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miércoles, 4 de junio de 2014

¿Quién reventó mis pompas de jabón?

Fuente: China Daily
Un sabádo caluroso a las tres de la tarde en la zona de Bravo Murillo, sólo te encuentras con los juguetes rotos de la vida, ese grandísimo zorrón que se cansa de la gente y la va abandonando, tirándola por los rincones... Ves mendigos agostados en algún banco, soltando alguna risa misteriosa, un chiste que sólo ellos entienden; un borracho está durmiéndola, entre cartones; otro mendigo renquea; su zapato derecho, por llamarlo de algún modo, está más destrozado de lo razonable.
Luego ves una mujer, que te da más pena; todavía no es mendiga, todavía se viste y se lava, pero ya está cerca del borde, ya habla sola, ya le notas en el careto las cicatrices de un alma mutilada: la vida pudo con ella...
Al cabo de un buen rato andariego llegas a la puerta del Retiro y observas la magia en su estado bruto: un hombre se dedica a hacer pompas de jabón enormes, con dos cuerdas. Asombro de los niños. Un servidor se queda maravillado. No existe ninguna obra de arte que supere una gran pompa de jabón. Pero su vida es emífera. siempre viene otro niño a reventarla. En la vida hay dos clases de personas, los que hacen pompas de jabón y los que las revientan. No hay más.

¿Quién reventó mis pompas de jabón?



sábado, 22 de marzo de 2014

La deuda tributaria de los mendigos

Cristobalito de "Robin Hood" (Disney)
Me parece maravilloso que los cambios estadísticos permitan mejorar sustancialmente la situación económica y fiscal. Dentro de poco nos explicarán que como en España brilla el sol y la gente prefiere el sol a la lluvia, los españoles somos los europeos más ricos, con diferencia. Y una vez calculado el diferencial lluvia/sol debidamente convertido en euros, pagaremos los impuestos correspondientes. A la imaginación estadística se suma la lógica voracidad de la Hacienda Pública, que una cosa es el jijí jajá de la política y otra el ñigo ñigo de los cuartos, y las diferencias entre los partidos desaparecen cuando se trata de exprimirnos para financiar la cosa pública. Sin salir del Madrid Peposo pensad en los 30.000 millones de deuda que nos han costado a todos la brillante actuación de los amigos de Espe y Albertito. Sumad los 26.000 millones de Bankia y los 4.000 millones de las autopistas a ninguna parte generosamente rescatadas para que no pierdan su dinerito los amiguetes, y veréis que os salen cinco billoncitos de las antiguas pesetas. La única forma de financiar la fiesta consiste en hacer tributar cada vez más las rentas no monetarias. Esta política tiene la virtud de convertir en obligados fiscales a los mendigos al igual que el Sheriff de Nottingham en su versión Disney se quedaba con las monedas del conejito (ver aquí).

Tributación de la renta no monetaria: la vivienda
Por ejemplo: el Sr. Mendigo duerme en una oficina bancaria del barrio de Salamanca, en la parte donde está el cajero automático que normalmente tiene una superficie de diez metros cuadrados.
Según reiteradas sentencias de los tribunales, allí donde duermes -legal o ilegalmente- es tu vivienda, ya sea una casa que okupas o un coche en el que te cuelas, así que esa parte de la oficina es de facto vivienda habitual del Sr. Mendigo.
El metro cuadrado del barrio de Salamanca se paga a 6000 euros y se alquila por 15 en las mejores zonas. Luego Sr. Mendigo está disfrutando de una renta no monetaria equivalente a 150 euros mensuales si duerme allí todo el año, que son 1800 euros anuales.

Tributación del espacio laboral 
La renta no monetaria por la vivienda del Sr. Mendigo resulta ridícula al lado de la equivalente por su espacio laboral. El espacio laboral del Sr. Mendigo es el espacio urbano delimitiado por una acera de la calle Serrano comprendida entre las calles de Goya y Hermosilla. Ese espacio laboral es dominio exclusivo del Sr. Mendigo, hombre todavía joven y fuerte que con el talante que caracteriza la Alta Diplomacia supo explicar gráficamente a sus rivales de la mafias gitana rumana, kosovar y nigeriana que si los veía por ahí les arrancaría la cabeza. Tras un par de trifulcas muy dolorosas para sus rivales y que al Sr. Mendigo le costaron una puñalada y varios puñetazos, afortunadamente inocuos, nadie por ahora le disputa ese área. Si  consideramos que el Sr. Mendigo disfruta en exclusividad de un área de trabajo de 240 metros cuadrados en la milla de oro de Madrid, debemos tener en cuenta que el valor de uso del espacio público no es el mismo que el alquiler de espacios privados.
a) El alquiler privado a 15 euros por metro de 240 metros son 3600 euros al mes de renta no monetaria, lo que le costaría pagar el alquiler de la misma zona, o sea, 43200 euros anuales. Luego ese importe incrementaría la base impositiva y daría lugar a una tributación importante.
b) Pero no se trata aquí de no pagar un alquiler por un espacio público sino de no pagar un gravamen por explotación de esa misma superficie. En dicha zona (1ª categoría) la Tasa por Utilización Privativa o Aprovechamiento Especial del Dominio Público prevé un tributo de 73,98 euros por metro cuadrado y temporada. Esto reduciría la renta no monetaria del Sr. Mendigo a menos de 1500 euros al mes. Pero agravaría su situación fiscal, porque el importe a pagar es un gravamen en su totalidad y no un porcentaje sobre una renta. Es decir, los 17.755 euros que el Sr. Mendigo no paga a la hacienda municipal pueden y deben considerarse como deuda tributaria neta.

Tributación de la renta monetaria efectiva
A esto debemos sumar la renta efectiva monetaria percibida en efectivo por el Sr. Mendigo que supera los treinta euros diarios, es decir, 900 euros al mes. 
En consecuencia, la renta mínima montoriana del Sr. Mendigo es del orden de 900 + 180 euros al mes, es decir 12960 euros anuales que convierten al Sr. Mendigo en obligado fiscal. Súmese a ello la deuda fiscal con el ayuntamiento de Madrid (17.755 euros). Si de tres mil mendigos, incluso rebajando a la mitad esa cantidad, pudiésemos obtener 10.00 euros en tributos, el errario público aumentaría sus recursos en treinta millones de euros anuales, que no es ninguna tontería.