Vuelvo a ocuparme de mi blog

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LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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lunes, 4 de septiembre de 2023

AMANDO DE MIGUEL


Hoy el mundo es menos interesante, es menos libre y más esclavo de lo vigente. Porque hemos amanecido sin Amando de Miguel.
Sabía que no estaba bien: la última vez que nos vimos me dijo que le habían detectado cierta falta de Fe y, sonriendo, precisó, "de hierro. Fíjate, Luis, me inyectan hierro y lo que pone en la etiqueta es Fe+". El pasado 15 de julio nos mandó a sus fans unas columnas suyas precisando "Estos son los últimos artículos. Ya, no puedo leer ni escribir. Gracias por la acogida", artículos que delataban una indudable tristeza por el devenir español. Uno se titula Angustias del escriba sentado y se inicia con estos términos, que anunciaban su estado: "Después de medio siglo de emborronar cuartillas, el escriba sedente se considera agotado. No es porque el hontanar de ideas baje seco; sigue manando, gracias a Dios. La desazón proviene de la sospecha de estar escribiendo las últimas piezas de mi ajetreada vida. Es una cuestión de resistencia física. Alguna vez tendría que suceder. Si bien se mira, he escrito demasiado."
No, sin duda el querido Amando no ha escrito demasiado, pero sí muchísimo. Decenas de miles de artículos y más de un centenar de libros son testigos de su capacidad de trabajo.
Modelo de independencia, era cualquier cosa menos un provocador, un enfant terrible; él prefería invocar la reflexión apacible pero ingeniosa. Los franquistas le hicieron pasar un tiempo en la cárcel y en arresto domiciliario. De hecho ganó su cátedra estando en la cárcel, en 1971. Eso no quita para que, naturalmente, los antifranquistas sobrevenidos de nuestro pijerío lo tildaran de facha, algo natural en una sociedad tan profundamente enferma como la española en que los nenes de los altos cargos del Régimen van de redentores sociales. Lo cierto es que la España Oficial nunca se fió de él, y la Academia Española no tuvo la inteligencia de acogerlo entre los suyos, a pesar de la importancia que Amando dio al idioma en sus trabajos. ¡Allá ellos!
Amando era producto de la meritocracia, aprovechando el sistema de becas para progresar, así que un chiquito de Pereruela acabó estudiando sociología con Juan Linz en Estados Unidos y durante muchos años conoció el éxito profesional.


Le hirió profundamente el horror de una secta que golpéo su vida familiar y vivió la angustia de los que no podían pagar su hipoteca, resolviéndose a vender su biblioteca. Creo que la única vez en mi vida en que he lamentado no tener un duro ha sido cuando no pude echarle una mano a Amando.
Conmigo siempre fue la amabilidad personificada, sabía de mi profunda admiración por su carácter y su obra, pero no me debía nada, ni era yo alumno suyo ni tengo nada que ver con la Sociología. Una vez le pregunté si quería honrarme presentando un libro mío, en el Casino de Madrid, y allí estuvo don Amando, hablando con esa facilidad pasmosa de los grandes profesores, ante un público encantado y asombrado. Ni siquiera aceptó que le invitara a cenar o le pagara un taxi...

martes, 26 de noviembre de 2013

No hay progresismo fuera del catolicismo

Me diréis que las palabras caracen hoy de significado, que izquierda, derecha o progreso no significan ya nada.
Pues vamos a suponer que significan algo. Que derecha sea la actitud del alérgico al cambio porque la situación le conviene. Que izquierda sea la actitud del que quiere cambiar algo porque le conviene o le conviene a muchos. Entonces, ¿qué sería el progresismo? ¿En qué consistiría?
Durante siglo y medio la palabra "progresismo" estuvo asociada al progreso del ser humano y al progreso personal de las personas. Era mejor estudiar que ser ignorante, mejor trabajar en buenas condiciones que en malas condiciones, mejor la libertad que la esclavitud.
Hoy la situación ha cambiado. Los satanistas que controlan la totalidad de la izquierda y de la derecha políticas, hace mucho tiempo que dejaron de ser progresistas, pero se han apropiado del término, inviertiendo los valores del progreso.
Resulta cuanto menos interesante que el progresismo auténtico -la protección al débil, a la vida del no nacido y al anciano- se haya tenido que refugiar en la Iglesia Católica durante tanto tiempo tenida como territorio carca. Hoy los autoproclamados "progresistas" de la cuchilla y el jeringazo han expulsado de sus filas el pensamiento social. Organizaciones como la ONU y gobiernos enteros están en manos de los peores reaccionarios del mundo, los que cosifican a las personas y las convierten en basura con valor económico. Los ricos de Dickens, los esclavistas y los nazis estaban todos de acuerdo con la idea de eliminar al que no es rentable, de liquidar al débil. Hoy la totalidad de los movimientos socialistas están en manos de la ultraderecha ultracapitalista: para acabar con la pobreza, matemos a los pobres, para acabar con el sufrimiento de los ancianos, matemos a los viejos. Y sobre una inmensa montaña de cadáveres estableceremos el templo de Baal.

martes, 8 de marzo de 2011

Los Reyes y Clara Campoamor, unidos por una moneda

Se emite una moneda que tiene a los reyes de España en el anverso y a la muy republicana Clara Campoamor en el reverso.

La asombrosa trayectoria de Clara Campoamor suscitará siempre la simpatía de los buenos: a los diez años perdió a su padre, poco después tuvo que dejar los estudios para empezar a ayudar a su madre, y trabajó de modistilla y de empleada de una tienda; ganó más tarde una plaza de auxiliar de telégrafos y luego otra de enseñanza de adultos. Finalmente, rebasados los 32 años, decidió retomar sus estudios abandonados. Obtuvo el bachillerato y cumplidos los 36 había concluido la carrera de Derecho, convirtiéndose poco después en reconocida y prestigiosa jurista.

Su caso recuerda el de otro estudiante tardío, Iñigo de Loyola, quien con 33 años cumplidos regresó a la escuela y aprendió en Barcelona, en compañía de niños pequeños, el latín que abría la llave de la Universidad y del mundo de las ideas.

La II República que nuestro personaje contribuyó a traer, con entusiasmo, vivió la apoteosis de una Clara Campoamor que, contra la opinión de otras supuestas feministas como Victoria Kent, y enfrentándose a su propio partido, defendió el derecho de la mujer a votar.

Víctima de las dos Españas terribles

Clara Campoamor representa los valores de la España liberal, la tercera España exterminada en su día por las dos Españas terribles, la roja y la azul. Se fue de Madrid en el verano del 36, para evitar que la apiolaran en el Madrid milicianado; en el barco que la sacó de España, unos falangistas planearon asesinarla y el régimen de los vencedores le impidió regresar a su patria: murió en el exilio.

Relató en La revolución española vista por una republicana los sucesos que dieron pie a la guerra civil y a la revolución en la zona republicana. A su testimonio añadió su análisis de lo que fue el conflicto español, abundando en sus orígenes y atreviéndose incluso a augurar el probable final que tendría. Ese análisis podrían asumirlo como verdadero diagnóstico tanto militares como historiadores profesionales.

El debate acerca de una moneda

En junio de 2007 me pronuncié públicamente a favor de la iniciativa de acuñar euros con el rostro de Clara Campoamor, iniciativa que —todavía no sé por qué— molestó a determinadas personas sin duda mal informadas acerca de la trayectoria de la gran feminista española, suscitando el comentario de Juan Manuel de Prada.

Hace una semana surgió la noticia de que ya está disponible una nueva moneda con el rostro de doña Clara, pero se trata de una moneda de plata de veinte euros producida para coleccionistas por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y no de la moneda de uno o dos euros corriente que permitía esperar la proposición aprobada en el Congreso, que suponemos que todavía habrá que esperar. De hecho la disposición que da lugar a la moneda de lujo no cita la resolución aprobada por las Cortes el 12 de junio de 2007, lo cual indica que su acuñación obedece a otro móvil que no es otro que el de conmemorar el centenario del Día Internacional de la Mujer, centenario que coincide con el trigésimo aniversario de la biografía que sobre Clara Campoamor publicaron Concha Fagoaga y Paloma Saavedra, extraordinario trabajo sin el cual quizá hoy día nadie recordaría la trayectoria de doña Clara.
Una moneda simbólica

La moneda es extraña porque no tiene “cruz”; lleva caras en ambos lados: “Juan Carlos I y Sofía” en el anverso, y "Clara Campoamor" en el reverso. Un reverso muy republicano para un anverso tan monárquico.

En el fondo, la referida moneda es un símbolo de los aciertos y contradicciones de nuestra Historia y la superación de obsesiones seculares: Clara representaba la España liberal e inteligente, asesinada por las otras dos, igual de fanáticas, esa España que perdió la guerra por partida doble pero que al final ha ganado la paz. ¿Quién hubiera augurado, en 1975, que la democracia que nadie permitió que se consolidara bajo la II República, acabaría asentándose bajo Juan Carlos I, el sucesor del Invicto Caudillo?

Republicana a machamartillo

Doña Clara era republicana, hija de republicano, hermana de republicano. Y posiblemente, de haber tenido niños, los habría criado como republicanitos. Por cierto, los niños le encantaban: llevó a los tribunales penales a señores que habían obligado a abortar a “su” chica, y presidió una institución, La Cuna y el Madrinazgo del Niño, que se dedicaba a regalar cunas a las mamás menos afortunadas.

De niña su padre les contaba a ella y a sus hermanos que los regalos no se los traían los Reyes Magos sino la República, “que era más buena”. Don Manuel Campoamor era empleado de La Correspondencia de España, y sabemos poco de él, salvo que sus sentimientos republicanos eran inequívocos y que fue bibliotecario del círculo de los republicanos federales en Madrid. De tal padre, tal astilla. Su hermano Ignacio Eduardo fue gobernador civil de Santander y Cuenca, también bajo la II República.

Doña Clara no sabemos si contaba bien los chistes y chascarrillos; pero a la luz de sus escritos no parece dudoso que rebosaba de sentido del humor, y nos gustaría, ahora, mandarle una paloma mensajera al Cielo, donde comparte nube con Sor Juana Inés de la Cruz —a la que dedicó una biografía en clave— y preguntarle: “Doña Clara, a usted que le parece eso de salir en una moneda con los Reyes de España?” No sabemos lo que contestaría, pero sí que se sonreiría pensando, vaya Vd. a saber qué…. ¡Si las cenizas hablaran!