Lo de ser un frustrado ofrece muchas ventajas. Hay mañanas en que me despierto Robespierre y pienso que los problemas del país se solucionarían con la super guillotina a vapor de Mirameba, capaz de despachar quince banqueros, cien alcaldes y tres ministros por hora: chof, ziuiuiiii chof, ziuuiiii, chof... (Observemos a la izquierda el retrato del amable Dr. Guillotin).
Otros días me despierto Savonarola y coñazo, denunciador de entuertos, dispuesto a soltarle un sermón al primero que me encuentre: "raza de viboraaaaas" y otros días me adivino Corrompible, dispuesto a todo por un buen estipendio; pero la bondad de Dios no lo permite, y nadie me ofrece nada.
Por eso, la cuestión de si el Partido Socialista Francés es una manga de degenerados corruptos y amorales no me preocupa porque yo estoy bastante más degenerado, al menos en potencia. Sé que dentro de mí duermen cien Calígulas y mil Nerones pero afortunadamente las mozas me mantienen a raya, los mozos no se interesan por mí, los perros salen huyendo ladrando cuando me huelen, y las cabras y las gallinas ni se acercan, oiga. Y ya que hablamos de animalitos, vale la pena aprender algo sobre las diferencias idiomáticas entre conejos y gatas.
Conejos y gatas
La fea, castiza y sonora palabra que en nuestro idioma se refiere al templo del amor y rima con moño, Logroño y bisoño, se deriva del latín cŭnnus palabro casi idéntico a conus que significa "cono", y muy cercano a cunicŭlus que significa "conejo". Por qué motivo al tesoro íntimo de las señoras los españoles lo llaman "conejo" y los franceses "gata" (chatte), es una cuestión tan profunda y de consecuencias tan vastas o bastas que apenas me atrevo a evocarlas y no vamos a discutir por un quítame allá estos pelos. Tampoco vamos a entrar en temas escabrosos como lo de ver si a ese conejito le gusta tu zanahoria y ordinarieces del mismo calado. ¡En este blog nunca incurrimos en la vulgaridad!
Además, ya abordamos hace unos meses las diferencias abismales entre las idiosincrasias nacionales que desvela el idioma, como la diferencia entre Francia y España a la hora de tratar de la misma realidad rotunda y redonda en que acaba la espalda, que en la lengua de España las nalgas van por detrás del culo, mientras que en Francia es al revés. No me repetiré puesto que lo podéis leer
aquí. En España un conejo caliente es algo que no me atrevo siquiera a imaginar mientras que en Francia un
chaud lapin es un ligón, un rematador, el Rey de la Etapa, Jaimito Astronauta, Don Juan Tenorio o como queráis llamarlo y posar un conejo,
poser un lapin, consiste en dar un plantón. En cualquier caso, no veo en qué se parecen Silvestre y Bugs Bunny, la verdad.
Triconiometría para todos
Si he entendido bien, leyendo el blog de mi amigo
Saco, la compañera sentimental 2012 del nuevo Presidente de Francia, doña Valérie Trierweiler, estaría todavía casada con un señor, Denis Trierweiler. El proceso de su divorcio todavía no ha llegado a su término, así que a los ojos de la República Francesa sigue casada mientras el magistrado competente no resuelva el tema y Francia todavía no acepta la bigamia, aunque en breve instaurará la poligamia para adaptarse al futuro islámico que nos espera.
Por otra parte cuando el Sr. Hollande convivió libremente con doña Ségolène Royal, mantuvieron cada uno por su lado otras relaciones que dieron su fruto. Vamos entrando en el ámbito de lo triangular, y quizá por ello el Sr. Hollande pueda enorgullecerse de haber contribuído al desarrollo de la Triconiometría, disciplina que estudia sin encono los misterios de los triángulos amorosos que en el fondo todo ángulo es un cono. Y es que la geometría con sus senos, sus cosenos y sus curvas, estaba pidiendo guerra. Nadie puede negarle a Francia la primacía en las ciencias matemáticas o en las artes del Amor.
La chulería esencial
Que el nuevo monarca exhiba a su próxima mujer y por ahora favorita como Primera Dama es algo a lo que no se habían atrevido ni Enrique IV, ni Luis XIV ni Luis XV y eso que su vida íntima fue impresionante. De Enrique IV hablamos al comentar la
obsesión de Freud con los pepinos. El poder de
Mme. du Barry fue increíble, pero nunca tuvo el estatuto de la Reina. Lo mismo
Mme. de Pompadour, a la que Luis XV separó de su marido antes de instalarla en Versalles y que nunca pretendió ser la Première Dame de France. Resulta pelín fuerte que el Elíseo no haya esperado a que la Sra. de
Trierweiler haya recuperado su apellido de soltera antes de nombrarla
oficialmente Primera Dama. Puede verse
aquí la página web eliseana dónde se anuncia que en breve se publicará la biografía. Pues vale, pues bien, pues eso...
Una de las manfestaciones del Poder es su intrínseca chulería: el Poder, en la Naturaleza, reside en esencia en la primacía sexual: el bicho grande que manda la manada cubre a todas las bichas y los demás bichos se aguantan las ganas hasta que llega uno más bestia que mata, capa o se come al rey y lo sustituye. Así funciona con los toros, los leones, los gamusinos y los papiones. Se suponía que estábamos un poco más evolucionados que los papiones, pero no debemos hacernos demasiadas ilusiones... El símbolo de Francia desde hace dos mil años es el
gallo francés.
Conceptos viejos o muertos
A mí, personalmente, lo de primera dama me parece tan absurdo como que el
Asturias patria querida sea el himno de Asturias (lo comentaba
aquí). Hace ya mucho tiempo que la sociedad tradicional ha sido volatilizada. Dominique Strauss Khan, de no ser por una pobre camarera agredida, un juez honrado y un policía decente,sería ahora mismo Presidente de Francia; en cambio, está siendo juzgado por proxenetismo. Eso sí, su vida íntima es una broma al lado de la de Rolland Dumas, y no te digo nada del sultán Mitterand con sus incontables o la de su sobrino Frédéric, el que salió lierariamente del armario contando cómo pagaba por chiquillos en Tailandia... Por no hablar de Cohn-Bendit y sus juegos sexuales con niños de cuatro años. La sociedad ha cambiado. Cambió hace treinta años cuando llegó al poder la Sra. Thatcher y don Denis su marido obviamente no podía ser primera dama. Es perfectamente posible y aún probable que llegue a la presidencia de un país un señor casado con un señor o una señora casada con una señora. Así que lo de primera dama es una reliquia de cuando nuestros abuelos, de aquel tiempo en que a los reyes se les besaba la mano y la gente se escribía cartas de pésame con bordura negra y en el Rastro no había chinos. El que no ve que el mundo cambia es que no se entera. Está cambiando. A toda pastilla. Y muchos, en Babia.