Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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miércoles, 1 de enero de 2014

Año 2014 de la Era Cristiana

Ya han conseguido que nos olvidemos de QUIÉN es aquel cuya Natividad celebramos hace unos días. Y os recuerdo que es EL MISMO cuyo nacimiento volvemos a celebrar al dar la bienvenida al nuevo año. No son 2014 años del nacimiento de ningún emperador, ni contamos por Olimpiadas ni por la caída de un meteorito ni por la primera ecografía de Belén Esteban.
Cuando decimos 2014 nos referimos a la fecha -sin lugar a dudas errónea- del nacimiento de Cristo. A los cristófobos les fastidiaba tener que vivir en la Era Cristiana. Por eso la Revolución Francesa pretendió contar el tiempo de un modo distinto y se inventaron el calendario revolucionario. No lo consiguieron y Napoleón lo suprimió. Y lo más divertido del asunto es que el cómputo ideado por Dionisio el Exiguo es, además, erróneo; y que Cristo nació antes de Cristo...

viernes, 12 de agosto de 2011

A los papanatas no les gusta el Papa

 
De verdad, se me han hinchado tanto las narices, que no consigo sentarme.
Fíjate que yo no soy de grandes reuniones multitudinarias y la fe que tengo en Jesús, mi Dios cercano, nada tiene que ver con los circos mediáticos. Además, nunca he sido especialmente papólatra y rehuyo las multitudes.
Por ser verano y tener cosas más interesantes que hacer, no pensaba asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, que este año se celebra en Madrid. Pero el odio desplegado contra esa exhibición de fe y juventud, ha conseguido irritarme. Hasta he tenido que interrumpir mi vacación bloguera. ¡Ya vale!
Te comentaba hace unos días, en una entrada dedicada a la senilidad anticlerical, la cristofobia de José Luis Sampedro, ese portentoso genio convencido de que la fe es incompatible con la inteligencia. Jaleados por los medios anticristianos, una serie de mezquinos HDP han desplegado todo su odio y toda su mediocridad contra las JMJ, contra el papa Benito, contra el cristianismo en general y el catolicismo en particular.

Un chivo expiatorio
El fenómeno no es nuevo. Es una característica del pensamiento irracional tratar de buscar chivos expiatorios para justificar el propio fracaso. Viene de antiguo la costumbre de sacrificar inocentes: los antiguos mexicá, cuando no llovía, mataban niños y niñas en los altares del Dios de la Lluvia, pensando que sus lágrimas propiciarían magníficas cosechas. En la Edad Media, cuando había una peste, alguien le echaba la culpa a los judíos y Lutero se imaginaba que los problemas de la Cristiandad eran responsabilidad directa del pueblo de Israel. ¿Quién no recuerda aquella magnífica película, Matar al Ruiseñor, en que a un tío lo juzgan por imaginarios abusos, y de paso lo matan cuando intenta escapar? La víctima en este caso sólo era culpable de un delito por lo visto abominable: ser negro.

Pensar es muy cansino
En el fondo la identidad de la víctima es lo de menos, que sea negro, judío o católico, masón, homosexual o chino, lo importante no es la etiqueta que le pongamos a la víctima sino su función: servir de desahogo a los mediocres. Si a un chico carlista su novia le da calabazas, acabará por echarle la culpa a los masones. Si a un tío con talento lo nombran Director de algo será que es maricón; si me presento a las elecciones y no me vota ni el Tato, la culpa es de los Medios o del Sistema. En eso coinciden todos los capullos de la tierra, en echarle la culpa a otro para no tener que molestarse en pensar...
Y así funcionamos todos en general, echando balones fuera, sin querer asumir nuestras responsabilidades, en estado de perpetua adolescencia; y así funcionan los anticlericales, los casposos de toda la vida, proyectos de nada multiplicados por cero, ladillas de ateneo que han encontrado un culpable para la crisis del Teatro, la tuberculosis y la deforestación de los Trópicos: los culpables son el Papa Benito y las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Perdonar no es tan fácil
Como pagano asilvestrado con apenas un barniz de Cristianismo -barniz muy fino, pero al que estoy apegado- siempre he respetado a los buenos cristianos que se tragan su orgullo, que son capaces de perdonar a sus enemigos. A mí perdonar y olvidar se me hace muy cuesta arriba y por eso admiro muy sinceramente a toda esa gente que responde con bien al mal y no atiende a las provocaciones de la ralea.
Admiro todavía más a aquellos que intentan sinceramente ver en el Otro, por asquerosito que sea, una imagen de Cristo. Yo no puedo, de verdad, es superior a  mis fuerzas. Cuando miro a un capullo, sólo consigo ver a un capullo; y mira que me concentro... Lo siento mucho, no soy de los que ponen la otra mejilla, no soy una de esas monjas admirables que dedican toda su vida al cuidado de los demás, que lavan viejos a los que su familia ha abandonado, que se preocupan entre Proyecto Hombre y Cotolengos de aquellos de los que nadie se ocupa, para que luego se burlen de ellas. ¡Que se burlan! ¡Que hubo malnacidos que se choteaban de Teresa de Calcuta!
Mi cristianismo es totalmente futbolero y reactivo; no me gusta que se metan con mi equipo, con mi gente, con la fe de mis mayores; ¡estoy harto! ¡Hasta los mismísimos!
Así que si por casualidad os parecen mal las JMJ, os cae mal el papa Benito, os molestan las procesiones, las misas, dos mil años de cristianismo en España, etc. pues lo único que espero es que vuestro odio os haga sufrir mucho, que vuestro odio os produzca severas indigestiones y úlceras pépticas; que por culpa de vuestro odio, os salgan almorranas en el cerebro y sabañones en el culo, y he querido plasmar esos delicados pensamientos, esas perfumadas volutas de mis renacentistas médulas en la eficaz fórmula ¿Te molesta la JMJ? Pues JDT. Que ya está bien. Acompaño estas letras de desahogo con una bella imagen diseñada por Guillermo Orazal.

lunes, 25 de julio de 2011

Los motivos de los criminales


Quiero seguir comentando la matanza de Noruega, al hilo de lo publicado sobre Eróstrato y Pausanias.
Primero surgieron informaciones sobre posibles vínculos islámicos, luego sobre quién era el asesino y por qué mató y hasta se habló de una venganza de Gadafi.
Medio mundo sabe ahora que la policía ha detenido a un rubio sospechoso noruego y que no se llama Mohammed sino que es cristiano, masón y ultraderechista -él se define como conservador- aunque no sería el típico antisemita sino un filosionista, mira tú qué bien. La conservación de su registro de Facebook les permite a los grandes genios de la Humanidad deducir cosas sobre las inclinaciones del detenido, ya confeso. Si algún día me da por asesinar gente, procuraré antes borrar mi perfil.
 
Siempre le hacemos el juego al asesino
La actitud de los medios y singularmente la red, que sirve de inmediato y universal amplificador, redunda en focalizar el interés global sobre el asesino y su gesto. Esto es consecuencia directa de la imperiosa necesidad de ser los primeros en informar y en explicar; la gente quiere saberlo todo, al detalle, el qué, el cómo, y los porqués. Los gobiernos responden ante la opinión pública, electoralmente, y ante la opinión publicada de un modo inmediato.
Consecuencia de todo ello, es el éxito por partida doble del asesino, como sucede siempre en estos casos y como de nuevo, ha sucedido ahora. El criminal no sólo ha obtenido el resultado de dolor y sangre que perseguía, sino que ha conseguido la inmortalidad de una fama infame. Ya está en la lista de los monstruos, de los mayores asesinos en serie. ¡Prueba superada! Y ya veréis que al asesino noruego le saldrán novias y le escribirán chiflados. La fama atrae, por siniestra que sea, y hay clubes de admiradores del doctor Lécter que le escriben, "Doctor, le amo, ¡cómame!"Lo más triste del asunto de la matanza en Noruega es que reaccionamos como siempre, incurriendo en los mismos errores ante quien busca una fama infame.

Manipulaciones
Además, al hacer publicidad acerca del asesino, se publicitan también sus motivos, de haber alguna más allá de la pura maldad, quedando esas razones afectadas cuando no directamente manchadas por el recuerdo de la matanza. En este blog hemos tratado ya de las mentiras por la red, y de las citas falsas. Pero también hay manipulaciones en papel que merecen ser recordadas.
Fijaros en cómo los medios ajustan sus sesudos análisis a sus particulares obsesiones. Los anticristianos insisten en que el asesino es cristiano, los neocarlistas en que es masón, etc. El diario Público, por ejemplo, titulaba la noticia de la detención como "Un fundamentalista cristiano, detenido como presunto autor",  y publicaba una foto del sospechoso tomada de su perfil en Facebook. Lo curioso es que en la foto original del asesino ya confeso, aparecía revestido de sus insignias masónicas, ¡que en la foto de Público aparecen recortadas! Juanjo Romero se dio cuenta y lo publicó en su blog. Luego numerosos medios que carecen de simpatía por Público o por la Masonería no han dejado de subrayar tan notable recorte...

¿Es culpable la Masturbación Internacional?
Como lo han capturado vivo, cuando llegue el correspondiente juicio no quiero imaginar el circo mediático que va a organizar ese miserable, y asistiremos a deprimentes manifestaciones de maquillaje judicial.
Imaginaros que el tío dice que se le aparece San Olaf ordenándole exterminar el Pecado de Noruega. Al día siguiente, tendremos mil titulares: "derivas del cristianismo", "Cristo también mata", etc. El asesino puede decidir también que le trae cuenta revelar que se le apareció Mahoma ordenándole castigar a Noruega por aquellas viñetas. Al día siguiente, titulares: “Atentado islámico” “se sospechan vínculos con Al-Quaeda”, "Gadafi detrás del atentado". Si fuera socio del Atlético de Madrid, ya tenemos los titulares“Furia colchonera" "Neptuno avergonzado", y cuando nuestros geniales analistas averigüen que el rubio asesino se mataba a pajas mirándose al espejo dirán que la responsabilidad de la matanza recae en la Masturbación Internacional…
Es más, ¿quién nos dice que el criminal no va a poner precio a sus declaraciones? Si yo fuera Zapatero al abogado del asesino le ofrecería un trato a cambio de que su represantado dijera que mató a 93 personas por odio personal al socialismo y que la persona que más admira es Rajoy, a ver si así lo hunde. Y es que a partir del momento en que convertimos al criminal en fuente de veracidad y de noticias, le otorgamos poder y por tanto dinero en potencia.

Medidas prácticas
Resulta obvio que el problema de otorgar fama a los criminales viene de antiguo. ¿Podemos hacer algo al respecto?
A) Centrar la información sobre las víctimas y no sobre los verdugos. De los verdugos no debiéramos saber ni el nombre, ni los gustos, ni las inclinaciones. Son gente que mata, que no crea nada y no sirve para nada; no ofrecen interés alguno, no merecen ser famosos. En cambio, debemos imperativamente personalizar a las víctimas. Lo único que hemos aprendido a lo largo de los años en el ámbito criminal, es que el verdugo ve menos fácil matar o torturar si ve a su víctima potencial como un ser humano, una persona, y no un animal sacrificable, una cosa prescindible. En cambio al verdugo le debiéramos poner matrícula, para no recordar siquiera su nombre y apellido, llamarlo asesino J9LK3 en lugar de Fulanito o Menganito.
B) Ignorar sus motivaciones supuestas o reales.  Al publicitar los fines del verdugo, hacemos publicidad a los propios fines. Publicidad que al asesino le parecerá estupenda pero que en realidad contribuye a difamar su "causa". Es una forma de antipublicidad. A los muertos y heridos de los atentados de ETA, involuntarios corderos sacrificados en la siniestra epifanía del nazionanismo vasco, hay que añadir más víctimas, como la totalidad de lo vasco y de los vascos: nadie puede pensar en el País Vasco sin pensar en bombas, zulos, bildus y goma dos. ¿De verdad era ese el resultado que buscaban los criminales? ¿Y es justo asociar un apacible pescador de Fuenterrabía con los etarras y sus compinches abertzales?
Estas dos medidas son sencillísimas, pero difíciles de adoptar de modo sistemático porque exigirían de nuestras autoridades, de nuestros ayatolás mediáticos y, a la postre, de nosotros mismos, cierta actividad neuronal, del todo improbable... Pero sí podemos asumirlas en nuestra vida privAda.
En lo que a mí respecta, ni voy a reproducir el nombre del asesino, ni su foto, ni falta que hace. La única autocensura que vale es aquella en la que se persigue no dar más alas al mal.