Y es que ya lo sentenciaba Cayo en el Indigesto: pacta sunt servanda que significa, como todos sabéis. "¡Será pacata la sirvienta!"
El Sr. Rodríguez Zapatero y sus mariachis llevan años siendo la única baza de un PP encastillado en el Palacio de los Plúmbeos Silencios donde súcubos de apariencia casi humana entonan en fa sostenido el Romance de la Cerrada Lista, ese tan bonito que empieza por "Qué hay de lo mío, tío". La única clara estrategia electoral de Génova parece inspirada en la de don Tancredo: "suelta el toro, que no me muevo". Algunos jerifaltes populosos, como el Sr. Arenas o el mismísimo Sr. Rajoy enternecidos por la situación del Pequeño Timonel monclovita quieren darle una nueva oportunidad y de vez en cuando sueltan la palabra "pacto", aunque luego recojan velas y precisen que en realidad donde dije digo digo Diego y qué malos son los periodistas que no reflejan mis palabras. Despista, que algo queda...
En cualquier caso, y desmentidos aparte, desde lo más profundo de mi corazón, quiero aplaudir la noble actitud y los profundos sentimientos cristianos de quien viendo caído a su competidor lo quiere aupar de nuevo sobre el caballo del éxito.
En cualquier caso, y desmentidos aparte, desde lo más profundo de mi corazón, quiero aplaudir la noble actitud y los profundos sentimientos cristianos de quien viendo caído a su competidor lo quiere aupar de nuevo sobre el caballo del éxito.
Os preguntaréis por qué algunos popes -Juanma dixit- de la cosa populosa no quieran ganar las elecciones. En el fondo Rajoy y Arenas comparten un punto en común: son ambos nada invictos caudillos en sus respectivos ámbitos: Rajoy ha perdido ya dos elecciones generales (2004, 2008) y Arenas tres en Andalucía (1998, 2004, 2008). Parece que lo hicieran adrede. Pues sí, precisamente, a lo mejor está ahí la clave del meollo, ¡a lo mejor es que lo hacen aposta! Vamos a ver, estar en la oposición es un chollo y gobernar, un rollo. En la oposición puedes prometer, ¡y prometes! En el gobierno tienes que ser borde, decir que no y envainarte tus promesas anteriores.
Cuando estás en la oposición no te comprometes con nada ni con nadie, eres como un adolescente granuloso que no sabe todavía si le gusta la carne o el pescado, ni qué carrera va a estudiar, ni qué deporte practicar, ni en qué trabajar. La vida se te ofrece con sus tiernos racimos, el mundo está a tus pies y gritas en la proa del Titanic ¡Aimzeking ofzeuold! A medida que vas eligiendo un camino renuncias a los demás. Si al final eres bombero, no serás abogado ni fontanero; si te decides por las señoras, renuncias a los señores, y así todo. Madurar es decidir, y decidir es renunciar. Para gobernar hace falta madurez, capacidad de decisión. Te casas contigo mismo, te comprometes con tus propias decisiones. Cada euro que gastas en un Ministerio se lo quitas a los demás, cada decisión que adoptas te resta margen de decisión. Entiendo perfectamente que la gente inteligente como Rajoy y Arenas no quieran ganar. Ganar, ¿para qué?
La mayor parte de nuestras Taifas están ya muy desfondadas como para emocionar a posibles candidatos. ¿Y que me decís de Moncloa? Con tantas competencias transferidas, al Gobierno le queda muy poco margen presupuestario para sus políticas y casi todo se va en sueldos y pensiones, gastos ya requetetasados y presupuestados. Pensad que Zapatero y su pandilla han inventado un nuevo tipo de agujero negro, capaz de zamparse galaxias enteras. Stephen Hawking y Roger Penrose le dedican al Z-Hole un artículo espectacular en el Scientific American.
El código civil acepta que renuncies a una herencia gravosa, pero en política eso no es posible, y pudiera ser que si los populosos ganasen las elecciones se encontraran paralizados por un déficit inimaginable y que al final su capacidad de decisión en términos económicos se redujera a estudiar si para celebrar su victoria es más apropiada una bolsa de kikos que una de pipas. El presupuesto no da para más.
Puesto que al PP le interesa perder, tiene que pactar. Como soy tan aburridito y ñoño me hubiese gustado un pacto PP-PSOE para reformar la Constitución, renunciar al cachondeo autonómico, a sus pompas y a sus obras, reducir el Estatut a su natural vocación de papel higiénico; un pacto para que la única lengua oficial de España sea el español y si quiere alguien traducir a las lenguas inútiles el reglamento A123/2007 regulando la castración de mosquitos con guantes de boxeo, pues que se lo pague con su dinero, no con el mío. Incluso me hubiese creído un pacto de estabilidad que enfocara la reforma de las Cajas Saqueadas que antaño fueron de Ahorros. Pero todos esos pactos posibles son en el fondo demasiado sencillos y serios como para interesar a los responsables del demenciato. Al Pequeño Timonel lo que le pone es el intercambio de embajadores entre Madrid y Barcelona y ese tipo de cosas con las que el pobre se entretiene. En el fondo de su corazón, a nuestro Líder Mínimo lo que le hubiera hecho ilusión era ser emperador de Centroáfrica, o rey de Patones ¡que sí! ¡Que lo conozco!
En una sola semana nos enteramos de que la fundación presidida por un Ministro de Justicia financia la mezquita de un imán que propone la lapidación y la mutilación judicial y que la Sra. Ministra de Igual Da, doña Bibiana la Feticida propone el burka como arquetipo de libertad femenina. Supongo que en breve la ministra de Sanidad dirá que la mutilación del clítoris es algo saludable y evita que a las jóvenes les salgan callos en el índice, se queden ciegas o se les seque la médula. Entonces, puesto que el plan secreto de Génova consiste en asegurarse de perder las próximas elecciones ofreciéndole un respiro al actual Gobierno, ¿qué pactar? ¿sobre qué bases? ¿A qué tipo de acuerdo puedes llegar con una pandilla de trastornados?
Reconozco que carezco de imaginación, y la verdad no consigo que se me ocurra de qué podría hablar una persona normal con la zapagente; pero por mi patria estoy dispuesto a los mayores sacrificios así que el otro día fui a ver a Mirameba a su celda de Ciempozuelos.
Cinco horas, cinco, estuve aguantando al pobre Paco. Trescientos minutos durante los cuales tuvo Mirameba tiempo para sonreírme, contarme su última tertulia en el Ateneo, declamar el Discurso de Logroño, tirarme cáscaras de plátano, recitarme sus últimos haikus, regalarme su vieja colección de cromos Bimbo, acusarme de habérsela robado, tratar de seducirme con el encanto de sus bigotes almidonados y presentarme su obra maestra, la Oda al Zapatero: Mirameba ha clavado en la pared de su celda todos los zapatos que ha ido robando por el manicomio; ahora entiendo por qué el Director y los celadores andaban descalzos...
A pesar de esos rasgos tan originales, Mirameba es un gran cerebro ante Dios y ante la Historia, y como su corazón distila miel y rosas, no dudó en ayudarme a planear la base del Gran Pacto entre Génova y Ferraz. En aras del realismo, reproduzco el diálogo que mantuvimos apuntando a las posibles soluciones
LE -Maestro reverenciado, el PSOE quiere quitar los crucifijos y el PP no. ¿Sobre qué base llegar a un acuerdo?
FM -Querida acémila, las opciones son evidentes. Puedes quitar uno de cada dos crucifijos, o bien partirlos todos en dos. Pero teniendo en cuenta la pasión de doña Bibiana por el burka, lo mejor es no quitar ningún crucifijo pero eso sí, los cubrimos todos con un velo.
LE- Luz de Occidente, me deja asombrado como siempre; ¿y qué me dice del aborto? No sé si al PP le molestará que sigan cortando niños a cachos porque a ellos también les iba la marcha, ¿no? Si por algún raro prurito el PP quisiera pactar el aborto con el Sr. Zapatero, ¿cuáles serían los términos de un acuerdo duradero?
FM - Es evidente, gordísimo amigo, que la solución nos la da el fútbol con sus sabias enseñanzas: antes de trocear a la criatura, echamos al aire una moneda, y si sale cara -la de don Juan Carlos, para más señas- lo despedazamos; y si sale cruz, lo indultamos, como a los toros.
LE -Siento pródromos epilépticos ante la sublimidad de vuestro ingenio, don Francisco, ¿y qué me dice del Plan Hidrológico Nacional? Fue la primera ley que se cargó el Sr. Zapatero; ¿no le parece a Vuestra Infinitud que podría llegarse a algún pacto en este asunto, como símbolo de reconciliación y gratísima sodomía entre el PP y el PSOE?
FM- Judas a tu lado contando 30 monedas era un modelo de fidelidad... ¿No recuerdas, consumado hipócrita, que hace años que propuse la solución de ese mismo problema? ¿No recuerdas, monstruo de doblez que en lugar de hacerme caso me encerraron aquí? ¿Que fuiste tú quien me denunció? La raíz del problema es la misma que la de la solución. El PSOE no quería que se trasvasara agua, y el PP quería construir los elementos del trasvase. Pues haremos lo uno y lo otro: construímos las tuberías, pero en cada una de ellas hacemos un gran agujero, y todos contentos.
LE - Sibilino arúspice, es tal el placer que experimento al oíros que no siento las piernas; decidme, don Francisco, se habla mucho de un posible pacto educativo. Recuerdo que el PSOE se cargó la ley del PP que quería enseñar idiomas útiles a los niños, y no sólo rebuznos autonómicos. ¿Vd. qué piensa del asunto?
FM- Mira, cacho melón, es algo tan sencillo que hasta a ti se te podría ocurrir. De lo que se trata es de que los del PP se salgan con la suya -enseñar inglés y algo de francés- y los del PSOE consigan que no sirva para nada. La solución perfecta y evidente es que a los niños les enseñes inglés, sí, pero sólo los verbos, y a las niñas francés, pero sólo los sustantivos... ¡A tí nunca se te hubiera ocurrido!
LE- Pues no, la verdad...
FM- Por eso a mí me van a nombrar en breve ministro de la Zienzia en este gobierno y la oposición me va a ofrecer, al mismo tiempo, ser Jefe de Campaña en Génova. ¡Y a ti no! Que yo atino y tú te pierdes, Luis, te disuelves, te desvaneces...
No quiero alargar esta entrada con más detalles del Pacto de Mirameba, que el PP haría bien en estudiar a fondo y en suscribir. Claro que a lo mejor el PP pierde sin necesidad de ningún pacto. Si se confirma el crecimiento de UPyD, nada impedirá que Caperucita Rosa llegue a un acuerdo con el lobo Ferraz, repartiéndose la cesta y poniendo a la abuelita Genobabas en una residencia.
¡Desde que te han regalado el carnet de conducir estas hecho un crack, tocayo!
ResponderEliminar¡Chapeau!
Y la pregunta es: dilecto Kalikatres,¿A quién coño le importa lo que que hagan o dejen de hacer los listos de las listas del pipí(en inglés)?
¿Para cuando el Partido del Margen, en el que algunos llevamos militando desde el tiempo en que no existía la palabra "formatear"?
Buen artículo, que refleja algo que cada vez es más evidente.
ResponderEliminarEn fin, que creo que lo que nos gustaria a todos es que la izquierda fuera realmente de izquierda y la derecha lo mismo, en vez de esta gilipollez reinante e imperante que las iguala cada vez más en la más profunda ineptitud e inoperancia ante los problemas reales.
Se están cargando la democracia, y no sólo en España, y a nadie parece importarle.
Pues vale...
Casandrín de los mares
Divertido y original, como siempre. Enhorabuena, Luis.
ResponderEliminarSi traducimos tu artículo a mi poco ingenioso verbo, me atrevo a apuntar unas cuantas ideas:
1- El PP se equivoca en plantear, aunque sea con la boca pequeña, una estrategia de pactos con los socialistas.
2- Estos pactos podrían traer aparejada una derrota electoral para el PP en próximos comicios.
3- A la mayoría de votantes del PP le gustarían otros líderes más "ofensivos" para el partido (ofensivos en el sentido futbolístico del término, que jugasen más al ataque, vamos, y menos al Don Tancredo).
Pues bien, respecto a los puntos 1 y 2 estoy muy de acuerdo con el primero y en parcial acuerdo con el segundo. No creo que se deba pactar con quien se está hundiendo ¿para qué? Si el pacto sale bien los socialistas sacarían pecho en el que colgarse la medalla. Si, por el contrario, saliese mal el único culpable sería el PP. En ningún caso el PP popular tiene nada que ganar aunque no creo que pactar resulte irremisiblemente un sinónimo de derrota electoral.
El punto 3 es más complejo de analizar. Es cierto que a quien es votante convencido, simpatizante o afiliado del PP, le gustaría una postura más enérgica entre nuestros líderes. Sin embargo, la masa indecisa, ése 25 o 30% del electorado que decide gobiernos con sus votos o abstenciones, prefiere una "derecha light", con una imagen de moderación y falta de dureza. A la postre se trata de un tema de imagen y estrategia electoral. Y ya sabes que yo lo he planteado en más de uno de mis artículos aunque siempre en interrogante ¿es mejor mostrar una imagen blanda y amable y tener más posibilidades de ganar unas elecciones o es preferible mostrar tus principios con claridad y energía y que te vote quien te tenga que votar? Muchas respuestas, amigo.
Un abrazo.