Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

Mostrando entradas con la etiqueta anasagasti. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta anasagasti. Mostrar todas las entradas

martes, 24 de junio de 2014

Alberto Solá, ¿rey de España?

La monarquía es una institución milenaria que hunde sus raíces en los profundos armarios del tiempo. Reposa sobre pilares que se llaman Historia y Tradición, y sin duda su popularidad como sistema de gobierno se basa en los cuentos de hadas, como ya decíamos aquí.
Hoy día, lo más monárquico que hay en España son los niños las vísperas del 6 de enero, los jugadores de Mus y las niñas que quieren ser princesas.
Si quitamos esa carcoma sentimental que se asienta en elementos irracionales, si tratamos de racionalizar la Monarquía, despojándola de cualquier elemento mítico o místico, la dejamos desnuda, inerme, sostenida sólo por textos legales que suelen ser mucho menos serios y mucho más endebles que la fe de los niños; con los niños siempre puedes contar; con los juristas no. Y las leyes las hacen legisladores que son humanos -demasiado humanos- y cometen errores garrafales.

El Título II de la Constitución
Por ejemplo, la Constitución española vigente de 1978 se redactó mal y se pensó mal. Tiene flecos increíbles...  Echemos un vistazo al artículo 57.1:
La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don  Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos.
Nada diré aquí acerca de la peligrosa coletilla "legítimo heredero de la dinastía histórica" de la que ya traté en su día y que pretendía reafirmar los derechos de don Juan Carlos frente a la evidencia de la Historia: que era el sucesor de Franco. Resulta obvio que no se puede compatibilizar la Constitución con reglas extraconstitucionales o preconstitucionales en aquellos puntos que contradicen nuestra magna carta, que, por si hubiera alguna duda, incluye una expresa Disposición derogatoria.
El reproducido artículo 57.º1 nada dice o precisa respecto a que el sucesor lo sea en virtud de matrimonio o por cualquier otra circunstancia, como la de hijo natural -reconocido o no- o adoptado. Piénsese en lo mal redactado que está el Título II, que ni siquiera previó que sucedía si el Rey decidía adoptar a alguien mayor que el Príncipe de Asturias, por poner un sencillo ejemplo... En su día abogué en la obra Nuevos y viejos problemas en la Sucesión de la Corona Española por una reforma constitucional que resolviera las dudas creadas por la pésima concepción y redacción de nuestra Ley de Leyes. Obviamente, no me han hecho caso...

La igualdad constitucional de los hijos
El artículo 38.2 de la C.E. dice:
"Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de los hijos, iguales éstos ante la ley, con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil. La ley posibilitará la investigación de la paternidad".
Añadiremos que esa previsión de la Constitución nos parece acorde con la justicia humana y, sobre todo, con la caridad cristiana. Demasiadas lágrimas han tenido que verter los hijos naturales, los bastardos olvidados, los pobres patitos feos que nunca pudieron decirle "Papá" a su padre...

Fuente: Nieuwsblad
El caso de Albert Solá
Cuando hace quince años publiqué mi modestísimo estudio, evoqué los problemas que se podían presentar y que, de hecho, se han presentado. Ignoraba en aquel tiempo que existiera un señor llamado Alberto Solá que dice ser hijo de don Juan Carlos. El Sr. Solá había solicitado de los tribunales la investigación de su paternidad, pero hasta hace unos días don Juan Carlos era inviolable. Me entero por la revista digital Vanitatis, de que ayer se presentó una ampliación a la demanda, que publica El Confidencial (ver aquí). El Sr. Solá y una supuesta hermanastra suya -otra teórica hija del pasado Rey- figuran en una foto del diario belga de lengua flamenca Nieuwsblad y en otros medios europeos. La historia del Sr. Solá, tal y como se cuenta, es un culebrón:
Capítulo 1. Noche de amor entre un joven don Juan Carlos y una señorita bien, como se decía antes. Capítulo 2. Nace un fruto de ese amor. Capítulo 3. El niño es entregado en adopción. Capítulos siguientes: la aventura del Sr. Solá para determinar la verdad, su búsqueda de documentos, de testimonios... Todo parece tan literario, tan emocionante, tan seductor que parece incierto. Pero, ¿y si fuera verdad? Porque la historia de Jeromín es todavía más rara, y sin embargo es verdad de la buena. Si algo caracteriza nuestra Historia es la ocurrencia de acontecimientos imprevistos e inverosímiles...

El Sr. Solá puede investigar su filiación
La Constitución, como hemos visto, exige que la ley posibilite la investigación de la paternidad. El Sr. Solá pretende que los tribunales le permitan averiguar si sí o no el pasado monarca es su padre. Durante los dos últimos años, este Sr. no ha podido ver satisfecha su demanda en virtud de una interpretación sui generis del precepto constitucional de que el Rey goza de inviolabilidad: el artículo 56.3 dice que "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. [...]"
Pero don Juan Carlos ya no es el Rey. Y el decreto que se pretende votar ahora para preservar ciertas inmunidades al Rey no tiene la categoría jurídica de la Constitución. Ningún juez puede negarle al Sr. Solá el derecho a investigar su paternidad. ¿Que a lo mejor resulta que todo es una invención y que el Sr. Solá no es hijo de don Juan Carlos? Pues un problema menos. Pero no podemos estar pendientes de que aparezcan nuevos hijos reales o imaginarios.

Foto: Casa Real
Hay otras formas de investigar la filiación
Por otra parte, la colaboración del pasado monarca es lo de menos. En el supuesto de que los genes del Rey no estuvieran disponibles por el motivo que fuera, la paternidad podrá determinarse de otra forma. Quizá el Sr. Solá pueda contar con la ayuda de otros parientes cercanos del monarca. Por ejemplo, supongamos que la infanta Cristina se hubiera sentido afectada por el trato recibido por parte de su real hermano. ¿Quién nos dice que un día no llame al Sr. Solá y le diga, "Oiga, me gustaría saber si Vd. y yo somos hermanastros"? Hay muchas formas legales y biológicas, directas e indirectas, de probar un parentesco...
Quizá la supervivencia de la Casa Real exija que doña Cristina no renuncia a su aforamiento porque ella y sus hijos poseen un patrimonio más valioso que todos los negocios de Noos; me refiero a sus genes, de los que podrían servirse terceros para demostrar su parentesco con la Familia Real. Si la Familia Real, en nombre de la Justicia, excluye a doña Cristina, ¿por qué se iba ella a negar a colaborar con la Justicia? Y quien dice doña Cristina dice otros miembros de la familia.

¿Y si el Sr. Solá es hijo de don Juan Carlos?
Si el Sr. Solá resulta ser hijo de don Juan Carlos, resulta obvio que es el sucesor de don Juan Carlos puesto que nació antes que don Felipe. Y debiéramos considerar la posibilidad de que reinara en España el rey Alberto. Realmente no se podría invocar ninguna razón jurídicamente válida para saltar por encima de esa circunstancia.  En este supuesto, el Sr. Solá en su calidad de hijo podrá usar, como usa su todavía hipotético tío Leandro, el apellido Borbón.
Como el Sr. Solá no ha recibido ninguna formación como futuro monarca, quizá nos ahorráramos muchos problemas si se le hiciera una buena oferta para renunciar por sí mismo a sus posibles derechos, siempre y cuando él mismo no tenga descendientes que vinieran a complicar el asunto todavía más. Se le podría ofrecer una generosa indemnización y un título nobiliario.
Pero si rechaza cualquier oferta, no hay forma humana de evitar que don Felipe vuelva a ser Príncipe de Asturias -siempre que no tenga sucesores, el Sr. Solá- y que don Alberto se convierta en Rey. Esa perspectiva la defiende el separatista vasco y Senador en ejercicio Sr. Anasagasti en su blog (ver aquí).

¿Felipe el Constitucional o el Brevísimo?
Hace unos días Felipe VI juraba sin crucifijo el texto de la Constitución. Lo de quitar el crucifijo se hacía en aras de la aconfesionalidad del Estado y el puntilloso ajuste a las normativas. Vale; aceptamos pulpo como animal de compañía. Pero si nos fumamos las tradiciones en nombre de la legalidad constitucional, entonces Felipe VI, que parece querer pasar a la Historia como Felipe el Constitucional, a lo mejor será el más breve monarca de nuestra historia puesto que esa Constitución que tanto valoramos todos está diciendo claramente que, caso de tener un hermanastro mayor, estaría usurpando la función regia...
Por mucho que algunos medios no quieran abordar el tema, habrá que resolverse a hacerlo. Por ejemplo, hace unos días, Elia Rodríguez y María Díez me entrevistaron sobre esa cuestión en Esradio (se puede oír aquí).

La reforma del texto constitucional
Aparte de poner parches a la situación en forma de soluciones privadas como brindarle al Sr. Solá -si realmente es hijo de don Juan Carlos- la posibilidad de renunciar a sus derechos por el bien de todos, la  única solución razonable pasa por la reforma del texto constitucional. Lo cual no está exento de problemas. Cuando hace quince años sostenía la necesidad de modificar la Constitución en este sentido, añadí lo siguiente: 

El problema máximo que supone tocar la Constitución es el mismo que presidió a su elaboración: la cuestión nacionalista o la actitud republicana de una fracción de la izquierda. Se tiene miedo a cambiar la Constitución. Se tiene miedo a hablar de cambiar la Constitución. Se tiene miedo a mencionar cualquier cosa que afecte a la Corona y a la concepción del Estado. Quizás ese miedo no es infundado. Y por eso el tiempo pasa sin que se resuelva una cuestión tan importante como la de asegurar la Sucesión de la Monarquía.
El tiempo, por desgracia, me ha dado la razón. La verdad, este asunto es tan grave que me encantaría equivocarme. A nadie le gusta el papel de Casandra.

lunes, 30 de agosto de 2010

El censor de blogs


¿Sobrevivirán los blogs a las tentativas de intimidación?

Origen de la censura
El miedo a la letra impresa surgió con el invento de la Imprenta en los países del Rhin. El descubrimiento se atribuye a Gutenberg, pero quizá hubo otros coetáneos suyos que también tuvieron un papel importante en el asunto. Gutenberg no era ningún tonto y sabía cómo se las gastaban Los Que Mandan, así que su primer libro fue un ejemplar de la Biblia, por si las moscas. Si se le hubiera ocurrido publicar otra cosa quizá lo habrían quemado en la plaza pública...
En el mismo momento en que surge la posibilidad de crear algo parecido a una opinión publicada, los amantísimos reyes, bondadosos pontífices y demás autoridades preclaras se tomaron la molestia de legislar al respecto: no vayáis a pensar que se les ocurrió algún plan para alfabetizar al personal, no. De lo que se trataba era de prohibir que los pocos que supieran descifrar garabatos pudiesen leer algo que a ellos no les gustara.  En España la primera pragmática sobre control de material de impresores es de los Reyes Católicos, de 1503, y la publicó hace ya tiempo Carlos Sanz, que se pasó media vida dando a conocer los documentos más importantes de nuestra Historia Moderna.
Hace poco pude consultar en  el AGA de Alcalá de Henares el expediente de Censura sobre el clásico de Juderías, La Leyenda Negra, y me sorprendió comprobar lo organizaditos que estaban los censores franquistas. Tenían unas fichas preimpresas donde con sólo marcar cruces podían determinar si un libro era contrario a la moral, a la religión católica, a las autoridades, etc. El investigador Paco Rojas se pasó años trabajando con esos expedientes en el marco de sus trabajos doctorales y publicó al respecto un artículo muy interesante cuya lectura recomiendo vivamente (ver aquí).

La revolución de los blogs
Los blogs o bitácoras son un instrumento extraordinario que nos permiten dar a conocer ideas y pensamientos de un modo instantáneo. Los blogs están abiertos a todos, son universalmente accesibles, pero en realidad tienen una dimensión personalista, casi íntima. Te leen amigos o conocidos que saben que existe tu blog en función del bombardeo al que sometes su correo. Le escribes al amigo "he colgado un artículo en tal enlace"  y el amigo te leerá o no, pero por lo menos puede leerte con un solo clic de ratón.
Es una norma no escrita de educación informar a los amigos de que escribes algo -alguno se ofende si no se lo dices a él pero sí a Mengano- pero también es otra norma de educación no pedir cuentas de la lectura "¿Me leíste?" salvo que el contenido le afecte. Luego existen normas de protocolo bloguero, "si yo enlazo mi blog al tuyo, tú enlazas el tuyo al mío", "si yo dejo un comentario en tu blog tú dejas un comentario en el mío", etc.

Creativos y yermos
Los blogs reflejan distintas tendencias; el mío es como yo, más bien carca; tengo otros amigos que hacen blogs más bien de izquierdas o partidarios del nuevo modelo de sociedad con el aborto, la eutanasia y el canibalismo normalizados. Hay blogs sobre prácticamente cualquier tema que se le pueda ocurrir a la mente más calenturienta y me extraña que Mirameba no tenga el suyo.
El blog muchos lo ven como remedo de periódico electrónico o solución de libertad frente a censuras mediáticas: no tengo columna en un periódico así que publico lo que me da la gana en mi blog; en otros casos es más bien una invitación a que otros opinen y en eso se asemeja a un foro.
A todas las distinciones y categorías de blogs podemos añadir que existen esencialmente dos, los creativos y los yermos, en función del ingenio con que se abordan las cuestiones. Existen pocas herramientas como los blogs que permitan de inmediato juzgar cómo escribe alguien y si se le secó el cerebro o todavía le bailan las neuronas.

El blog de políticos, una interesante novedad
En España los políticos están completamente separados del público por estructuras autónomas de poder que llamamos partidos y que se organizan internamente en función de redes de grupos basados en la amistad o los intereses.
Los blogs de políticos son muy positivos porque le permiten al político expresarse de un modo más libre ante un auditorio potencialmente universal pero en el fondo restringido a un grupo de amigos o miembros del partido. A mí los políticos con blog me parecen más interesantes que los demás porque asumen el riesgo de dar a conocer su opinión en un país en que la única forma acreditada de supervivencia consiste en adoptar un tono gris, de no opinar sobre nada y de carecer de cualquier tipo de personalidad. Desgraciadamente, en lugar de fomentarse esa amable forma de difusión de la idea propia, hay quien pretende hacerle pagar al bloguero un precio por sus opiniones. Por eso pocos son los políticos con blog de verdad. Y es una pena porque, si de algo está necesitado el público en España es de un contacto más directo con sus representantes.
La gente más inteligente y menos cerril -suelen ser los mismos- que están en los partidos españoles procuran mantener un blog y valoran esa herramienta.
En el PSOE tenemos, en su página oficial una sección de Blogs del Día donde suelen promocionarse los blogs del PSOE más zapateril, como pueden ser el del ministro José Blanco  -el más entretenido de la línea monclovita- pero hay muchos más blogs socialistas como el de Luis Solana, a veces muy interesante, o el de la doctora Sánchez Carazo que además de los temas políticos habituales se preocupa por cuestiones tan simpáticas y necesarias como la accesibilidad.
El PP en su día quiso controlar una serie de blogs que pertenecían a dos familias de partidarios, los blogs anti-zp que florecieron sobre todo entre 2004 y 2008 y los blogs pro-Rajoy. Ese deseo de control supuso la auto-liquidación de la segunda de las plataformas. Ahora los de Génova tienen una plataforma y una más variada blogósfera en la que se expresan algunos destacados ex-ministros, diputados o senadores y en Madrid otra ágil plataforma que combina blogs de autor, nacionales y madrileños vinculados todos al universo pepero.
Personalmente pienso que los blogs más interesantes del Partido Popular son los de personalidades con amplia experiencia de comunicación como García Gay, cuya bitácora ofrece una vitalidad de la que carecen otras porque trata de cuestiones sociales, humanas y personales mucho más allá de la política misérrima del quítate tú que me ponga yo que parece ser el alfa y el omega de nuestros representantes. También tenemos blogs destacados en otros partidos, como el de Rosa Díez y el de Anasagasti.

Los negros de blogs
Una de las características de los blogs es que deben ser renovados con cierta frecuencia para mantener el interés y el elemento característico de todos los políticos es la ausencia de tiempo. No sé qué súcubo, íncubo o cabronazo al cubo les hace la agenda a los políticos que consigue tenerlos ocupados desde la aurora hasta la noche y no tienen ni tiempo de leer. Contaba Leopoldo Calvo-Sotelo, hombre leidísimo y cultísimo, que cuando dejó Moncloa tras año y medio tuvo que "reaprender a leer" con novelas policiacas porque el tiempo que estuvo allí no tuvo la oportunidad de entregarse al placer de la lectura. Había perdido el hábito.
El político se alimenta de "actos", de los que algo más del 99% son completamente prescindibles pero que su entorno y él mismo se convencen de que son in-dis-pen-sa-bles.
Si les falta tiempo para leer, imaginaos si tendrán tiempo para escribir. Así que ha surgido un nuevo oficio, el de negro de blog, equivalente al ghost writer polanskiano que escribe lo que su jefe firma como el becario en las redacciones de prensa. Naturalmente cuando eres negro no te esmeras, y si te pagan por ello o recibes alguna compensación lo que no quieres es meter al jefe en líos. De ahí que muchos blogs de políticos sean insufriblemente aburridos porque los supuestos autores  quieren limitarse a cumplir con cierta cantidad de líneas diaria pero no quieren problemas, así que podan todo aquello que pudiera hacer interesante su texto. No vierten una sola opinión divertida o imaginativa sino que incurren en ese error tan español de pensar que la seriedad se mide en unidades de tedio y si les aplicaras el coñazómetro seguro que se disparaba la aguja.

El censor de blogs, una nueva especialidad
Cada tecnología ha desarrollado su propia Censura. Cuando se inventó el cine, surgió la censura de las películas, luego se desarrolló la televisión y surgió la censura televisiva como la que ejerce ahora el Ministerio de la Verdad del Gran Inquisidor Sebastián. Y con el desarrollo de los blogs hemos visto surgir una nueva especialidad que es el censor de blogs, que se dedica a censurar blogs. No me refiero a la censura oficial que como en China o en Cuba mete en la cárcel a cualquiera que piense distinto, sino al otro tipo de censura que nace de la tentativa de intimidación. De lo que se trata es de coartar la libre expresión del bloguero, invadiendo el espacio de comentarios, insultando o criticando al autor o supuesto autor para convencerlo de mantener una línea entre mierdosa y nebulosa, ese gris más allá de lo gris que caracteriza todo lo oficial en España. Un medio señala el blog de Fulano, "el diputado Fulano dice en su blog que tal e incluso cual". Automáticamente, una cierta cantidad de desocupados van al blog de ese señor y le insultan.
Eso mismo está ocurriendo ahora con los blogs de dos personalidades del Partido Popular, Opinión en Vanguardia, del diputado regional madrileño Juan Soler-Espiauba y Political Incorrectness, del concejal madrileño Ángel Garrido.
Ya veremos si con el tiempo los políticos son capaces de apostar por la comunicación directa o acaban acobardándose y retirándose como caracoles en la conchita.
Sería una pena.