Vuelvo a ocuparme de mi blog

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LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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viernes, 29 de julio de 2011

Senilidad anticlerical

Hace unos años me llamó la atención la obra de Javier Pruszyński, En la España roja. Una sentencia suya, lapidaria: "Las principales víctimas de la Revolución francesa fueron los aristócratas y cortesanos; las de la Revolución rusa los terratenientes y las de la revolución española, los curas". Y es cierto: la católicaspaña tiene el record de curas y monjas liquidados durante el siglo XX, fusilamos el Cristo del Cerro de los Ángeles y dinamitamos la catedral de Oviedo. ¡Qué ejemplo para las generaciones venideras!

Cámara Santa, Oviedo (octubre 34)
 Un odio perenne
A veces me digo, "¡Basta, gordo inmundo, no me hables más de la Guerra Civil, de la Memoria Histórica ni del toro que mató a Manolete!" Pero es que aquí seguimos repitiendo la historia. El antisemitismo, en Alemania, es una constante desde Lutero, pero hoy día se guardaría mucho un intelectual alemán de atacar a los judíos o al judaísmo. Aquí, en cambio, todavía hay gente que sigue obsesionada con el catolicismo, a un profesor de Somosaguas le parece cojonuda la ocupación de una capilla por tías en topless (véase aquí el artículo en Público) y otra gente de la misma cuerda trata de pegarle fuego a una iglesia en Majadahonda o montan procesiones blasfemas en Madrid. Podeis observar vosotros mismos la alta calidad de su pensamiento visionando el vídeo: "la Virgen María, ha follado", "menos rosarios y más bolas chinas", etc.


Coincidiendo con la visita del Papa Benito, los carcamales, con todos los carnés de la vida caducados y el alma remendada, han proclamado la Jornada Mundial de la Senectud: sé viejo, piensa viejo y utiliza argumentos viejos. Y el argumento más viejo y pasado que ya huele, en España, y no precisamente a rosas, es el anticlericalismo
A usté le engañan en la cantidad de gasolina, le suben el IBI, le obligan a respirar humos de diesel,  le ponen de patitas en la calle, le quitan el piso por no pagar la hipoteca, le pone los cuernos su churri, le anuncian que tiene cáncer y le dan cita para dentro de seis años... Responsable: el catolicismo, ese mal endémico y universal que tantos querrían borrar de la faz de la tierra. Suprimamos el catolicismo y el mundo avanzará hacia un horizonte de felicidad y sabiduría, tralalá, ojalá que llueva cafeeee nel campooo.

Declaraciones de José Luis Sampedro
Que ese tipo de cosas las diga un gilipollas, carece de importancia. Gilipollas somos muchos y uno más no se va a notar. Pero que las diga un grandísimo escritor y reputado economista como José Luis Sampedro ya es más inquietante. En el siguiente vídrio podéis ver a Sampedro identificando al Gran Enemigo del pensamiento y de España: ¡la Iglesia! ¡La conjura judeocristiana internacional!
Fijaros en sus argumentos, que llegan a ser divertidos:




Doce millones de españoles, son pocos
A Sampedro le parece escaso ese 27% de la población que según él va a Misa los domingos. Dime tú qué espectáculo reúne al 27% de la población un domingo -por usar su argumento- es decir a algo más de 12 millones de personas, redondeando por lo bajín. ¿Le parecen pocas?
Según esa misma regla de tres, los gobiernos debieran dejar de promover el fútbol, que no reúne ni de coña 12 millones de personas los domingos

El valor educativo del fúrbol
Yo os lo explico pa que me entendáis: la última vez que el Madrí ganó una copaduropa, la capital de las Españas quedó paralizada por la noche, simpáticos mozalbetes le pegaron fuego a los contenedores e hicieron pis en nuestro portal, había hogueras en la calle de Alcalá. Al día siguiente hubo más jolgorio, desfiles, etc. Todos se hicieron la foto con Florentino y la copa: el Alcalde, el Presidente, la Presidenta y el Ministro Plenipotenciario de los Estados de Andorra. ¡Eso está bien! Porque claro, el fútbol es cultura y educativo, que se lo digan a Maradona, Diegooo, Diegooo, el hombre que trató de esnifarse la mediana de la Autovía del Cantábrico ¡y lo consiguió! El fútbol estimula tanto el amor por el arte, que amables jóvenes, para celebrar una victoria de España sobre Suiza -gran potencia futbolera- le arrancaron un día de cuajo el brazo a la Cibeles y se dedicaron a enseñarlo a sus amigos, ¡qué proeza! Recuerdo que cuando España ganó el Mundial, pensé con cierto temor que quizá la gran fiesta del puro fútbol iba a terminar con el Museo del Prado en llamas. Y eso que me gusta el fúrbol...

La religión deforma la mente de los niños
Más impactante todavía es el daño que según Sampedro hace la educación cristiana a los tiernos cerebros infantiles. Claro, es obvio que la fe deforma las neuronas e impide pensar, por eso el pobrecito Alberto Einstein fue tan tonto de mayor, las pérfidas ondas neurocastradoras que experimentó en la Sinagoga, cada vez que iba a tocar el violín, le impedían pensar... Y no te digo todos esos reconocidos deficientes, esos estúpidos teólogos protestantes como Leibniz o Newton, esos pobres chochos como el católico Galileo, cuyas mentes quedaron devastadas por la fe...
En Alemania, país donde las Universidades tienen facultades de Teología, les va de pena, como todo el mundo sabe. Menos mal que Sampedro, Zapatero y los quincemeneros les van a explicar a los alemanes como salir de la crisis, a base de cartelas de cartón y manifestaciones. ¡No a la visita del Papa! ¡No a la Autovía Burgos-Calatayud! ¡Todos contra la Sequía! ¡Condones gratis! ¡Concha, llámame a las cuatro que estoy en un atasco! También se lo van a explicar a los norteamericanos; no sé qué hace Sampedro que no va al Congreso de los EE.UU a contarles que no debieran entonar las preces juntos y quesunavergüenza yunescándalo que el presidente Obama use tanto la palabra Dios en sus discursos.

Las profundas razones de Sampedro
No creo que el autor de la Sonrisa Etrusca haya sufrido abusos a manos de algún obispo coruñés, porque habría compartido esa información con nosotros. Así que ese anticlericalismo ¿delatará un complejo por el apellido? ¿Preferiría llamarse Matadios en lugar de Sampedro? A lo mejor es antimadridismo, y resulta que Sampedro es colchonero o del Barsa: en el fondo, lo que le molesta del Papa, ¡es que vista de blanco!

miércoles, 1 de junio de 2011

Freud y los pepinos

El profesor Rolf Sturmbannhahn, de la Universidad de Tubinga, ha anunciado el descubrimiento de una obra inédita de Freud, "Kurze Erklärungen über die Krümmung der Gurke" -en cristiano Breves consideraciones acerca de la curvatura del pepino- que revela la gran inquietud del maestro vienés por la recurrente presencia del pepino en la idiosincrasia del Super-yo colectivo centroeuropeo. Es una obra de juventud, de cuando todavía el padre del sicoanálisis cuidaba a su clientela a base de farlopa y en algunos extremos recuerda la tesis de Karen Owen.
El estudio de Freud debe mucho a un predecesor francés, "Le rôle de la banane dans la pathologie amoureuse" de Ferdinand de Salconar, gran estudioso de la influencia de los vegetales en la obra de Arcimboldo y autor, a su vez de una tesis doctoral sobre Pipino el Breve, padre de Carlomagno.
 Precisamente, Jacques Lacan ya denotaba que quizá la obsesión sexual de Carlomagno se derivaba de aquel mote de su padre, esposo de Berta del Gran Pie. Empeñado en demostrar que de breverías nada y que a él, en cambio, se le conociera por Magno, tuvo el padre de Europa seis mujeres legítimas y unas cuarenta concubinas, lo cual no llamaría la atención en un príncipe musulmán pero siempre resultó algo curioso en un monarca cristiano y además santo -en Francia hubo durante siglos una fiesta de Saint Charlemagne-.
Notaba Lacan que el fenómeno de Carlomagno respecto de su padre es exactamente contrario a la anulación sufrida por Luis XIII ante la infinita fertilidad de Enrique IV de Borbón, empeñado en demostrar que Bourbon y embourber tienen un mismo origen. Hoy día se calcula que nueve millones de franceses descienden del muy rijoso Enrique IV, que con democrático criterio conoció en el más bíblico sentido tanto a las sofisticadas damas de su corte como a las más sencillas campesinas. El más verde monarca europeo llegó a confesar -mienten algunos- que "hasta que cumplió cuarenta años, creía que aquello era un hueso", lo cual tiene más mérito si consideramos que no se bañaba más de tres veces al año y su mujer lo llamaba afectuosamente "el chivo" no tanto por sus aficiones como por su nada embriagador aroma a chotuno.
Su hijo, Luis XIII, fue un tímido sexual del que no se sabe bien si le gustaba la carne o el pescado, pero practicar no practicaba; quizá la panspermia de su padre le puso el cimborrio a media asta... Algo de Enrique IV le ha quedado a los dirigentes de Francia, ya que sus presidentes Giscard y Mitterand no pasarán a la historia por su castidad. Giscard, además, en sus momentos de íntima locura se pone su peluca de Luis XV -salidísimo monarca- del que por lo visto desciende por la mano izquierda.
En Alemania, Austria, y en general en todo el mundo germánico, hay una obesión por lo español desde que el señor Jellinek le puso a los coches de la casa Daimler el nombre de su hija Mercedes. Esa obsesión se traduce en la manía de llamar Apotekhe las farmacias mallorquinas, que hace falta ser gilipollas. La obsesión es consecuencia de una confusión lamentable en la que incide Freud en el manuscrito recién descubierto cuya traducción nos brinda nuestro generoso amigo el distinguido germanista japonés Ken Naboduro:

Alemania es patria del luteranismo, confesión sexualmente confusa puesto que ya se sabe lo del amor luterano un día por el útero y otro por el ano, a fuerza de dar y tomar los alemanes han acabando siendo cristianos que adoran a los árboles y transmiten a sus hijos su pánico al pepino. En los cuentos de nuestra infancia -prosigue Freud- el Coco era un Español cargado de pepinos. El espíritu castrador del protestantismo se traduce, también, en la obsesión de asar las salchichas. La salchicha, cuerpo eminentemente fálico, sufre en Alemania un proceso inquisitorial, un verdadero tormento en el agua hervida o a la plancha.

Solo queda por añadir que de aquellos polvos vinieron estos lodos y que la leyenda negra del pepino español en Alemania se deriva directamente de una patología psicosexual cuyos rasgos ya había adivinado Freud en este trabajo cuya autenticidad ha sido corroborada por todos los especialistas.