Me da que uno de los legados del demenciato va a consistir en un machismo terrorífico. Me refiero al machismo de la calle, no al discurso feminista oficial. Hoy día los políticos o son inútiles o claramente perjudicales, y sus discursos perfectamente prescindibles, por lo tonto y lo reiterativo; no digamos la multiplicación de organismos y observatorios de Igualdad, Direcciones Generales de la Mujer y demás pesebres oficiales donde los partidos enchufan a sus más fieles borregos con un buen sueldecito y desde el que se financian y promocionan proyectos estrambóticos de colegas y amiguetes. El discurso feminista ha quedado reducido a la expresión de una frustración y viene a subrayar la galopante involución que estamos sufriendo; especialmente en España. Mientras las feminostas del Zetaparo se dedican a fomentar el aborto y a estudiar el género de los autobuses -que no debe ser lo mismo un autobuso que una autobusa y en los tubos de escape el tamaño sí que importa- o edifican monumentos a la gilipollez como lo de lanzar la palabra miembra, las niñas de Madrid cada día llevan más maquillaje encima y le piden a su padre unas tetas nuevas si sacan buenas notas. Sólo la crisis económica ha sido capaz de frenar el explosivo aumento de operaciones estéticas.
Ese el el discurso real, el de la inseguridad, el de quien no se atreve a ser él mismo y prefiere ser otro. Los medios parecen decirle a las niñas que no estudien para convertirse en Rita Levi o en Madame Curie, que procuren ir al gimnasio para labrarse un culiculum en condiciones, que algún día acabarán deslumbrado al mundo en una tertulia televisiva...
Ese el el discurso real, el de la inseguridad, el de quien no se atreve a ser él mismo y prefiere ser otro. Los medios parecen decirle a las niñas que no estudien para convertirse en Rita Levi o en Madame Curie, que procuren ir al gimnasio para labrarse un culiculum en condiciones, que algún día acabarán deslumbrado al mundo en una tertulia televisiva...
No sé si es impresión mía, pero jamás he visto al bello sexo tan atemorizado ante el porvenir, tan poco proclive a la felicidad, tan acomplejado ante los desafíos del hoy y del mañana. Y si nos preguntamos por qué hay tanta inseguridad en las mujeres, podríamos quizá hablar del escaso número de obras feministas en el campo creativo. Por obra feminista me refiero a aquella en la que la protagonista es algo más que un proyecto de geisha, de Srta. Almeja batiendo palmas de entusiasmo ante la idea de encontrarse con Don Percebe. Por ejemplo, El Silencio de los Corderos, obra maestra absoluta de Thomas Harris donde la protagonista -encarnada por la inmensa Jodie Foster en la brillante película de Jonathan Demme- está muy bien perfilada y representa una forma superior de inteligencia. Es dificil no sentir simpatía y entusiasmo por la agente Clarice Starling. Eso es una protagonista y lo demás tonterías.
Otro caso brillante es el de la Hermione de Harry Potter. Hermione es el cerebro del trío que constituye con Ron y Harry. Las pelis de Harry Potter proporcionan a los niños al menos una idea positiva, para variar: que las chicas pueden hacer cosas inteligentes.
En el caso de Lara Croft, la heroína de Tomb Raider, los productores han conseguido fundir varios personajes en uno: una versión femenina de Indiana Jones, con su toque de James Bond y cuerpo de modelo pasado por Silicon Valley (Angelina Jolie).
Pero al lado de esas obras, hay otras que transmiten ideas claramente perjudiciales.En el caso de Lara Croft, la heroína de Tomb Raider, los productores han conseguido fundir varios personajes en uno: una versión femenina de Indiana Jones, con su toque de James Bond y cuerpo de modelo pasado por Silicon Valley (Angelina Jolie).
Por ejemplo, hace un mes pude disfrutar de una interesante película, La Red Social acerca del fundador de Facebook y me llamó la atención la ausencia de personajes femeninos. Bueno, para ser más exactos, las tías que salían en la peli eran algo así como una encarnación de polvera, unos animalitos de placer que esperaban ansiosamente el collar de su próximo dueño.
Esa visión de la mujer reducida al estado de condón, de funda de rabo relinchando de impaciencia mientras espera la llegada del Rey de la Creación, no llamaría la atención en el marco de una peli X, de una producción de Bigas Luna o de cualquier otro pornógrafo al uso para los que una tía no es nada más que lo que le sobra a un par de agujeros, pero me pareció francamente incomprensible en una obra que se supone que nos tiene que mostrar la vida y milagros del fundador de feisbuc. Quizá es que el mundo de la informática es particularmente masculino, todavía más que el de las matemáticas.
La película se ha realizado en los EE.UU. que son una de las patrias del feminismo y donde las mujeres, las bostonianas, votaron por primera vez.
Sales de esa peli con la clara sensación de que estamos pegando saltos atrás a velocidades lumínicas, y de que quizá los directores, guionistas y escritores en general debieran hacer un esfuerzo para no reducir las mujeres a papeles de orden decorativo o ridículo como en los tebeos de Tintín.