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LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

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jueves, 20 de febrero de 2014

Facilitar la adopción del inmigrante

Estoy cansado de ver las playas de Europa convertidas en camposantos de desgraciados que se ahogan al intentar llegar al paraíso. Y más cansado todavía de oír sermones por parte de quien menos derecho tiene a darlos. En españa la expresión "soy un hipócrita" la podríamos conjugar a todos los tiempos: presente, pasado, futuro, condicional, subjuntivo y sobre todo al incondicional progresivo, que es el tiempo verbal en el que viven los progres, que sin haber dado nunca ejemplo de nada a nadie pretenden darnos lecciones a todos.
El drama de la inmigración ilegal sólo se puede resolver con una mezcla de palo y de mano tendida.
El palo para todos los ilegales. No sólo el palo literal para los que intentan entrar sino el palo legal: el mensaje debe ser clarísimo: si entras ilegalmente en la Comunidad, NUNCA serás un ciudadano europeo, NUNCA tendrás derecho a la asistencia sanitaria, a la educación ni a nada. Tu destino y el de tus hijos será el de ser un paria, esconderte hasta que te echemos el guante encima y te expulsemos del paraíso.
Luego está la política de mano tendida. Se puede permitir la inmigración pero siempre supervisada. Las leyes de Roma permitían la adopción de adultos. Me parecería bien que la ley permitiera que un español adoptara a emigrantes adultos, una adopción si se quiere, menor; que sea temporal, por ejemplo con una duración de diez años, que no implique derechos sobre la herencia o cambios de apellidos. El adoptante se responsabilizaría de los actos del adoptado como si de un hijo se tratara.  Le enseñaría a leer y escribir nuestro idioma, a arreglárselas en la gran ciudad, le buscaría un trabajo, una ocupación, le pagaría una asistencia sanitaria. Al cabo de diez años, si el adoptado no ha conseguido integrarse, un trabajo, etc. podría renovarse el compromiso.
Lo que no es de recibo es pretender que toda África y media Asia se instalen en España o el resto de Europa. Permitir la inmigración ilegal supone que un día, en la casa de todos que es la calle, que es la Seguridad Social, se nos instala gente que no sabe hacer nada, que no aporta nada, tíos que acabarán de gorrillas y molestando.

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