Me fastidia mucho que un científico de la categoría de
Hawking hable del derecho a matarse y a que te ayuden a matarte, el suicidio asistido, como de una conquista social.
El
Satanás socialista y el Demonio neoliberal coinciden en eso, ¡qué gran
invento sería que los pobres se suicidaran, que los enfermos se suicidaran,
que los que tienen algún problema se suicidaran! La seguridad social iba a tener un superávit impresionante y los ricos en sus campos de golf tan tranquilos: "Niño, no te preocupes por los pobres, déjalos que se suiciden".
Las ideas suicidas, ¿son patológicas?
Sabemos que hay una cantidad impresionante de gente con depresión que
lo que menos necesita es que la animen a matarse o le ayuden a
conseguirlo. Lo que necesitan es su medicación, una palabra de ánimo, un
abrazo, que les hagan caso o echar un palito. ¿Dónde empieza y dónde acaba el libre albedrío de un depresivo? ¿Acaso no son las ideas suicidas un claro indicio de pensamiento patológico?
Desprecio por la labor ajena
No hay nada más
satánico que el culto a la muerte, el asesinato y el asesinato de uno
mismo. Yo no sé si la vida tiene sentido, ignoro si somos el resultado
de un amor divino -lo que espero y en lo que confío- o si somos el fruto
de quince mil millones de años de azar, el último descarte de una
baraja gigantesca en el gran Casino de la creación.
Lo que sí sé es que nuestra cultura, nuestra tecnología, no responde a fluctuaciones cuánticas del vacío; representan un esfuerzo extraordinario, siglos de descubrimientos. Mucha gente ha trabajado para sacar adelante a Stephen Hawking. Los científicos y los médicos que han desarrollado tecnologías y los enfermeros que le han atendido durante décadas.
Qué terrible desprecio por su trabajo, que él, precisamente él, abogue por el suicidio asistido...
Un insulto a los padres
Lo que sí sé es que para que yo viviera mis padres se tomaron molestias, que todas las madres lloran para traernos al mundo, que me han querido mucho, me han limpiado cuando estaba sucio, me han dado de comer y buenos ejemplos y educación, aunque no se note demasiado.
Lo que sí sé es que para que yo viviera mis padres se tomaron molestias, que todas las madres lloran para traernos al mundo, que me han querido mucho, me han limpiado cuando estaba sucio, me han dado de comer y buenos ejemplos y educación, aunque no se note demasiado.
El suicidio es el escupitajo más asqueroso que le
podemos soltar en la cara a nuestras madres, a nuestros padres, a quien
nos trajo al mundo y luchó para que saliéramos adelante. Es la blasfemia
absoluta. Cuando me siento depre, me acuerdo de todos esos que se
sacrificaron para que yo viviera, generaciones y generaciones dándose de
martillazos con la vida para que al final del proceso, yo viviera. Vengo de mil generaciones de supervivientes. Y Hawking también. Y todos.
El que piense en suicidarse que se haga una imagen mental de su padre o
de su madre y se diga a sí mismo "no le voy a dar ese disgusto a Mamá".
A lo mejor esa idea le salva la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario