Si os fijáis, la gripe y el catarro nos han unido a todos. No hay un
moqueo diferencial catalán y el pulmón inglés, tras el Brexit, es el
mismo que antes del Brexit. Toda Europa tose al unísono. Todos los
hospitales petados. Encuentro humillante que los virus y microbios hayan
conseguido en un par de semanas lo que sesenta años de europeísmo han
sido incapaces de alcanzar: la unión de un Continente. Si fuéramos
inteligentes, tomaríamos nota.
sábado, 14 de enero de 2017
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