Si nuestros políticos hicieran una ley que obligara a andar en cueros y con un nabo metido en semejante parte, me pregunto cuántos españoles se rebelarían y cuántos, dócilmente, irían a buscar vaselina a la farmacia primero y luego a la frutería a averiguar
a cuánto van los nabos.
Un país de acomplejados
En España los únicos valientes llevan faldas, como las señoras que montaron la AVT o como María San Gil. También hay héroes del sexo feo como el
Dr. Poveda, capaz de enfrentarse a la Máquina, pero son muy poquitos los que hacen bueno el verso de Miguel Hernández,
una gota de pura valentía, vale más que un océano cobarde. Pienso en
Nacho Saavedra, mi
amigo Paco o
Santi Abascal, gente que se enfrentó solita a los malos en un momento en que todos miraban para otra parte. Y lo más cobarde de todo, la España Oficial, ese atajo de memos encorbatados.

El resto de los españoles somos eminentemente dóciles y nuestro símbolo nacional no es el Toro de Osborne sino el dulce Platero, aquel burrito amable que era
pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.
Viene una ministra y nos quita el tabaco. Nos cuadramos, y repetimos como en las pelis americanas "señor, sí señor". Y durante el
Demenciato, otra ministra quiso quitarle a los niños los
tigretones. Y no hubiera pasado nada... Otros capullos oficiales le quitan su descanso dominical a los comerciantes y los comerciantes, como un sólo imbécil, gritan que "viva mi señorito" y "viva quien mande". Y no os digo ya nada de la
Tierra Negra de Mordor donde todo miserable tiene su asiento y te explica que los policías y los etarras son lo mismo.
Nuestras tragaderas son algo infinito, somos avestruces cósmicas, agujeros negros que se jalan una galaxia entera sin bicarbonato. En lugar de seguir el noble ejemplo islandés y meter gobiernos y banqueros en chirona aquí seguimos como el borrico de noria dando vueltas, día tras día, año tras año y sacando agua para nuestros amos.
Pero claro, el acomplejado tiene que sacar por alguna parte su capacidad para el pataleo, todos los pueblos sometidos siempre han necesitado linchar al negro o echar cristianos a los leones para sentirse mejor, para olvidarse de su propia nulidad. ¡Pan y fúrbol! Seamos plebe y no nos preocupemos de cómo nos chulea el César de turno...
Y los Medios, como siempre, alimentan un fuego que permite entretener a la masa y vender un par de periódicos más. Cuando la asociación Diálogo le dio su
V premio a Fernando Alonso, eso no tenía interés. Cuando la gente, en París, aplaudía a Nadal puesta en pie, eso no era noticia... Franceses malos, putos gabachos, que nos odian y nos envidian...
Lo de Contador y Nadal
En Canal Plus Francia se han choteado de Alberto Contador a raíz de la condena a dos años que acaba de sufrir y, lo que es más grave, se han permitido insinuar claramente que un tipo magnífico como Rafael Nadal y otros deportistas españoles deben sus éxitos al dopaje. Podéis ver la falta absoluta de gracia y de buen gusto del vídeo de Canal Plus aquí mismo (a partir del minuto 3:34). El mensaje final es "
¿Los deportistas españoles? No ganan por azar". Y ponen los emblemas oficiales de nuestras federaciones deportivas.
Lo más triste del asunto son las reacciones. Lo lógico sería que Rafael Nadal, la Federación Española de Tenis y las demás federaciones cuyos logos se han utilizado le aticen una demanda de cincuenta millones de euros a Canal Plus. Imputar un delito se llama difamar, y la libertad de opinar no cubre la difamación. Espero que Nadal y los demás afectados plantéen la demanda y que la ganen y que con la pasta de la indemnización se compren el hotel Crillon y la compañía de Bateaux-Mouches y me inviten a mí a una buena mariscada. No olvidemos que los medios de comunicación comerciales son absolutamente amorales, que lo que les afecta es que les saques cuartos, no cuestiones de ética profesional -¿ezoquehé?- que se pasan por las narices.

Pero es tal nuestro acomplejamiento que tíos que no saben francés, no ven la tele en Francia e ignoran el
rating
más bien modesto de Canal Plus en el panorama mediático francés se
preocupan muchísimo de lo que dicen unos guiñoles de esa cadena que ha incurrido en delito de lesapatria. ¡Duro al gabacho! Y es que la gente acomplejada suele ser excesiva en sus manifestaciones, como esos pobres moros que para olvidarse de que no son nada y que no inventan nada necesitan quemar banderas (en la foto) y luego le dan de palos a su mujer para sentirse reyes de la creación, ¡Allahu Akbar! ¡Digullimus a lus infielis!
Cuando no te atreves a meterte con el tío que te está chuleando te inventas un adversario lejano: los
curas a los que hay que dar Garrote , los masones o los hinchas del Atleti. ¡Odiemos al franchute que nos despresia y henbidia nuestros ésitos sientíficos y deportivos! ¡Brigitte Bardot está fea y arrugada, mientras que Belén Esteban es la Princesa del Pueblo! En breve haremos un boicot al camembert... Eso sí, en España puedes rodar una peli y decir, en boca de
Torrente, que
qué pena no poder mandar un misil sobre Francia, y te quedas tan ancho. Los cristófobos de la Sexta pueden contar
chistes de ingleses, que no importa. Por lo menos no veo que en Inglaterra haya manifestaciones...
Lo de Contador es no sólo coetáneo sino paralelo a lo de Baltasar Garzón. Hay gente que se dedica a insultar a los magistrados del Supremo por condenar a Garzón sin entrar a valorar los hechos probados. Todo se resume en que ¡Rusia es culpable! Y los argumentos dan exactamente igual porque no se trata de usar la cabeza para pensar sino para embestir.
Que un juez se cisque en el derecho a la defensa, no les molesta porque los garzonistas quieren a "su" campeón, su ídolo, su dios verdadero. Y no te digo por dónde se pasan las acusaciones de cohecho por el tema de las conferencias y el dinero de Botín. Todo da igual. Mañana podría salir Garzón comiéndose un niño a la plancha con cachelos o podría salir Contador inyectándose Cristasol en vena o haciéndose lavativas de coca-cola; al final sus fans seguirían creyendo en ellos, igual que Mario Conde, Jesús Gil o Ruiz Mateos tuvieron abogados defensores en gentes de buena voluntad, pobres capullos que imaginaban conspiraciones judeomasónicas contra sus admirados financieros... Y los
cínicos, aplaudiendo con las orejas.
La gente que decidió que Contador era inocente de las acusaciones de dopaje seguirá creyendo que es una blanca paloma incapaz de tomarse siquiera una micebrina; y la gente que decidió que Garzón hiciera lo que hiciera, o cómo lo hiciera, es una pura vestal, pues ídem de ídem. Son actitudes radicales y raciales que tienen más que ver con la testosterona que con la neurona.
Lo que más le gusta a la gente es que la manejen, tenemos complejo de títere y vivimos felices siendo imbéciles.
Lo inquietante es que los titiriteros bajen al ruedo y me ha llamado la atención que el Excmo. Sr. Ministro de Incultura entrara al trapo. Ayer viernes los medios españoles traían sus
inteligentísimas declaraciones del jueves pasado: "
después de todos los años que llevan los franceses sin ganar Roland Garros y el Tour de Francia de alguna forma habrá que echarle la culpa al empedrado". ¡Cuánto ingenio, señor! O sea, que un MINISTRO español hace suya la idea de que si condenan a un señor y si un medio de comunicación tiene el mal gusto de chotearse del deporte español, es porque una nación entera, no sé cuántos millones de franceses, desde Flandes hasta la Polinesia, se levantan todos los días pensando en que los deportistas españoles se dopan, mira tú. Por lo visto lo que opine un programa de un canal de televisión en Francia es un asunto de Estado. Cada día nos parecemos más a Marruecos donde si un periódico como ABC publica una noticia sobre el Sátrapa, la gente se echa a la calle y el Sátrapa llama a su embajador en Madrid a consultas.
Ayer viernes el luminoso genio Wert rectificó y dio por zanjada la "polémica con Francia" reconociendo que "
no se puede culpar a Francia como tal". ¡Se le apareció la Virgen de Lourdes!
En lugar de perder el tiempo haría mejor el Sr. Ministro en cesar al director del Teatro Real, un tal Gérard Mortier -preciso que se trata de un belga y barón para más señas a los galófobos furiosos- mantenido en su bien remunerado cargo a pesar de su ninguneo a los cantantes españoles. En su día todo el mundo profesional del canto en España se sublevó pero la pandilla basurilla que llamamos España Oficial -los ministros de antes y los de ahora- decidieron que Mortier se quedaba y se sonaron con el
manifiesto en defensa de los cantantes españoles, que no sirvió para nada. Pero claro, es que el canto es menos interesante que el ciclismo...
García-Margallo, otra lumbrera
¿Y qué me decís del ministro de la cosa Exterior, García Margallo? Obliga a Carlos Bastarreche, nuestro embajador en París, a hacer el papelón de mandar
una carta de protesta a Canal Plus. Pero por lo menos el ministro de Exteriores se ha limitado a hablar de la marca España, menos cerril que el menestro de la cosa cultural... Es otro tono e incluso se puede defender. Ahora bien esa carta debiera firmarla el Consejo Superior de Deportes y dirigirla al medio ofensor y no al Ministerio de la cosa deportiva francés que nada tiene que cortar en lo que opinan los gilipollas de Canal Plus Francia. ¿O es que vamos a pedir la censura previa a los medios franceses? Desde luego, la ley Fraga ha calado profundamente en los nuevos caudillos de nuestra infortunada patria...
Dos soluciones posibles
Deseoso de agradar a todos, y de solucionar estos molestos asuntos, propongo dos soluciones, una para el problema del dopaje en el ciclismo, y otra para evitar polémicas con el tema de los abogados.
A) Dopemos las bicicletas. Dada la cantidad de basura que se meten los ciclistas para mejorar sus marcas, sería más inteligente dopar directamente la bicicleta. ¿Y cómo dopas una bicicleta? Pues te olvidas de esos aparatos carísimos a base de titanio, vanadio y dieciocho marchas distintas, y sencillamente le pones a la bicicleta un motorcito de cincuenta centímetros cúbicos, que basta y sobra para conseguir subir el puerto del Escudo. Si quieres ir más deprisa o si estás muy gordo -que es mi caso- le pones a la burra un motor de 250 cc pero como es mucho motor para tan poca bici, lo mejor es adquirir directamente una moto. Y como las motos tienen un equilibrio inestable, las dopamos un poquito más poniéndoles cuatro ruedas. Y finalmente, la consecuencia de dopar bicicletas es que consigues coches comodísimos y te dejas de zarandajas.
B) Suprimamos los abogados, cuyas funciones asumirán los fiscales Es tan grande mi estulticia que durante años creí en esas majaderías del derecho a la defensa, en que los abogados, los médicos y los confesores están obligados a callarse lo que por ti saben de tu intimidad, bla, bla, bla. Mi estupidez natural es incapaz de asimilar que el Sr. Garzón y sus amigos tienen derecho de pernada permanente sobre la Ley. La Ley es para otros, no para los jueces estrella, ahora estrellados.
Los abogados son en el fondo unos díscolos enemigos de la Verdad y la Razón, custodiadas por nuestros Dioses. Ya decía el eximio poeta: Dios es suprema bondad / y si jodidos nos tiene / será porque nos conviene / hágase su voluntad. Pues suprimamos los abogados, cáspita.
Nuestro modelo debiera ser la República Popular China donde si el Sr. Fiscal dice que el amigo Chung es culpable, el amigo Chung es culpable, que para eso el Fiscal es Fiscal y sabe muchísimo. ¡Qué bueno es el Sr. Fiscal! ¡Y qué malo el Sr. Chung!
Y si el reo pretende usar abogado, se le incrimina y punto. Pero bueno, Sr. Chung, ¿cómo se atreve a negar las acusaciones? Por cierto, que los Colegios de Abogados no se hayan personado en la querella contra Garzón por el tema de las escuchas a los letrados es un ejemplo más de indignidad y una demostración espectacular de que la España oficial es básicamente inútil, cobarde y parasitaria.