Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

Mostrando entradas con la etiqueta lealtad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta lealtad. Mostrar todas las entradas

domingo, 10 de enero de 2021

Carta abierta al Capitán Haddock

Le Crabe aux pinces d'Or
ed. 1976, pág. 16

Por un artículo de Olivier Delcroix, en Le Figaro, me entero de que ayer se cumplían ochenta años de tu aparición, mi querido capitán Haddock, en el suplemento "Jeunesse" de Le Soir, diario belga controlado en aquel momento por los nazis. Yo no leí esa versión, ni soy coleccionista de los antiguos tebeos de Tintín. Me gustan más las versiones que leí de niño, ya todas retocadas o redibujadas, que aquellas primeras viñetas...
¿Qué te podría decir, querido Capitán de los días en que has acompañado e iluminado mi infancia? ¿Qué te puedo contar de cómo te veo, de cómo me río, de cómo me conmuevo cuando pienso en ti?
De niño me he divertido mucho con tus misteriosas palabrotas que no insultos, tus Bachibouzouk, tus Mille Sabords, tus Moules à Gaufres, tus Tonerre de Brest, pero de mayor me interesas todavía más.
Le Crabe au Pinces d'Or fue mi primer contacto con el alcoholismo y su redención: tú, mi pobre capitán vivías sujeto a una botella, estabas borracho al fugarte del Karaboudjan, con Tintín; te emborrachaste de nuevo en el bote salvavidas, donde las musas perversas del alcohol te sugirieron quemar los remos; te emborrachaste en el hidroavión y le arreaste un tremendo botellazo a Tintín, provocando un accidente... Décadas más tarde un buen amigo me habló de la labor admirable de Alcohólicos Anónimos y descubrí a muchos hermanos tuyos, que se redimen todos los días diciendo las palabras mágicas "Hola, soy Laura, y soy alcohólica", "hola soy Manuel y soy alcohólico". Quizá lo más bello que hizo jamás Hergé fue contar tu historia, de cómo caído una y otra vez, te levantabas, querido Capitán, siempre a una sola copa de volver a recaer... Quizá también para Hergé, que no fue precisamente un héroe de la resistencia belga, tú venías a cristalizar lo que él era, un hombre con debilidades, y Tintín lo que quería ser, vete tú a saber...
Tintín a veces le parece demasiado perfecto a mi alma imperfecta, pero si por algo Tintín entrará en la Gloria será sin duda por ser amigo de sus amigos, por hacerlos mejores de lo que son: es el amigo de Tchang, de Zorrino, de los Dupond Dupont, del gran Tournesol, de Milou, pero, sobre todo, es tu amigo, Capitán. Es tu ángel bueno, que amablemente, sin soltarte sermones, te da el buen ejemplo y cuando le ofrecen una copa, contesta siempre "jamais d'alcohol, vous savez". Tintín, con verdadero amor, hace lo posible para ayudarte a vencer los demonios de tu adicción...
Y tú, Capitán, eres la única familia de Tintín, el señor mayor que de algún modo compensa en ese pobre huérfano eternamente joven la ausencia de padres, de hermanos o de un amor... Tintín ha llenado ese tremendo vacío familiar con el afecto que depara a sus amigos. ¿Y qué mejor hijo que aquel que se convierte en padre espiritual de sus mayores, convenciéndoles de comportarse bien?
Y, tú, mi Capitán, eres un hombre agradecido. Lo pudemos todos leer en Tintin au Tibet: ninguna obra de la literatura corriente puede expresar, como esa, toda la devoción y toda la lealtad que le has brindado a tu simpático redentor. Un San Pedro marítimo, aunque no pescador sigue a su Maestro a través de las cordilleras del Himalaya... Cuánto pudor, cuánto afecto, cuanto amor verdadero... Suena raro decirlo así, el gallo canta tres veces, pero tú, Haddock, sigues allí, junto a tu Tintín, protestando, refunfuñando, haces amago de marcharte, te marchas, pero al final siempre regresas y hasta estás dispuesto a cambiar tu vida por la suya. Eres el mejor amigo del mundo, Capitán, y un modelo para mí. Bon anniversaire, cher Capitaine, que Dios te bendiga y que cumplas muchos más, ¡mille sabords!

martes, 17 de junio de 2014

Imagínate a Julián Marías



Imagínate un español tan objetivo que sirviera lealmente al bando republicano durante la Guerra Civil pero que hiciera todo lo posible para contar la verdad, entonces y después; alguien capaz de inventar la fórmula "los que merecieron perder y los que no merecían ganar"; alguien capaz de mirar hacia atrás sin ira para mirar para adelante con esperanza.
Imagínate a uno que fue víctima del franquismo pero que nunca fue de víctima; que habiendo estado encarcelado durante meses y represaliado a lo largo de toda la dictadura, sin la menor posibilidad de gozar de cátedras, cargos públicos, prebendas y sinecuras del Régimen, era, sin embargo, tan discreto y tan modesto que jamás alardeó de su condición.
Imagínate al más brillante estudiante de su generación, al que por orden superior le suspendieron la Tesis en el mismo tribunal, caso único en la historia de nuestra Universidad.
Imagínate la excelencia: una persona que domina las lenguas clásicas y las modernas, lector infatigable y con curiosidad universal, con asombrosa capacidad para asimilar y comprender lo ajeno.
Imagínate el valor de un joven que fue a ver a su amigo el anciano Julián Besteiro para que no estuviera solo en el momento en que lo hacían prisionero los nacionales, y fue a verlo convencido de que, a su vez, lo harían prisionero a él también..
Imagínate a alguien tan veraz y tan auténtico, que no se pueda concebir que pudiera mentir en ninguna ocasión ni expresar un sentimiento que no albergaba; un hombre que siempre dijo lo que quería decir y lo que le parecía que debía decir cuando había que decirlo, a pesar de las presiones y de las amenazas.
Imagínate a un hombre honrado, sin cargos públicos, sin canonjías, que vivió toda su vida de su trabajo, de sus libros, de sus conferencias.
Imagínate a un católico abierto a la verdad, instalado en una visión de la fe tan sólida, moderna y personal, que, décadas antes del Concilio, nunca claudicó ante el miedo a la libertad del pensamiento tradicional; un católico discípulo del descreído Ortega, capaz de conjugar el catolicismo de Zubiri y de García Morente con las dudas de Unamuno, capaz de vivir su fe con ejemplar sencillez y veracidad.
Imagínate a un filósofo español que nada debe a la corriente marxista o estructuralista, un amigo de los EE.UU. en una época en que se edificaba la leyenda negra antiamericana, un filósofo completamente ajeno al fanatismo, al odio y a los prejuicios, un hombre de la Escuela de Madrid que siguió su propio camino, capaz de acuñar una Antropología metafísica, capaz de dedicar un espacio específico a la mujer en la visión del ser humano, capaz de centrarse en esa misteriosa realidad que llamamos persona, un hombre que rechazó de plano la visión deplorable que quiere reducir las personas al estado de meros animales o de cosas.
Imagínate a un historiador fascinado por la historia de España, por la forma de ser de los españoles, que se atrevió a dar un argumento de nuestra Historia, una España inteligible, un hombre que no participó de ninguna moda historicista, de ninguna visión negrolegendaria de nuestra realidad.
Imagínate a un escritor y conferenciante capaz de expresar las ideas más complejas del modo más sencillo y claro.
Imagínate a un hombre que vivió su siglo, y que comprendió que el Cine era un vehículo excepcional de miradas y de historias, otra forma de expresar la realidad y de inventarla, un señor miembro de varias Academias que hacía de crítico de cine...
Imagínate a un hombre recto y justo, permanentemente difamado por la ralea falangista y la caterva marxista, envidiado por los mediocres y los cobardes, sobre el que se hicieron circular bulos monstruosos porque siendo irreprochable y limpia su trayectoria, había que desacreditarlo como fuera...
Imagínate a un hombre entusiasmado por la Transición, que siendo designado Senador por el Rey, fue una de las pocas y sensatas voces que se elevaron contra la estupidez de nuestras Autonomías y que defendió la libertad de los centros educativos.
Imagínate a un hombre radicalmente enamorado de su esposa.
Imagínate a un liberal, casado con la libertad, alguien capaz de ser libre cuando nadie lo es y de elegir como divisa por mí que no quede.
Imagínate, el valor, la rectitud, la veracidad, la responsabilidad, la honestidad, la pulcritud, el sentido del humor, el cristianismo y el patriotismo, todo junto en forma de señor educado, con traje y corbata, un par de gafas y una frente despejada.

Te acabas de imaginar a Julián Marías. Nació hoy hace cien años en Valladolid.