Vuelvo a ocuparme de mi blog

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LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

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martes, 16 de octubre de 2012

¿Encarcelará España a Carromero?

Si le he dedicado ocho entradas de este blog al sufrimiento de Ángel Carromero es por una razón personal y un motivo de higiene pública.
La razón personal es el respeto que me merece el joven que con 18 años, encontraba tiempo para estar con las víctimas de ETA, acosadas por proetarras en los mismos bancos de la Audiencia Nacional.
El motivo de higiene pública es que el caso Carromero ha mostrado las vergüenzas de un Partido Popular sin entrañas; sólo queda la raspa, la estructura, pero ni hay ideas, ni hay sentimientos, ni hay lealtad. Unos tíos capaces de abandonar a un compañero, ¿no me van a traicionar a mí, ni a ti? ¿Nos vamos a fiar de quienes dejan a su propia gente en la estacada?

La soledad de la víctima
No sé en qué estará pensando Ángel Carromero, desde que le han comunicado su sentencia: ¡cuatro años! No quiero imaginar lo que ha debido sufrir y pensar durante estos tres meses. Cuatro años son dieciséis trimestres. Tiene que vivir quince veces más esos tres meses de calvario.
No quiero imaginar su tristeza, su soledad, su sentimiento de abandono.... 

Un caso único en la historia judicial
Le han condenado por tener un "accidente". Accidente que la propia familia de los fallecidos niega ser tal, puesto que poseen evidencias de que el "accidente" fue el resultado de un acoso castrista a Oswaldo Payá. O sea, que la familia de la víctima dice que el reo es inocente pero la máquina judicial lo condena. No se ha visto un caso parecido en la historia de la Ley desde que Licurgo se inventó la constitución de los lacedemonios. Esparta: capital de Laconia. España, país de coña. Y nuestros abogados de Derechos Humanos, tocándose el moño, supongo.
Sólo en un país de coña puede darse un histrión como el Sr. García Margallo, ese genio, que en lugar de denunciar una salvajada más de los amos de Castrolandia, en lugar de exigir la inmediata liberación del ahora condenado, prefiere apostar por la "estrategia de la discreción" con el éxito que ahora vemos:  ¡cuatro años de condena! Menos mal que hemos sido discretos, si fuéramos indiscretos lo descuartizan en la plaza pública.

Los despiadados comentaristas
Esta noche tenía ganas de vomitar escuchando a unos comentaristas en la Primera Cadena de RTVE, periodistas improvisados en juristas que sin duda no han pasado ni una pura tarde detrás de unos barrotes y no pueden imaginar lo que es la sensación de vulnerabilidad de un ser humano al que desnudan, al que humillan, al que interrogan las ratas fidelianas.  Hablaban de "Carromero" como si se tratara de un insecto, de un mueble, de una cosa. Carromero por aquí, Carromero por acá, ¡ni uno solo pronunció su nombre. ¡Se llama Ángel! ¡Tiene nombre! Es una persona, es un ser humano, alguien con suficiente corazón como para preocuparse por aquellos que viven sin libertad en la Gran Noche de los pueblos esclavos del País Vasco o de la Cuba sometida y humillada.

¿Encarcelaremos a Carromero en España?
Y lo más repulsivo, es que hablaban de la posibilidad evocada por García-Margallo, ese genio, de que Ángel Carromero sea encarcelado en España, es decir, que "cumpla en España su sentencia".
¿Pero está gente está enferma o qué?  Es decir, que un sistema judicial comunista en que el juez, el fiscal, el policía, el público y la madre que los parió son de la misma cuerda, van y condenan a un inocente, y nosotros en virtud de no sé qué acuerdo metemos al inocente en una de nuestras cárceles.
Gobernados por el Cobarde Mayor del Reino, el famoso Rajadoy, parece que toda España antes fecunda en hombres valientes se haya convertido en un blandiblub color cemento, en un mismo sumidero de heces pustulentas.
A Carromero, si los inútiles del Ministerio consiguen traerlo a España, lo que debemos hacer es recibirlo en el aeropuerto y sacarlo a hombros y llevarlo en un carro como un héroe de la libertad y no como un preso común, como si hubiera cometido algún delito. O por lo menos, estrecharle la mano, abrazarlo y llevarlo a su casa, para que pueda estar con los suyos, y pedirle perdón por haberlo abandonado. Eso es lo que hay que hacer. ¿Se atreverían de verdad a meterlo en la cárcel aquí? Yo de Rajadoy y sus tamagochis me lo creo todo.

Una nación de cobardes
España es Cobardelandia como demuestran cada día los compañeros del señor Carromero, que con la excepción tardía de Esperanza Aguirre, nada han hecho y nada han movido para obtener su libertad. Y no digamos sus compañeros de Nuevas (d) Generaciones... Puaj, puaj, puaj, repuaj, cacarepujibuaj. Sólo se me ocurren tristes onomatopeyas para calificar a esa lata de gusanos que llaman PP, iniciales de Poncio Pilatos, todos unos artistas a la hora de lavarse las manos...

2 comentarios:

  1. Se te ha olvidado elaborar una lista de hipoteticas "recomendaciones" que le serán hechas a Angel por parte de sus superiores jerárquicos en el partido; por sus amigos de toda la vida que olvidaron durante tres meses abrir la boca; por unos "consejeros políticos"que le sugerirán lo que es "mejor para tí en las presentes circunstancias" y unos militantes de a pié a los que no se les ocurrió presionar a los que tienen poder para ello, en el sentido de plantarle cara a los totalitarios, para demostrarle que no se habían olvidado de él.

    ¿Cuantas veces tendremos que manejar aún esa maldita expresión tan adormecedoramente fatalista con la que ya estamos acostumbrados a drogar nuestra alma de cobardes : "eso es lo que hay..."?

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