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viernes, 13 de noviembre de 2009

Maurice Legendre, un hispanista en Madrid

Un francés apasionado por las Hurdes y la Peña de Francia

Maurice Legendre fue el arquetipo del hispanismo francés más conservador, enamorado de la España tradicional. Dirigió la Casa Velázquez durante los años de guerra.
La pasión de los franceses por España es tan grande, que tienen en Madrid a su principal Liceo, y su mayor centro de investigación en el extranjero, la Casa de Velázquez. Director de ese centro fue Maurice Legendre, que los madrileños conocen por la calle "Mauricio Legendre" sin saber a ciencia cierta quién pudo ser ese señor. La pasión de Maurice Legendre por España y por lo español, unida a su rigor científico, lo convierten en arquetipo del hispanismo. Merece que se le dediquen unas líneas refiriendo algunos elementos biográficos.

Un amigo de Unamuno

Nace Legendre en París el 30 de junio de 1878 en el seno de una familia de comerciantes de bordados y mantelerías. Estudiante en los liceos Michelet y Henri IV, le atrajo la historia y fue alumno de la prestigiosa École Normale Supérieure a partir de 1899. Tras un año de servicio militar pasa tres años más en la École Normale (1900-1903), donde se hace amigo de Jacques Chevalier y donde obtiene el título de agregé en Historia que le faculta para enseñar esa disciplina. Sin embargo, durante diez años Legendre renunció a cualquier puesto en la enseñanza y se dedicó a estudios personales de religión, filosofía, sociología e historia. Ejercen sobre él una profunda influencia el Padre Pouget —al que Jean Guitton dedicó un libro en 1941— y su amigo Chevalier; admira a Bergson. Durante varios años Legendre estudiará bajo la dirección de Pouget las Santas Escrituras y la historia de la Iglesia. Su primera obra la firma con su gran amigo Jacques Chevalier, Le catholicisme et la société, con prefacio del R. P. Laberthonnière, (1907). En 1909 viaja a España para conocer a Unamuno, con el que mantiene correspondencia acerca de la obra de Ganivet Idearium español. En 1913 viaja a la Peña de Francia en compañía de Chevalier y de Unamuno.
De 1914 a 1918 se bate en los frentes de la I Guerra Mundial, terminando con el grado de capitán y con la Cruz de Caballero de la Legión de Honor por méritos de guerra. Durante la guerra, el gobierno francés le retiró durante un mes del frente para que acompañara en su viaje a España a Bergson, Lamy, Perrier, Imbart de la Tour y Widor.

Con Pierre Paris

Ya comentamos en el artículo correspondiente, que ese viaje será el origen de la Casa de Velázquez. En aquella ocasión conoció Legendre a Pierre Paris, director y fundador de la École des Hautes Études Hispaniques y más tarde se convirtió en su brazo derecho. A partir de 1919 regresa a España, donde pasará casi toda su vida. Al acompañar a Pierre Paris en sus inspecciones de las escuelas francesas en España, viaja mucho, pero la Alberca es la región que más le atrae y realiza una gran investigación geográfica y sociológica de las Hurdes: en 1927 defiende su tesis de doctorado sobre esa comarca en la Universidad de Burdeos; en el tribunal está Gregorio Marañón. Durante esos años publica Portrait de l’Espagne, Littérature catholique espagnole, Sainte Thérèse d’Avila y Greco. Tras la muerte de Pierre Paris, en 1931, Legendre será director adjunto de la Casa de Velázquez. Cinco años después el edificio de la Casa es destruido y su personal emigra a Marruecos. El tesón de Legendre permitió, tras 19 años, la reconstrucción de la Casa de Velázquez, que él no llegó a ver concluida. Fallece durante las primeras horas del 12 de junio de 1955 en el Hospital de San Luis de los Franceses de Madrid, a consecuencia de una crisis cardiaca.

Un francés en la Alberca

Legendre amó tan apasionadamente España que está enterrado en la Peña de Francia. No es casualidad: Legendre, en su primer trabajo sobre las Hurdes, se preguntó acerca del origen de esa curiosa denominación de “Sierra de Francia” para las estribaciones que separan Salamanca de Extremadura. Consideró en primer lugar don Mauricio las leyendas sobre posibles orígenes carolingios y recordaba que en los confines de las Hurdes y de la Sierra de Gata, al pie de la Bolilla, todavía mana una Fuente de Roldán. Pero dejando las leyendas de lado, entra Legendre en materia, y siguiendo a J. M. Quadrado subraya que Salamanca, arruinada tras largas guerras, fue repoblada por franceses a partir de 1102. En 1434 un predecesor de Legendre fue el francés Simón, también atraído por la curiosidad hacia aquella Sierra de Francia, de tan singular nombre. Simón descubriría la estatua de Nuestra Señora llamada desde entonces de la Peña de Francia que recibió culto en España, Portugal y las Américas, y fue patrona en Orán y Filipinas. Explica la leyenda que como la Virgen le ordenó velar al francés se le llamó Simón Vela.

Católico, filofranquista, anticomunista y antinazi

A esta breve biografía debemos añadir que Legendre es un caso típico de católico conservador francés cuyo anticomunismo llevó a defender públicamente el franquismo. Esa actitud resultó muy útil para las relaciones con el Régimen, tras la guerra. Por otra parte Legendre era un patriota abrumado por la Ocupación de Francia y el colaboracionismo; mantuvo discretos contactos con la Francia Libre y Londres. Se implicó en la red de encubrimiento y alojamiento de los franceses que huían de Pétain y sus socios nazis. Su entrentamiento con Vichy le llevó a dimitir temporalmente de su cargo de Director de la Casa Velázquez.
Para más detalles, puede consultarse "Franceses en el Camino" y el número 8 de la revista "Madrid Histórico".

Publicado originalmente en el desaparecido portal suite101.net, el 12 de noviembre de 2009, y recuperado el 28 de noviembre de 2016
Puede leerse aquí una copia en archive.org

La Casa de Velázquez, capital del hispanimo

Allí han trabajado y convivido los principales hispanistas

La Casa de Velázquez, en Madrid, es la institución más importante del hispanismo francés y uno de los mayores centros de investigación de Francia en un país extranjero.

En Madrid, a 300 metros del Arco de Moncloa, se encuentra una institución cuyo nombre exacto es Casa de Velázquez pero quienes la conocen bien suelen decir “Casa Velázquez” o “la Casa” pronunciado a la francesa “lacazá”, con una z más suave que la española.

Origen de la Casa de Velázquez

El origen de esa institución se debe a dos universitarios franceses, dos hispanistas, Pierre Paris, de la Universidad de Burdeos, y Ernest Mérimée, de la de Toulouse, los cuales fundaron respectivamente en 1909 la École des Hautes Études Hispaniques y la Union des Etudiants Espagnols et Français. En el primer caso se trataba de una institución científica, una Escuela basada en las también francesas Escuelas de Roma y de Atenas y en el segundo de una institución de carácter pedagógico que pretendía enseñar el español a los franceses y el francés a los españoles.
Ambas instituciones fueron reunidas en el Instituto Francés, inaugurado en 1913 en la calle del Marqués de la Ensenada, junto al Liceo Francés.
Tres años después la I Guerra Mundial hacía políticamente útil el refuerzo de los lazos entre España y Francia así que cinco miembros del Institut de France —el órgano que reúne a las diferentes Academias de ese país— llegaron a España con la misión de “reavivar la amistad” entre las dos naciones: nada menos que el filósofo Henri Bergson y otros cuatro académicos: el político y escritor Etienne Lamy, secretario perpetuo de la Academia Francesa; el biólogo Edmond Perrier, de la Academia de las Ciencias; Pierre Imbart de la Tour, de la Academia de ciencias morales y políticas; y el músico Charles Marie Widor, secretario perpetuo de la Academia de Bellas Artes. Este último expresó durante una charla en el Ateneo de Madrid el deseo de que los jóvenes artistas franceses viniesen a completar su formación en España, como hacían desde hacía tiempo en Italia.
Aquella sugerencia de Widor fue transmitida a don Alfonso XIII, quien al día siguiente le dijo en persona al primero que aprobaba la idea, que la hacía suya y que él mismo se ocuparía de encontrar un terreno. Pierre Paris acogió con entusiasmo el proyecto puesto que barajaba también la idea de unir en España a las promesas del arte francés con los estudiantes hispanizantes. El Rey consiguió dos hectáreas en el corazón de lo que luego sería la Ciudad Universitaria, allí mismo donde, según se contaba, gustaba de instalarse para pintar Diego Velázquez; de ahí le viene el nombre a la institución.

Construcción y destrucción

El 22 de mayo de 1920 el Rey ponía la primera piedra de la Casa Velázquez cuya inauguración oficial tuvo lugar ocho años más tarde, en noviembre de 1928. Entre otras personalidades, la reunión contó con la asistencia del músico Maurice Ravel, francés universal hijo de una española, que dio un recital.
Nombrado director Pierre Paris, moriría en 1931 cuando empezaba la segunda parte de las obras y le sucedió François Dumas con Maurice Legendre de director adjunto. En 1935 el presidente Alcalá Zamora inauguró la ampliación del edificio y en 1936 el ya presidente Manuel Azaña abría la exposición anual de artistas. La Casa parecía prometida a un gran futuro. Pero 1936 es el triste año en que todos los futuros de España se vieron condicionados y truncados por la Guerra Civil. Situado en el frente de Madrid, el edificio de la Casa fue bombardeado e incendiado. Se conserva todavía la orden de Buenaventura Durruti dando la orden de volar la Casa.

Reconstrucción

Desaparecieron sus mobiliarios, archivo y biblioteca. Se perdieron para siempre las colecciones arqueológicas donadas por Pierre Paris; sin embargo, la institución sobrevivió y se trasladó a Fez en Marruecos, regresando a España al término de la Guerra Civil. Empieza entonces la II Guerra Mundial y sólo la voluntad de Maurice Legendre consiguió reabrirla en un hotelito particular, el número 73 de la calle Serrano, donde permanecería durante 19 años, con un piso y un chalé en el Viso como anejos.
La reconstrucción del edificio de Moncloa se inicia en 1954 y fallece entonces Legendre, sucediéndole Henri Terrasse. La inauguración oficial tiene lugar en 1959. Entre aquel año y 1964 distintas directivas otorgaron a la Casa una personalidad civil y una autonomía financiera. Un Consejo artístico se encargaba de seleccionar a los artistas y un Consejo Científico a los miembros científicos que venían a sustituir la École des Hautes Études Hispaniques.

Una importante actividad

La Casa no solo ofrece residencia y medios a los estudiantes seleccionados, sino que dirige iniciativas como las excavaciones de Baelo Claudia, junto a la playa de Bolonia, aldea de Tarifa, importantísimo yacimiento que en su día ya explorara el propio Pierre Paris. También se destaca la Casa de otros prestigiosos centros franceses en el extranjero por el hecho de que en España se unen en una misma institución la labor científica y la artística que en Italia, por ejemplo, realizan centros separados como la Escuela Francesa de Roma y la Villa Medicis. Añadamos que la Casa tiene sus propias publicaciones y aunque la integración europea y el programa Erasmus han disminuido su importancia relativa, puesto que se han visto extraordinariamente facilitados los viajes de estudio al extranjero y los intercambios de estudiantes, la importancia absoluta de la Casa no ha dejado de crecer.

Integración de generaciones

Una circunstancia curiosa es que varios de los antiguos “pensionados” de la Casa regresaron a Madrid como directores de esa sabia institución. Este es el caso de François Chevalier, de Didier Ozanam, de Jean Canavaggio, de Gérard Chastagnaret y del actual director, Jean Pierre Étienvre. La única excepción a esa “regla” vigente desde 1957 fue el nombramiento como Director de otro distinguido hispanista: Joseph Perez.
Eso demuestra que el palacete de Moncloa ha servido para que se concatenen las nuevas generaciones con las antiguas, en una institución originalísima que no tiene parangón con ninguna otra institución cultural extranjera en España o española en el extranjero.

Artículo originalmente publicado en el desaparecido portal suite101.net el 12 de noviembre de 2009, recuperado el 28 de noviembre de 2016.
Puede leerse aquí una copia en archive.org