Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

lunes, 29 de agosto de 2011

Frances Kelsey: la guardiana entre el centeno


Tratando de contestarse a la pregunta de qué trabajo le gustaría hacer, Holden Caulfield imaginaba un campo de centeno en el que jugaban y corrían miles de niños. El campo terminaba sobre un tremendo precipicio. El único mayor entre tanto crío era el Guardían -el propio Caulfied- cuyo trabajo consistía en evitar que algún niño despistado se acercara corriendo sin mirar al precipio y acabara despeñándose. Y añadía el joven: "I know it's crazy, but that's the only thing I'd really like to be". Esa ensoñación es la que da título a la famosísima novela de Salinger, que ha merecido numerosos y sesudos análisis que ahora no vienen al caso.

Todos somos guardianes en el centeno
En realidad el sueño de Caufield es una perfecta metáfora del mundo real: todos somos guardianes entre el centeno -empezando por los padres, angeles de la guarda de sus hijos- y en particular los policías, los científicos, los técnicos y encargados de velar por que las cosas se realicen correctamente.
Cuando a un niño le lees la cartilla para que se acuerde de no meter los dedos en los enchufes, cuando llamas al 010 para avisar de que han robado una tapa de alcantarilla y que alguien puede caerse y descalabrarse, cuando un capataz abronca a un obrero que no se ha puesto el casco o los guantes, cuando eres un buen profesor que motivas enseñas y corriges a los alumnos, cuando haces tu trabajo con la mayor perfección posible, para que todo salga bien, eres un guardián entre el centeno. Pensad en la abnegada labor de tantos voluntarios y miembros de mesas electorales que se encargan de que el resultado de las elecciones sea fiable, como recordaba J-M García Gay en una entrevista.

Frances Kelsey
No nos damos cuenta de la calidad de vida que tenemos porque estamos acostumbrados a ella. Compramos y comemos alimentos con la seguridad de que no son veneno, bebemos un agua que pensamos que ha sido analizada y acondicionada y confiamos en que los juguetes que damos a los niños no llevan pinturas tóxicas. La calidad de vida se basa, enteramente, en la probidad de una inmensa mayoría de personas que hacen las cosas como Dios manda. Esa probidad es la garantía de la confianza y por ende, de la prosperidad.
De todos los que realizan cada día su trabajo y lo hacen bien y procuran evitar tantas tragedias derivadas del error, de la ignorancia, de la dejadez o de la mera estupidez, quisiera recordar a una señora estupenda que ha cumplido 97 añitos de nada.  Se llama Frances Kelsey, née Oldham, y fue la señora que evitó la espantosa tragedia de la talidomida en los Estados Unidos.

El drama de la talidomida
Os acordaréis de aquel drama: empezaba la década de los sesenta y nacían en Europa muchos niños con graves deformaciones. Los padres descubrián que su niño, su muy deseado hijito, venía con minúsculos brazos o piernas, o le faltaban dedos o miembros enteros. La Asociación Española de Afectados por la Talidomida tiene una intereasnte página web con datos y fotografías ad hoc.
Se constató que el fenómeno quedaba circunscrito al continente europeo y algunos otros países pero no afectaba a los EE. UU.
Al final se descubrió que el responsable de la tragedia era una sustancia, la talidomida que se comercializaba en preparados para aliviar las náuseas de las mujeres embarazadas.
¿Por qué la talidomida no afectó a los Estados Unidos? Porque la Food and Drugs Administration no había autorizado la comercialización del producto. El informe negativo se debió al bendito empecinamiento de Frances Kelsey, una señora particularmente sagaz y prudente, cuyos negativos informes sobre la talidomida fueron la base de la decisión de la FDA.
A juicio de la doctora, no se habían realizado suficientes pruebas para demostrar la inocuidad del producto. Un año después, miles de víctimas eran la viva y sufriente demostración de que Frances Kelsey tenía razón. En 1962 el presidente Kennedy le concedió a Kelsey la mayor condecoración civil de los EE.UU.

Necesitamos gente seria que no se deje presionar
A la doctora Kelsey la presionaron de distintas formas, pero se mantuvo firme. En España necesitamos muchos Guardianes en el Centeno, gente que haga bien su trabajo a pesar de las presiones de los Jefes que quieren ganar más pasta o inaugurar el puente antes de las elecciones. España se encuentra en el umbral de una nueva era que puede ser catastrófica si nos abonamos al todo vale de los chiflados neoliberales o espléndida si dejando atrás el lastre socialista apostamos por la prosperidad, una prosperidad que es incompatible con la inseguridad.
Tenemos que respaldar la autoridad moral de quienes tienen como función comprobar que las cosas son como deben ser, que las balanzas de los comercios no están manipuladas, que no se vuelva a producir un escándalo como el de las gasolinas, tragedias como el Síndrome Tóxico  o espantosos ridículos como cuando se hundió la sede de la Gerencia de Urbanismo en Madrid (!), que afortunadamente se derrumbó un domingo y no un día laborable.
Dotar de autoridad supone asegurar independencia; el que quiera entender que entienda.
Igualmente, no existe mejor Inspección que la auto-inspección y la introspección de quien ha sido formado en el colegio y en su casa con un ideal de honesta eficacia. Todos dependemos de todos y resulta vital enseñar esa realidad a los niños, desde pequeños.

sábado, 27 de agosto de 2011

Nada te turbe

Ayer en Misa volví a encontrarme con el panorama habitual; yo era el más joven y me rodeaban, esparcidos entre los bancos, un montón de maduros, muy maduros, madurísimos, viejecitos, carcamales, ruinas babilónica y momias de la Novena Dinastía. No he podido dejar de añorar esos días de la Jornada Mundial de la Juventud; una semana ya desde aquel sábado en que un millón y medio de chavales se juntaron en Cuatro Vientos.
La juventud es su propio adorno y la JMJ ha supuesto para Madrid un cambio total de decorado físico y espiritual. En barrios de nuestra envejecida capital demasiado caros para quien no sea rentista, de repente veías las calles ocupadas por gente entusiasta, vestida de colores y sonriente, que visitaba los museos, invadía las terrazas y llenaba las iglesias.
No penséis que sufro de efebofilia ni de ilimitada simpatía por lo joven. A mí, en general, los adolescentes me tocan un pie y la yema del otro; pero sí reconozco que ante lo nuevo todavía me conmuevo; cursilería quizá, o también ilusión. Se rompe una rutina, se constata un cambio de paradigma y quizá por ello también piensas distinto y ya no te importa tanto la opinión ajena.

Un poema de Santa Teresa
El jueves pasado día escuché de boca de unos jóvenes peregrinos franceses una versión musicada del poema" Nada te turbe" de Santa Teresa. Me parece una música bella, sencilla y pegadiza para unos versos excepcionales. Nada te turbe / Nada te espante / Todo se pasa / Dios no se muda / La paciencia / Todo lo alcanza. / Quien a Dios tiene / Nada le falta / Sólo Dios basta. etc.

Versos castellanos en el alma de Edith Stein
Este poema y otros de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz calaron hondo en una joven judía, Edith Stein, brillante discípula de Husserl, quien al convertirse en Carmelita, adoptó un extraordinario nombre compuesto donde combinaba los nombres de sus poetas y santos favoritos Teresa Benedicta de la Cruz.
Edith Stein fue detenida el 2 de agosto de 1942 en el monasterio de las Carmelitas de Echt (Holanda). El día 7 ella, su hermana Rosa y otros 985 judíos salieron en un convoy, camino de Auschwitz. Llegaron dos días después. Edith y Rosa fueron obligadas a desnudarse y meterse con las demás víctimas en una cámara de gas, las famosas "duchas" de las que no manaba agua sino gas Zyklon-B. Su cuerpo fue incinerado como el de tantos, y un poco de Edith salió de las chimeneas de Auschwitz. Sus restos se libraron de ese deporte siniestro del catolicismo que consiste en trocear gente para convertirla en reliquias.
De sus asesinos nadie recuerda el nombre, perdido en el albañal de la Historia, en el infecto lagar de los verdugos; pero ella fue proclamada Patrona de Europa por San Karol.
Podríamos aplicarle los versos finales del gran poema teresiano: [...] Del infierno acosado / aunque se viere, / burlará sus furores / Quien a Dios tiene. Vénganle desamparos, / cruces, desgracias; /siendo Dios su tesoro, / Nada le falta. / Id, pues, bienes del mundo; / id, dichas vanas,/aunque todo lo pierda, / Sólo Dios basta.
El poema de la Santa de Ávila fue musicado por Jacques Berthier, es el número 50 de las 71 obras que ofreció a la comunidad de Taizé.
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viernes, 26 de agosto de 2011

Por el amor se lucha

La mayor enfermedad del mundo es la logorrea. Queremos sustituir los sentimientos por palabras, los actos por palabras, la esperanza por palabras. Y no es posible. Todo lo que vale la pena, todo aquello que realmente valoramos, sólo se consigue por medio de la lucha, una lucha en la que las palabras pesan poco y los actos mucho. Le dediqué ya una entrada al tema, Don't give up.
El amor, por encima de todo, es exigente: no le gustan los blanditos ni los tontitos. Quien quiere un amor tiene que luchar todo el día contra sí mismo, contra sus prejuicios y contra el orgullo que impide pedir perdón.

Los prejuicios matan el amor
Un conocido mío que ya no existe, como no sea en la esperada Gloria que nos vende la fe, se privó del amor, castrándose a sí mismo al rechazar un amor que surgió en su vida.
Su familia tenía un castillo desde finales del siglo X, algo más de mil años en el mismo rincón de Francia. En España no hay familias tan antiguas. Él se pasó toda la vida trabajando para el castillo, euro que ganaba, euro que acababa en las obras de reparación del tejado, la instalación eléctrica, qué sé yo.
Surgió el amor, sí, pero él no podía. Ella era una chica sencilla que lo quería, que lo hubiera hecho felicísimo. Habría tenido niños y un perro, habría vendido el dichoso castillo y se habrían arreglado en un pisito de alquiler, pequeño, y sus mañanas habrían empezado con una caricia y un café, y tratando de evitar que el más pequeño se coma el paraguas de la entrada y cosas así. ¡La felicidad!
Pero él sufría de un raro cáncer genealógico que le impedía vivir la vida: la chica no tenía cuarteles de nobleza, y cierta vulgaridad al hablar indicaba que no se había criado en l'École des Roches. Así que el amor se inmoló ante los prejuicios y él murió solo y soltero. Siempre he deseado que algún sobrino suyo de los que heredaron el castillo le haga un favor a la familia y lo queme, o lo venda o lo subaste y se quiten de encima esa losa centenaria, ese castigo secular.

El desamor está de moda
Esto viene a cuento de que estoy harto de oír hablar de desamores.
No hay día en que no me entere de una nueva catástrofe íntima, otro tren de amores descarrilados. Carallo, ¿qué le pasa a la gente? ¿Por qué no luchan por su amor, por lo que han sido, por lo que pueden llegar a ser? ¿Por qué ceden a la tentación de romper la baraja?  ¿Tan difícil es pedir perdón, decir "lo siento"? ¿Por qué el orgullo siempre tiene que salirse con la suya?
Hoy día el Diablo se viste de sicólogo, y te aconseja pragmatismo y realismo; cada día me convenzo más que el ámbito natural de los sicólogos es el fondo del mar, haciendo compañía a los abogados matrimonialistas.
Cuando veo otra pareja rota, otra más, tengo ganas de majarlos a palos y gritarles: ¡BASTA! ¡BASTA YA! ¿No tenéis nada mejor que hacer que haceros daño?  ¿Por qué tanta maldad? De verdad, los diagnósticos de los expertos, los consejos de la gente razonable, las palmaditas en la espalda de falsos amigos os la debieran traer pendulona. ¡Luchad por vuestro amor! Si el amor es algo más que un espejismo desde luego no puede ser una licuefacción mierdosa de prudencia. Al agua patos, ¡equivocaros! ¡Equivocaros y sed felices! Y cuando las cosas se tuerzan, que se tuercen, aprended a pediros perdón.

Sorry: una gran canción de Tracy Chapman
A pesar del tiempo, me sigue conmoviendo como la primera vez la belleza y sencillez de Sorry, esa gran canción de Tracy Chapman. Una letra sensacional y una forma de cantarla tan original.
Sorry / Is all that you can't say / Years gone by and still / Words don't come easily / Like sorry, like sorry
Forgive me / Is all that you can't say / Years gone by and still / Words don't come easily / Like forgive me,  forgive me
But you can say baby / Baby can I hold you tonight / Maybe if I told you the right words / At the right time you'd be mine
I love you / Is all that you can't say / Years gone by and still / Words don't come easily / Like I love you, I love you

viernes, 12 de agosto de 2011

A los papanatas no les gusta el Papa

 
De verdad, se me han hinchado tanto las narices, que no consigo sentarme.
Fíjate que yo no soy de grandes reuniones multitudinarias y la fe que tengo en Jesús, mi Dios cercano, nada tiene que ver con los circos mediáticos. Además, nunca he sido especialmente papólatra y rehuyo las multitudes.
Por ser verano y tener cosas más interesantes que hacer, no pensaba asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, que este año se celebra en Madrid. Pero el odio desplegado contra esa exhibición de fe y juventud, ha conseguido irritarme. Hasta he tenido que interrumpir mi vacación bloguera. ¡Ya vale!
Te comentaba hace unos días, en una entrada dedicada a la senilidad anticlerical, la cristofobia de José Luis Sampedro, ese portentoso genio convencido de que la fe es incompatible con la inteligencia. Jaleados por los medios anticristianos, una serie de mezquinos HDP han desplegado todo su odio y toda su mediocridad contra las JMJ, contra el papa Benito, contra el cristianismo en general y el catolicismo en particular.

Un chivo expiatorio
El fenómeno no es nuevo. Es una característica del pensamiento irracional tratar de buscar chivos expiatorios para justificar el propio fracaso. Viene de antiguo la costumbre de sacrificar inocentes: los antiguos mexicá, cuando no llovía, mataban niños y niñas en los altares del Dios de la Lluvia, pensando que sus lágrimas propiciarían magníficas cosechas. En la Edad Media, cuando había una peste, alguien le echaba la culpa a los judíos y Lutero se imaginaba que los problemas de la Cristiandad eran responsabilidad directa del pueblo de Israel. ¿Quién no recuerda aquella magnífica película, Matar al Ruiseñor, en que a un tío lo juzgan por imaginarios abusos, y de paso lo matan cuando intenta escapar? La víctima en este caso sólo era culpable de un delito por lo visto abominable: ser negro.

Pensar es muy cansino
En el fondo la identidad de la víctima es lo de menos, que sea negro, judío o católico, masón, homosexual o chino, lo importante no es la etiqueta que le pongamos a la víctima sino su función: servir de desahogo a los mediocres. Si a un chico carlista su novia le da calabazas, acabará por echarle la culpa a los masones. Si a un tío con talento lo nombran Director de algo será que es maricón; si me presento a las elecciones y no me vota ni el Tato, la culpa es de los Medios o del Sistema. En eso coinciden todos los capullos de la tierra, en echarle la culpa a otro para no tener que molestarse en pensar...
Y así funcionamos todos en general, echando balones fuera, sin querer asumir nuestras responsabilidades, en estado de perpetua adolescencia; y así funcionan los anticlericales, los casposos de toda la vida, proyectos de nada multiplicados por cero, ladillas de ateneo que han encontrado un culpable para la crisis del Teatro, la tuberculosis y la deforestación de los Trópicos: los culpables son el Papa Benito y las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Perdonar no es tan fácil
Como pagano asilvestrado con apenas un barniz de Cristianismo -barniz muy fino, pero al que estoy apegado- siempre he respetado a los buenos cristianos que se tragan su orgullo, que son capaces de perdonar a sus enemigos. A mí perdonar y olvidar se me hace muy cuesta arriba y por eso admiro muy sinceramente a toda esa gente que responde con bien al mal y no atiende a las provocaciones de la ralea.
Admiro todavía más a aquellos que intentan sinceramente ver en el Otro, por asquerosito que sea, una imagen de Cristo. Yo no puedo, de verdad, es superior a  mis fuerzas. Cuando miro a un capullo, sólo consigo ver a un capullo; y mira que me concentro... Lo siento mucho, no soy de los que ponen la otra mejilla, no soy una de esas monjas admirables que dedican toda su vida al cuidado de los demás, que lavan viejos a los que su familia ha abandonado, que se preocupan entre Proyecto Hombre y Cotolengos de aquellos de los que nadie se ocupa, para que luego se burlen de ellas. ¡Que se burlan! ¡Que hubo malnacidos que se choteaban de Teresa de Calcuta!
Mi cristianismo es totalmente futbolero y reactivo; no me gusta que se metan con mi equipo, con mi gente, con la fe de mis mayores; ¡estoy harto! ¡Hasta los mismísimos!
Así que si por casualidad os parecen mal las JMJ, os cae mal el papa Benito, os molestan las procesiones, las misas, dos mil años de cristianismo en España, etc. pues lo único que espero es que vuestro odio os haga sufrir mucho, que vuestro odio os produzca severas indigestiones y úlceras pépticas; que por culpa de vuestro odio, os salgan almorranas en el cerebro y sabañones en el culo, y he querido plasmar esos delicados pensamientos, esas perfumadas volutas de mis renacentistas médulas en la eficaz fórmula ¿Te molesta la JMJ? Pues JDT. Que ya está bien. Acompaño estas letras de desahogo con una bella imagen diseñada por Guillermo Orazal.

jueves, 4 de agosto de 2011

Vencer a Franco


Retirado en la paz de estos desiertos
Con pocos pero doctos libros juntos
Vivo en conversación con los difuntos
Oyendo con los ojos  a los muertos

Quien muere sólo desaparece de verdad el día en que ya nadie lo recuerda; por eso muchos cuyos restos son cenizas o humilde gusanera, todavía viven en nuestros corazones, y no sólo los que quisimos, nuestra entraña viva, nuestros parientes y amigos; también siguen vivos en nuestra memoria los autores de los libros que leemos -gracias don Francisco, por esos versos- o los protagonistas de la Historia vivida o inventada. Precisamente, una de las gracias de Rodríguez Zapatero y sus mariachis ha sido la de resucitar a Franco, a base de hablar de él, de una parte, y de tratar de aplicarle la damnato memoriae. Ese extraño complejo le ha llevado a elegir el 20 de noviembre como fecha de su adiós, una última payasada antes de la voltereta final. No contentos con resucitar a Franco, con su inmenso fracaso le han regalado al Dictador una nueva victoria, una victoria que, desde luego, el Caudillo no merecía.

El éxito final de Franco
Si Franco hubiese muerto en 1939, 1945 o 1955, sin duda no existiría el franquismo sociológico. Sólo se recordaría del siniestro general su gran obra guerracivilista, los años de represión y la España gris cemento con el Invicto disfrazado de cruzado... que hace falta no tener sentido del ridículo. Pero es que Franco -preciso por si me lee algún magistrado de moda- no murió en 1939, ni en 1945, ni en 1955. Al general le permitieron morir el 20 de noviembre de 1975.
Antes de los años sesenta, el franquismo es la larga, larguísima, interminable historia de un fracaso que se resume en que con el pretexto de salvar y redimir un país primero lo destruyes y luego lo reconstruyes. En 1956 se habían alcanzado los niveles de desarrollo de 1936, es decir, España habá perdido no sólo mucha sangre sino mucho tiempo, veinte años para ser exactos.
Sin embargo existe un franquismo sociológico y el éxito inicial de series como Cuéntame con su familia Alcantara recrea una España próspera que todos los que vivieron recuerdan con cariño. ¿Por qué? Por su éxito final. Los sesenta fueron espectaculares, tanto en España como en otros países europeos y occidentales. Al impresionante crecimiento de los sesenta algunos fanáticos analistas para no llamarlo desarrollo, preferían llamarlo desarrollismo, mira tú qué bien. Con el sueldo de dos años podías comprarte un piso, había pleno empleo y el país creció tanto que pudieron regresar los millones de emigrantes económicos.
A finales de los sesenta España era considerada como un paraíso por muchos extranjeros que disfrutaban de la tranquilidad de una sociedad ordenada -la delincuencia era residual- y se habían conseguido objetivos que hoy nos parecen sencillamente inimaginables: pleno empleo y ¡contratos indefinidos tras un mes a prueba! Era una sociedad alegre, llena de niños y que bailaba al ritmo del Dúo Dinámico. Y una sociedad joven a la par que estudiosa, sólo puede ser creativa: marea pensar en la cantidad de autores en todos los ámbitos que fructificaron durante esos años...

Recoger el guante
Ese éxito es un desafío para la España de hoy, libre y democrática pero con grandes problemas. No podemos dejar de recoger el guante que nos echa Franco desde el Infierno; no podemos rehuír nuestras responsabilidades, cada uno de nosotros debe optar entre ser un Cyrano o ser un gusano.
Podrán los neoantifranquistas -normalmente hijos de significados azules- desmantelar el Valle de los Caídos, quemar los restos de Franco, zombificarlo, hacer flautas con sus huesos o dispersar sus cenizas al viento, pero ese calculado y nada espontáneo aborrecimiento no es más que el síntoma de su extraordinario fracaso.
La historia no la podemos desmantelar, ni la verdad, por mucho que nos engañemos: o los españoles demócratas podemos hacerlo mejor que la España dictatorial, o menudo ejemplo para nuestros hijos.

Hemos perdido más de tres décadas
Lo peor del franquismo crepuscular, aparte del propio Dictador, son sus dirigentes políticos, los mismos que se vestían con la camisa azul en 1975 se convirtieron en demócratas sobrevenidos en 1977 y confeccionaron una Constitución manfiestamente mejorable que desestructuró España y que con el pretexto de asegurar la libertad y la democracia nos hundió en una crisis de sociedad que ya viene durando treinta años con la feliz excepción de los gobiernos de Aznar, que supusieron un cambio de paradigma, aunque no un retorno a lo mejor de los sesenta.

La excepcion Aznar
Con Aznar hubo crecimiento y modernización, España se convirtió en la octava economía del mundo, y de país de emigrantes devino en destino de inmigrantes. Se plantaron árboles, se levantaron millones de viviendas nuevas, se modernizaron las estructuras.
Fueron gobiernos entusiastas que se estrenaron consiguiendo cumplir en pocos meses con las condiciones impuestas para entrar en el euro, los famosos "criterios de convergencia" fijados en Maastrich, capaces de acorralar a las sabandijas de la ETA, con una brillante política internacional, gobiernos que retomaron Perejil, fortalecieron las relaciones con EE. UU. e impusieron excelentes condiciones para España en los tratados europeos. Nunca habíamos alcanzado tan altas cotas de convergencia con la Europa más próspera: hoy vamos pidiendo limosna y de aquí a noviembre podemos encontrarnos con España fuera del euro.
Las sombras fueron el precio de la vivienda, una ciega política inmigratoria que no tuvo en cuenta quién se puede integrar y quien no, el peaje pagado a los separatistas, el fomento del aborto y el envejecimiento de la población: desde Felipe González, es mucho más fácil abortar en España que encontrar una guardería; Aznar tampoco quiso o no consiguió moficicar la Constitución para acabar con el caos autonómico; la educación no se reformó, y el código penal siguió facilitando las formas legales de pederastia.

El desastre Zapatero
Zapatero ha fracasado en todos y cada uno de los puntos de su política puesto que los problemas que Aznar no resolvió, siguieron agravándose con el Z, pero sin ninguno de los inapelables éxitos de su predecesor. Hoy la vivienda sigue siendo inasequible, pero tenemos cinco millones de parados, hemos pasado de ser la octava potencia mundial a la decimocuarta y cada día perdemos algún derecho nuevo; amparándonos en la globalización, nos vamos chinificando. El futuro a medio plazo de un trabajador español, sin formación, es la esclavitud. Como en la película Stico, aquella genial fábula de Armiñán, los españoles acabarán vendiéndose como esclavos a cambio de comida y de techo seguro.

El saqueo es impresionante; en Barcelona vende ya la Generalidad edificios históricos para obtener liquidez hoy, a cambio de deudas mañana; en breve veremos hermosas torres sobre un Retiro privatizado y las mejores obras del Museo del Prado rematadas en Sotheby's. La zetagente deja el poder con el peor de los balances, y una nueva fuga de cerebros y talentos, largándose de España buscándo fuera algo mejor. Debieran reeditar el clásico de Gómez Gil, Cerebros Españoles en USA. Zapa nos ha devuelto a los cincuenta.
El único éxito de Z ha consistido en silenciar por unos meses a los etarras, al precio de darles el poder: los ha legalizado y tras la victoria de Bildu los etarras controlan ayuntamientos y provincias; también nos ha dejado en la calle a un grupo de activistas de no se sabe qué al servicio de no se sabe quién, los quincemeneros, que desprecian el poder salido de las urnas e imponen su presencia en la plaza pública.

Un Nuevo Trato para España
El próximo gobierno cuenta con una baza histórica: la zetagente ha sido tan mentecata que los que vengan sólo pueden hacerlo mejor; en tábula rasa se construye muy bien.
Pero el futuro gobierno del PP, si es que Rajoy gana, si es que quiere de verdad ganar, debe ser capaz de generar millones de puestos de trabajo y de reducir el precio de la vivienda al menos un 400%; tiene que ser capaz de crear un entorno laboral eficaz, rentable y seguro; tiene que enfrentarse a la desestructuración constitucional creando un marco legal nuevo que sustituya la actual chifladura territorial y la persecución de la lengua española; tiene que reformar de arriba a abajo la Educación, empezando por nuestras corruptísimas y nepóticas facultades para que España tenga al menos alguna universidad entre las cien primeras del mundo, que no es mucho pedir; tiene que llenar el país de guarderías, además de pisos baratos, para que las parejas jóvenes puedan trabajar y tener niños, y disciplinar los colegios devolviendo a la educación pública el prestigio que le han quitado locos y demagogos. Tiene que poner el sistema de crédito al servicio de la sociedad y no la sociedad al servicio de los banqueros. Tiene que crear un marco estable para la familia, alfa y omega de toda civilización.
Todas esas reformas se las ha puesto fáciles el inmenso fracaso de Zapatero verdadero destructor de la izquierda española. Rajoy tiene que alcanzar un nuevo pacto con la sociedad española, un new deal en el sentido más roosveltiano; y nadie alcanza esos objetivos si carece de ambición, si no es capaz de hacer un discurso asertivo, positivo y creador.

No debemos elegir entre prosperidad y libertad
Debemos ser ambiciosos; o lo ambicionamos todo, o perderemos lo poco que nos queda, que son la democracia y la libertad, esos tesoros que gozamos todavía y que tantos estúpidos desprecian. Se equivocan mucho quienes hacen de menos los bienes del presente pensando en tesoros futurizos y ya dice el sabio, "no escupas en tu pozo, volverás para beber en él".
Los fachas e izquierdosos que constituyen la base ideológica quincemenera siempre le sacan defectos a nuestra democracia, que ya sabemos que no es perfecta, pero es mil veces mejor que no tenerla. Desprecian la libertad porque, en el fondo, no han hecho nada para ganársela.
Democracia y la libertad son nuestro patrimonio, lo único que nos queda después del Demenciato. Y si no aprendemos a valorarlas, nos las quitarán y sólo nos quedarán los ojos para llorar. No debemos poner a la gente ante el dilema de elegir entre prosperidad y libertad. Debemos ambicionar la mayor prosperidad sin renunciar a la libertad. Vencer a Franco no consiste en quitar estatuas del dictador; consiste en demostrar que se puede ser una democracia y conseguir altas cotas de prosperidad y desarrollo. Debemos vencer a Franco de verdad, y para siempre.

miércoles, 3 de agosto de 2011

El reclutamiento político: el caso del PP

En un país en que la seguridad laboral  queda reducida a la Administración, sólo los funcionarios tienen la certeza de cobrar hoy y mañana un sueldo, y pueden hacer planes para casarse, tener hijos o adquirir un nido hipotecándose treinta o seiscientos años. De ahí que muchos españoles sueñen con "sacarse" una oposición, y si es posible de las buenas, así que pasan los mejores años de la juventud con los codos hincados, memorizando temas, bajo la dilecta dirección de sus preparadores.
Las oposiciones no son un sistema perfecto pero resultan sin duda una forma de acceso a la Administración más limpia que el mero dedazo puesto que premian el esfuerzo personal y en particular la memorización de materias complejas.


Excelencias en excedencia
En la entrada anterior abordábamos la más que probable victoria del Partido Popular en las convocadas elecciones del 20 de noviembre. Puesto que en breve de ese partido saldrán los altos cargos que tendrán en sus manos las riendas del Estado, quizá no esté de más comprobar cómo se seleccionan  las altas esferas del PP donde resulta notable la presencia de personas que se han ganado un lugar bajo el sol por medio de una oposición, quizá por influencia de Fraga, un gran memorión. Vale la pena recordar que Fraga obtuvo el número uno de las oposiciones al Cuerpo Diplomático y a Letrado de las Cortes, y también ganó una Cátedra de Derecho Político y quizá por ello le gustó rodearse de personas cuyo estatus se debía en parte a haber obtenido una oposición. A Fraga sólo le hizo sombra en ese sentido Pío Cabanillas, que ganó tres oposiciones tan difíciles como la de Notario, Registrador de la Propiedad y Letrado de la Dirección General de Registros y del Notariado. ¡Las tres! Pío fue uno de los fundadores del primer Partido Popular, que se integró en UCD.
Hechura de Fraga es Rajoy -registrador de la propiedad en excedencia-, como lo son José María Aznar -inspector de Hacienda en excedencia- o Alberto Ruiz Gallardón -fiscal en excedencia-. Otros destacados personajes del PP son también funcionarios de carrera que han conseguido plaza por medio de la correspondiente oposición. Ana Botella y Esperanza Aguirre pertenecen al Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo; Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal son Abogadas del Estado como lo es Antonio Hernández Mancha, otro fallido delfín de Fraga; Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, quien también pudo suceder al histórico líder del PP es letrado del Consejo de Estado, entre otras muchas cosas, y -con Fraga- uno de los siete padres de nuestro engendro constitucional. Hay naturalmente excepciones, como Álvarez- Cascos cuyo perfil profesional es Ingeniero de Caminos, pero el político asturiano ya ni siquiera milita en el PP.


Vasallaje
Cierta independencia
El lado bueno de que un político tenga un sueldo seguro de la Administración que no deba a nadie más que a su propio esfuerzo, es que le proporciona una mínima independencia económica; el funcionario de carrera no necesita venderse a nadie para vivir. En cambio el político que sólo es algo en función del dedazo que lo nombró, está sometido a un tremendo condicionamiento: no se atreve a opinar por sí mismo y mantendrá respecto de su protector un vasallaje que fácilmente deriva en acrítico servilismo.
Por otro lado resulta obvio que personas que tienen una formación jurídica y conocen a fondo una materia y la estructura del Estado por haberlas estudiado en el marco de una oposición, sin duda pueden hacer un buen papel en la alta administración, no sólo en aquel campo que estudiaron sino en general.

Un partido sin empresarios
Lo que resulta dudoso es que personas con mentalidad de "sueldo seguro" sean especialmente vitales. El PP está lleno de gente con sueldos seguros y resulta llamativa la casi total ausencia de empresarios en sus filas, aparte de Rodrigo Rato, quien heredó gran parte de su fortuna, y lideró la fantástica recuperación económica de los gobiernos de Aznar. Rato ahora se ocupa de Bankia pero quizá lo reaprovechen algún día, que el reciclado está de moda.
Ahora mismo no se me ocurre nadie más ya que Manuel Pizarro fue flor de un día en el partido, un abogado del Estado con una larga carrera técnica en la Administración que tras una trayectoria por el mundo de los mercados -presidió la Bolsa de Madrid- y dirigir Endesa pasó dos años en el mundo político del que rápidamente se decepcionó.  ¿Puede un partido sin empresarios liderar la reconstrucción económica de España?

Empresarios sin horizonte penal
El empresario que tiene que partir de cero o de muy poco, tiene, pienso yo, una perspectiva más dinámica de las cosas. El empresario tampoco es un modelo perfecto: los negocios a veces pringan y resulta difícil ser no sólo honesto sino parecerlo cuando se maneja dinero, sobre todo hoy día en que están de moda tipos elaborados de estafa como la llamada ingeniería financiera, etc. ¿Existen empresarios de prestigio sin horizonte penal?  Dos banqueros sobrevenidos, Mario Conde -también abogado del Estado-  y José María Ruíz Mateos, tuvieron, ambos, tanto su momento de gloria como su etapa carcelaria. El primero quiso entrar en política antes de la intervención de Banesto, el segundo entró en política después de la expropiación.
Por otra parte, las grandes empresas españolas no participan en general del modelo de mercado libre sino que se han beneficiado de protecciones estatales y en cieto modo son estructuras dependientes de la Administración: bancos, antiguos monopolios como Telefónica, las eléctricas, ¿hasta qué punto son empresas de verdad competitivas? Salvo Inditex, El Corte Inglés, la industria bodeguera, las alimentarias, empresas como Lladró, todo el sector turístico y de servicios, ¿cuántas empresas hay en España que puedan decir que no deben sus beneficios a la intervención del poder público? Incluso empresas libres pensadas para un mercado libre como Microsoft, deben buena parte de sus beneficios en España a la protección oficial: el uso de su software cautivo por parte de la Administración.

Variar la ensalada profesional
Si una Institución a priori tan rancia como la Real Academia de la Lengua optó hace décadas por ampliar el círculo en el que elige los académicos, que no son ya todos profesores ni lingüistas, sería sin duda interesante que el PP se planteara variar el origen de sus cuadros dirigentes. 
Desde 1977, España sólo ha tenido gobiernos de UCD, del PSOE y del PP. 
En UCD los dos presidentes del gobierno fueron un doctor en derecho con trayectoria en el Movimiento y la administración, Adolfo Suárez, y un ingeniero de caminos, Leopoldo Calvo Sotelo.
En el PSOE sólo han sido presidentes del Gobierno en esta etapa dos licenciados en derecho, ambos profesores ayudantes de Facultad durante un breve tiempo, Felipe González, que fue abogado en ejercicio, y Rodríguez Zapatero, cuya trayectoria vital ha sido esencialmente política.
Pérez Rubalcaba, actual líder del PSOE, es un doctor en química y ha eneñado en Madrid, Constanza y Montpellier; otros dos líderes fallidos fueron el ingeniero aeronáutico y doctor en económicas Josep Borrell y un brillante alumno de Deusto como Joaquín Almunia que hizo el doblete de derecho y empresariales.
Españoles que presidieran instituciones internacionales han sido un doctor en económicas, Rodrigo Rato, antecesor del controvertido Strauss Kahn en el FMI; un catedrático en bioquímica Federico Mayor Zaragoza, con una laga trayectoria científica antes de entrar en política, y que ha dirigido la UNESCO; el catedrático de Física del Estado Sólido, Javier Solana, Secretario General de la OTAN.

Los grandes líderes de Europa
Echemos un vistazo a Europa y sus grandes líderes del pasado:
Jean Monnet era un comerciante de vinos -nació en Coñac- que no llegó a terminar el Bachillerato. Robert Schuman era abogado en ejercicio. Alcide De Gasperi estudió Letras en las universidades austriacas y fue activista y periodista.
El único título profesional de Churchill era el de oficial de caballería, por Sandhurst. Esa formación, militar era la del General de Gaulle.
Si hablamos de la derecha de la Europa actual, Angela Merkel, es física, doctora en física cuántica. David Cameron, aunque cultiva su vena pija, en realidad fue un buen estudiante que se tomó la molestia de graduarse en Oxford con honores de primera clase en Filosofía, Política y Economía, con carrera en la administración y un claro perfil político.
Silvio Berlusconi, antes de convertirse en empresario, y meterse en el mundo político, se doctoró en Económicas. El primer ministro holandés es Mark Rutte, de formación historiador y de profesión especialista en Recursos Humanos en el grupo Unilever. Ninguno de ellos participa del modelo español.
Algo más cercano al modelo español es el francés. Los mandarines franceses salen de escuelas como la ENA, Sciences Po o Polytechnique, caso de Giscard d'Estaing, pero hoy quien manda son políticos profesionales como Sarkozy y su primer ministro Fillon que tienen estudios de derecho -el primero es licenciado, el segundo doctor y con estudios jurídicos profundos- pero prácticamente han hecho toda su carrera en el ámbito político. Lo mismo se puede decir del presidente de turno de la Comisión Europea, Viktor Órban, jefe del gobierno húngaro, becario de la Fundación George Soros, que lleva toda la vida haciendo política. Ninguno de ellos es un funcionario de escalafón en excedencia.
Mi conclusión es que me gustaría ver en la cúpula del PP a gente profesional que no sólo a excelencias en excedencia: ingenieros de caminos, abogados de verdad –no sólo licenciados en derecho- médicos, arquitectos, historiadores, traductores, periodistas, escritores, militares y profesionales en general que aporten ideas y experiencias distintas. Dado el enorme peso del gasto sanitario en los presupuestos, ¿no os llama la atención el escaso número de médicos en nuestra política? Uno fue Pujol, que está ahora retirado, y otro es Llamazares.
Puede leerse aquí un trabajo de Juan Rodríguez Teruel sobre el reclutamiento de los ministros.

lunes, 1 de agosto de 2011

¿Cuántos socialistas votarán al PP?

No os voy a recordar a mis amigos sociatas que os enfadasteis conmigo a raíz de mi entrada Por qué me gusta tanto Zapatero que todos y cada uno de los argumentos que aporté en su día, ahora los ha hecho suyos El País, vuestra hoja parroquial. ¡No seré tan cruel! Mi memoria histórica se detiene el domingo pasado y además, hoy estoy de buen humor; no sé vosotros pero yo noto algo de optimismo en la calle. La convocatoria de elecciones para el 20 de noviembre es una buena noticia poniendo un término teórico a este histórico desastre. Los inversores internacionales comprenden que a partir de diciembre España va a tener otro gobierno que sólo puede ser mejor que éste. Y eso es bueno.

Una interminable campaña electoral
Nos quedan 111 días de campaña electoral por delante, así que nos van a invadir el correo electrónico de pepe-eses y correos supuestamente interesantes con la lista de las mentiras de Zapatero, el currículum de los gurtelianos y las propiedades de Bono, algunos muy dramáticos y otros en clave de humor. Naturalmente, no voy a leer uno solo, porque no me interesan; yo voy al votar al PP, así que no me deis la lata. No necesito argumentos, ni propaganda, ni que me cuenten que Z miente y le crece la nariz ni que Rajoy hace llover café en el campo o camina sobre las aguas. Estoy al tanto de sus respectivos defectos y virtudes y nadie necesita que me las recuerden. Y el único sondeo que me interesa, son las elecciones.

El PP es el futuro: debiera ser ambicioso
El PP, al que voto y con el que colaboro en la medida que me dejan y que puedo, no me hace ilu. Tiene los mejores militantes del mundo, pero por ahora, no ofrece un proyecto que genere ilusión, sólo quieren ser la alternativa a una catástrofe. Está bien, pero no basta. Si el PP presentara de candidato a una cabra, un chimpancé o un saco de patatas, seguiría votándoles; cualquier cosa es preferible a la zetagente y sus aliados quincemeneros. Pero el PP tiene que ir más allá de ese no-discurso y sacar adelante lo mejor que lleva dentro. Tiene que ser ambicioso y honesto, dejarse de chaladuras neoliberales y de franquismos vergonzantes porque sus electores ni son franquistas ni son neoliberales de los que alaban la prostitución infantil, son la mejor España, la que curra y quiere dar un destino a sus niños.
Es un partido que tiene futuro porque ha conseguido reunir en una sola mano a conservadores, liberales y democristianos, tres pilares de una misma fuerza. Su destino es la victoria. Precisamente por ello deben depurarse de gurteles -gran cosa, la dimisión de Camps- y de tonterías y apostar por los valores que todos sus electores defendemos: la familia, la bandera, la visión cristiana del mundo, una España unida y currante, un modelo educativo exigente y funcional en que no se discrimine la lengua española, una gestión eficaz que permita hacer viable la España social y plantear una marcha atrás en el ámbito constitucional que permita acabar con la locura autonómica y su despilfarro.

El modelo alternativo, el de la zetagente, es contra la familia, contra la bandera, contra el cristianismo, contra la unidad de España, contra la lengua española y contra el trabajo, prefieren la cultura de la subvención y jalear a los quincemeneros y toda la tropa de vagos, anticlericales, antisistema y antisemitas de izquierdas cuyo nuevo coco es el estado de Israel y se creen que se puede detener un maremoto con una manifestación. Además, son incapaces de gestionar. Ignoro el motivo, pero siempre que tenemos un gobierno de izquierdas nos deja la Seguridad Social y las cuentas del Estado más rojas que el capote de un torero.

La izquierda se merece algo mejor
La democracia práctica no consiste tanto en el derecho a que te gobierne quien tú quieres sino a elegir libremente entre lo que hay; y el voto en contra es siempre mucho más fuerte que el voto a favor porque la base de nuestras decisiones en política, es el miedo: ¿qué candidato me parece menos peligroso? Los socialistas franceses votaron en su día por Chirac para que no saliera Le Pen; y tenían razón
 Los españoles de izquierdas, que son millones, deben tomar ese ejemplo y votar al PP, para forzar la desaparición del PSOE mandándolo al Grupo Mixto. La derrota debe ser espectacular y forzar a que el PSOE se autodisuelva y refunda, que se construya un Partido Socialdemócrata Español, quizá liderado por alguien como Rosa Díez, que sea capaz de llenar sus actos con banderas españolas, que deje de apoyar a los terroristas y los separatistas, que no considere como un progreso matar viejos y trocear niños, que no esté todo el día dando la matraca con la Guerra Civil que perdieron muchos y ganaron sus abuelos, dicho sea de paso.
Lo único malo de Rosa es que en su día trató de meter en la cárcel al bueno de Mingote, y eso es muy duro de tragar. Quizá una personalidad independiente como Vargas Llosa podría darle algún aire a ese proyecto. Es ciudadano español y tiene un Nobel de Literatura en el currículum, que no está del todo mal. Y el voto inmigrante lo captaría. Si yo fuera mandamás del PP trataría de ficharlo antes de que lo hiciera la competencia. De hecho Esperanza Aguirre, que es muy lista, suele echarle los tejos a todos los intelectuales de renombre para, entre otras cosas, que no se los soplen otros.
Si el pensamiento social significa algo debiera ser la preocupación por cosas que le interesan a la gente de verdad, como el empleo, la vivienda, las guarderías, la educación y tratar de que todos lleguen a fin de mes. Ese pensamiento social, los socialistas lo han relegado y abandonado, y hoy es patrimonio de la derecha como lo fue antes del Estado franquista que funcionó y fue capaz de crear una España con vivienda barata, baby boom, trabajo seguro, seguridad en la calle, y la primera Seguridad Social.
A la zetagente le ha preocupado sobre todo si los niños comían tigretones, el matrimonio gay, ganar la batalla del Ebro, hacer ricos a los fabricantes de molinos de viento, dar dinero a Bill Gates y cosas así, inmorales, raras o excéntricas que sin duda llevarán los historiadores futuros a calificar como Demenciato este largo periodo. A los socialistas les ha llegado el momento de su refundación, de que abandonen de una vez esas siglas empapadas en sangre de la Guerra Civil y que construyan un Partido Socialdemócrata Español, -lo de obrero era y es un escarnio- que apueste por el futuro. Hay millones de españoles de izquierdas, que se sienten de izquierdas y se merecen algo mejor.

Una amenaza
La única amenaza seria que veo sobre el porvenir es que el mismo análisis que hacemos todos los que estamos medianamente informados -la necesaria desaparición del PSOE- lo están haciendo gente del PSOE que no quiere decir adiós al poder y a sus jugosos réditos. ¿Qué pueden hacer y qué van a hacer para mantenerse en el machito? Prefiero no imaginarlo; dormiré mejor por las noches.