Vuelvo a ocuparme de mi blog

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LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

lunes, 1 de julio de 2013

Las drogas son para los cobardes

Ahondar en tus pensamientos, en tus sentimientos. Pensar y sentir. Quitarte la correa, el collar y el bozal.
Despelótate. Desnúdate de prejuicios, despójate de tus miedos de todas esas hojas viejas que disimulan quién eres tú.
Tienes miedo a las preguntas; razón de más para hacértelas. Te asustan las respuestas y te olvidas de que la peor verdad siempre valdrá más que la mejor de las mentiras. No puedes permitir que el miedo a la vida te prive de vivirla. ¿Tienes miedo de descubrir quién eres? ¡Menuda tontería! Serás quien quieras ser. Los papeles no están repartidos para siempre, y además, cambian con cada obra...
Así que hazme un favor, aparca las drogas y el alcohol, no me hables de las virtudes de la ayahuasca, esa droga para pijos, ni del blanco polvo que disuelve tabiques nasales o de las hojas milagrosas de los porreros. Guárdate tu propaganda de mierda y la mierda de la que haces propaganda.
Consumir cualquier tipo de droga es una confesión de impotencia y debilidad: te escondes en la droga. Las drogas no son para los jóvenes, para quienes pueden modificar su vida y adaptarse a los problemas; las drogas son un regalo de Dios para el enfermo terminal, el que sólo puede esperar y desear otro mundo mejor porque éste se le acaba ya y entre dolores. Un cáncer te devora, te quedan tres semanas antes de que las células malignas derroten los últimos esfuerzos de los médicos, pues tómate lo que quieras hombre… Pero que un chaval como tú se esconda de la vida, es de gallinas.
No busques fuera lo que tienes dentro. Bebe agua, haz deporte, lee libros. Déjate fluir... En un momento dado descubrirás lo que tengas que descubrir. Y seguirás adelante.

1 comentario:

  1. ¡Feliz verano querido tocayo! Hace tiempo que no visito esta estancia de tu existencia, y me encuentro con la mayor densidad de verbos en modo imperativo que no oía desde que decidí apagar la radio, cuando la voz del patrocinador inicia su tabla de ordenes perentorias en segunda persona del singular. Llama, toma, ven, acude, organiza, entra, súmate, bebe, come, compra, bla, bla , bla...

    Mí larga y gozosa experiencia de la vida me aconseja no aconsejar, desde hace que uso pantalón largo, y si mi incorregible manía de de decir cosas me empuja a ello, uso un recurso infalible. La sugerencia. O mejor, LA sugerencia.

    En el caso del tema que has expuesto hoy, tal vez mejor que ninguna otra ocasión, esa sugerencia es: procura informarte. La información te puede proporcionar unas ayudas a la decisión, que aproximan la voluntad a la realidad.

    Y cuando hayas decidido, la sensación de libertad estará en proporción directa de tu responsabilidad respecto de las consecuencias de esa decisión.

    Ninguna decisión, que únicamente te afecte a ti como individuo, será más buena o más mala que lo que tu juicio establezca. Tus miedos son uno de los pocos privilegios que posees en exclusiva, aunque sepas que estás rodeado de seres que los padecen igualmente, aunque cada uno los suyos. No enfrentarte a ellos es una decisión tan legítima como hacerlo. Aunque mi experiencia me ha enseñado que esa ha sido siempre la peor opción, en mi caso.

    Las drogas suelen ser un refugio muy caro. Y lo dice alguien que sabe de lo que habla. La risa es uno de los pocos recuerdos que prevalecen de mis experiencias. Pero también me reía con los Marx Brothers.

    Tuve la suerte de desconfiar de los paraísos químicos, casi al mismo
    tiempo y por razones muy parecidas, tanto como de los paraísos políticos, cuando el poder de la imagen debida imponía esa clase de liturgias.

    Lo que viví lo viví, y el balance da beneficios. Pero no le vendo nada a nadie, y no por la supuesta falta de generosidad de un individualista egoísta, como diría don Karl de mí actitud. No lo vendo como no puedo vender mi cabeza nada de lo que contiene.

    En todo caso, lo regalaría, siempre con la honesta advertencia
    de un..."¡Allá tú...!"

    No me tomes esta impertinencia como una lección de nada, mi homónimo predilecto. Simplemente, hoy me dado por ahí.

    Un fuerte abrazo desde este maravilloso Roussillon.

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