Fuente: El País |
No debiera importarle a nadie por quién votáis, si votáis en blanco o si os abstenéis, y a mí menos que nadie.
Mi única sugerencia al respecto: quitadle hierro al asunto, porque el tremendismo nos hace vulnerables. Hay gente siniestra que quiere acabar con los países occidentales. Recordemos que el 11 de marzo de 2004 hubo quien decidió votar con dinamita y enlutar unas apacibles elecciones generales. Organizaron una matanza para aprovechar nuestras divisiones, para ahondar en ellas.
Lo de llamar "doberman" al PP, buscar "tensionar," o decir que si Vox gobierna vamos a volver a la Edad de Piedra, nos hace vulnerables. Insistir en que si vuelve a ganar una coalición presidida por Pedro Sánchez, España desaparece del mapa o se convierte en provincia marroquí, también nos hace vulnerables. Se puede opinar sobre todo, con gracia, con talento, pero no mostrar los dientes y explicar que una convocatoria electoral es como un duelo de los Inmortales y que sólo va a quedar uno vivo.
Por mal que os caiga un candidato, no lo satanicéis. Descalificar no sólo es perjudicial, también es inútil, porque las urnas hablan por todos. Hablan más fuerte que los tanques, más fuerte que la dinamita...No es digno de la honesta y admirable sociedad española convertir los argumentos en injurias. Además, a las víctimas del terrorismo les debemos el sencillo homenaje de nuestra serenidad.
La mejor forma de conjurar que alguien quiera aprovechar nuestras divisiones, consiste en parecer unidos, a falta de estarlo...
Todos juntos, somos invencibles, no esperemos a que nos vuelvan a poner una bomba para recordarlo.