Acaba de presentar un texto muy interesante Agustín Rodríguez
González, en la línea de otros suyos- desmitificando a Francis Drake y la supuesta superioridad
naval inglesa en el siglo XVI. En realidad, lo más subrayable del
trabajo es que la política anti-española y anticatólica de Isabel Tudor
se saldó por un fracaso final. Ni consiguieron entonces establecerse los
ingleses en América, ni sus éxitos navales fueron duraderos o decisivos
y la Drakomanía o el culto a la Reina Virgen son más bien resultados
propagandísticos muy posteriores de la biografía victoriana aceptados
acríticamente por inexpertos papanatas. Más detalles aquí.
El éxito utiliza el inglés
Los análisis históricos pueden ser muy distintos, tantos como ópticas. Pero, con todas las salvedades que queramos, el hecho de que hablemos todavía
del fracaso de la Grande y Felicísima Armada, o de Isabel Tudor dice
bien alto el triunfo final de la cultura que se expresa en inglés. Y eso
sí que es una realidad incontrovertible. La construcción del mundo
infantil con los productos Disney o Harry Potter, el imaginario
cinematográfico, las series de televisión, empezando por "Los Tudor",
todo nos cuenta el éxito arrollador de esa cultura que ha conseguido que las canciones pop y la economía se articulen en la lengua del éxito. No existen modelos españoles equiparables en éxito a la arrolladora victoria de la anglofonía, que ha conseguido incluso derrotar a la lengua culta universal que era el francés. Aparte de chiringuitos
cutres en Sol, ¿qué aportamos que sea nuevo, entretenido y aceptable por
el público internacional?