Hoy es 15 de septiembre, día de las Lolas y las Dolores... Y no sé por qué me ha dado por pensar en la espléndida Pietá de Miguel Ángel, esa doble
idealización.
La Virgen es representada como una mujer todavía joven -podría ser la hermana pequeña de Cristo- y a
Cristo no le vemos llagas, las terribles llagas que deja el espanto de la cruz
y el terrible suplicio del flagelo.
La Pietá tiene muchas lecturas místicas, que son archiconocidas.
A mí me da por pensar que Cristo es
la víctima ofrecida, pero quien hace de
oferente es la propia Virgen, ¡una mujer! No existen muchos precedentes en la
historia del Arte en que las mujeres sean representadas en un papel reservado a
las castas sacerdotales... La Virgen podía haber mirado el Cielo, pero no, Miguel
Ángel prefirió aquí mostrarla mirando a Cristo...
Siempre me ha impresionado la advocación de la Virgen de los
Dolores, porque me pone enfermo ver llorar a una mujer. La Pietá es hermosa, pero me gustan más las obras
maestras de los imagineros españoles, Vírgenes a las que les han añadido con cristal, plata, resina y cera algunas lágrimas. Son más naturales, tan reales como el dolor.
Virgen de los Dolores, a la que le rezaron los abuelos de mis
abuelos, generaciones de mi sangre, de mi gente.,,
Mujeres, casi niñas, las sacaban de su casa, del convento, y
las casaban con viejos barbones; a veces no sabían nada de la vida y de la
noche de bodas sólo supieron el primero dolor y la primera sangre... De parto murieron a racimos, despatarradas y desangradas, abiertas
como una granada, dando su vida por dar la vida. Dime tú que eres tan listo, ¿qué más se puede dar? Y no
había epidural, ni cloroformo, ni agua corriente... Grandísimas tatarabuelas, qué
blanditos nos hemos vuelto…
Dolores, enfermedades, sinsabores... Mujeres que hoy mismo renuncian a sus amores, a sus
ilusiones, estudios y ambiciones, porque deciden cuidar de otros, porque la
vida es así, que se ríe de nuestros planes y no te digo ya de nuestros sueños.
Mujeres que un día reciben un telegrama: su hijo se lo
quitaron para mandarlo a una guerra, -otra más de esas que van a cambiar el
mundo, fíjate- o lo mató un bichito llamado sida, o un borracho con volante, o una de esas alimañas vascuences que ahora volvemos a soltar para que disfruten del atardecer de su fecunda y ejemplar existencia... Algunas incluso han tenido que llorar por hijos que se han matado a sí mismos, que es todavía peor: cada día hay más chiquillas y chavales que se matan ellos mismos, porque está de moda, porque se han tomado pastillas raras, porque nadie se dio cuenta de lo mal que lo pasaban...
Y en el Otro Mundo, ese otro mundo que sé que existe pero que mantengo bien lejos de mí, sé que hay madres que lloran porque sus hijos se han muerto de hambre y de enfermedad...
Hace poco dieron la noticia de que en Siria una mujer fue forzada a elegir cuál de sus dos hijos viviría y cuál moriría (ver aquí) como la película aquella de la Decisión de Sophie. Pero no era ninguna película, era verdad. Y dime tú, ¿qué habrá sido de esa madre?
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