Vuelvo a ocuparme de mi blog

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LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

sábado, 7 de mayo de 2011

Saber creer

Madrid amaneció hoy castigado sin su cielo azul. Ayer decían los sabios que iba a llover mucho, muchísimo. No se han colado del todo, sólo han errado en la hora: a las siete la ciudad se desperezaba bajo un cielo blanco y sucio y hace media hora que empezó el prometido diluvio. En mañanas como esta es cuando vienen los nubarrones íntimos a perturbar la luz interior, y durante unos segundos te da por pensar, manía funestísima de la que siempre es preferible huír.

Aprender a creer
Cuando éramos niños, Papá y Mamá tenían las respuestas, y lo sabían todo; más tarde, para las dudas, estaban los Profesores. Luego creces, la vida se lleva por delante cualquier tipo de seguridad y te das cuenta de que el mar es muy grande, tu barquita muy pequeña y que hace ya mucho tiempo que te quedaste sin anclas. De repente ya no sabes creer. La vida es muda, Dios no contesta. Frotas todas las lámparas buscando genios consejeros, agotas las plegarias, esperas milagros... Pero estás solo, o crees que estás solo.
Desde San Anselmo, cuántos no habrán  reflexionado acerca del Salmo 14,1: Piensa el necio en su interior: "No hay Dios". Bueno, se puede ser muy sensato y muy ateo. Pero en realidad el sensato es el que sabe que la creencia en las cosas importantes -no digamos en Dios- exige un acto de fe, es un triple salto mortal en el vacío.

La ceguera que ilumina
Si te ennovias y te casas, tienes que tener fe en ella o en él, tienes que tener fe en la familia en la capacidad para superar los malos ratos y los tragos amargos. Si inicias unos estudios, si te preparas para una profesión, tienes que tener fe en el sistema económico y en que habrá un futuro para ti. También sabes que puedes llevarte una decepción; pero te arriesgas.
Todo lo importante es cuestión de fe,  la fe es un motorcito que nos permite levantarnos por la mañana y salir a currar o a estudiar porque nos imponemos una obligación: sobrevivir, pagar las facturas. Sin fe en el futuro, no hay presente posible, y la ceguera de la fe nos permite sobrevivir a la realidad, y, además, cambiarla.

El pesimismo es la puerta del fracaso
Os voy a confesar algo: soy un tío raro. Por lo menos en España. Y digo que soy un tío raro porque me confieso demócrata y liberal -debemos quedar tres o cuatro- lo cual no me obliga a gran cosa como no sea pensar que no sólo los demás existen sino que también tienen derecho a existir. ¡Fijatee! Eso significa que creo que la gente es capaz de lo mejor -no solo de lo peor- y que se pueden cambiar las cosas ¡e incluso mejorarlas! Vamos, un revolucionario para lo que se estila hoy día.
El espíritu democrático nace del optimismo, y el optimismo es esencialmente cristiano y por lo tanto occidental; en cambio el fatalismo y el pesimismo son las dos caras de una misma moneda llamada fracaso. El fracaso tiene muchos nombres: socialismo, integrismo, conservadurismo, prohibicionismo; son las doctrinas del miedo. No existe mejor forma de fracasar que renunciar al éxito, que pensar que el fracaso es nuestro destino. Todos los que interiorizan leyendas negras, los que se creen la propaganda negativa, acaban poniéndose ellos mismos la zancadilla, como los eternos perdedores de su provia vida que se obstinan en decir "no podré" y... ¡acaban dándose la razón!
Eso ocurre en el amor: hoy día muchas parejas creen -porque se lo han dicho y lo han interiorizado- que la ruptura y la disolución del amor están en la naturaleza de las cosas. La verdad, es que cuando te lo repiten un número suficiente de veces supongo que te crees cualquier cosa: la base de cualquier creencia, positiva, negativa o del Atleti es la repetición y la autoargumentación. La conclusión del pesimismo es la muerte: los niños troceados en la barriga de sus madres, un país de solteros y amargados, plagado de viejos; un país sin esperanza.
 
El enemigo del espejo
Apuestas por tu vida, por tu amor, por tu fe o bien apuestas contra tu vida, contra tu amor, contra tu fe. Todo es irreal pero lo convertimos en real en virtud de nuestras creencias, hasta el punto de que no resulta difícil incurrir en el solipsismo y pensar que nada existe fuera de uno mismo. Y el solipsismo es un error. La vida es lucha, luego no estamos solos. Al final debes pelear, a muerte; si quieres ver a tu adversario, búscate un espejo.

7 comentarios:

  1. Admiradisimo Luís, pues no señor, yo no me he pasado la mañana ante el ordenador, fuí a pasar la ITV y me cayó el Diluvio Universal bis.
    ¿Atrevida? ¿Inconsciente? ¿Ambas?
    Me maravillas con tu filosofía, que hoy lo es y con profundidad.
    Has empezado con la ausencia de nuestro cielo azul velazqueño, y has continuado, hilvanado un montón de conceptos para terminar con el espejito de marras, yo, hoy, no me miro en ningún sitio no sea que me encuentre con la loca de la casa
    JA JA JA
    BSSSSSSSSSS
    Mª Jesús

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  2. Genuina reflexión matinal de quien piensa mucho y bien. Hay veces en las que es complicado tender al optimismo; leyendo ciertas noticias dan ganas de creer que todo está perdido. Pero no lo está, Luis, simplemente hay que luchar siempre por nuestros proyectos y no dejarse tumbar por las dificultades. España es hoy un proyecto de todos en manos de unos pocos. Y no podemos dimitir de nuestras obligaciones.

    Sé que te gusta el cielo claro de Madrid y, aunque amanezca nublado, siempre termina saliendo el sol... ¿no?

    Un abrazo fuerte, amigo.

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  3. me inspiran tes pensées una visión:

    una ostra generando una perla nacarada
    alrededor de una insidiosa arenilla
    que mortifica sus tiernas entrañas.

    Alberto

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  4. El sábado fue duro. La mañana espantosa. No tienes más que preguntar a los que sufrieron mi curso en Camarma...

    Pero la comida y el sol de la tarde lo iluminaron todo de nuevo. Siempre escampa.

    Abrazos.

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  5. A ver Luis: Si das una patada a una piedra, salen ocho o diez liberales, recuerda que todo el mundo se tiene por progre en casa, en el trabajo, en la tele etc. Progresista RAE: 2. adj. Se decía de un partido liberal de España, que tenía por mira principal el más rápido desenvolvimiento de las libertades públicas.

    Hay personas que dedican toda su vida a identificar y erradicar creencias nefastas, que crean fallos en la razón, en la percepción y mueren sin haber tenido tiempo de hacerlo. Esta disciplina forma parte de la mas modernas teorías sobre inteligencia emocional, y la plasticidad del cerebro y que no son mas que la vieja disciplina implantada hace mas de dos mil años: Nosce te ipsun.
    Nadie resolvió el problema mejor que los estoicos: no creas en nada que no dependa de ti.

    Y francamente, si dependiera de tí, dormiría a pierna suelta.

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  6. Aquellos hombres sabios de la escuela del "Gestaldt" dedujeron que la realidad de la forma percibida dependia de muchas cosas, pero sobre todo de nuestras ESPECTATIVAS. Simplemenete (¡nada menos!) comparamos las percepciones con unos modelos previos que posee nuestra mente.
    La fé en lo que deseas hacer es una cuestion de expectativas. Y luego viene la comparación de lo alcanzado con aquellas espectativas y el gozo o la frustración.
    Pero las famosas espectativas son las contrucciones mentales que nos hacemos para dar forma a nuestros deseos. Sean estos de la naturaleza que sean. Incluso los que más dramaticamente intentan ver algo de claridad la oscuridad circundante. Incluso aquellos que tratan de aproximar sin condiciones al objeto de su Fé, a quien la posee. Como tú.
    ¿Sabes porque creo que pertenezco a esa escasa nómina de los llamados "liberales"?
    Porque tal vez el haber practicado la gimnasia olímpica(así se llamaba entonces)o los saltos de trampolín agotaron mi capacidad para las piruetas acrobáticas y los saltos al vacío. La realidad, o sea lo que yo imagino real, dejó un día de darme miedo, y abandoné toda pretensión de llegar a ser ingrávido. No sólo los demás tenían derechos...además, y sobretodo, me eran INDISPENSABLES. Sin ellos yo no existiría.
    Mis espectativas dejaron de ser zanahorias al final de un palo. Ni siquiera sé si la vida es maravillosa. Ni me interesa demasiado.
    Con que sea posible me conformo. Todo lo demás lo pongo yo.
    La frustración es una cuestión de hipermetropía.
    Calculamos mal la distancia a la que se encuentra lo que está fuera de nuestro alcance. Y así nos va.

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