La liturgia navideña final se divide en tres efectos: el efecto balance, el efecto balanza y el efecto avalancha que constituyen el Síndrome Postnavideño.
1) Efecto balance, que nace de comprobar tarjetas, cuentas y facturas. ¿Ondestá todo el dinero? ¡Qué cara está la luuuuz!
2) Efecto balanza: te pesas y la aguja sale disparada hacia un Universo desconocido. El efecto balanza engendra propósitos de enmienda: "me pongo a dieta esta semana. Tengo que caminar más, me busco un gimnasio, que sí".
3) Efecto avalancha. Llegan las Rebajas. Y todo el bello sexo se abalanza. Los tíos, más hipocritones, nos hacemos los elegantes al comprar un chollo super-rebajado y decimos "estaba bien de precio"; o esperamos a que las chicas nos compren la ropa...
Jajajaja
ResponderEliminarMi admirado Luis FELIZ AÑO.
ResponderEliminarSigo por aquí, no he desaparecido hacia ningún sitio, aunque ganas no faltan.
Muy bueno tu comentario, y en general, cierto ciertisimo, pero yo debo romper esa regla: sobre el Balance, la tarjeta esta intacta, de la Balanza te cuento que en las tres semanas de comilonas (casi), hoy he comprobado que me he puesto 900 gramos más, y respecto a la Avalancha, no suelo pisar las tiendas en estos días "especiales", viendo todo amontonado, no veo nada de nada y encima siento un mareo/cansancio/claustrofóbico que tengo que salir por carrera libre.
Bien amigo, lo dicho FELIZ AÑO (si nos dejan)
Mª Jesús