El otro día, mi buen amigo Paco Mirameba se estiró y me invitó a un café. Me conmovió esa generosidad inaudita en un hombre cuya virtud ahorrativa le lleva a comerse las gambas enteras y se alimenta de cortezas de queso y pieles huérfanas de salchichón que birla en merenderos y terrazas. Y es que Paco vive en estado de exaltación desde que le han permitido dejar su acolchada residencia habitual de Ciempozuelos. Se está portando bien, ha prometido no sacrificar más ateneístas a la Diosa del Queso, ha dejado de morder las pantorrillas de las señoras y, sobre todo, se está tomando la medicación.
Me decía Paco:
-"Mira Luisito, la mejor forma de dominar una industria, una actividad económica o intelectual, no consiste en hacer bien las cosas sino en decir quién las hace bien y quien no, ¿lo captas? Ocurre con la prensa financiera, o con las revistas de moda, por ejemplo, que controlan y condicionan en parte el mundo de la moda. En el Cine pasa algo parecido. Los críticos de Cine se han inventado mil formas para tratar de lucirse a costa de esa industria. Si te detienes a pensarlo, es algo genial: no aportas nada al invento, no eres actor, ni director, ni guionista, ni productor, eres un cero a la izquierda, un proyecto de nada, lo gris más allá de lo gris, una ventosidad perdida en el horizonte de una atmósfera mediocre, sencillamente te limitas a decir a los borregos habituales que esta peli es buena, que esta es mala, que esta otra es entretenida, que aquella es un rollo babilónico... Y resulta que si te hacen caso, te conviertes en el rey del mambo y consigues que los productores, actores y directores te hagan la pelota".
- "Vale, Madre de Toda Luz, hasta ahí te sigo. ¿Adónde quieres llegar?"
- "No me interrumpas, alma de cántaro, sangre de nabo, espíritu sin nombre, que prosigo: para llamar la atención los críticos se han inventado clasificaciones como las estrellitas. Cinco estrellas para las obras maestras, como La Reina de África, una estrella para los bodrios, ninguna para aquel documental fallido sobre el funambulismo subacuático que sólo podía verse en braille..."
- "OK. Sigue, Pináculo de la Genialidad."
- "Pero yo creo que todas las películas debieran clasificarse claramente con una nueva escala, en función del número de copas necesarias para aguantarlas. Por ejemplo, la citada Reina de África es una obra maestra, no necesita de ninguna copa. En cambio hay películas que sin ser malas no llegan a ser buenas del todo, les falta como un hervor. Piensa por ejemplo en las de James Bond, eh, Moonraker, pongamos por caso... Hace falta valor para aguantar a Roger Moore con un sombrerito de gondolero... En cambio, si previamente te has tomado un buen gintonic o un par de copas de buen vino, te partes de la risa, entras de lleno en el guión".
-"Vale, Maestro Inconmensurable, métete con la peli que quieras pero respétame Octopussy, con sus chavalas circenses y la música aquella...Tralalalá, tralilaló tralalá..."
- "Pues también agradece un par de copas esa magnífica película. Mejora muchísimo. Llegas a compenetrarte más con el héroe, comprendes sus sentimientos ante las jóvenes..."
- "Corta, Paco que te veo de venir..."
- "Pues eso, es menester establecer una Escala razonable de la cantidad de alcohol necesaria para mejorar una película. Decíamos que con una copa puedes volver a ver una buena película que ha envejecido porque nosotros somos más viejos. Por La fiera de mi niña los años no han pasado en vano, pero con una copita bien cargada, te reencuentras con el placer de la primera vez que la viste.
Para aguantar las seudo cómicas españolas, con cuatro copas es más que suficiente. Por malo que sea un chiste, ¡te ríes! Con seis puedes tragarte una de esas de Chabrol en que hay gente que habla en primer plano y luego más gente que habla en primer plano. Con siete copas pierdes el sentido y puedes aguantar el final de Interestelar, Contacto o 2001: una odisea del espacio, que te habrás fijado que las de Ciencia Ficción suelen fastidiarse al final..."
- "Me parece una idea dignísima de ser tenida en cuenta, Raíz de Todo Conocimiento. Si te parece llamamos a tu idea Escala Mirameba. Estoy seguro de que tiene un gran futuro por delante..."