Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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lunes, 30 de diciembre de 2019

Españoles sin España, una esperanza

Fuente: ABC, artículo enlazado.

La identidad española sobrevivirá a la destrucción del Estado español.

Un artículo de ABC de hace cuatro años se hacía eco del hallazgo de una moneda de dos mil años de antigüedad, acuñada en Segovia, que llevaba las mismas siete letras de la vieja ciudad castellana. Y es que las cosas más arcanas a veces permanecen, en el duro metal de las monedas o en el durísimo acero de la memoria colectiva y heredada, superando el tráfago de los siglos... Tengo infinita simpatía por griegos, judíos y armenios que han demostrado a lo largo de dos milenios que las identidades podían sobrevivir a pesar de la destrucción de los Estados o de la persecución religiosa. La creación del Estado griego, en el siglo XIX, la independencia de la República de Armenia en 1991 o la creación del Estado de Israel en 1948,  tras los sendos genocidios experimentados por armenios y judíos, demuestran que la voluntad de permanencia supera con creces cualquier adversario cuando existe una base cultural o religiosa sólida. Y es que, como publiqué en alguna ocasión, el patriotismo es una historia de amor, y el amor permanece a pesar de todos esos odios que acompañan al nacionalismo.

La destrucción programada de España -me refiero al Estado español- con la anuencia y el aplauso de la España oficial y la complicidad de las autoridades políticas y judiciales europeas, no sé si se completará en esta legislatura o en las siguientes. Pero tengo fe y esperanza en los españoles, en la lengua española y en la identidad española que persistirá a pesar de que el Estado español es harto probable que acabe destruido por unos insensatos. Si el Estado español probablemente desaparezca en breve, España como realidad, sobrevivirá a todas las fantasías separatistas, a toda la locura de nuestras izquierdas, y a todas las divisiones de nuestras derechas.

Mi propio apellido tiene mil años y es muy anterior a la España unida de los Reyes Católicos, es de origen provenzal languedociano como demostró en un ya clásico artículo Aebischer, y surgió en el sur de Francia -quizá por la zona de Domezain- sin duda para denominar a lugareños que provenían de la península y cuyos descendientes regresaron a España como vasallos de los vizcondes de Bearn y de los reyes de Aragón...

Fuente: artículo a pie de página
He sentido una honda emoción, esta mañana, al leer un viejo artículo del Faro de Vigo que hablaba de unas monedas que yo desconocía, acuñadas en Sicilia durante el II siglo antes de Cristo, con la leyenda HISPANORUM. Fueron acuñadas por los descendientes de mercenarios hispanos que quisieron recordar su origen, en la lejana Sicilia. Gente oriunda de la Península mucho antes de que existiera nada parecido a un Estado español, quiso recordar su origen, su patria chica en un mundo en que no existían naciones sino ciudades e imperios.

Quizá este año que viene presida el Alcibíades socialista la destrucción del Estado español como lo conocíamos, o se inicie un nuevo proceso constitucional que acabe con la locura separatista respaldada por el desastroso modelo territorial. No lo sé. No soy optimista al respecto, porque el haber entregado la educación a los separatistas ha consistido en regalarles nuestro futuro. Pero nuestra lengua, tan perseguida en la España peninsular y en Baleares, sobrevivirá probablemente en las Américas, y nuestra identidad permanecerá. Millones de españoles con pasaporte extranjero se tomarán las uvas con otros relojes que no serán el de la Puerta del Sol, millones de extranjeros de origen español imitarán a aquellos magníficos republicanos que durante su largo exilio celebraban la Navidad añorando su patria natal, algo que plasmó Carlos Semprún en el título de su novela, L’An prochain à Madrid (1975), “El año que viene en Madrid”.

Os pongo un enlace (aquí) con la página donde podéis descargaros un fascinante artículo de Luis Amela Valverde sobre esas monedas sicilianas, por si fuera de vuestro interés.

lunes, 29 de mayo de 2017

Madrid ignora a Julián Juderías


El Ayuntamiento de Madrid,  envuelto en sus harapos, desprecia cuanto ignora; así que el Consistorio madrileño, con los votos de Ahora Madrid, Ciudadanos y Psoe ha ignorado en bloque las distintas propuestas acerca del callejero efectuadas por el grupo municipal del Partido Popular. Algunas de esas propuestas eran muy interesantes, como la que pretendía recordar la egregia figura de Julián Juderías (1877-1918), el autor de La Leyenda Negra, un ensayo sobre la imagen negativa de los españoles, que ha disfrutado de inaudito y prolongado éxito —los ensayos son el género más perecedero del mundo editorial— y que, por desgracia, no parece haber perdido un ápice de actualidad a pesar del tiempo transcurrido: los españoles seguimos mirando nuestro propio pasado con ojos deformados por una visión sesgada y negativa, basada en datos erróneos. El clásico de Juderías iniciaba una nueva disciplina, la imagología, y  es quizá el primer trabajo en hacer hincapié en el mensaje y no en el mensajero.

De este modo, los madrileños hemos perdido —¿hasta cuándo?—la oportunidad de corregir uno de los olvidos más escandalosos y sangrantes del callejero de la capital. Para más Inri, el año que viene se cumple un siglo de la muerte de don Julián y este mismo año se conmemora  el centenario de la segunda edición de su clásico, que es el texto que desde entonces se reproduce, y que suponía una gran ampliación sobre la primera edición, de 1914. Una ocasión perdida, sí, y quizá no se presente otra.

Ya que parece imposible que la patria chica de Juderías , la ciudad donde nació y murió, le dedique una calle o siquiera una placa, quizá la administración regional pueda o sepa recordar su nombre para bautizar una escuela, o una estación de metro; quizá su patria grande, España, y su patria enorme, la Hispanidad, sepan honrar de algún modo, en el próximo centenario de su muerte, a uno de nuestros más distinguidos regeneracionistas, que ha dejado una obra impresionante en el ámbito de la sociología y de la historia, amén de valiosas traducciones e interesantes estudios literarios.

Si Julián Juderías levantara la cabeza, dudo que le preocupara el nulo interés de Madrid y España por uno de sus hijos más ilustres. En cambio se alegraría de que, en gran parte gracias a estudios suyos como Los tribunales para niños: medios de implantarlos en España (1910), existan hoy día los Juzgados de Menores. Juderías murió pocos meses antes de que se aprobara la ley que creaba un marco jurídico específico para los menores (1918).

A Juderías le preocuparía mucho más que Occidente siga aceptando la prostitución y el tráfico de personas. Recordemos que combatió incansablemente esa forma de esclavitud por medio de libros, folletos y campañas. En cambio, los inmensos progresos realizados en España en el ámbito laboral y social le habrían maravillado especialmente a él, vinculado durante media vida al Instituto de Reformas Sociales, el gran laboratorio de medidas sociales de la Restauración. Feminista a machamartillo, Juderías estaría encantado de saber el papel que desde hace un siglo ha ido conquistando la mujer española, en todos los ámbitos. Él escribió que el feminismo “se convertirá, a no dudarlo, en uno de los factores más poderosos del progreso, y nada tendría de extraño que después de ser nosotros deudores de la mujer por tantos conceptos, le debiésemos una libertad más o, a lo menos, un nuevo aspecto de la libertad”.

Recordemos que, como historiador, algunos trabajos suyos fueron rompedores, y no sólo su famoso ensayo negrolegendario. Por ejemplo su España en tiempos de Carlos II fue calificada por la Revue de Synthèse Historique —origen de la Escuela de los Annales— con estas palabras: “hay que agradecerle [al Sr. Juderías] haber planteado la cuestión como había que hacerlo, rompiendo claramente con la historia biográfica y política. Ha emprendido una obra de síntesis nunca hasta ahora intentada y que creemos que aclara mucho la historia del siglo XVII español”.

Siempre pionero e innovador, le debemos estudios monumentales acerca de los más vulnerables, aquellos de los que nadie habla, los ignorados, la infancia delincuente, las prostitutas. Como buen regeneracionista, al lado de la exposición desapasionada de la realidad que estudiaba, proponía algún remedio: fue, por ejemplo, autor del primer ensayo sobre lo que hoy llamamos “microcréditos”.


En cualquiera de los casos, la mejor forma de tributar un homenaje a Julián Juderías consiste en leerlo.  Muchos lo leen, sin saberlo, en las obras de sus innumerables plagiadores e imitadores, cada vez que hojean las páginas de un refrito sobre la imagen de España o Gibraltar. De los libros de Juderías que hoy se encuentran en el mercado, La Leyenda Negra sigue siendo imprescindible. Leamos al menos ese admirable estudio, como grata expiación de la ignorancia municipal, y aprendamos a querernos un poquito más.

miércoles, 11 de enero de 2012

Memoria Histórica


El primer deber hacia las víctimas consiste en no olvidarlas. Los españoles necesitan asimilar su Historia, sin maquillarla, para encarar con optimismo el futuro. 

Muchos españoles creen todavía que no ser rojo implica ser azul o que no ser azul implica ser rojo. Las dos Españas, igual de imbéciles, de sanguinarias y de ruines se necesitan mutuamente y la tercera España, la de los liberales, sabe bien lo que le espera: no me hago al respecto ninguna ilusión.

Una historia sin digerir

A mí no me gusta hablar de la Guerra Civil, porque la historia moderna de España no consiste sólo en dolor, fusilamientos, torturas y atentados; también hay una historia de progreso, de prosperidad, de inteligencia y de largos momentos de paz y libertad. España no es sólo, ni debiera consistir sólo en la Guerra Civil. Tampoco debemos esconder lo negativo debajo de una espesa alfombra; como pueblo hemos vivido momentos terribles. No hemos digerido esa parte de nuestro pasado y de nuestro presente, y por no haberla asimilado, nos obsesionamos con ella y no extraemos las necesarias conclusiones. Ese es el motivo de que haya dedicado varios años de mi vida a intentar estudiar y contar de una forma objetiva y no sesgada algunos aspectos de nuestro gran drama nacional. Sin duda he fracasado en mis objetivos, como cualquiera puede comprobar al abrir el periódico.

La memoria de los perdedores

La tan cacareada Memoria Histórica podía haber dado lugar a algo positivo: no se trataba, en principio, más que de rememorar a los perdedores de la Guerra que no fueron objeto de recuerdo —no digamos de justicia— y sobre los que pesaron el olvido o bien la infamia de sentencias condenatorias y nunca anuladas. De algunos ni siquiera sabemos el nombre: son cuerpos anónimos en una fosa común. Los trabajos de Mirta Núñez, los de Eduardo Pons Prades, los relatos de Eduardo de Guzmán o las memorias de Julián Marías dan idea de los niveles de sadismo y de maldad de algunos de los vencedores ensañándose con algunos de los vencidos. Nada más justo que recordarlo; ya el pobre Job se sublevaba contra el olvido del sufrimiento: “¡Tierra, no cubras tú mi sangre, y no quede en secreto mi clamor!” (Job, 16,18)

Exaltación de los verdugos

Lo malo del asunto estriba en que nuestro Gobierno, a quien tanto preocupa la memoria de quienes fueron martirizados por un bando, no parece mirar con idénticos ojos a quienes fueron las víctimas del otro. Resulta asombroso que el mismo día en que se retiraba la estatua de Franco de los Nuevos Ministerios, nuestro Presidente participara en un homenaje a quien se tiene por máximo responsable de la matanza de Paracuellos.

Ahora resulta que quieren borrar del callejero de Madrid los nombres ilustres de Muñoz Seca y de Rufino Blanco, —un gran escritor y un extraordinario pedagogo— por el sólo hecho de haber sido asesinados. Ser víctima por lo visto es un demérito capaz de eclipsar cualquier mérito. Repugna la idea de que se castigue la memoria de unas víctimas asimilándola a la de unos verdugos.

La inteligencia amancebada con el odio

El fanatismo español no es cosa de hoy, ni su naturaleza es estrictamente política, también es culpa de quienes no hemos sabido construir un pensamiento alternativo. Julien Benda ya denunció hace décadas la traición de los intelectuales, que ante las carnicerías de la Historia no han evitado prostituirse, justificando y glorificando a los peores verdugos que conocieron los siglos. Todavía peor, muchos que se llaman historiadores y que por su oficio debieran cultivar la objetividad, sólo son repugnantes propagandistas que cuando abordan nuestro descomunal tragedia se dedican a jalear a alguno de los dos bandos, justificándolos.
A ningún miembro de la derecha democrática francesa o alemana se le pasaría por la cabeza identificarse con el régimen de Pétain o el de Hitler, Sin embargo muchos españoles de la derecha democrática no condenan el régimen de Franco, y hasta lo defienden. Igualmente, son demasiado escasos los miembros de la izquierda democrática española que condenan las matanzas del lado republicano. Me dolió especialmente, hace un mes, comprobar que se presentaba la conmemoración de unas víctimas —los 498 religiosos beatificados— como una victoria del franquismo, cuando en realidad se trata de una victoria de la memoria sobre el olvido. A mí no se me pasaría por la cabeza considerar que el libro sobre las Trece Rosas es una victoria del estalinismo.

Una guerra de exterminio

¿A qué se debe esta situación? Sin duda al carácter de guerra de exterminio que por momentos revistió un conflicto tan largo. Recuerdo ahora mismo un titular a dos páginas del diario Claridad, órgano caballerista del PSOE: “Hay que exterminar a todos los fascistas, a los que se han sublevado y a los que no se han sublevado” o las proclamas del propio Franco: “Sabed, madrileños, que cuanto mayor sea el obstáculo, más duro será por nuestra parte el castigo [...] ¡¡Madrileños!! El día de vuestra libertad está muy próximo. Si queréis salvar la vida y evitaros perjuicios irreparables, entregaos sin condiciones, a nuestra generosidad”. Ya sabemos en qué consistió esa generosidad.

Sí, nuestra guerra fue algo espantoso y quizá convenga hablar de ello, porque la palabra es curativa, diluye los traumas y ayuda a exorcizar nuestros grandes demonios interiores.

Igualdad de las víctimas

Nos sobra mucha estupidez y nos falta mucha caridad. Veinte siglos de cristianismo no han conseguido enseñar a los españoles a pedir perdón. Para mí todas las víctimas son idénticas, son mis compatriotas, son mis hermanos

De los cientos de miles de muertos de la guerra, de la represión de guerra y de posguerra, sólo me fijaré en algunos pocos:

Los 927 hombres, mujeres y niños españoles abandonados por los franquistas a manos de los nazis y deportados a Mauthausen, donde fueron exterminados, son mis hermanos.
Los miles de personas asesinadas en Paracuellos en noviembre de 1936, son mis hermanos.
Las 13 mujeres y jovencitas fusiladas por ser "comunistas" al final de la Guerra Civil y que recordamos como las Treces Rosas, son mis hermanas.
Los 498 mártires, asesinados por su fe, y elevados hace bien poco a los altares, son mis hermanos.

A la víctima, ¿qué más le da el color de la bala? ¿qué más le dan las ideas u obsesiones del verdugo? ¿Tan difícil es de entender? ¿Tan duros son nuestro corazón y nuestro cerebro?

Algún día, las 13 rosas, los 498 beatos, los miles de Paracuellos, los 927 del tren a Mauthausen, y todos los demás mártires de nuestra guerra serán mirados con la misma caridad, con la misma solidaridad, con el mismo amor que debemos tributar a quienes se lo han arrebatado todo, por pensar distinto o por ser distintos que sus verdugos.

Mi amigo Guillermo Oncíns, que era protestante, me enseñó a leer los Salmos, ese antiquísimo concentrado de sabiduría. Uno de los más impresionantes es el de la víctima que no entiende qué provecho puede tener su dolor para el Altísimo: "¿Qué ganancia en mi sangre, en que baje a la fosa? ¿Puede alabarte el polvo, anunciar tu verdad?" (Ps, 30, 16). Y es que ante el sufrimiento, no tenemos respuestas, sólo la perplejidad que suscita la inutilidad del mal. Sin embargo Tertuliano recalcaba que la sangre de los mártires es semilla de cristianos; y es que más allá de la fe, hay que aprender a convertir el mal en bien, escuchando las voces de nuestros hermanos muertos, sacando lecciones provechosas de las peores tragedias, superando el veneno del rencor con el antídoto de la caridad.
Algún día dejaremos de usar el dolor y la Historia como armas arrojadizas.
Algún día miraremos hacia atrás sin ira, para poder mirar hacia adelante con esperanza.

Luis Español Bouché
Publicado el 29.11.2007 en Asturias Liberal

sábado, 30 de julio de 2011

Secretos de un 20 de noviembre


Cuarto centenario de la Congregación del Ave María
El 20 de noviembre es la fecha grande de la Orden Trinitaria. La Iglesia conmemora a San Félix de Valois, uno de los fundadores casi legendarios de aquella dignísima orden redentora de cautivos cuya mayor gloria sin duda consistió en liberar, previo pago de cientos de escudos, a un tal Miguel de Cervantes de su presidio argelino; de hecho, las cenizas de Cervantes están perdidas en el convento de las Trinitarias. En vida todavía del gran genio, un 20 de noviembre de 1611 fundó San Simón de Rojas la Congregación de Esclavos del Dulce Nombre de María, responsable desde el siglo XVII del Comedor del Ave María que hasta hoy mismo brinda sus desayunos a los madrileños más pobres. Indudablemente, el Cuarto Centenario de ese instituto de la Orden Trinitaria pasará desapercibido ante la actualidad de las elecciones generales que, Dios mediante, se celebrarán ese día.
Desde que confirmó el Z la fecha electoral que sabíamos ya por la indiscreción de algún impresor, los desocupados nos entretenemos haciendo consideraciones que la gente joven no puede entender porque para mancebos y rapaziñas el 20 de noviembre no significa nada. Como la mayor parte de mis lectores tenéis acné y la voz aflautada que caracterizan a la adolescencia, más me vale recordar algunos datos, que si no os iréis a leer las Memorias Íntimas de Justin Bieber.

Muerte de José Antonio Primo de Rivera
El 20 de noviembre fue una fecha mítica del franquismo por la muerte de José Antonio Primo de Rivera, fusilado en Alicante el 20 de noviembre de 1936, ya empezada una Guerra en la que Primo no pudo participar puesto que estaba enchironado al iniciarse el Alzamiento. Tras una farsa que pretendió ser juicio, se puso término a la vida del creador del fascismo español.
Quizá pudo salvarse el joven Primo de Rivera mediante algún canje oportuno pero probablemente ni Franco ni Queipo de Llano ni muchos falangistas estaban particularmente interesados en traerse al líder de Falange para que les hiciera la competencia en la "zona nacional" y a mucha gente le vino estupendamente la muerte de "José Antonio", al que llamaban, así, por su nombre y no por su apellido, quizá para no confundirlo con su padre, o en aras de cierto populismo. Lo convirtieron en una figura mítica, "el Ausente", y el 20 de noviembre daba pie a distintas celebraciones, en memoria del creador de Falange. A nadie se le escapa la ventaja de los símbolos sobre las personas reales, y es que les hacemos decir lo que nos da la gana, porque no pueden protestar, así que durante varios años el propio Franco, los 20 de noviembre, se ponía una camisa azul y una boina roja, símbolos de la estrambótica unión que él forzó de falangistas y carlistas y en recuerdo de José Antonio los capitostes del Régimen vertían lágrimas de cocodrilo pensando, para sus adentros, "menos mal que murió".

La muerte de Franco y su manipulación
En noviembre de 1975 el dictador estaba francamente mal. Hoy día ningún médico decente le aplicaría a un ser humano los tratamientos que sufrió Francisco Franco para mantener una vida que se le escapaba ya por todos los poros. Hemorragia tras hemorragia, Franco se iba,volvía, lo mantenían vivo... Tenía una salud de hierro y aguantó lo que le echaron; las escabechinas que le impusieron sólo prolongaron sus padecimientos, que no ya su vida. Dicen algunos que querían prolongar a Franco vivo unos días más para sustituir al presidente de las Cortes, pero yo tengo mis dudas; el verdadero problema es que para los franquistas resultaba tremenda la perspectiva de prolongar el franquismo sin Franco. Franco era una de las realidades sobre las que se había construido el pequeño mundo español durante décadas, y prescindir de Franco suponía un cambio inaceptable para la imaginación de muchos. De hecho, lo único bueno que tuvo la artificialmente prolongada agonía del dictador fue que la gente se hizo a la idea de que Franco era mortal y que se iba a morir. Fueron días curiosos que pillaron a un tal José Luis Rodríguez Zapatero haciendo el bachillerato en el Colegio Leonés, con quince años y a un tal Mariano Rajoy en la Facultad de Derecho de Santiago de Compostela, con veinte.

Numerología sobre el 20 de noviembre
En Madrid en aquellos días algunas personas vaticinaban el final de Franco para el 19 de noviembre por "razones" de tipo numerológico, que son el más tonto de los desatinos.
La fecha oficial del inicio de la guerra civil -o por lo menos del Alzamiento- es el 18 de julio de 1936
La fecha del final de la guerra civil el 1º de abril de 1939. Si sumas respectivamente días con días, meses con meses y años con años,

   18 07 36
+ 01 04 39

= 19  11 75

De hecho, es muy posible que Franco muriera el 19 de noviembre por la sencilla razón de que ya estaba tan destrozado que vivir o morir para él era ya sólo cuestión de encender o apagar máquinas, sin la menor respuesta ni posibilidad de recuperación por su parte. ¿Lo murieron un 20 de noviembre para unir su destino al de Primo de Rivera? ¿Se quería robar al falangismo hasta aquella fecha? ¿O sencillamente Franco murió realmente el 20 de noviembre? En cualquier caso, el jueguecito numérico no funciona si nos atenemos a las fechas oficiales.

Sherezade, por el Ballet Imperial Ruso
Este 20 de noviembre: un primo y muchos cuentos
El 20 de noviembre de 2011 ofrece una obvia curiosidad numerológica, y es que se puede escribir como 20112011 que es el producto de 2011 por 10001. 2011 es un número primo y 10001 suena a los cuentos de las Diez Mil y Una noches y para cuentos, la verdad, los de la zetagente con sus batallitas de la Guerra, sus brotes verdes, la recuperación que viene, de verdad de la buena, que me muera si miento. Los españoles, ¿se tragarán nuevos cuentos? ¿Harán el primo una vez más? Pero no haré leña del árbol caído, que de eso ya se han encargado los mercados.

miércoles, 13 de julio de 2011

En memoria caben las cuatro letras de memo

75 años del asesinato
de José Calvo Sotelo

Hoy es el aniversario del asesinato de José Calvo Sotelo entre cuyos asesinos se contaron militantes del PSOE y, como es natural, muchos de los que están hasta las narices del guerracivilismo del Z y sus mariachis realizarán su propio ejercicio de memoria histórica.

Los ejercicios mnemónicos, en España, suelen ser ridículos porque se derivan de comportamientos y análisis esquizoides, y es que a la postre en memoria caben las cuatro letras de memo... Así que voy a desdoblarme como la chica fea de la foto e incurrir en la misma esquizofrenia dialogando conmigo mismo; luego tomaré hora con mi psiquiatra .

- Vamos a ver, Luis. No entiendo que dado el papel siniestro del PSOE durante la II República, al refundarse el socialismo español tras la guerra civil eligieran esas siglas en lugar de fundar algo nuevo. Fíjate que entre los asesinos más destacados de Calvo Sotelo, muchos tenían carné del PSOE...

- Que razón tienes, Luisito -me contesto con cariño- pero también eran católicos, ¿no? No iban a misa los domingos pero habían sido bautizados. Y como nuestra Santa Iglesia reclama el bautizo de los niños y considera suyos a los bautizados, pues ha de asumir que quienes quemaban conventos y asesinaban curas y monjas eran católicos, no practicantes, sin duda, pero católicos. Unos católicos asesinaron al católico Calvo Sotelo... Me dirás que los asesinos probablemente se hubieran carcajeado si les hubieran llamado católicos...

- Cáspita, Luis, mira que eres raro, a quien se le ocurre...

- No, si no se me ocurre a mí. Es un problema estructural de la Iglesia. Quiere representar al mayor número posible y por eso te bautizan sin pedirte la opinión, por aquello de salvarte a pesar tuyo. El Sr. Zapatero por ejemplo, bajo cuyo luminoso imperio hemos conseguido tan altas cotas de prosperidad y cordura, es católico puesto que lo han bautizado. Hizo su primera comunión y su confirmación. Se casó "por la Iglesia" cuando ya existía el matrimonio civil. Es un católico que hace leyes abortistas, leyes que suceden a las del católico Felipe González, leyes que no quitó el católico señor Aznar y ten la seguridad que no las quitará el católico Sr. Rajoy.

- A mí me encanta un reportaje gráfico que publicó Público en que ves fotos de Z en familia (se puede ver aquí e incluye la foto de la izquierda). El padre con su bigote, la madre, la abuela, el traje de primera comunión... Fotos de familia como conservamos todos en alguna caja de galletas. Fotos de una familia burguesa española de la España de Franco. Pero sigue con tu rollo, no quería interrumpirte...

- La Iglesia sufre una particular esquizofrenia -casi tan grave como la mía- y es que no quiere asumir que sus peores enemigos son sus propios y muchas veces involuntarios hijos. De una parte, la Iglesia es remisa a darte de baja, es decir, excomulgarte, y luego si tú quieres darte de baja, es decir, hacer tu apostasía, tampoco te dan facilidades. ¡Quieren conservarte con ellos, aunque te comas niños crudos o aparques en doble fila!

- Y en el redil meten a todos y de todo, ovejas negras, ovejas blancas, ovejas rosas, el mayor corral posible.

-El resultado es que los nazis eran católicos, y los que no eran católicos eran cristianos de otras confesiones. El propio Hítler era católico. Fue bautizado hizo la primera comunión y la confirmación (Pentecostés de 1904). Y los nazis eran en su totalidad cristianos, o católicos o protestantes, pero cristianos, tan cristianos como Karl Marx, que era luterano, o José Stalin que fue seminarista de la Iglesia Ortodoxa... Y lo más tremendo es cuando a los cristianos les da por matar en nombre de Cristo, que es como darle una vuelta de tuerca más a la maldad, la invesión total de valores, satanismo puro.

- En esa línea puedes decir que en la Guerra Civil española los responsables de ambos bandos eran católicos. Con la excepción de algún judío totalmente minoritario como Margarita Nelken, que por cierto, no practicaba su fe, todas las víctimas de la guerra y sus verdugos eran católicos o algún protestante como Atilano Coco (en la foto).

-Mais oui, mon petit Louis, lo has entendido. Por cierto, a Nelken la incluiste en el Parque de los Verdugos, y era una gran amiga de Fernando Condés, el responsable mayor del asesinato de Calvo Sotelo.

- Veo que vuelves al asesinato de Calvo Sotelo, ¿es culpable el PSOE de hoy de lo que hicieran los dirigentes del PSOE en el pasado?

-Digo más, ¿Es culpable el PSOE de ahora de la sublevación del 34, la quema de conventos, el asesinato de Calvo Sotelo, la milicianización de la zona republicana? ¿Es culpable el PSOE de ahora de Paracuellos, matanza ejecutada bajo el socialista Largo Caballero y atribuida a Carrillo, de las Juventudes Socialistas Unificadas?

- Hombre, si asumen las siglas, han de asumir la historia, ¿no? Fue un error, repito, lo de adoptar aquellas siglas.

- ¿Y por qué habrían de ser los únicos en asumir la historia o la responsabilidad? ¿La han asumido los otros, los herederos del bando nacional, los herederos de Franco?

- Pero Luisito mío de mis entretelas, ¿quiénes son los herederos de los nacionales? ¡Si somos todos los españoles! La España de 2011 es la heredera de la de Franco; la de Franco era heredera de la II República; la II República era la heredera de la monarquía de Alfonso XIII... Y no sólo me refiero a la continuidad de la nación, de las montañas y de los ríos, me refiero incluso a las familias. Tú busca y analiza quienes eran los papás de los actuales ministros socialistas y luego me lo cuentas. Ya tratamos el asunto cuando hablamos del abuelismo español. El PSOE es heredero del juancarlismo y de la Transición, como lo es Izquierda Unida o el PNV porque todos los partidos actuales -incluso los que se reclaman de un pasado anterior a 1936- se han constituido e inscrito en el registro de asociaciones durante la Transición y dentro de la legalidad entonces vigente que es, por cierto, la misma de ahora. Y la España de hoy es la de don Juan Carlos, que es el sucesor del Caudillo.

- Tu razonamiento me indigna, si aplicamos esa regla de tres, el Tercer Reich es el heredero de la República de Weimar y la Alemania actual heredera del III Reich.


- Pues claro. El pasado es inamovible. No lo puedes cambiar. Podrás criticar al testador, pero no puedes rechazar esa herencia que es tu propio país, esa herencia que eres tú mismo...

- Pero el Partido Popular, ¿no es acaso el heredero de la derecha franquista?

- No es más franquista que cualquier institución nacida durante la Transición. El PP se formó de nuevas con gente de viejas. Pero fueron más listos, no llamaron CEDA a su partido, ni lo llamaron Renovación Española, lo llamaron Alianza Popular y se refundó más tarde como Partido Popular. No le deben nada a la Guerra Civil por una cuestión de calendario.

- No me fastidies, Luis, en la gente del PP hay mucho franquista de corazón, empezando por el Sr. Fraga que fue ministro del Régimen y el ministro favorito del Caudillo durante años.

- Tabía peor, tocayo, candidato al Senado de AP por Madrid fue el carnicerito de Málaga, el ínclito Arias Navarro...

- ¿Ves lo que te decía? Si es que no hay por donde coger nada...

- Si hay por donde coger, se llama cristianismo. Consiste en entregarse a Jesús, en perdonar y en perdonarse, en reconocer la verdad y reparar, en romper la cadena siniestra del mal para hacer el bien, en no permitir que nos gobierne el hombre viejo, el hombre muerto, que somos nosotros mismos, tú y yo... La peor memoria histórica es la de uno mismo, todo ese inmenso depósito de basura que constituye nuestro pasado personal...

 - No pidas peras al olmo, España no es una nación cristiana. Las llamadas confesiones cristianas, ya sean católicas  o de otras salsas, ¿que tienen que ver con Jesucristo?

- Bueno, en realidad tienen que ver mucho: Dios es la meta, y cada uno se acerca como puede, a trancas y barrancas, y a veces crees que te alejas y estás más cerca, y otras veces es al revés... Y lo más divertido del asunto es que no sabemos si Dios existe o no, pero alimentamos nuestra fe con la esperanza... No sé a quién se le ocurrió lo de homo sapiens sapiens, más bien homo delirens chiflatens.

- Cambio de tercio. La gente de a pie es más interesante, siempre, que los dirigentes, no podemos atribuirle los pecados de los jefes. Los nueve millones de personas que han votado por el PSOE hace un mes no han asesinado a Calvo Sotelo. Ni lo asesinaron los miles y miles de militantes que tenía el 13 de julio de 1936.

- Según esa misma regla de tres, tampoco los votantes de Bildu han asesinado Gregorio Ordóñez ni a Miguel Ángel Blanco.

- ¿Ves lo que te decía?  Si es que no hay por donde cogerlo...

- Hombre, está la cuestión de la actitud. Lo grave del asesinato de Calvo Sotelo -además del asesinato en sí, que a una persona la arrancas de su casa, de su familia y la matas y le quitas todo lo que es y lo que podría ser- es que cuando días más tarde se produjo el Alzamiento, a Fernando Condés lo convirtieron en héroe en la zona republicana. Y cuando murió, le dedicaron su nombre a un colegio...

- Sí, lo grave del asesinato de Calvo Sotelo no es que a un señor lo asesinen, aunque sea un importante político, es la responsabilidad de los dirigentes del Frente Popular -incluidos los del PSOE- por no condenar e investigar el asesinato como se debía... El hecho de que los asesinos fueran Guardias de Asalto, es decir, funcionarios del Estado, obligaba todavía mas a tomar medidas urgentes y demoledoras. ¿Te imaginas que hoy llegara a casa de Rajoy, Rosa Díez o Artur Más un furgón de la policía, que se los llevaran no se sabe a título de qué y les pegaran un par de tiros en la cabeza? Eso exactamente fue lo que ocurrió.
- Bueno, Franco decía que Calvo Sotelo fue asesinado por el Gobierno. Lo dijo mil veces y lo repitió cuando Juan Carlos de Borbón se convirtió en su sucesor... Si quieres te leo el discurso, lo tengo fotocopiado. Y se quedó tan ancho.

- Franco y su pandilla eran unos desalmados, gente que mataba españoles o los dejaba matar por Hitler, en Mauhtausen, ya acabada la guerra civil.  Lo que dijera me da igual. Además, no es cierto que el asesinato de Calvo Sotelo se planificara en instancias gubernamentales. Lo grave fue que no se detuviera a los responsables. Y tampoco es cierto lo que algunos dicen que ese crimen desató la Guerra Civil. Sabemos que la sublevación se planificó desde mucho antes, se conservan los papeles de Mola al respecto...

- Oye, te recuerdo que tú estás loco y yo también, ¿qué logroño hago hablando conmigo mismo en lugar de tomarme un café? Que ya es tarde. Además me aburre hablar del pasado y especialmente de la Guerra Civil. Como decías tú en aquella preciosa conferencia que diste en La Coruña y que nadie recuerda, "Si quiere llegar a ser algo más que una vociferante nulidad, España debe mirar hacia atrás sin odio para poder mirar hacia adelante con esperanza".

- Por cierto, autoplagiario sin escrúpulos, eso también lo escribiste en Asturias Liberal en tu artículo sobre Memoria Histórica. Allí decías: "Algún día dejaremos de usar el dolor y la Historia como armas arrojadizas. Algún día miraremos hacia atrás sin ira, para poder mirar hacia adelante con esperanza".

- ¡Es verdad! Mecachis, ¡qué bien hablo, qué bien escribo, que bien me plagio! ¡Dame un abrazo, Luis! ¡Hazme el amor! ¡Poséeme!

- Te recuerdo que yo soy tú y tú eres yo. ¿Cuál es el más tonto de los dos? Anda, déjate de tonterías, y vente conmigo a dar una vuelta...

martes, 6 de julio de 2010

La Damnatio Memoriae de Franco (crónicas del Demenciato)

Como ya sabéis, y parece ocioso repetirlo, considero que el periodo que vive España desde 2004 es pura demencia, es decir, literalmente, alteración de la razón, y en el futuro será estudiado por los expertos como demenciato. Me entero de la última locura de la zetagente -digna de Jerry Lewis- por el muy entretenido blog de Luis Antequera, citando un artículo de El País.

Franco no gobernó España
Resulta que en la página web de Moncloa hay una lista de presidentes del Gobierno de España. En esa lista está incluido un señor llamado Francisco Franco, de profesión militar, de vocación dictador y que entre otros pequeños cargos sin importancia presidió el Gobierno durante 34 años -no incluyo los años de la Guerra Civil y el gobierno de Burgos- y el Estado durante 37. Pues bien, según El País, la  zetagente va a borrar el nombre de Franco de la lista de Jefes de Estado y de Gobierno de España.
Dentro de la tristeza que produce ver a personas adultas y vacunadas entregándose a juegos de adolescentes tardíos -y más con la que está cayendo- me ha hecho hasta gracia esta nueva genialidad del Gobierno Trapisonda. Porque, precisamente, y una vez más, se pone de manifiesto el mimetismo entre las huestes zapteriles y el franquismo.

Los franquistas hicieron lo mismo con sus adversarios
Me refiero a que para delendar a Franco, recurren a la técnica de la damnatio memoriae, la misma que ejerció el franquismo con las figuras más relevantes del republicanismo y del liberalismo; los franquistas estaban al menos tan chiflados como la zetagente, y a Franco lo pintaban vestido de cruzado. Será verdad eso de que somos la Reserva Espiritual de Occidente.
A Casares Quiroga los franquistas quisieron borrarlo del Registro Civil; lo mismo ocurrió con Negrín, en su isla. El fanatismo de los azules era tan grande, que Julián Marías recordaba haber visto durante la II Guerra Mundial mapas de Europa de los que habían borrado las Islas Británicas (!)
Los sueños de la razón producen Zapateros. Pero incluso Zapatero tiene sus cualidades; defendió a Aznar y la democracia española delante de Hugo Chávez, y tributó un homenaje a los españoles muertos en Mauthausen. Zapatero no es malo; lo que pasa es que como muchos de su generación, es producto al 100% de la intolerancia que le rodeó desde niño, es el típico alumno de colegio de curas que odia a los curas. Z es un fanático de tomo y lomo y para él el mundo siempre es una dicotomía compuesta de progres y fascistas, rojos y azules, Barsa y Madrid; en fin, tampoco se puede pedir más: probablemente Z sea lo más tolerante que tengamos hoy en su partido, porque desde luego después de la multa a Intereconomía del Gran Inquisidor Sebastián, queda claro que el concepto de democracia de estos tíos es puramente orgánico, y que su concepto de la libertad de prensa son los discursos sobre lecturas buenas y malas del padre Garmendia de Otaola (S.J.)

Cambiar el pasado como patología
La damnatio memoriae y la apoteosis son dos instituciones que nos dejó Roma pero que se remontan, en el caso de la primera, a tiempos de los faraones. Por medio de la apoteosis, se llegaba a deificar a un mortal, como los emperadores cuyo culto se fue organizando a partir del siglo I. La damnatio memoriae consistía, en cambio, en borrar para siempre el nombre de un personaje.
Nótese que por medio de la damnatio memoriae, una sociedad no sólo condenaba a un individuo al olvido sino que purgaba de sí misma su propio pasado, signo inequívoco de patología mental: podemos cambiar el futuro, pero nunca el pasado, que es el Universo de lo ya sucedido.
Lo demás, son fantasías tan divertidas como las de la trilogía de Regreso al Futuro. Y pretender cambiar el propio pasado es una característica típica de esa enfermedad que deriva en el negacionismo. Niegas lo que eres o lo que has sido. Hace unos días estuve en un blog discutiendo con unos franquistas que te explicaban con sesudos argumentos que la División Azul no se batió por la victoria de Hitler. ¡Toma ya!

Los comandos de la tijera
Una de las cuestiones que más me preocupa es que la técnica de la damnatio memoriae suele ser bastante destructiva. Los egipcios, al borrar el nombre del faraón maldito o al destruir sus monumentos, se llevaban por delante información que los arqueólogos nunca podrán reconstituir. Me preocupa esta última chifladura del Gobierno porque, claro, supongo que no se detendrán con el tema de Franco en la web de Moncloa, sino que tendrán que recortar el nombre de Franco de todos los decretos y leyes publicados en el BOE desde el 1 de abril de 1939 hasta los primeros días de 1976. Eso supone recortar unos 800.000 páginas en cada una de las colecciones completas del BOE que se conservan en España.
Para hacerlo en un tiempo razonable, tendrán que contratar a unos mil jóvenes que a razón de 200 tijeretazos al día pueden purificar una colección completa cada 4 días. Como del BOE se conservan algo más de 500 colecciones completas en España, se puede realizar el trabajo en seis años -2000 días, grosso modo-, a menos que se contrate a diez mil en lugar de mil, y se podría entonces conseguir en siete meses. Me parece una inversión útil y provechosa, sobre todo en estos tiempos de abundancia y prosperidad. Otros comandos tendrán que encargarse de la destrucción de los sellos de correos y las monedas subsistentes, y como siempre, habrá que cambiar los nombres de las calles que es un deporte muy español. Y ¿qué pasa con los libros que hablen de Franco? ¿Los quemamos?

El armario azul del PSOE
Lo único bueno, realmente, de la moda gay que hoy impera, es que muchos se han liberado de sus cadenas íntimas. Todos conocemos esos casos patéticos de homosexuales nunca salidos del armario que se pasaban el día contando "chistes de maricones" para marcar su desprecio por aquello mismo que constituía su esencia inconfesada y frustrada. Incapaces de construir su identidad a partir de sus verdaderas emociones, incapaces de vivir su amor, de aceptar siquiera su enamoramiento, limitaban su inclinación natural a folleteos clandestinos en saunas o lavabos de estación, y acababan sufriendo sistemáticos chantajes, como el coronel Redl.
Pues ya es hora de que este gobierno de franquistas puros y duros se libere también, que salga de su íntimo armario de intolerancia; Bibiana la feticida, Don Sebastián de Torquemada, la Vice y el propio Z estarían monísimos con su camisita de Falange y su boinita roja, y dejarían de dar el coñazo hablando de un Franco al que en el fondo idolatran más cuanto más lo desprecian públicamente y cuya esencia totalitaria corre por sus venas. Ganas dan de gritarles:  ¡Liberaros! ¡Montaros en la carroza más grande del Día del Orgullo Azul! ¡Asumid vuestra vocación y no pretendáis ocultarla! Y menos, recortarla. Así sea.

lunes, 10 de mayo de 2010

Mauthausen

En Mauthausen, con la complicidad de Franco, miles de españoles fueron asesinados por los nazis

Voy a hacer algo histórico, único, especial e irrepetible. ¡Voy a decir algo agradable de Zapatero! Sí, incluso Zapatero tiene alguna cualidad; hay alguna luz, en esa oscuridad... Me refiero al hecho de que bajo nuestro actual mandatario, por primera vez un gobierno de España se ha preocupado por la memoria de los miles de españoles exterminados en Mauthausen, -que llevaron ese triangulito azul con la S de Spanien- algo que no hicieron ni los gobiernos de UCD, ni los de Felipe González ni los de Aznar.
Me fastidia que el mismo Zapatero que se preocupa de la memoria de los exterminados en Mauthausen sea el mismo que tributa homenajes a Carrillo o que prostituye algo tan noble como la Memoria Histórica, como si le importaran tres narices las víctimas del otro bando. Pero no repetiré aquí lo que ya escribí en otro artículo, que la repetición es un síntoma de senilidad, y bastantes canas y arrugas me avejentan ya...

Exterminados con la complicidad de Franco
Como la liberación del campo de exterminio de Mauthausen se realizó el 5 de mayo de 1945, ayer pasaron por la dos de TVE un oportunísimo especial -obra de Alfonso Domingo, el biógrafo de Melchor Rodríguez- recordando a los miles de españoles asesinados por los nazis con la necesaria complicidad de las autoridades franquistas.
En aquella época, Franco era el aliado vergonzante de Hitler, y miles de españoles encuadrados en la División Azul luchaban "contra el comunismo" con uniforme alemán en las estepas de Rusia. Sin embargo, mientras unos españoles morían luchando por la victoria de Hitler, otros españoles eran congelados y hervidos vivos -así como suena- en el marco de las experiencias de los "médicos" del mismo Hitler.
Nunca en la historia se ha visto que un país permita a su aliado exterminar a sus compatriotas; precisamente el crimen original del franquismo consiste en considerar que los "rojos" no eran españoles y que por tanto en España no había Guerra Civil. [La primera vez que he encontrado la expresión es en un artículo de Antonio Olmedo Delgado, director durante años del ABC de Sevilla]. En la misma línea, Hitler consideraba que los judíos no eran alemanes.
Siempre me ha asombrado que un régimen como el de Franco que salvó a miles de judíos en Hungría del exterminio nazi, sin embargo aplaudiera el exterminio de su propia gente por extranjeros, pudiéndolo hacer él mismo. Recordemos que, asesorado por sus amigos alemanes, Franco convirtió algún campo de concentración en virtual campo de exterminio, aunque aquí no llegamos a estrenar cámaras de gas. El siniestro campo de Miranda de Ebro se llevó por delante a mucha gente, y entre otros a racimos de franceses enemigos de Vichy que cruzaban la frontera ilegalmente y se hacían pasar por "canadienses".
En eso consistía el patriotismo de Franco, el cristianísimo Cruzado que ponía banderas con la cruz gamada junto a la Virgen, sin considerar que Jesús y su Madre eran judíos...[Esa  extraordinaria foto de arriba la saqué de aquí]. El mismo patriota cinismo que emplearon en condenar por "auxilio a la rebelión " a los que no se alzaron; el mismo cinismo de la Ley de Responsabilidades Políticas, que te imputaba en 1939 lo que era perfectamente legal en 1936; el mismo cinismo con el que Franco, con su peculiar sentido del humor, imitaba a Fernando VII y le conmutaba a un reo dos de las tres condenas a muerte. Nunca he comprendido como no se han hecho más novelas o películas sobre ese monstruo, tomando chocolatito con picatostes, mientras firmaba penas y más penas de muerte...
Gracias a las hemerotecas digitales y blogs como "Todos los rostros" se van difundiendo fotografías extrarordinarias que investigadores como Javier Rodrigo, Mirta Núñez y tantos más van sacando de las cajas y colecciones públicas.

Mi historia personal con Mauthausen
Hace casi veinte años me conmovió mucho la lectura de la obra de Mariano Constante y Eduardo Pons Prades, Los Cerdos del Comandante, que ofrece interesantísimos detalles sobre el exterminio de miles de españoles, no sólo en Mauthausen sino en las islas anglonormandas. Los turistas que visitan Jersey o Guernesey ignoran que en el cemento de las construcciones dejadas por los nazis, están incorporados los huesos de cientos de españoles. Por lo visto los huesos hacen buen mortero, por lo del calcio.
Hace 18 años quise -como siempre sin éxito- que en Madrid hubiese una placa en memoria de los españoles asesinados en Mauthausen con la complicidad necesaria de Franco. También pedí -no hace falta añadir que sin éxito- un monumento en memoria de las vícitmas de ETA que por fin, con doce años de retraso se inauguró en República Dominicana a iniciativa de DENAES. También planteé -por pedir que no quede- la necesidad de un museo de la Guerra Civil como los que tienen los americanos. Naturalmente, no me hicieron caso. Nunca he sabido moverme bien con la gente de arriba, esos genios universales que adoctrinan el mundo con su talento inmarcesible. Será que tanta luz e inteligencia reunidas acaban por deslumbrarme.

INCISO Os  confesaré un secretillo: lo de escribir a concejales de cultura y tal no surte efecto. Sólo si vas acompañado de Fulano o Mengano te hacen caso, y las cosas funcionan así y no asá. Fijaros que hace cinco años que pedí una plaquita en memoria de Julián Juderías; que me expresó su apoyó la Real Academia de la Historia; que me molesté en molestar a distintos responsables y... no he vuelto a tener noticias. Yo con el Ayuntamiento de Madrid, sus pompas y sus obras, estoy gafado. Voy a dedicarme a escribir cartas al Alcalde "Excmo. Sr. sobre todo NO dedique una calle a Julián Juderías; NO se le ocurra recordar su natalicio en la calle de Goya; BAJO NINGÚN CONCEPTO recuerde con otra placa la casa de la calle Preciados en que entregó su alma a Dios". A ver si así consigo que me hagan caso. FIN DEL INCISO


Pero volvamos a 1995; el que sí me hizo caso fue Antonio Herrero, que en paz descanse. La COPE, el 5 de mayo de 1995, recordó a los españoles exterminados allá, en la lejana Austria. Pero fracasé rotundamente respecto del Ayuntamiento; tambien sugerí en aquel año a la Biblioteca Nacional que hiciera una exposición sobre libros relacionados con el tema de Mauthausen; ocioso será añadir que no me hicieron caso.
En aquella lejana época gobernaba España el Partido Socialista de Felipe González que no quería abrir el famoso melón de la Memoria Histórica. En el ayuntamiento de Madrid gobernaba el PP. Era el primer mandato de  Álvarez del Manzano.
En el fondo mi titanic personal no era más que el reflejo de mi indudable fracaso en la pretensión de escribir una historia de España que no esté alineada con los hunos y los hotros. En España a la gente lo que le gusta es leer que su abuelo tenía razón, y punto; hay que escribir para alguno de los dos bandos, en caso contrario, no vendes.

1994: medio siglo de Normandía y una carta de Solana
Inasequible al desaliento, poco después, cuando se conmemoró el L aniversario del Desembarco de Normandía,  me indignó que nada se hiciera para recordar a los españoles que liberaron París. Toda Europa estaba en las playas normandas, en junio de 1994,  pero de todas las banderas faltaba la española a pesar del enorme peso de los soldados españoles entre las fuerzas aliadas. Escribí a don Javier Solana —a la sazón Ministro de Asuntos Exteriores— rogándole que se hiciera algún acto en memoria de aquellos hechos. Me contestó el Sr. Solana el 16.6.1994 con una amabilísima misiva que no creo indiscreto reproducir a continuación, porque honra más a quien la escribe que a quien la recibe: “Estimado amigo: Pocas cartas en mi ya larga vida política me han conmovido como la que usted me dirige. La rapidez con la que se sucede la historia nos hace arrinconar en la memoria algunos de los momentos mas emocionantes que hemos vivido, y entre ellos la contribución anónima de muchos españoles que dieron su vida por liberar a Europa de la ocupación nazi con la esperanza de que con ello luchaban por su patria. Cuando el 14 de julio desfilen las tropas españolas en París, esta vez bajo nuestra bandera, en mi mente y en la del Presidente del Gobierno estarán los héroes españoles de la División Leclerc, y a ellos se les estará rindiendo merecido homenaje. Javier Solana”. Aludía el ministro al hecho de que en el tradicional desfile del 14 de julio de aquel año, desfiló un destacamento español junto a las tropas francesas. Diez años después, en 2004, se realizó un homenaje a los españoles de la 2ª División Blindada, pero no lo hacía el gobierno de González, ni el de Aznar, sino el de Zapatero.

El Partido Popular y la Historia
Llama la atención que un partido como el Popular que, contrariamente al PC, al PNV o al PSOE no participó en la Guerra Civil -entre otros detalles sin importancia porque en aquel entonces no existía- tenga tantos problemas para aceptar la Historia en su conjunto y evitar caer en provocaciones facilonas de sus rivales.
No entiendo por qué en Madrid seguimos sin Museo de la Guerra Civil, donde podría haber una sala dedicada a los fusilamientos y garrotes de los hunos y a los paracuellos de los hotros. No lo entiendo, y no lo entenderé en la vida.
Me diréis, con razón: "Bueno, pero es que hay mucho peposo hijo o sobrino de gente que estuvo con el bando nacional, por no hablar de nuestro presidente histórico el Sr. Fraga". Yo contesto que Fraga franquista será -hasta las cachas- pero no estuvo en la Guerra Civil, como sí estuvo Carrillo, por una cuestión de edad. Y el más franquista de todos, el sucesor de Franco que Dios guarde muchos años. Y franquistas en España han sido muchos, y sus retoños están ahora en todos los partidos de España, incluido claro está el PSOE de la (des)Memoria. La España de don Juan Carlos es la España de Franco, tras la Transición, igual que la España de Franco es también la de la II República, tras la Guerra, y la España de la II República era la de Alfonso XIII. Os confesaré un secreto masónico de grado 69: España sigue donde estaba, al sur de los Pirineos, ¡asombraros! Como en 1900, en 1492, en el 711... Es lo que tiene la puñetera geografía.
La victoria final de la Tercera España
Lo curioso del tema es que la Tercera España, la que no se identifica con las dos Españas terribles, la que perdió la guerra por partida doble -la España de Clara Campoamor-  sin embargo ha ganado la paz. Hoy el 99,99% de los españoles constituyen la Tercera España, no se identifican con los chequistas de un bando ni los pelotones de ejecución del otro. Entonces, ¿por qué esa apacible España está fuera de los medios de comunicación o del mundo editorial? Quizá algún día esa España nueva se desprenderá del lastre de sus complejos históricos, de esos retazos de España nueva y tratará de crearse un futuro asumiendo el pasado. Pero no sé si lo verán mis ojos... En cualquier caso, haría bien el Partido Popular en recuperar la expresión "tercera España" si no quiere que Rosa Díez se le adelante. Claro que ni siquiera Darwin podría contestar a la pregunta de si hay vida en Génova...
Luis Español Bouché

Las tropas aliadas en el campo de Mauthausen (5.5.1945)
Se puede apreciar la larga pancarta de bienvenida en español