Vamos a ver, ya que estamos de reformas, ¿por qué no
suprimir los días inútiles de la semana?
Días inútiles y paganos
Para resurgir de sus cenizas, España necesita luchar contra el
despilfarro, y el primero de ello consiste en esa inútil acumulación de días perjudiciales. ¿Para qué sirve un
lunes? Para llevarte disgustos. Y no te digo ya un martes, un miércoles, un
jueves...
El viernes, tiene algo simpático, es un día de expectativas.
Todos esos días son claramente paganos dedicados a los dioses
y sus respectivos planetas. El lunes es el día de la Luna, el martes el de
Marte, el Miércoles el de Mercurio, el Jueves el de Jove, es decir, Júpiter, y
el Viernes el de Venus. O sea que para el amor, lo de sábado sabadete es un
error, sería más adecuado el viernes viernesete. Fijaros en cómo de Vénus viene venéreo y en que la diosa del amor nace de una almeja (una concha, dirían en las Américas). No sé si sería razonable estudiar la supresión de los
viernes...
La sacralidad del sábado y del domingo
En cambio el sábado y el domingo son días sagrados.
El sábado es directo heredero del hebreo, que significa
reposo. ¡Qué sabios eran los hebreos que sabían descansar! Y el domingo es el día del Señor. La lucha entre sábado y domingo para fijar el gran día de la semana se origina en las discusiones entre judíos y cristianos de los primeros siglos. Al final discutieron tanto que nos han legado dos días en lugar de uno, para que digan que la teología no sirve para nada.
Los Bárbaros del Norte no han querida
sacralizar el domingo, y han conservado los nombres paganos del sábado. En guiri tenemos Saturday y Sunday, es decir el día de Saturno y el día del Sol, los godos tienen Sonntag para el domingo y los holandeses han conservado como los guiris la palabra saturnal, Zaterdag.
Los dioses son demonios
Os recuerdo que los dioses de la antigüedad fueron
reconocidos como Demonios por los sabios padres de la Iglesia. O
sea, que nuestro calendario está plagado de invocaciones a Satán: el lunes, el
martes, el miércoles, el jueves, y el viernes, ¡nada menos! Y entre los bárbaros incluso el sábado y el
domingo. Pues eso, ¡basta de paganismo! ¡Depuremos la semana de todos esos días
dedicados al Padre de la Mentira! Nos quedamos con los sábados y con los domingos. Y para los jóvenes en edad de merecer, algún viernes de vez en cuando.