Hay lugares en los que no se hace política, los Circos y las Escuelas, que son el templo de la Infancia, la Iglesia, que es la Casa de Dios, y todos aquellos lugares y ocasiones en que se rinde culto a la Patria, la Nación y la Sociedad. Uno de esos lugares y ocasiones es el de un desfile militar del 12 de octubre. Hasta el propio Rey lo ha tenido que comentar, y eso que no está -dicen- para muchos trotes y que maldita la gracia que tiene que hacerle echar un capote al todavía presidente del Gobierno.
Hace falta mal gusto, hace falta ser subnormal y canalla para escoger el desfile de nuestra fiesta nacional -la de verdad, no la de los toros- y aprovechar el toque a difuntos y la memoria de nuestros militares fallecidos cumpliendo con su deber para pitar y abuchear al Sr. Zapatero y a su gobierno.
¿Cuál será el próximo paso? ¿Ponerle pegatinas de un partido político al Divino Cautivo el día de su procesión?
En nuestra tierra de Caín, los vivos no tienen respeto por los muertos; recuerdo aquellos fachas que insultaban al Rey o gritaban "Tarancón al paredón" cada vez que se enterraba a nuestros militares, policías o guardias civiles asesinados por la ETA o el GRAPO.

En todos los casos, se trata como siempre de "movilizaciones" de organizados espontáneos que siendo incapaces de convocar una mani grande y exitosa se cuelan en los actos multitudinarios: da igual que sea un partido de fútbol, una boda, un entierro o un desfile. Ellos siguen su consigna y ya está. Espero que por lo menos les inviten a un bocata, treinta monedas sería demasiado.

Y el que quiera meterse con Zapatero, y pedir su dimisión, que convoque una manifestación como es debido y en su tiempo y forma. Allí iré yo el primero a gritar "Elecciones, ya". Lo de hoy es bochornoso para quien tenga un ápice de vergüenza, aunque sea ajena.