En la India existe un templo, el de Karni Mata, "la Madre del Milagro", donde se adora a las ratas. Todos los días a unas ratas les dan de comer su tributo de leche, y los fieles meten los dedos en los cuencos donde las ratas beben, y luego se los lamen, entusiasmados; ¡toma higiene! Así, comulgan con la divinidad. Sería demasiado fácil decir que la bella ciudad de Estrasburgo tiene también un templo de Karni Mata, que se llama Tribunal de Derechos Humanos, que le da en sacrificio su plato de leche a los etarras. Pero a pesar de que en etarra entran todas las letras de rata, no me gusta compararlos. La rata no ha elegido ser rata y es un bicho asqueroso, pero inocente. El etarra, en cambio, es el producto de una elección, el resultado de una vocación.
Los veinte mil euros más obscenos
Si yo quisiera ganar 20.000 euros tendría que currar ni se sabe cuánto tiempo. Otros, para ganar 20.000 euros, sólo tienen que insultar al Rey.
Si no entendéis por qué lo digo, os informo de que el conjunto de ciudadanos españoles llamado España ha sido condenado a indemnizar con 20.000 euros al etarra Arnaldo Otegui. Entre los españoles condenados estoy yo, estás tú, están los familiares de las víctimas de ETA, gente que también paga impuestos para dotar a Arnaldo Otegui de un buen pellizco. Calculo que de esos 20.000 euros, si tengo en cuenta mis contribuciones al Estado y el conjunto del dinero público, me toca a mí pagarle a Otegui la milésima parte de un céntimo. No es mucho, no; pero me sigue pareciendo demasiado. Nunca la milésima parte de un céntimo me pareció tan cara.
Derecho a insultar
Lo más curioso es el motivo de la sentencia: el Tribunal de Derechos Humanos ampara el derecho de Otegui a insultar razonablemente al Rey y difamar a España. Así, un Tribunal nacido para luchar contra la tortura y los abusos del poder se pone al servicio de la libertad de expresión de los asesinos y de quienes les amparan, protegen y justifican.
Derecho a insultar
Lo más curioso es el motivo de la sentencia: el Tribunal de Derechos Humanos ampara el derecho de Otegui a insultar razonablemente al Rey y difamar a España. Así, un Tribunal nacido para luchar contra la tortura y los abusos del poder se pone al servicio de la libertad de expresión de los asesinos y de quienes les amparan, protegen y justifican.
Cuando veo o pienso en tipos como la carroña que está en esa foto, a menudo tengo la sensación de saber lo que tienen dentro de la testuz.
ResponderEliminarY entonces me irrito aún más, si esto fuera posible. Porque recuerdo lo que yo mismo tuve una vez dentro de mí cabeza, cuando esta aún no había encontrado asiento.
El rechazo instintivo de una realidad más intuída que reconocida, porque no necesitaba más que un simple vistazo para condenarla, requería la elaboración de una fantasía disparatada como única y definitiva solución de todos los problemas que planteaba.
Algo muy próximo a un suicidio, con promesa de resurección redimida.
Pensar que hoy, cincuenta años más tarde, estoy contribuyendo pasivamente a que un rufián como este cobre por elaborar delirios, con el respaldo de una banda de gansters, me da ganas de volver a la cama, a ver si despierto de esta pesadilla.
La verdad es que me arrepiento de mi entrada porque he decidido no volver a hablar de la canalla. Habiendo tanta gente de bien de la que hacer publicidad, ¿por qué fijarnos en lo peor?
EliminarTantos remilgos con la libertad de expresión de los etarras y luego le dan de ostias a unos chavales que protestan por que no hay calefaccion en su colegio. Y que conste que en absoluto justifico las algaradas callejeras, pero la comparación es odiosa. Y donde está la libertad de expresión de los asesinados por este hijoputa. ¿alguien se molestó en pregunatrles si querían convertirse en mártires? Yo propongo que por el propio bien de Otegui, para que pueda pasar a la historia, le demos los medios para ello:le emparedamos de por vida tras un muro de ladrillos a pan y agua y tras él que se desgañite rajando lo que le dé la gana. Mira Luis, un amigo mío psiquiatra siempre me hacía distinguir entre los psicópatas, gente que mata porque tiene un problema volitivo, y los hijoputas. El mal existe, amigo mío -me decía- y habita aquí enfrente. ¿Será Arnaldo el otro nombre de Lucifer, Astaroth, Belcebú y Satanás?
ResponderEliminarQuerido Pericles, ya en su día hiciste una gran contribución a la Teoría del hijoputa. Debemos ahondar en nuestras investigaciones, incluyendo la conexión con la demonología.
ResponderEliminarQuerido Luis: Los etarras en prisión, tenían la costumbre de celebrar la muerte de las víctimas de la organización mafiosa.
ResponderEliminarHace tiempo les dimos dinero, legitimándoles para presentarse a las elecciones y luego no impugnando los nombramientos.
Ahora les hemos dado el dinero para el cava.
¿por qué me huele tan mal?