El orgasmo femenino es sin duda uno de los grandes misterios de la Creación. ¿Por qué ellas se lo pasan tan bien y nosotros, en fin, pues eso? ¿Cómo comparar nuestra humilde chispita de entusiasmo con esa bestial erupción de los sentidos, ese terremoto de carne trémula, ese impacto meteórico? La primera lección de física es el estudio de las distintas magnitudes: el placer masculino es una pila de 1,5 V. y el femenino algo así como la Bomba Zar de cien megatones.
El secreto del gimnasio
Siempre observé que en los gimnasios, además de gays a manta, hay muchísimas mujeres, y me preguntaba si había alguna razón oculta que se me escapaba. Pues sí; me manda un amigo un artículo sobre un estudio (publicado en inglés) realizado en la Universidad de Indiana sobre la posibilidad de obtener orgasmos a base de realizar ejercicios y en particular, abdominales. Me encanta que EE. UU. siga demostrando su poderío científico, como con la Tesis de Karen que comentamos aquí. Según el referido estudio, las señoras que se lo pasaron francamente bien haciendo ejercicio experimentaron su particular ración de frenesí:
- un 50% haciendo abdominales.
- un 26 % haciendo pesas.
- un 20 % practicando yoga.
- un 16 % haciendo bici -estática o al natural.
- un 13 % corriendo.
- y un 10 % andando.
EIO y OIE
Es tan intenso y frecuente el fenómeno que ha dado lugar al invento de un nuevo acrónimo EIO por exercise induced orgasm que supongo que se tendrá que pronunicar EEEEEIIIIOOOOOOOOO añadiendo algunos alaridos más de acompañamiento, y clavándote las uñas.
En español queda todavía más interesante, Orgasmo Inducido mediante Ejercicio, o sea, OIE, que habrá que pronunciar OOOOOIIIEEEEEEEE.
Después de leer el artículo, entiendo mejor por qué las chavalas son tan aficionadas al deporte. Yo la verdad, por más que sudo en el gimnasio, nunca he conseguido sensaciones distintas a las de la agujeta en todas sus versiones posibles. Es verdad que sales contento y relajado tras la ducha, pero resulta difícil imaginar que esa grata sensación donde se mezcla la satisfacción del deber cumplido y el sencillo placer de la higiene básica, sea un orgasmo. Además, ya imagino los diálogos entre amigas aficionadas al tema:
- Oye, ¿sigues en ello?
- OOOOOIIIEEEEE, oh yeah, oh yes...
Me queda una duda: ¿también funciona para los tíos? En cualquier caso, va a resultar que al final, Erik Prydz tenía razón. El ejercicio es una actividad placentera...
Luis, iba a escribir un comentario, a la vez que veo el video que has colgado para ilustrar el artículo.
ResponderEliminarAhora me he olvidado del artículo, del comentario y se me está olvidando escribir.
Yo hacía tiempo que no lo veía y se me ha olvidado hasta quién soy, quién eres tú y qué pinto aquí.
ResponderEliminarSin duda que mal de muchos, epidemia.
ResponderEliminar¿Y tú quién eres, Pla? Por cierto, ¿sabe alguien dónde vivo?
EliminarYo soy uno que pasaba por aquí.
EliminarSaludos
Mi admirado Luis.
ResponderEliminarPues yo, después de leer el artículo, si tenía algo para comentar, pero tras el vídeo, la verdad, no me atrevo a expresarme como quisiera
Un abrazo
Mª Jesús
Mi admirada Nefe, ¡cómo te entiendo!
EliminarResulta inquietante la ignorancia de muchos sobre el orgasmo femenino (posibilidades, modalidades, fallos, etc.)... ¡ni tanto, ni tan calvo! Lo único es que así como vosotros, tras el orgasmo, os quedáis inutilizados para cualquier cosa que no sea dormir, nosotras nos "vigorizamos" o renacemos tras el orgasmo, es una alegría explosiva. No es mejor ni peor, es simplemente distinto. Ahora bien, sois adorables y absolutamente necesarios. ¡Viva!
ResponderEliminarMás inquietante me parece la ignorancia de muchas....
Eliminar¿De muchaaaaas? ¿Cómooooo? ¡¡¡ESO NO PUEDE SER!!!
Eliminar¡Si yo te contara!
EliminarMuy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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