Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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domingo, 22 de septiembre de 2013

El suicidio no es ningún progreso

Me fastidia mucho que un científico de la categoría de Hawking hable del derecho a matarse y a que te ayuden a matarte, el suicidio asistido, como de una conquista social.
El Satanás socialista y el Demonio neoliberal coinciden en eso, ¡qué gran invento sería que los pobres se suicidaran, que los enfermos se suicidaran, que los que tienen algún problema se suicidaran! La seguridad social iba a tener un superávit impresionante y los ricos en sus campos de golf tan tranquilos: "Niño, no te preocupes por los pobres, déjalos que se suiciden".
 
Las ideas suicidas, ¿son patológicas?
Sabemos que hay una cantidad impresionante de gente con depresión que lo que menos necesita es que la animen a matarse o le ayuden a conseguirlo. Lo que necesitan es su medicación, una palabra de ánimo, un abrazo, que les hagan caso o echar un palito. ¿Dónde empieza y dónde acaba el libre albedrío de un depresivo? ¿Acaso no son las ideas suicidas un claro indicio de pensamiento patológico?

Desprecio por la labor ajena
No hay nada más satánico que el culto a la muerte, el asesinato y el asesinato de uno mismo. Yo no sé si la vida tiene sentido, ignoro si somos el resultado de un amor divino -lo que espero y en lo que confío- o si somos el fruto de quince mil millones de años de azar, el último descarte de una baraja gigantesca en el gran Casino de la creación.
Lo que sí sé es que nuestra cultura, nuestra tecnología, no responde a fluctuaciones cuánticas del vacío; representan un esfuerzo extraordinario, siglos de descubrimientos. Mucha gente ha trabajado para sacar adelante a Stephen Hawking. Los científicos y los médicos que han desarrollado tecnologías y los enfermeros que le han atendido durante décadas.
Qué terrible desprecio por su trabajo, que él, precisamente él, abogue por el suicidio asistido...

Un insulto a los padres
Lo que sí sé es que para que yo viviera mis padres se tomaron molestias, que todas las madres lloran para traernos al mundo, que me han querido mucho, me han limpiado cuando estaba sucio, me han dado de comer y buenos ejemplos y educación, aunque no se note demasiado.
El suicidio es el escupitajo más asqueroso que le podemos soltar en la cara a nuestras madres, a nuestros padres, a quien nos trajo al mundo y luchó para que saliéramos adelante. Es la blasfemia absoluta. Cuando me siento depre, me acuerdo de todos esos que se sacrificaron para que yo viviera, generaciones y generaciones dándose de martillazos con la vida para que al final del proceso, yo viviera. Vengo de mil generaciones de supervivientes. Y Hawking también. Y todos. El que piense en suicidarse que se haga una imagen mental de su padre o de su madre y se diga a sí mismo "no le voy a dar ese disgusto a Mamá". A lo mejor esa idea le salva la vida.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Napoleón no existió, la ciencia lo demuestra


Los debates entre fe y ciencia suelen nacer de la incomprensión de los límites respectivos del conocimiento

¿Necesito a Dios para hacerme el café?
Esta mañana me tomé un café como me gusta, solo, negro y abundante. Puse agua en la cafetera, no la puso Dios. Puse café molido en el filtro, no lo puso Dios. El café salió humeante de su filtro y se derramó en la jarra. No lo puso Dios. Conclusión: Dios es innecesario para hacerme un café.
Eso sí, podría añadir que el café sabía como Dios y que como todas las mañanas di gracias a Dios por todo, incluido por el café.
Leo en la portada del ABC electrónico que Stephen Hawking, el famoso genio inglés, ha descubierto que Dios no figura en ninguna fórmula de la física cuántica, nuclear, subatómica o miramebiana. Efectivamente, el conocimiento de Dios es perfectamente innecesario para explicar cómo se forman las estrellas, al igual que es perfectamente prescindible para explicar cómo me hago el café.

La Ciencia y la cocina
Las fórmulas de los científicos son, básicamente, recetas de cocina; la Ciencia trabaja con los hechos y le gusta aquello que es comprobable y repetible. A veces incluso consiguen una teoría para explicar los hechos. El científico es como al Hannibal Smith del Equipo A, le gusta que los planes salgan bien, y que los huevos fritos no se agarren a la sartén.
¿Por qué saben los científicos que los gases se licuan a medida que desciende la temperatura y vamos alcanzando el cero absoluto? Porque siempre que se ha hecho, es exactamente lo que ha sucedido. Una y otra vez. Que se trate de un gas noble o proletario, si consigues robar energía al gas -es decir, enfriarlo- el gas se licua.
¿Por qué no cocemos un pollo durante tres días a fuego alto ni durante diez minutos a fuego bajo? Porque la experiencia demuestra una y otra vez, siempre, que en el primer caso el pollo se quema y en el segundo se queda crudo. Y nada de ello tiene que ver con Dios.
Epistemológicamente no hay diferencia entre afirmar que los gases se licuan al acercarse al cero absoluto o que un huevo cocido durante más de veinte minutos se pone duro.
A veces las cosas no salen redondas, porque el cocinero soy yo y la elaboración del pollo asado acaba generando explosiones devastadoras y nubes de humo que cubren Madrid y eclipsan el Sol; también ocurren cosas raras si el científico es Mirameba: el pobre Paco usualmente ve unicornios en su habitación o ratones coloraos al otro lado del microscopio. Vamos, no llegaré a decir que Mirameba está chiflado, a pesar de vivir en el sanatorio de Ciempozuleos, pero reconozco que participa de una visión alternativa de la realidad. Incluso esas excepciones a la regla no son en absoluto inexplicables: en mi caso hay una explicación clarísima y es que Dios me concedió diez salchichas de Frankfurt en lugar de dedos.
Pretender la demostración científica de la existencia de Dios es perfectamente inútil: no existe ningún experimento que empiece por pelar gallinas o poner uranio en una probeta y que al final produzca no sé cuántos gramos de Dios a la plancha o a la riojana.
Dios está totalmente ausente de las ecuaciones de la Física y la afirmación de Hawking es absolutamente congruente y no entiendo bien qué clase de debate se quiere abrir ahora.

La Historia y el conocimiento indirecto
La historia de la Creación, la historia del hombre, nuestra historia reciente, no es materia de conocimiento directo. No tengo bolas de cristal para mirar el pasado ni puedo imaginar un experimento para demostrar que Napoleón perdió Waterloo. Usamos el carbono 14 para fechar cosas, con sus limitaciones; nos basamos en testimonios, reconstruimos verdades y hechos a partir del estudio crítico de las fuentes.
El conocimiento que tengo de la batalla de Waterloo o de Napoleón no es el mismo tipo de conocimiento que me dan la Física o el recetario de Arguiñano. Tampoco puedes producir a Napoleón en una probeta, y no significa que no existiera.

¡Napoleón no existió!
En el siglo XIX se quiso empezar a dudar de la existencia de Jesús a partir del estudio comparado de las religiones: la resurrección de Jesús era un mito basado en la de Osiris, etc. Un genio local, el Sr. Jean-Baptiste Pérès (1752-1840), profesor de matemáticas y de física, magistrado y conservador de la biblioteca municipal de la ciudad francesa de Agen, publicó en 1835 un opúsculo famoso que se reeditó más tarde con el subtítulo primero y luego el título De cómo Napoleón nunca existió, en francés Comme quoi Napoléon n'a jamais existé. El enlace es con una versión seis lustros posterior a la primera. Los que sepáis francés, lo disfrutaréis como lo disfrutó en su día Anatole France, un ateo con sentido del humor que cita ese opúsculo en sus obras.
En conclusión, deducir que Napoleón no existió porque no usé a Napoleón para hacerme el café por la mañana, es una chorrada equivalente a pretender que Dios no existe porque no figura en las ecuaciones de la física. A quien le interesen estos temas, le recomiendo escuchar al padre Carreira, físico jesuita que las explica mucho mejor