en su vida.
Su familia tenía un castillo desde finales del siglo X, algo más de mil años en el mismo rincón de Francia. En España no hay familias tan antiguas. Él se pasó toda la vida trabajando para el castillo, euro que ganaba, euro que acababa en las obras de reparación del tejado, la instalación eléctrica, qué sé yo.
Surgió el amor, sí, pero él no podía. Ella era una chica sencilla que lo quería, que lo hubiera hecho felicísimo. Habría tenido niños y un perro, habría vendido el dichoso castillo y se habrían arreglado en un pisito de alquiler, pequeño, y sus mañanas habrían empezado con una caricia y un café, y tratando de evitar que el más pequeño se coma el paraguas de la entrada y cosas así. ¡La felicidad!
Pero él sufría de un raro cáncer genealógico que le impedía vivir la vida: la chica no tenía cuarteles de nobleza, y cierta vulgaridad al hablar indicaba que no se había criado en l'École des Roches. Así que el amor se inmoló ante los prejuicios y él murió solo y soltero. Siempre he deseado que algún sobrino suyo de los que heredaron el castillo le haga un favor a la familia y lo queme, o lo venda o lo subaste y se quiten de encima esa losa centenaria, ese castigo secular.

El desamor está de moda
Esto viene a cuento de que estoy harto de oír hablar de desamores.
No hay día en que no me entere de una nueva catástrofe íntima, otro tren de amores descarrilados. Carallo, ¿qué le pasa a la gente? ¿Por qué no luchan por su amor, por lo que han sido, por lo que pueden llegar a ser? ¿Por qué ceden a la tentación de romper la baraja?  ¿Tan difícil es pedir perdón, decir "lo siento"? ¿Por qué el orgullo siempre tiene que salirse con la suya?
Hoy día el Diablo se viste de sicólogo, y te aconseja pragmatismo y realismo; cada día me convenzo más que el ámbito natural de los sicólogos es el fondo del mar, haciendo compañía a los abogados matrimonialistas.
Cuando veo otra pareja rota, otra más, tengo ganas de majarlos a palos y gritarles: ¡BASTA! ¡BASTA YA! ¿No tenéis nada mejor que hacer que haceros daño?  ¿Por qué tanta maldad? De verdad, los diagnósticos de los expertos, los consejos de la gente razonable, las palmaditas en la espalda de falsos amigos os la debieran traer pendulona. ¡Luchad por vuestro amor! Si el amor es algo más que un espejismo desde luego no puede ser una licuefacción mierdosa de prudencia. Al agua patos, ¡equivocaros! ¡Equivocaros y sed felices! Y cuando las cosas se tuerzan, que se tuercen, aprended a pediros perdón.

Sorry: una gran canción de Tracy Chapman
A pesar del tiempo, me sigue conmoviendo como la primera vez la belleza y sencillez de Sorry, esa gran canción de Tracy Chapman. Una letra sensacional y una forma de cantarla tan original.
Sorry / Is all that you can't say / Years gone by and still / Words don't come easily / Like sorry, like sorry
Forgive me / Is all that you can't say / Years gone by and still / Words don't come easily / Like forgive me,  forgive me
But you can say baby / Baby can I hold you tonight / Maybe if I told you the right words / At the right time you'd be mine
I love you / Is all that you can't say / Years gone by and still / Words don't come easily / Like I love you, I love you

viernes, 12 de agosto de 2011

A los papanatas no les gusta el Papa

 
De verdad, se me han hinchado tanto las narices, que no consigo sentarme.
Fíjate que yo no soy de grandes reuniones multitudinarias y la fe que tengo en Jesús, mi Dios cercano, nada tiene que ver con los circos mediáticos. Además, nunca he sido especialmente papólatra y rehuyo las multitudes.
Por ser verano y tener cosas más interesantes que hacer, no pensaba asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, que este año se celebra en Madrid. Pero el odio desplegado contra esa exhibición de fe y juventud, ha conseguido irritarme. Hasta he tenido que interrumpir mi vacación bloguera. ¡Ya vale!
Te comentaba hace unos días, en una entrada dedicada a la senilidad anticlerical, la cristofobia de José Luis Sampedro, ese portentoso genio convencido de que la fe es incompatible con la inteligencia. Jaleados por los medios anticristianos, una serie de mezquinos HDP han desplegado todo su odio y toda su mediocridad contra las JMJ, contra el papa Benito, contra el cristianismo en general y el catolicismo en particular.

Un chivo expiatorio
El fenómeno no es nuevo. Es una característica del pensamiento irracional tratar de buscar chivos expiatorios para justificar el propio fracaso. Viene de antiguo la costumbre de sacrificar inocentes: los antiguos mexicá, cuando no llovía, mataban niños y niñas en los altares del Dios de la Lluvia, pensando que sus lágrimas propiciarían magníficas cosechas. En la Edad Media, cuando había una peste, alguien le echaba la culpa a los judíos y Lutero se imaginaba que los problemas de la Cristiandad eran responsabilidad directa del pueblo de Israel. ¿Quién no recuerda aquella magnífica película, Matar al Ruiseñor, en que a un tío lo juzgan por imaginarios abusos, y de paso lo matan cuando intenta escapar? La víctima en este caso sólo era culpable de un delito por lo visto abominable: ser negro.

Pensar es muy cansino
En el fondo la identidad de la víctima es lo de menos, que sea negro, judío o católico, masón, homosexual o chino, lo importante no es la etiqueta que le pongamos a la víctima sino su función: servir de desahogo a los mediocres. Si a un chico carlista su novia le da calabazas, acabará por echarle la culpa a los masones. Si a un tío con talento lo nombran Director de algo será que es maricón; si me presento a las elecciones y no me vota ni el Tato, la culpa es de los Medios o del Sistema. En eso coinciden todos los capullos de la tierra, en echarle la culpa a otro para no tener que molestarse en pensar...
Y así funcionamos todos en general, echando balones fuera, sin querer asumir nuestras responsabilidades, en estado de perpetua adolescencia; y así funcionan los anticlericales, los casposos de toda la vida, proyectos de nada multiplicados por cero, ladillas de ateneo que han encontrado un culpable para la crisis del Teatro, la tuberculosis y la deforestación de los Trópicos: los culpables son el Papa Benito y las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Perdonar no es tan fácil
Como pagano asilvestrado con apenas un barniz de Cristianismo -barniz muy fino, pero al que estoy apegado- siempre he respetado a los buenos cristianos que se tragan su orgullo, que son capaces de perdonar a sus enemigos. A mí perdonar y olvidar se me hace muy cuesta arriba y por eso admiro muy sinceramente a toda esa gente que responde con bien al mal y no atiende a las provocaciones de la ralea.
Admiro todavía más a aquellos que intentan sinceramente ver en el Otro, por asquerosito que sea, una imagen de Cristo. Yo no puedo, de verdad, es superior a  mis fuerzas. Cuando miro a un capullo, sólo consigo ver a un capullo; y mira que me concentro... Lo siento mucho, no soy de los que ponen la otra mejilla, no soy una de esas monjas admirables que dedican toda su vida al cuidado de los demás, que lavan viejos a los que su familia ha abandonado, que se preocupan entre Proyecto Hombre y Cotolengos de aquellos de los que nadie se ocupa, para que luego se burlen de ellas. ¡Que se burlan! ¡Que hubo malnacidos que se choteaban de Teresa de Calcuta!
Mi cristianismo es totalmente futbolero y reactivo; no me gusta que se metan con mi equipo, con mi gente, con la fe de mis mayores; ¡estoy harto! ¡Hasta los mismísimos!
Así que si por casualidad os parecen mal las JMJ, os cae mal el papa Benito, os molestan las procesiones, las misas, dos mil años de cristianismo en España, etc. pues lo único que espero es que vuestro odio os haga sufrir mucho, que vuestro odio os produzca severas indigestiones y úlceras pépticas; que por culpa de vuestro odio, os salgan almorranas en el cerebro y sabañones en el culo, y he querido plasmar esos delicados pensamientos, esas perfumadas volutas de mis renacentistas médulas en la eficaz fórmula ¿Te molesta la JMJ? Pues JDT. Que ya está bien. Acompaño estas letras de desahogo con una bella imagen diseñada por Guillermo Orazal.

jueves, 4 de agosto de 2011

Vencer a Franco


Retirado en la paz de estos desiertos
Con pocos pero doctos libros juntos
Vivo en conversación con los difuntos
Oyendo con los ojos  a los muertos

Quien muere sólo desaparece de verdad el día en que ya nadie lo recuerda; por eso muchos cuyos restos son cenizas o humilde gusanera, todavía viven en nuestros corazones, y no sólo los que quisimos, nuestra entraña viva, nuestros parientes y amigos; también siguen vivos en nuestra memoria los autores de los libros que leemos -gracias don Francisco, por esos versos- o los protagonistas de la Historia vivida o inventada. Precisamente, una de las gracias de Rodríguez Zapatero y sus mariachis ha sido la de resucitar a Franco, a base de hablar de él, de una parte, y de tratar de aplicarle la damnato memoriae. Ese extraño complejo le ha llevado a elegir el 20 de noviembre como fecha de su adiós, una última payasada antes de la voltereta final. No contentos con resucitar a Franco, con su inmenso fracaso le han regalado al Dictador una nueva victoria, una victoria que, desde luego, el Caudillo no merecía.

El éxito final de Franco
Si Franco hubiese muerto en 1939, 1945 o 1955, sin duda no existiría el franquismo sociológico. Sólo se recordaría del siniestro general su gran obra guerracivilista, los años de represión y la España gris cemento con el Invicto disfrazado de cruzado... que hace falta no tener sentido del ridículo. Pero es que Franco -preciso por si me lee algún magistrado de moda- no murió en 1939, ni en 1945, ni en 1955. Al general le permitieron morir el 20 de noviembre de 1975.
Antes de los años sesenta, el franquismo es la larga, larguísima, interminable historia de un fracaso que se resume en que con el pretexto de salvar y redimir un país primero lo destruyes y luego lo reconstruyes. En 1956 se habían alcanzado los niveles de desarrollo de 1936, es decir, España habá perdido no sólo mucha sangre sino mucho tiempo, veinte años para ser exactos.
Sin embargo existe un franquismo sociológico y el éxito inicial de series como Cuéntame con su familia Alcantara recrea una España próspera que todos los que vivieron recuerdan con cariño. ¿Por qué? Por su éxito final. Los sesenta fueron espectaculares, tanto en España como en otros países europeos y occidentales. Al impresionante crecimiento de los sesenta algunos fanáticos analistas para no llamarlo desarrollo, preferían llamarlo desarrollismo, mira tú qué bien. Con el sueldo de dos años podías comprarte un piso, había pleno empleo y el país creció tanto que pudieron regresar los millones de emigrantes económicos.
A finales de los sesenta España era considerada como un paraíso por muchos extranjeros que disfrutaban de la tranquilidad de una sociedad ordenada -la delincuencia era residual- y se habían conseguido objetivos que hoy nos parecen sencillamente inimaginables: pleno empleo y ¡contratos indefinidos tras un mes a prueba! Era una sociedad alegre, llena de niños y que bailaba al ritmo del Dúo Dinámico. Y una sociedad joven a la par que estudiosa, sólo puede ser creativa: marea pensar en la cantidad de autores en todos los ámbitos que fructificaron durante esos años...

Recoger el guante
Ese éxito es un desafío para la España de hoy, libre y democrática pero con grandes problemas. No podemos dejar de recoger el guante que nos echa Franco desde el Infierno; no podemos rehuír nuestras responsabilidades, cada uno de nosotros debe optar entre ser un Cyrano o ser un gusano.
Podrán los neoantifranquistas -normalmente hijos de significados azules- desmantelar el Valle de los Caídos, quemar los restos de Franco, zombificarlo, hacer flautas con sus huesos o dispersar sus cenizas al viento, pero ese calculado y nada espontáneo aborrecimiento no es más que el síntoma de su extraordinario fracaso.
La historia no la podemos desmantelar, ni la verdad, por mucho que nos engañemos: o los españoles demócratas podemos hacerlo mejor que la España dictatorial, o menudo ejemplo para nuestros hijos.

Hemos perdido más de tres décadas
Lo peor del franquismo crepuscular, aparte del propio Dictador, son sus dirigentes políticos, los mismos que se vestían con la camisa azul en 1975 se convirtieron en demócratas sobrevenidos en 1977 y confeccionaron una Constitución manfiestamente mejorable que desestructuró España y que con el pretexto de asegurar la libertad y la democracia nos hundió en una crisis de sociedad que ya viene durando treinta años con la feliz excepción de los gobiernos de Aznar, que supusieron un cambio de paradigma, aunque no un retorno a lo mejor de los sesenta.

La excepcion Aznar
Con Aznar hubo crecimiento y modernización, España se convirtió en la octava economía del mundo, y de país de emigrantes devino en destino de inmigrantes. Se plantaron árboles, se levantaron millones de viviendas nuevas, se modernizaron las estructuras.
Fueron gobiernos entusiastas que se estrenaron consiguiendo cumplir en pocos meses con las condiciones impuestas para entrar en el euro, los famosos "criterios de convergencia" fijados en Maastrich, capaces de acorralar a las sabandijas de la ETA, con una brillante política internacional, gobiernos que retomaron Perejil, fortalecieron las relaciones con EE. UU. e impusieron excelentes condiciones para España en los tratados europeos. Nunca habíamos alcanzado tan altas cotas de convergencia con la Europa más próspera: hoy vamos pidiendo limosna y de aquí a noviembre podemos encontrarnos con España fuera del euro.
Las sombras fueron el precio de la vivienda, una ciega política inmigratoria que no tuvo en cuenta quién se puede integrar y quien no, el peaje pagado a los separatistas, el fomento del aborto y el envejecimiento de la población: desde Felipe González, es mucho más fácil abortar en España que encontrar una guardería; Aznar tampoco quiso o no consiguió moficicar la Constitución para acabar con el caos autonómico; la educación no se reformó, y el código penal siguió facilitando las formas legales de pederastia.

El desastre Zapatero
Zapatero ha fracasado en todos y cada uno de los puntos de su política puesto que los problemas que Aznar no resolvió, siguieron agravándose con el Z, pero sin ninguno de los inapelables éxitos de su predecesor. Hoy la vivienda sigue siendo inasequible, pero tenemos cinco millones de parados, hemos pasado de ser la octava potencia mundial a la decimocuarta y cada día perdemos algún derecho nuevo; amparándonos en la globalización, nos vamos chinificando. El futuro a medio plazo de un trabajador español, sin formación, es la esclavitud. Como en la película Stico, aquella genial fábula de Armiñán, los españoles acabarán vendiéndose como esclavos a cambio de comida y de techo seguro.

El saqueo es impresionante; en Barcelona vende ya la Generalidad edificios históricos para obtener liquidez hoy, a cambio de deudas mañana; en breve veremos hermosas torres sobre un Retiro privatizado y las mejores obras del Museo del Prado rematadas en Sotheby's. La zetagente deja el poder con el peor de los balances, y una nueva fuga de cerebros y talentos, largándose de España buscándo fuera algo mejor. Debieran reeditar el clásico de Gómez Gil, Cerebros Españoles en USA. Zapa nos ha devuelto a los cincuenta.
El único éxito de Z ha consistido en silenciar por unos meses a los etarras, al precio de darles el poder: los ha legalizado y tras la victoria de Bildu los etarras controlan ayuntamientos y provincias; también nos ha dejado en la calle a un grupo de activistas de no se sabe qué al servicio de no se sabe quién, los quincemeneros, que desprecian el poder salido de las urnas e imponen su presencia en la plaza pública.

Un Nuevo Trato para España
El próximo gobierno cuenta con una baza histórica: la zetagente ha sido tan mentecata que los que vengan sólo pueden hacerlo mejor; en tábula rasa se construye muy bien.
Pero el futuro gobierno del PP, si es que Rajoy gana, si es que quiere de verdad ganar, debe ser capaz de generar millones de puestos de trabajo y de reducir el precio de la vivienda al menos un 400%; tiene que ser capaz de crear un entorno laboral eficaz, rentable y seguro; tiene que enfrentarse a la desestructuración constitucional creando un marco legal nuevo que sustituya la actual chifladura territorial y la persecución de la lengua española; tiene que reformar de arriba a abajo la Educación, empezando por nuestras corruptísimas y nepóticas facultades para que España tenga al menos alguna universidad entre las cien primeras del mundo, que no es mucho pedir; tiene que llenar el país de guarderías, además de pisos baratos, para que las parejas jóvenes puedan trabajar y tener niños, y disciplinar los colegios devolviendo a la educación pública el prestigio que le han quitado locos y demagogos. Tiene que poner el sistema de crédito al servicio de la sociedad y no la sociedad al servicio de los banqueros. Tiene que crear un marco estable para la familia, alfa y omega de toda civilización.
Todas esas reformas se las ha puesto fáciles el inmenso fracaso de Zapatero verdadero destructor de la izquierda española. Rajoy tiene que alcanzar un nuevo pacto con la sociedad española, un new deal en el sentido más roosveltiano; y nadie alcanza esos objetivos si carece de ambición, si no es capaz de hacer un discurso asertivo, positivo y creador.

No debemos elegir entre prosperidad y libertad
Debemos ser ambiciosos; o lo ambicionamos todo, o perderemos lo poco que nos queda, que son la democracia y la libertad, esos tesoros que gozamos todavía y que tantos estúpidos desprecian. Se equivocan mucho quienes hacen de menos los bienes del presente pensando en tesoros futurizos y ya dice el sabio, "no escupas en tu pozo, volverás para beber en él".
Los fachas e izquierdosos que constituyen la base ideológica quincemenera siempre le sacan defectos a nuestra democracia, que ya sabemos que no es perfecta, pero es mil veces mejor que no tenerla. Desprecian la libertad porque, en el fondo, no han hecho nada para ganársela.
Democracia y la libertad son nuestro patrimonio, lo único que nos queda después del Demenciato. Y si no aprendemos a valorarlas, nos las quitarán y sólo nos quedarán los ojos para llorar. No debemos poner a la gente ante el dilema de elegir entre prosperidad y libertad. Debemos ambicionar la mayor prosperidad sin renunciar a la libertad. Vencer a Franco no consiste en quitar estatuas del dictador; consiste en demostrar que se puede ser una democracia y conseguir altas cotas de prosperidad y desarrollo. Debemos vencer a Franco de verdad, y para siempre.

miércoles, 3 de agosto de 2011

El reclutamiento político: el caso del PP

En un país en que la seguridad laboral  queda reducida a la Administración, sólo los funcionarios tienen la certeza de cobrar hoy y mañana un sueldo, y pueden hacer planes para casarse, tener hijos o adquirir un nido hipotecándose treinta o seiscientos años. De ahí que muchos españoles sueñen con "sacarse" una oposición, y si es posible de las buenas, así que pasan los mejores años de la juventud con los codos hincados, memorizando temas, bajo la dilecta dirección de sus preparadores.
Las oposiciones no son un sistema perfecto pero resultan sin duda una forma de acceso a la Administración más limpia que el mero dedazo puesto que premian el esfuerzo personal y en particular la memorización de materias complejas.


Excelencias en excedencia
En la entrada anterior abordábamos la más que probable victoria del Partido Popular en las convocadas elecciones del 20 de noviembre. Puesto que en breve de ese partido saldrán los altos cargos que tendrán en sus manos las riendas del Estado, quizá no esté de más comprobar cómo se seleccionan  las altas esferas del PP donde resulta notable la presencia de personas que se han ganado un lugar bajo el sol por medio de una oposición, quizá por influencia de Fraga, un gran memorión. Vale la pena recordar que Fraga obtuvo el número uno de las oposiciones al Cuerpo Diplomático y a Letrado de las Cortes, y también ganó una Cátedra de Derecho Político y quizá por ello le gustó rodearse de personas cuyo estatus se debía en parte a haber obtenido una oposición. A Fraga sólo le hizo sombra en ese sentido Pío Cabanillas, que ganó tres oposiciones tan difíciles como la de Notario, Registrador de la Propiedad y Letrado de la Dirección General de Registros y del Notariado. ¡Las tres! Pío fue uno de los fundadores del primer Partido Popular, que se integró en UCD.
Hechura de Fraga es Rajoy -registrador de la propiedad en excedencia-, como lo son José María Aznar -inspector de Hacienda en excedencia- o Alberto Ruiz Gallardón -fiscal en excedencia-. Otros destacados personajes del PP son también funcionarios de carrera que han conseguido plaza por medio de la correspondiente oposición. Ana Botella y Esperanza Aguirre pertenecen al Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo; Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal son Abogadas del Estado como lo es Antonio Hernández Mancha, otro fallido delfín de Fraga; Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, quien también pudo suceder al histórico líder del PP es letrado del Consejo de Estado, entre otras muchas cosas, y -con Fraga- uno de los siete padres de nuestro engendro constitucional. Hay naturalmente excepciones, como Álvarez- Cascos cuyo perfil profesional es Ingeniero de Caminos, pero el político asturiano ya ni siquiera milita en el PP.


Vasallaje
Cierta independencia
El lado bueno de que un político tenga un sueldo seguro de la Administración que no deba a nadie más que a su propio esfuerzo, es que le proporciona una mínima independencia económica; el funcionario de carrera no necesita venderse a nadie para vivir. En cambio el político que sólo es algo en función del dedazo que lo nombró, está sometido a un tremendo condicionamiento: no se atreve a opinar por sí mismo y mantendrá respecto de su protector un vasallaje que fácilmente deriva en acrítico servilismo.
Por otro lado resulta obvio que personas que tienen una formación jurídica y conocen a fondo una materia y la estructura del Estado por haberlas estudiado en el marco de una oposición, sin duda pueden hacer un buen papel en la alta administración, no sólo en aquel campo que estudiaron sino en general.

Un partido sin empresarios
Lo que resulta dudoso es que personas con mentalidad de "sueldo seguro" sean especialmente vitales. El PP está lleno de gente con sueldos seguros y resulta llamativa la casi total ausencia de empresarios en sus filas, aparte de Rodrigo Rato, quien heredó gran parte de su fortuna, y lideró la fantástica recuperación económica de los gobiernos de Aznar. Rato ahora se ocupa de Bankia pero quizá lo reaprovechen algún día, que el reciclado está de moda.
Ahora mismo no se me ocurre nadie más ya que Manuel Pizarro fue flor de un día en el partido, un abogado del Estado con una larga carrera técnica en la Administración que tras una trayectoria por el mundo de los mercados -presidió la Bolsa de Madrid- y dirigir Endesa pasó dos años en el mundo político del que rápidamente se decepcionó.  ¿Puede un partido sin empresarios liderar la reconstrucción económica de España?

Empresarios sin horizonte penal
El empresario que tiene que partir de cero o de muy poco, tiene, pienso yo, una perspectiva más dinámica de las cosas. El empresario tampoco es un modelo perfecto: los negocios a veces pringan y resulta difícil ser no sólo honesto sino parecerlo cuando se maneja dinero, sobre todo hoy día en que están de moda tipos elaborados de estafa como la llamada ingeniería financiera, etc. ¿Existen empresarios de prestigio sin horizonte penal?  Dos banqueros sobrevenidos, Mario Conde -también abogado del Estado-  y José María Ruíz Mateos, tuvieron, ambos, tanto su momento de gloria como su etapa carcelaria. El primero quiso entrar en política antes de la intervención de Banesto, el segundo entró en política después de la expropiación.
Por otra parte, las grandes empresas españolas no participan en general del modelo de mercado libre sino que se han beneficiado de protecciones estatales y en cieto modo son estructuras dependientes de la Administración: bancos, antiguos monopolios como Telefónica, las eléctricas, ¿hasta qué punto son empresas de verdad competitivas? Salvo Inditex, El Corte Inglés, la industria bodeguera, las alimentarias, empresas como Lladró, todo el sector turístico y de servicios, ¿cuántas empresas hay en España que puedan decir que no deben sus beneficios a la intervención del poder público? Incluso empresas libres pensadas para un mercado libre como Microsoft, deben buena parte de sus beneficios en España a la protección oficial: el uso de su software cautivo por parte de la Administración.

Variar la ensalada profesional
Si una Institución a priori tan rancia como la Real Academia de la Lengua optó hace décadas por ampliar el círculo en el que elige los académicos, que no son ya todos profesores ni lingüistas, sería sin duda interesante que el PP se planteara variar el origen de sus cuadros dirigentes. 
Desde 1977, España sólo ha tenido gobiernos de UCD, del PSOE y del PP. 
En UCD los dos presidentes del gobierno fueron un doctor en derecho con trayectoria en el Movimiento y la administración, Adolfo Suárez, y un ingeniero de caminos, Leopoldo Calvo Sotelo.
En el PSOE sólo han sido presidentes del Gobierno en esta etapa dos licenciados en derecho, ambos profesores ayudantes de Facultad durante un breve tiempo, Felipe González, que fue abogado en ejercicio, y Rodríguez Zapatero, cuya trayectoria vital ha sido esencialmente política.
Pérez Rubalcaba, actual líder del PSOE, es un doctor en química y ha eneñado en Madrid, Constanza y Montpellier; otros dos líderes fallidos fueron el ingeniero aeronáutico y doctor en económicas Josep Borrell y un brillante alumno de Deusto como Joaquín Almunia que hizo el doblete de derecho y empresariales.
Españoles que presidieran instituciones internacionales han sido un doctor en económicas, Rodrigo Rato, antecesor del controvertido Strauss Kahn en el FMI; un catedrático en bioquímica Federico Mayor Zaragoza, con una laga trayectoria científica antes de entrar en política, y que ha dirigido la UNESCO; el catedrático de Física del Estado Sólido, Javier Solana, Secretario General de la OTAN.

Los grandes líderes de Europa
Echemos un vistazo a Europa y sus grandes líderes del pasado:
Jean Monnet era un comerciante de vinos -nació en Coñac- que no llegó a terminar el Bachillerato. Robert Schuman era abogado en ejercicio. Alcide De Gasperi estudió Letras en las universidades austriacas y fue activista y periodista.
El único título profesional de Churchill era el de oficial de caballería, por Sandhurst. Esa formación, militar era la del General de Gaulle.
Si hablamos de la derecha de la Europa actual, Angela Merkel, es física, doctora en física cuántica. David Cameron, aunque cultiva su vena pija, en realidad fue un buen estudiante que se tomó la molestia de graduarse en Oxford con honores de primera clase en Filosofía, Política y Economía, con carrera en la administración y un claro perfil político.
Silvio Berlusconi, antes de convertirse en empresario, y meterse en el mundo político, se doctoró en Económicas. El primer ministro holandés es Mark Rutte, de formación historiador y de profesión especialista en Recursos Humanos en el grupo Unilever. Ninguno de ellos participa del modelo español.
Algo más cercano al modelo español es el francés. Los mandarines franceses salen de escuelas como la ENA, Sciences Po o Polytechnique, caso de Giscard d'Estaing, pero hoy quien manda son políticos profesionales como Sarkozy y su primer ministro Fillon que tienen estudios de derecho -el primero es licenciado, el segundo doctor y con estudios jurídicos profundos- pero prácticamente han hecho toda su carrera en el ámbito político. Lo mismo se puede decir del presidente de turno de la Comisión Europea, Viktor Órban, jefe del gobierno húngaro, becario de la Fundación George Soros, que lleva toda la vida haciendo política. Ninguno de ellos es un funcionario de escalafón en excedencia.
Mi conclusión es que me gustaría ver en la cúpula del PP a gente profesional que no sólo a excelencias en excedencia: ingenieros de caminos, abogados de verdad –no sólo licenciados en derecho- médicos, arquitectos, historiadores, traductores, periodistas, escritores, militares y profesionales en general que aporten ideas y experiencias distintas. Dado el enorme peso del gasto sanitario en los presupuestos, ¿no os llama la atención el escaso número de médicos en nuestra política? Uno fue Pujol, que está ahora retirado, y otro es Llamazares.
Puede leerse aquí un trabajo de Juan Rodríguez Teruel sobre el reclutamiento de los ministros.