Un francés apasionado por las Hurdes y la Peña de Francia
Maurice Legendre fue el arquetipo del hispanismo francés más
conservador, enamorado de la España tradicional. Dirigió la Casa
Velázquez durante los años de guerra.
La pasión de los franceses por España es tan grande, que tienen en Madrid a su principal Liceo, y su mayor centro de investigación en el extranjero, la Casa de Velázquez.
Director de ese centro fue Maurice Legendre, que los madrileños conocen
por la calle "Mauricio Legendre" sin saber a ciencia cierta quién pudo
ser ese señor. La pasión de Maurice Legendre por España y por lo
español, unida a su rigor científico, lo convierten en arquetipo del hispanismo. Merece que se le dediquen unas líneas refiriendo algunos elementos biográficos.
Un amigo de Unamuno
Nace Legendre en París el 30 de junio de 1878 en el seno de una
familia de comerciantes de bordados y mantelerías. Estudiante en los
liceos Michelet y Henri IV, le atrajo la historia y fue alumno de la
prestigiosa École Normale Supérieure a partir de 1899. Tras un año de
servicio militar pasa tres años más en la École Normale (1900-1903),
donde se hace amigo de Jacques Chevalier y donde obtiene el título de agregé
en Historia que le faculta para enseñar esa disciplina. Sin embargo,
durante diez años Legendre renunció a cualquier puesto en la enseñanza y
se dedicó a estudios personales de religión, filosofía, sociología e
historia. Ejercen sobre él una profunda influencia el Padre Pouget —al
que Jean Guitton dedicó un libro en 1941— y su amigo Chevalier; admira a
Bergson. Durante varios años Legendre estudiará bajo la dirección de
Pouget las Santas Escrituras y la historia de la Iglesia. Su primera
obra la firma con su gran amigo Jacques Chevalier, Le catholicisme et la société, con prefacio del R. P. Laberthonnière, (1907). En 1909 viaja a España para conocer a Unamuno, con el que mantiene correspondencia acerca de la obra de Ganivet Idearium español. En 1913 viaja a la Peña de Francia en compañía de Chevalier y de Unamuno.
De 1914 a 1918 se bate en los frentes de la I Guerra Mundial, terminando con el grado de capitán y con la Cruz de Caballero de la Legión de Honor por méritos de guerra. Durante la guerra, el gobierno francés le retiró durante un mes del frente para que acompañara en su viaje a España a Bergson, Lamy, Perrier, Imbart de la Tour y Widor.
De 1914 a 1918 se bate en los frentes de la I Guerra Mundial, terminando con el grado de capitán y con la Cruz de Caballero de la Legión de Honor por méritos de guerra. Durante la guerra, el gobierno francés le retiró durante un mes del frente para que acompañara en su viaje a España a Bergson, Lamy, Perrier, Imbart de la Tour y Widor.
Con Pierre Paris
Ya comentamos en el artículo correspondiente, que ese viaje será el origen de la Casa de Velázquez.
En aquella ocasión conoció Legendre a Pierre Paris, director y fundador
de la École des Hautes Études Hispaniques y más tarde se convirtió en
su brazo derecho. A partir de 1919 regresa a España, donde pasará casi
toda su vida. Al acompañar a Pierre Paris en sus inspecciones de las
escuelas francesas en España, viaja mucho, pero la Alberca es la región
que más le atrae y realiza una gran investigación geográfica y
sociológica de las Hurdes: en 1927 defiende su tesis de doctorado sobre
esa comarca en la Universidad de Burdeos; en el tribunal está Gregorio
Marañón. Durante esos años publica Portrait de l’Espagne, Littérature catholique espagnole, Sainte Thérèse d’Avila y Greco.
Tras la muerte de Pierre Paris, en 1931, Legendre será director adjunto
de la Casa de Velázquez. Cinco años después el edificio de la Casa es
destruido y su personal emigra a Marruecos. El tesón de Legendre
permitió, tras 19 años, la reconstrucción de la Casa de Velázquez, que
él no llegó a ver concluida. Fallece durante las primeras horas del 12
de junio de 1955 en el Hospital de San Luis de los Franceses de Madrid, a
consecuencia de una crisis cardiaca.
Un francés en la Alberca
Legendre amó tan apasionadamente España que está enterrado en la Peña
de Francia. No es casualidad: Legendre, en su primer trabajo sobre las
Hurdes, se preguntó acerca del origen de esa curiosa denominación de
“Sierra de Francia” para las estribaciones que separan Salamanca de
Extremadura. Consideró en primer lugar don Mauricio las leyendas sobre
posibles orígenes carolingios y recordaba que en los confines de las Hurdes y
de la Sierra de Gata, al pie de la Bolilla, todavía mana una Fuente de
Roldán. Pero dejando las leyendas de lado, entra Legendre en materia, y
siguiendo a J. M. Quadrado subraya que Salamanca, arruinada tras largas
guerras, fue repoblada por franceses a partir de 1102. En 1434 un
predecesor de Legendre fue el francés Simón, también atraído por la
curiosidad hacia aquella Sierra de Francia, de tan singular nombre.
Simón descubriría la estatua de Nuestra Señora llamada desde entonces de
la Peña de Francia que recibió culto en España, Portugal y las
Américas, y fue patrona en Orán y Filipinas. Explica la leyenda que como
la Virgen le ordenó velar al francés se le llamó Simón Vela.
Católico, filofranquista, anticomunista y antinazi
A esta breve biografía debemos añadir que Legendre es un caso típico
de católico conservador francés cuyo anticomunismo llevó a defender
públicamente el franquismo. Esa actitud resultó muy útil para las
relaciones con el Régimen, tras la guerra. Por otra parte Legendre era
un patriota abrumado por la Ocupación de Francia y el colaboracionismo;
mantuvo discretos contactos con la Francia Libre y Londres. Se implicó
en la red de encubrimiento y alojamiento de los franceses que huían de
Pétain y sus socios nazis. Su entrentamiento con Vichy le llevó a
dimitir temporalmente de su cargo de Director de la Casa Velázquez.
Para más detalles, puede consultarse "Franceses en el Camino" y el número 8 de la revista "Madrid Histórico".
Publicado originalmente en el desaparecido portal suite101.net, el 12 de noviembre de 2009, y recuperado el 28 de noviembre de 2016
Puede leerse aquí una copia en archive.org
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