Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

lunes, 12 de abril de 2021

Nuestra deuda con la II República


En breve, se cumplen noventa años de la proclamación de la II República. Albergo un inmenso respeto por quienes quisieron ver en la II República una esperanza de cambio. Y desde luego que hubo un cambio: cinco años y medio después de proclamarse, estallaba la más traumática de las guerras civiles. Un fracaso inmenso, que no permitían presagiar el talento y la energía de quienes, como Clara Campoamor, quisieron construir una república liberal y libre.
Hace unos años, vísperas de otro 14 de abril, tuve el honor de acompañar en el plató de la Hora Cultural a Carmen Martínez Pineda, autora del más extraordinario estudio sobre la Censura durante la II República, y resumí la verdadera aportación de aquel régimen a nuestro acervo político: nos enseñó lo que NO había que hacer y, en ese sentido, iluminó a los padres de la Transición.
Durante la II República:
-no hubo libertad de prensa.
-no hubo limpieza electoral.
-algunos partidos políticos estaban armados hasta los dientes, y la violencia "política" más sanguinaria no tuvo una respuesta adecuada.
No pensé en añadir que, además, no existió la libertad de culto; que se persiguió la religión católica durante la "revolución de Asturias" y que a raíz de la nada clara victoria del Frente Popular, se asesinaba a curas y monjas o se pegaba fuego a iglesias y conventos. El resultado de todo ello fueron la guerra civil y la interminable dictadura del general Franco.
Durante la Transición se garantizaron la libertad de culto, la libertad de prensa, la limpieza electoral -no creo que existan muchos países con más limpieza electoral que España- y los únicos violentos que tuvimos desde 1978 han sido los terroristas de Grapo y de la ETA -el FRAP se autodisolvió antes- unos grupúsculos de extrema derecha responsables de asesinatos como la matanza de Atocha y que se multiplicaron por cero tras el fracasado 23-F y otros grupos terroristas menores de corte nazionanista y de extrema izquierda como Terra Lliure o Resistenza Galega.
En consecuencia, podemos afirmar que debemos a la II República el habernos vacunado contra el extremismo y la violencia, contra la ausencia de libertad de prensa, contra los pucherazos electorales, contra la falta de libertad religiosa, contra la impunidad de los asesinos... El tiempo dirá si esa vacuna nos inmuniza para siempre.