¿Sobrevivirán los blogs a las tentativas de intimidación?
Origen de la censura
El miedo a la letra impresa surgió con el invento de la Imprenta en los países del Rhin. El descubrimiento se atribuye a Gutenberg, pero quizá hubo otros coetáneos suyos que también tuvieron un papel importante en el asunto. Gutenberg no era ningún tonto y sabía cómo se las gastaban Los Que Mandan, así que su primer libro fue un ejemplar de la Biblia, por si las moscas. Si se le hubiera ocurrido publicar otra cosa quizá lo habrían quemado en la plaza pública...
En el mismo momento en que surge la posibilidad de crear algo parecido a una opinión publicada, los amantísimos reyes, bondadosos pontífices y demás autoridades preclaras se tomaron la molestia de legislar al respecto: no vayáis a pensar que se les ocurrió algún plan para alfabetizar al personal, no. De lo que se trataba era de prohibir que los pocos que supieran descifrar garabatos pudiesen leer algo que a ellos no les gustara. En España la primera pragmática sobre control de material de impresores es de los Reyes Católicos, de 1503, y la publicó hace ya tiempo Carlos Sanz, que se pasó media vida dando a conocer los documentos más importantes de nuestra Historia Moderna.
Hace poco pude consultar en el AGA de Alcalá de Henares el expediente de Censura sobre el clásico de Juderías, La Leyenda Negra, y me sorprendió comprobar lo organizaditos que estaban los censores franquistas. Tenían unas fichas preimpresas donde con sólo marcar cruces podían determinar si un libro era contrario a la moral, a la religión católica, a las autoridades, etc. El investigador Paco Rojas se pasó años trabajando con esos expedientes en el marco de sus trabajos doctorales y publicó al respecto un artículo muy interesante cuya lectura recomiendo vivamente (ver aquí).
La revolución de los blogs
Los blogs o bitácoras son un instrumento extraordinario que nos permiten dar a conocer ideas y pensamientos de un modo instantáneo. Los blogs están abiertos a todos, son universalmente accesibles, pero en realidad tienen una dimensión personalista, casi íntima. Te leen amigos o conocidos que saben que existe tu blog en función del bombardeo al que sometes su correo. Le escribes al amigo "he colgado un artículo en tal enlace" y el amigo te leerá o no, pero por lo menos puede leerte con un solo clic de ratón.
Los blogs o bitácoras son un instrumento extraordinario que nos permiten dar a conocer ideas y pensamientos de un modo instantáneo. Los blogs están abiertos a todos, son universalmente accesibles, pero en realidad tienen una dimensión personalista, casi íntima. Te leen amigos o conocidos que saben que existe tu blog en función del bombardeo al que sometes su correo. Le escribes al amigo "he colgado un artículo en tal enlace" y el amigo te leerá o no, pero por lo menos puede leerte con un solo clic de ratón.
Es una norma no escrita de educación informar a los amigos de que escribes algo -alguno se ofende si no se lo dices a él pero sí a Mengano- pero también es otra norma de educación no pedir cuentas de la lectura "¿Me leíste?" salvo que el contenido le afecte. Luego existen normas de protocolo bloguero, "si yo enlazo mi blog al tuyo, tú enlazas el tuyo al mío", "si yo dejo un comentario en tu blog tú dejas un comentario en el mío", etc.
Creativos y yermos
Los blogs reflejan distintas tendencias; el mío es como yo, más bien carca; tengo otros amigos que hacen blogs más bien de izquierdas o partidarios del nuevo modelo de sociedad con el aborto, la eutanasia y el canibalismo normalizados. Hay blogs sobre prácticamente cualquier tema que se le pueda ocurrir a la mente más calenturienta y me extraña que Mirameba no tenga el suyo.
A todas las distinciones y categorías de blogs podemos añadir que existen esencialmente dos, los creativos y los yermos, en función del ingenio con que se abordan las cuestiones. Existen pocas herramientas como los blogs que permitan de inmediato juzgar cómo escribe alguien y si se le secó el cerebro o todavía le bailan las neuronas.
El blog de políticos, una interesante novedad
En España los políticos están completamente separados del público por estructuras autónomas de poder que llamamos partidos y que se organizan internamente en función de redes de grupos basados en la amistad o los intereses.
Los blogs de políticos son muy positivos porque le permiten al político expresarse de un modo más libre ante un auditorio potencialmente universal pero en el fondo restringido a un grupo de amigos o miembros del partido. A mí los políticos con blog me parecen más interesantes que los demás porque asumen el riesgo de dar a conocer su opinión en un país en que la única forma acreditada de supervivencia consiste en adoptar un tono gris, de no opinar sobre nada y de carecer de cualquier tipo de personalidad. Desgraciadamente, en lugar de fomentarse esa amable forma de difusión de la idea propia, hay quien pretende hacerle pagar al bloguero un precio por sus opiniones. Por eso pocos son los políticos con blog de verdad. Y es una pena porque, si de algo está necesitado el público en España es de un contacto más directo con sus representantes.
La gente más inteligente y menos cerril -suelen ser los mismos- que están en los partidos españoles procuran mantener un blog y valoran esa herramienta.
En el PSOE tenemos, en su página oficial una sección de Blogs del Día donde suelen promocionarse los blogs del PSOE más zapateril, como pueden ser el del ministro José Blanco -el más entretenido de la línea monclovita- pero hay muchos más blogs socialistas como el de Luis Solana, a veces muy interesante, o el de la doctora Sánchez Carazo que además de los temas políticos habituales se preocupa por cuestiones tan simpáticas y necesarias como la accesibilidad.
El PP en su día quiso controlar una serie de blogs que pertenecían a dos familias de partidarios, los blogs anti-zp que florecieron sobre todo entre 2004 y 2008 y los blogs pro-Rajoy. Ese deseo de control supuso la auto-liquidación de la segunda de las plataformas. Ahora los de Génova tienen una plataforma y una más variada blogósfera en la que se expresan algunos destacados ex-ministros, diputados o senadores y en Madrid otra ágil plataforma que combina blogs de autor, nacionales y madrileños vinculados todos al universo pepero.
Personalmente pienso que los blogs más interesantes del Partido Popular son los de personalidades con amplia experiencia de comunicación como García Gay, cuya bitácora ofrece una vitalidad de la que carecen otras porque trata de cuestiones sociales, humanas y personales mucho más allá de la política misérrima del quítate tú que me ponga yo que parece ser el alfa y el omega de nuestros representantes. También tenemos blogs destacados en otros partidos, como el de Rosa Díez y el de Anasagasti.
Los negros de blogs
Una de las características de los blogs es que deben ser renovados con cierta frecuencia para mantener el interés y el elemento característico de todos los políticos es la ausencia de tiempo. No sé qué súcubo, íncubo o cabronazo al cubo les hace la agenda a los políticos que consigue tenerlos ocupados desde la aurora hasta la noche y no tienen ni tiempo de leer. Contaba Leopoldo Calvo-Sotelo, hombre leidísimo y cultísimo, que cuando dejó Moncloa tras año y medio tuvo que "reaprender a leer" con novelas policiacas porque el tiempo que estuvo allí no tuvo la oportunidad de entregarse al placer de la lectura. Había perdido el hábito.
El político se alimenta de "actos", de los que algo más del 99% son completamente prescindibles pero que su entorno y él mismo se convencen de que son in-dis-pen-sa-bles.
Si les falta tiempo para leer, imaginaos si tendrán tiempo para escribir. Así que ha surgido un nuevo oficio, el de negro de blog, equivalente al ghost writer polanskiano que escribe lo que su jefe firma como el becario en las redacciones de prensa. Naturalmente cuando eres negro no te esmeras, y si te pagan por ello o recibes alguna compensación lo que no quieres es meter al jefe en líos. De ahí que muchos blogs de políticos sean insufriblemente aburridos porque los supuestos autores quieren limitarse a cumplir con cierta cantidad de líneas diaria pero no quieren problemas, así que podan todo aquello que pudiera hacer interesante su texto. No vierten una sola opinión divertida o imaginativa sino que incurren en ese error tan español de pensar que la seriedad se mide en unidades de tedio y si les aplicaras el coñazómetro seguro que se disparaba la aguja.
El censor de blogs, una nueva especialidad
Cada tecnología ha desarrollado su propia Censura. Cuando se inventó el cine, surgió la censura de las películas, luego se desarrolló la televisión y surgió la censura televisiva como la que ejerce ahora el Ministerio de la Verdad del Gran Inquisidor Sebastián. Y con el desarrollo de los blogs hemos visto surgir una nueva especialidad que es el censor de blogs, que se dedica a censurar blogs. No me refiero a la censura oficial que como en China o en Cuba mete en la cárcel a cualquiera que piense distinto, sino al otro tipo de censura que nace de la tentativa de intimidación. De lo que se trata es de coartar la libre expresión del bloguero, invadiendo el espacio de comentarios, insultando o criticando al autor o supuesto autor para convencerlo de mantener una línea entre mierdosa y nebulosa, ese gris más allá de lo gris que caracteriza todo lo oficial en España. Un medio señala el blog de Fulano, "el diputado Fulano dice en su blog que tal e incluso cual". Automáticamente, una cierta cantidad de desocupados van al blog de ese señor y le insultan.
Eso mismo está ocurriendo ahora con los blogs de dos personalidades del Partido Popular, Opinión en Vanguardia, del diputado regional madrileño Juan Soler-Espiauba y Political Incorrectness, del concejal madrileño Ángel Garrido.
Ya veremos si con el tiempo los políticos son capaces de apostar por la comunicación directa o acaban acobardándose y retirándose como caracoles en la conchita.
Sería una pena.
Eso mismo está ocurriendo ahora con los blogs de dos personalidades del Partido Popular, Opinión en Vanguardia, del diputado regional madrileño Juan Soler-Espiauba y Political Incorrectness, del concejal madrileño Ángel Garrido.
Ya veremos si con el tiempo los políticos son capaces de apostar por la comunicación directa o acaban acobardándose y retirándose como caracoles en la conchita.
Sería una pena.