La Historia no tiene por qué ser aburrida ni pedante, y se pueden hacer grandes obras sobre un trasfondo histórico absolutamente riguroso. Ese es el caso de la película Espartaco de Stanley Kubrick (1960) que contiene alguna de las mejores escenas de la historia del Cine, y cuyo guión respeta lo esencial de lo que sabemos del famoso esclavo rebelde que encabezó la más terrible revuelta servil contra los romanos. Esa revuelta fue ahogada en sangre y no volvió Roma a enfrentarse a un problema de esa magnitud con sus esclavos.
Las fuentes clásicas
Sabemos tanto por Polibio como por Apiano que existió un esclavo llamado Espartaco que fue gladiador y acaudilló una revuelta servil. Los hombres de Espartaco saquearon Italia y se les unieron miles de esclavos fugitivos. Tras varias victorias los esclavos fueron derrotados por Craso. Apiano de Alejandría dio grandes precisiones sobre esa revuelta (Guerras Civiles, I, 120) y las ficciones sobre Espartaco se construyen a partir de su relato, pero debemos considerar que Apiano refleja hechos acaecidos dos siglos antes; quizá no sea la más fiable de las fuentes.
"En el curso de la batalla, que fue larga y sangrienta como cabía esperar de tantos miles de hombres desesperados, Espartaco resultó herido en el muslo por una lanza y, doblando la rodilla en tierra y cubriéndose con el escudo, se defendió de sus atacantes hasta que él y una gran masa de partidarios suyos fueron cercados y perecieron. Entonces el resto de su ejército huyó en desbandada y cayó en masa, hasta el punto de ser imposible contar el número de muertos. Los romanos perdieron mil hombres, y no se encontró el cadaver de Espartaco. Sin embargo, todavía quedaba en las montañas un gran número de sus hombres que habían huido de la batalla y contra los cuales se dirigió Craso. Estos se dividieron en cuatro partes y continuaron luchando hasta que perecieron todos a excepción de seis mil, que fueron capturados y crucificados a lo largo de todo el camino que va desde Capua a Roma".
La escena final de Espartaco
Si el amor significa algo, si no es una ficción cruel, debe tratarse de algún tipo de revancha de la vida sobre la muerte. Una de las escenas más conmovedoras de la película de Kubrick es su final. Espartaco ha perdido. Lo han crucificado junto a 6000 compañeros, esclavos que quisieron ser libres y fracasaron. Digamos que el futuro de Espartaco no es excesivamente halagüeño... Su única esperanza es que el tormento de la cruz lo abrevie la inevitable muerte. De repente se acerca Lavinia, su mujer, su amor, con un niño en los brazos.
"Espartaco, es tu hijo, y es libre... Él te recordará porque le hablaré, le contaré quién fue su padre y lo que soñó... Mi amor, mi vida... Por favor, muere, muere mi amor, muere..."
Nadie ha dicho "muere" con tanto amor como Lavinia; y nadie ha muerto con más esperanza que Espartaco, el rebelde.
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