De niño me hacía gracia aquel Don Cicuta interpretado por Valentín Tornos durante la primera etapa del Un, Dos Tres. Don Cicuta venía de Tacañón del Todo: ¡gente recia!; se alegraba cuando los concursantes se equivocaban y se ponía muy malito cuando se llevaban los premios gordos...
La verdad es que ahora mismo necesitamos ahorrar y Rajoy debiera crear la Orden de Don Cicuta, para los responsables de administrar los caudales públicos que mejor sepan evitar gastos superfluos. Ahorros y recortes son las palabras de moda, y responden no a un capricho sino a una necesidad de supervivencia. Pero debemos andar con cuidado, a la hora de saber en qué ahorrar y cómo recortar. Y como la política me aburre mucho, voy a daros un ejemplo de altos vuelos, el de Ryanair y su presidente.
Aviones sin copiloto
El presidente de Ryanair, Michel O'Leary es un histrión en la línea
de Trimalción, y sigue la estela de Jesús Gil: no le importa que hablen de él como un payaso a condición
de ganar millones por un tubo. Es decir, que no está loco en absoluto, sino que pertenece al Club de los Listillos, porque cuando las chorradas se traducen en una fortuna personal de 500 millones de euros, ¡no debes ser tan tonto!
Desde hace una temporada, el Sr. O'Leary habla de abaratar
todavía más los vuelos consiguiendo que los pasajeros vuelen de pie, que
paguen por usar el baño o suprimiendo el copiloto.
Podríamos realizar un concurso de ideas sobre nuevas líneas de negocio a partir de esa mentalidad: venta
de pañales para evitar usar el baño, la posibilidad de atar pasajeros a
las alas del avión o de ahorrar en neumáticos haciendo que
frenen los propios pasajeros con sus tacones, como el troncomóvil de
Picapiedra.
Las
originales declaraciones del Sr. O'Larry no me molestan especialmente,
me limitaré sencillamente a subarayar que ABC publicó en su versión
electrónica (puede leerse aquí)
que un avión de la compañía pública checa Czech Airlines realizó ayer
miércoles un aterrizaje de emergencia en Praga después de que el piloto
se desmayara y muriera durante el vuelo. El avión, que realizaba un
vuelo regular entre Varsovia y Praga con 46 pasajeros a bordo, tomó
tierra gracias al copiloto y nadie resultó herido. La seguridad de los
pasajeros no estuvo en riesgo. El aterrizaje lo realizó el copiloto, sin
complicaciones pero no se pudo salvar la vida del capitán. Si ese avión no hubiera llevado copiloto, ahora hablaríamos de 46 muertos y como los aviones no caen siempre donde quieren imagínate que se estrelle, por ejemplo, en el corazón de Praga. ¡Brillante!
Moraleja: ahorra dinero en los panchitos, pero no en la seguridad.
Extensión: se puede prescindir de lo superfluo pero no de lo esencial. Ese es el mensaje que
debe transmitir nuestro Gobierno y esa es la política que debe seguir.
Amén.
ResponderEliminarVe con Dios.
EliminarAl ¿señor? O'Leary se le acabará la guasa el día que uno de sus aviones se estrelle. No es un deseo, es una cuestión de estadística. Ya le han sacado los colores incluso con el combustible que carga en sus aviones, que es el justito, para así pedir prioridad en los aterrizajes, aunque no sé si seguirá tentando a la suerte en este sentido.
ResponderEliminarYo, por si acaso, no vuelo en Ryanair.
I agree la totalidad.
ResponderEliminarUna notita a propósito de listezas y millones.
Que este capullo haya amasado, o amase todos los días, una fortuna de millones de euros puede analizarse y concluirse como tú lo haces; ...a pesar de parecer gilipollas este tío debe ser una lumbrera ya que se ha hecho riquisisimo.
O también, ...esto demuestra que el hacer millones no tiene como premisa ineludible el tener el cerebro más desarrollado que el de un berberecho.
Esta segunda es la buena respuesta, mal que le pese a D. Cicuta.
Así que pilla la lana y vamos que nos vamos.