Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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lunes, 5 de octubre de 2020

Un silencio atronador

Quino
La nación fantasma

Ocurre con frecuencia que observamos la existencia de naciones vivas con gobiernos fantasma; en España sucede lo contrario, tenemos un gobierno hiperactivo ante el que no existe una respuesta, una alternativa o siquiera una educada protesta. Ante la más grave amputación de nuestras libertades, ante unos pastores enloquecidos y ensoberbecidos, se ha impuesto el silencio de los corderos, que es el más ruidoso de los silencios, el silencio de una sociedad amedrentada o indiferente, de unos medios cómplices, de unas instituciones caducas... Ya no somos los actores de nuestra propia vida política, nos han dejado fuera de la función, no contamos, ni siquiera como público del gallinero... Nuestro silencio es el eco mudo de la muerte de las instituciones que pueden y deben amparar nuestras libertades: ¿dónde está el Rey? ¿Qué hacen los tribunales? Podemos añadir, ¿qué alternativa ha articulado la oposición a lo que nos gobierna? ¿Cómo es que los medios no destacan la ilegalidad bajo la que vivimos? España es una gran nación, una sociedad viva, pero una comunidad política muerta.

Medidas ilegales
Jairo Vargas (Público)

Cualquiera que, no digo que sepa derecho, sino que sepa leer, y entienda que existe una jerarquía normativa, puede comprobar por sí mismo repasando los artículos 19 y 55 de la Constitución la total ilegalidad de las medidas que se acaban de adoptar limitando el derecho de millones de madrileños a la libre circulación por el conjunto del territorio nacional. Algo que se suma a la ilegalidad del confinamiento general de marzo-junio que exigía la declaración del estado de excepción, y no el de alarma.


Ana García (Voz de Galicia)

 La humillación de las fuerzas del orden

 Esas medidas ilegales se traducen en coerción policial, aplicando un inicuo régimen de sanciones. Y siento una pena inmensa por los miembros de las fuerzas de seguridad, por los policías y guardias civiles a los que se obliga a aplicar normas ilegales. Cuando has dedicado toda tu vida a hacer cumplir la ley, a ponerte a la orden de los jueces, la mayor humillación que pueden hacerte es convertirte en agente de la opresión. Hoy nos multan, contra todo derecho; ¿qué harán mañana nuestros policías y guardias civiles cuando les ordenen disparar contra el pueblo, contra su propia gente? Porque la tiranía tiene muchos grados, y empieza cuando los gobiernos se saltan las leyes que han jurado cumplir; hoy nos atemorizan con multas, mañana, quizá, será a balazo limpio o a golpe de morteros. Vamos de cabeza a un régimen antidemocrático. Y al contrario de aquel personaje de George Lucas, podremos afirmar "así muere la libertad, con un atronador silencio".

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Los títeres sueñan con un mundo sin hilos

El sueño de la libertad es maravilloso, como el sueño de la ciudadanía. Me divierte jugar a que soy un ciudadano libre, un orador libérrimo en plan James Stewart en Caballero sin Espada, rompiendo las cadenas de la plutocracia...
Lo malo es que cuando me miro al espejo veo todos esos hilos que me sujetan, sin conseguir adivinar, ahí arriba, los dedos del titiritero. Me encantaría ser el títere de Dios y que él manejara los hilos, pero va a ser que no. Son otros los que me manejan, y sus intenciones no son buenas.
Los títeres viejos en el Pinocho de Disney
La sensación de vivir en un teatro de títeres llega a ser muy inquietante. Nunca he aceptado ser un pelele en manos de los poderosos, pero mi opinión al respecto es indiferente, al final soy un pelele, pelele cimarrón, pelele rebelde, pelele, indócil, pero pelele. Eso sí, pelele díscolo que durante unas horas sueña con la idea de que nuestra profunda dignidad de hombres libres bla, bla, bla consegiurá derrotar el poder ciego del dinero y la fanática condición de quienes no se atreven a pensar tralalá, chin pon. Juas, juas, juas, voy a hacer como que me creo, como que me lo creo...
Me conozco tan bien mis propios discursos que sé cuándo aplaudirme al final. Me aplaudo, Bien. Y ahora, a hacer la compra y a pagar las facturas.

lunes, 24 de octubre de 2016

Breve elogio de la democracia

Foto: ABC
Últimamente oigo de personas extraviadas críticas no meditadas a las instituciones democráticas, basándose en la mediocridad de los candidatos, y te ponen como ejemplo las elecciones francesas, las americanas o las españolas. Yo creo que, al contrario, ante el problema real de la mediocridad del gobernante, la democracia siempre resulta la solución más brillante y práctica para decidir quién manda, quién no manda, y quién deja de mandar.
Siempre me parecerá maravilloso que quienes no somos importantes, la gente corriente, podamos cambiar gobiernos por medio de nuestro voto. ¡Qué poder extraordinario! Durante un periodo de nuestra vida mandan unas personas sobre nuestra ciudad, nuestro país, nuestro continente; y al día siguiente de unas elecciones, resulta que mandan otros o que mandan los mismos, si lo han hecho bien o no hay mejor alternativa. ¿No os fascina la idea de que el voto de una monjita puede ser más poderoso que los tanques de la Brunete?
Cuando era más joven era muy demócrata. Pensaba que la gente tenemos derecho a votar por quien merece nuestra confianza. Ahora soy todavía más demócrata, porque tengo más experiencia y pienso que lo más importante en política no estriba tanto en poder poner como en poder quitar; en privar del poder a quien no ha merecido nuestra confianza.
En breve los ciudadanos de EE.UU. votarán entre la candidata menos querida y el candidato más odiado de la historia de las elecciones de esa gran nación. Cualquiera que sea el resultado, sabemos que quien resulte elegido no durará más de ocho años en el cargo, y quizá sólo cuatro si no sale reelegido.
En cambio en Cuba los hermanos Castro llevan 57 años en el poder, y en Corea del Norte la dinastía comunista de los Kim lleva 68 años al mando, sin que los cubanos o los coreanos puedan hacer nada al respecto.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

El pecado del Dr. Poveda

Resulta afortunado que el escudo de España no lleve águilas, osos o leones, porque el animalito que mejor simboliza nuestra idiosincrasia nacional es la hiena.
La hiena es ese carroñero que se alimenta de crías indefensas y de bichos moribundos. A la hiena no le gusta correr riesgos, y aquí la violencia estatal nunca se manifiesta contra el fuerte o el agresivo sino contra el débil, el pacífico.
Los españoles nos dividimos en dos campos, los protegidos y los pateables. Aquí puedes quemar una bandera española en público, y no te pasa nada; puedes invadir una capilla con las tetas al aire, y no te detienen; puedes insultar a monjas o jóvenes peregrinos que no se meten con nadie, u organizar procesiones "ateas" que consisten en humillar las creencias de millones de personas. Nadie te hará nada, no te tocarán un pelo.

Y es que el catolicismo o la nación española son atacables, pertenecen al ámbito de lo no-protegido, de lo desacralizado, de lo pateable.
En cambio el abortismo es uno de los mandamientos de la Nueva Religión que tiene su Vaticano en Génova o Ferraz -cada vez veo menos diferencias-  y si hace falta la puedes imponer a palos. Podéis ver en el vídeo siguiente (colgado por Ciencia y Vida) a varios números de la policía maltratando HOY a un individuo. Ese individuo es un pecador, un blasfemo, ¡un réprobo!


El individuo en cuestión no es un proetarra tirando cócteles molotov, ni ciscándose en las víctimas del terrorismo, ni supone ningún peligro para el Orden Público. El individuo en cuestión es doctor en Medicina y profesor en la Universidad Autónoma de Madrid. Se trata de Jesús Poveda, un ejemplo de dignidad y de coherencia.
D. Jesús Poveda de Agustín es un señor que opina -como opinamos muchos millones de personas- que el aborto es una abominación. Desde hace años, el día de los Santos Inocentes, el Sr. Poveda se reúne con otros que piensan como él y se manifiesta ante los abortorios donde trocean niños. No tira ladrillos, no insulta, no amenaza, se limita a protestar, a manifestar unos sentimientos que compartimos muchísimas personas, solo que él es más valiente.
Si el Gobierno de Mariano Rajoy no cesa fulminantemente a los responsables de la Seguridad en Madrid, tendremos que pensar que al Gobierno de Herodes le sigue el de Poncio Pilatos -fijaros en las iniciales- que los niños por nacer no tienen quien les defienda y que las nuevas autoridades en España son igual de ruines y cobardes que las anteriores.
Y para evitar en lo sucesivo agresiones como la sufrida por el Dr. Poveda, la mejor solución sería quitar de una vez esos siniestros abortorios de Madrid. La Comunidad tiene sobradas competencias para cerrarlos todos. ¿A qué espera? Ya no hay excusas para mantener ese negocio repugnante en nuestra capital.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un artículo de Alfonso Ussía



Me mandó el amigo Mario Ruiz un artículo de Alfonso Ussía.
A Ussía siempre lo han tachado de "fascista" nuestros deficientes -no quiero insultar a la Izquierda llamándolos izquierdistas-, vaya Vd. a saber por qué, como si la justa y deseada vehemencia tuviera que ver algo con la visión del orden político o como si el espíritu democrático tuviera que reclutarse entre los pichacortas del pensamiento débil. ¿Fascista? Qué sabrán esos correveidiles del poder, qué carallo es un fascista... Si quieren ver a un fascista, que se miren al espejo. Como soy más que jacobino un Gran Inquisidor en algunos temas -especialmente en lo que toca a la protección de la infancia-  no coincido con Ussía en muchas de sus manifestaciones. Ni falta que hace. Yo no habría defendido al duque de Feria como hizo él en un artículo. Tampoco me gusta que él se autotilde de facha en alguna ocasión, para burlarse de los mencionados deficientes. No debes asumir el lenguaje del adversario; nunca, ni siquiera para ridiculizarlo.
Así que dicho esto, debo añadir que Ussía es el epígono de tantos valientes periodistas españoles que siempre han sabido quiénes eran los buenos y quiénes los malos, y no confunden al asesino con su víctima. Tengo una gran admiración, por José Luis López de la Calle y José María Portell que pagaron su independencia con la vida, por Carlos Herrera, Martín Prieto, el recordado y admirado Antonio Herrero, Luis Herrero, Luis del Olmo, Jiménez Losantos; sí, ellos se han portado muy bien y han dado voz a las víctimas en la época en que nadie las recibía. Y soy injusto porque no recuerdo ahora a las decenas, a los cientos de periodistas menos conocidos pero tan valientes como ellos. En ese cuadro de honor falta Iñaki Gabilondo que se traía a las mamás de los etarras a su programa por Navidad, para explicarnos lo mal que lo pasaban sus asesinos hijos. Por eso Gabilondo me caía mal mucho antes de que se inventara el kamikaze del 11-M...

Nadie puede negar el valor de los periodistas españoles. Serán interesados algunos, otros no pensarán como yo, otros ni siquiera merecen el nombre de periodistas y se dedican a organizar saraos televisivos, insultando a cambio de estipendio o meneando con un palo el albañal de las tertulias, pero en mi corazón he levantado un monumento de oro y marfil a la Prensa Española. Mira que yo leo poco los periódicos y apenas escucho la radio y la tele, para no amargarme el día, pero ¿cómo no expresar rendida admiración por quienes no callan por más que con el dedo les señale un pistolero ya la nuca o ya la frente? En España opinar es jugársela y en particular en ese trozo de España que son las desdichadas provincias vascongadas.

Ussía ha tenido, tiene y probablemente seguirá teniendo en este sentido una trayectoria encomiable, al igual que Mingote, ese monumento vivo del talento que en lugar de quedarse en casa a contar los buenos euros de sus derechos, desde hace décadas viene denunciando la cobardía y el fanatismo de una sociedad enferma: el País Vasco.

Es la primera vez -y sin duda la última- que pongo el artículo de otro en mi blog, pero creo que expresa perfectamente lo que siento así que cuelgo el primero de sus párrafos. Espero que no me mande su autor al cobrador del Marqués de Sotoancho para pedirme derechos de pernada.

 ASQUEROSO

Me parece asqueroso que se tome en serio una llamada «conferencia de paz» organizada por los amigos de los terroristas. Me parece asqueroso que el Gobierno de España no haya tratado de impedir el insulto y la farsa. Me parece aún más asqueroso que el Gobierno de España, como ha reconocido José Blanco, conociera la asistencia de los más altos dirigentes del PSE-PSOE a la ignominiosa reunión. Me parece asquerosa la actitud del «Lehendakari» López y la del inefable Jesús Eguiguren, el socialista más cercano a Batasuna. Me parece asqueroso que los que matan hablen de la paz, cuando la única paz que ellos han conseguido es la de mil tumbas en los cementerios de España. Me parece asqueroso que el PNV apoye la falacia. Me parece asqueroso que un sector de la iglesia vasca persista en su afán de establecer equivalencias entre los asesinos y sus víctimas. Me parece asqueroso que el PSOE albergue su única esperanza de recuperación electoral en un comunicado de la ETA. Todo me parece asqueroso.

El artículo íntegro, puede leerse aquí.



jueves, 4 de agosto de 2011

Vencer a Franco


Retirado en la paz de estos desiertos
Con pocos pero doctos libros juntos
Vivo en conversación con los difuntos
Oyendo con los ojos  a los muertos

Quien muere sólo desaparece de verdad el día en que ya nadie lo recuerda; por eso muchos cuyos restos son cenizas o humilde gusanera, todavía viven en nuestros corazones, y no sólo los que quisimos, nuestra entraña viva, nuestros parientes y amigos; también siguen vivos en nuestra memoria los autores de los libros que leemos -gracias don Francisco, por esos versos- o los protagonistas de la Historia vivida o inventada. Precisamente, una de las gracias de Rodríguez Zapatero y sus mariachis ha sido la de resucitar a Franco, a base de hablar de él, de una parte, y de tratar de aplicarle la damnato memoriae. Ese extraño complejo le ha llevado a elegir el 20 de noviembre como fecha de su adiós, una última payasada antes de la voltereta final. No contentos con resucitar a Franco, con su inmenso fracaso le han regalado al Dictador una nueva victoria, una victoria que, desde luego, el Caudillo no merecía.

El éxito final de Franco
Si Franco hubiese muerto en 1939, 1945 o 1955, sin duda no existiría el franquismo sociológico. Sólo se recordaría del siniestro general su gran obra guerracivilista, los años de represión y la España gris cemento con el Invicto disfrazado de cruzado... que hace falta no tener sentido del ridículo. Pero es que Franco -preciso por si me lee algún magistrado de moda- no murió en 1939, ni en 1945, ni en 1955. Al general le permitieron morir el 20 de noviembre de 1975.
Antes de los años sesenta, el franquismo es la larga, larguísima, interminable historia de un fracaso que se resume en que con el pretexto de salvar y redimir un país primero lo destruyes y luego lo reconstruyes. En 1956 se habían alcanzado los niveles de desarrollo de 1936, es decir, España habá perdido no sólo mucha sangre sino mucho tiempo, veinte años para ser exactos.
Sin embargo existe un franquismo sociológico y el éxito inicial de series como Cuéntame con su familia Alcantara recrea una España próspera que todos los que vivieron recuerdan con cariño. ¿Por qué? Por su éxito final. Los sesenta fueron espectaculares, tanto en España como en otros países europeos y occidentales. Al impresionante crecimiento de los sesenta algunos fanáticos analistas para no llamarlo desarrollo, preferían llamarlo desarrollismo, mira tú qué bien. Con el sueldo de dos años podías comprarte un piso, había pleno empleo y el país creció tanto que pudieron regresar los millones de emigrantes económicos.
A finales de los sesenta España era considerada como un paraíso por muchos extranjeros que disfrutaban de la tranquilidad de una sociedad ordenada -la delincuencia era residual- y se habían conseguido objetivos que hoy nos parecen sencillamente inimaginables: pleno empleo y ¡contratos indefinidos tras un mes a prueba! Era una sociedad alegre, llena de niños y que bailaba al ritmo del Dúo Dinámico. Y una sociedad joven a la par que estudiosa, sólo puede ser creativa: marea pensar en la cantidad de autores en todos los ámbitos que fructificaron durante esos años...

Recoger el guante
Ese éxito es un desafío para la España de hoy, libre y democrática pero con grandes problemas. No podemos dejar de recoger el guante que nos echa Franco desde el Infierno; no podemos rehuír nuestras responsabilidades, cada uno de nosotros debe optar entre ser un Cyrano o ser un gusano.
Podrán los neoantifranquistas -normalmente hijos de significados azules- desmantelar el Valle de los Caídos, quemar los restos de Franco, zombificarlo, hacer flautas con sus huesos o dispersar sus cenizas al viento, pero ese calculado y nada espontáneo aborrecimiento no es más que el síntoma de su extraordinario fracaso.
La historia no la podemos desmantelar, ni la verdad, por mucho que nos engañemos: o los españoles demócratas podemos hacerlo mejor que la España dictatorial, o menudo ejemplo para nuestros hijos.

Hemos perdido más de tres décadas
Lo peor del franquismo crepuscular, aparte del propio Dictador, son sus dirigentes políticos, los mismos que se vestían con la camisa azul en 1975 se convirtieron en demócratas sobrevenidos en 1977 y confeccionaron una Constitución manfiestamente mejorable que desestructuró España y que con el pretexto de asegurar la libertad y la democracia nos hundió en una crisis de sociedad que ya viene durando treinta años con la feliz excepción de los gobiernos de Aznar, que supusieron un cambio de paradigma, aunque no un retorno a lo mejor de los sesenta.

La excepcion Aznar
Con Aznar hubo crecimiento y modernización, España se convirtió en la octava economía del mundo, y de país de emigrantes devino en destino de inmigrantes. Se plantaron árboles, se levantaron millones de viviendas nuevas, se modernizaron las estructuras.
Fueron gobiernos entusiastas que se estrenaron consiguiendo cumplir en pocos meses con las condiciones impuestas para entrar en el euro, los famosos "criterios de convergencia" fijados en Maastrich, capaces de acorralar a las sabandijas de la ETA, con una brillante política internacional, gobiernos que retomaron Perejil, fortalecieron las relaciones con EE. UU. e impusieron excelentes condiciones para España en los tratados europeos. Nunca habíamos alcanzado tan altas cotas de convergencia con la Europa más próspera: hoy vamos pidiendo limosna y de aquí a noviembre podemos encontrarnos con España fuera del euro.
Las sombras fueron el precio de la vivienda, una ciega política inmigratoria que no tuvo en cuenta quién se puede integrar y quien no, el peaje pagado a los separatistas, el fomento del aborto y el envejecimiento de la población: desde Felipe González, es mucho más fácil abortar en España que encontrar una guardería; Aznar tampoco quiso o no consiguió moficicar la Constitución para acabar con el caos autonómico; la educación no se reformó, y el código penal siguió facilitando las formas legales de pederastia.

El desastre Zapatero
Zapatero ha fracasado en todos y cada uno de los puntos de su política puesto que los problemas que Aznar no resolvió, siguieron agravándose con el Z, pero sin ninguno de los inapelables éxitos de su predecesor. Hoy la vivienda sigue siendo inasequible, pero tenemos cinco millones de parados, hemos pasado de ser la octava potencia mundial a la decimocuarta y cada día perdemos algún derecho nuevo; amparándonos en la globalización, nos vamos chinificando. El futuro a medio plazo de un trabajador español, sin formación, es la esclavitud. Como en la película Stico, aquella genial fábula de Armiñán, los españoles acabarán vendiéndose como esclavos a cambio de comida y de techo seguro.

El saqueo es impresionante; en Barcelona vende ya la Generalidad edificios históricos para obtener liquidez hoy, a cambio de deudas mañana; en breve veremos hermosas torres sobre un Retiro privatizado y las mejores obras del Museo del Prado rematadas en Sotheby's. La zetagente deja el poder con el peor de los balances, y una nueva fuga de cerebros y talentos, largándose de España buscándo fuera algo mejor. Debieran reeditar el clásico de Gómez Gil, Cerebros Españoles en USA. Zapa nos ha devuelto a los cincuenta.
El único éxito de Z ha consistido en silenciar por unos meses a los etarras, al precio de darles el poder: los ha legalizado y tras la victoria de Bildu los etarras controlan ayuntamientos y provincias; también nos ha dejado en la calle a un grupo de activistas de no se sabe qué al servicio de no se sabe quién, los quincemeneros, que desprecian el poder salido de las urnas e imponen su presencia en la plaza pública.

Un Nuevo Trato para España
El próximo gobierno cuenta con una baza histórica: la zetagente ha sido tan mentecata que los que vengan sólo pueden hacerlo mejor; en tábula rasa se construye muy bien.
Pero el futuro gobierno del PP, si es que Rajoy gana, si es que quiere de verdad ganar, debe ser capaz de generar millones de puestos de trabajo y de reducir el precio de la vivienda al menos un 400%; tiene que ser capaz de crear un entorno laboral eficaz, rentable y seguro; tiene que enfrentarse a la desestructuración constitucional creando un marco legal nuevo que sustituya la actual chifladura territorial y la persecución de la lengua española; tiene que reformar de arriba a abajo la Educación, empezando por nuestras corruptísimas y nepóticas facultades para que España tenga al menos alguna universidad entre las cien primeras del mundo, que no es mucho pedir; tiene que llenar el país de guarderías, además de pisos baratos, para que las parejas jóvenes puedan trabajar y tener niños, y disciplinar los colegios devolviendo a la educación pública el prestigio que le han quitado locos y demagogos. Tiene que poner el sistema de crédito al servicio de la sociedad y no la sociedad al servicio de los banqueros. Tiene que crear un marco estable para la familia, alfa y omega de toda civilización.
Todas esas reformas se las ha puesto fáciles el inmenso fracaso de Zapatero verdadero destructor de la izquierda española. Rajoy tiene que alcanzar un nuevo pacto con la sociedad española, un new deal en el sentido más roosveltiano; y nadie alcanza esos objetivos si carece de ambición, si no es capaz de hacer un discurso asertivo, positivo y creador.

No debemos elegir entre prosperidad y libertad
Debemos ser ambiciosos; o lo ambicionamos todo, o perderemos lo poco que nos queda, que son la democracia y la libertad, esos tesoros que gozamos todavía y que tantos estúpidos desprecian. Se equivocan mucho quienes hacen de menos los bienes del presente pensando en tesoros futurizos y ya dice el sabio, "no escupas en tu pozo, volverás para beber en él".
Los fachas e izquierdosos que constituyen la base ideológica quincemenera siempre le sacan defectos a nuestra democracia, que ya sabemos que no es perfecta, pero es mil veces mejor que no tenerla. Desprecian la libertad porque, en el fondo, no han hecho nada para ganársela.
Democracia y la libertad son nuestro patrimonio, lo único que nos queda después del Demenciato. Y si no aprendemos a valorarlas, nos las quitarán y sólo nos quedarán los ojos para llorar. No debemos poner a la gente ante el dilema de elegir entre prosperidad y libertad. Debemos ambicionar la mayor prosperidad sin renunciar a la libertad. Vencer a Franco no consiste en quitar estatuas del dictador; consiste en demostrar que se puede ser una democracia y conseguir altas cotas de prosperidad y desarrollo. Debemos vencer a Franco de verdad, y para siempre.

martes, 8 de marzo de 2011

Los Reyes y Clara Campoamor, unidos por una moneda

Se emite una moneda que tiene a los reyes de España en el anverso y a la muy republicana Clara Campoamor en el reverso.

La asombrosa trayectoria de Clara Campoamor suscitará siempre la simpatía de los buenos: a los diez años perdió a su padre, poco después tuvo que dejar los estudios para empezar a ayudar a su madre, y trabajó de modistilla y de empleada de una tienda; ganó más tarde una plaza de auxiliar de telégrafos y luego otra de enseñanza de adultos. Finalmente, rebasados los 32 años, decidió retomar sus estudios abandonados. Obtuvo el bachillerato y cumplidos los 36 había concluido la carrera de Derecho, convirtiéndose poco después en reconocida y prestigiosa jurista.

Su caso recuerda el de otro estudiante tardío, Iñigo de Loyola, quien con 33 años cumplidos regresó a la escuela y aprendió en Barcelona, en compañía de niños pequeños, el latín que abría la llave de la Universidad y del mundo de las ideas.

La II República que nuestro personaje contribuyó a traer, con entusiasmo, vivió la apoteosis de una Clara Campoamor que, contra la opinión de otras supuestas feministas como Victoria Kent, y enfrentándose a su propio partido, defendió el derecho de la mujer a votar.

Víctima de las dos Españas terribles

Clara Campoamor representa los valores de la España liberal, la tercera España exterminada en su día por las dos Españas terribles, la roja y la azul. Se fue de Madrid en el verano del 36, para evitar que la apiolaran en el Madrid milicianado; en el barco que la sacó de España, unos falangistas planearon asesinarla y el régimen de los vencedores le impidió regresar a su patria: murió en el exilio.

Relató en La revolución española vista por una republicana los sucesos que dieron pie a la guerra civil y a la revolución en la zona republicana. A su testimonio añadió su análisis de lo que fue el conflicto español, abundando en sus orígenes y atreviéndose incluso a augurar el probable final que tendría. Ese análisis podrían asumirlo como verdadero diagnóstico tanto militares como historiadores profesionales.

El debate acerca de una moneda

En junio de 2007 me pronuncié públicamente a favor de la iniciativa de acuñar euros con el rostro de Clara Campoamor, iniciativa que —todavía no sé por qué— molestó a determinadas personas sin duda mal informadas acerca de la trayectoria de la gran feminista española, suscitando el comentario de Juan Manuel de Prada.

Hace una semana surgió la noticia de que ya está disponible una nueva moneda con el rostro de doña Clara, pero se trata de una moneda de plata de veinte euros producida para coleccionistas por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y no de la moneda de uno o dos euros corriente que permitía esperar la proposición aprobada en el Congreso, que suponemos que todavía habrá que esperar. De hecho la disposición que da lugar a la moneda de lujo no cita la resolución aprobada por las Cortes el 12 de junio de 2007, lo cual indica que su acuñación obedece a otro móvil que no es otro que el de conmemorar el centenario del Día Internacional de la Mujer, centenario que coincide con el trigésimo aniversario de la biografía que sobre Clara Campoamor publicaron Concha Fagoaga y Paloma Saavedra, extraordinario trabajo sin el cual quizá hoy día nadie recordaría la trayectoria de doña Clara.
Una moneda simbólica

La moneda es extraña porque no tiene “cruz”; lleva caras en ambos lados: “Juan Carlos I y Sofía” en el anverso, y "Clara Campoamor" en el reverso. Un reverso muy republicano para un anverso tan monárquico.

En el fondo, la referida moneda es un símbolo de los aciertos y contradicciones de nuestra Historia y la superación de obsesiones seculares: Clara representaba la España liberal e inteligente, asesinada por las otras dos, igual de fanáticas, esa España que perdió la guerra por partida doble pero que al final ha ganado la paz. ¿Quién hubiera augurado, en 1975, que la democracia que nadie permitió que se consolidara bajo la II República, acabaría asentándose bajo Juan Carlos I, el sucesor del Invicto Caudillo?

Republicana a machamartillo

Doña Clara era republicana, hija de republicano, hermana de republicano. Y posiblemente, de haber tenido niños, los habría criado como republicanitos. Por cierto, los niños le encantaban: llevó a los tribunales penales a señores que habían obligado a abortar a “su” chica, y presidió una institución, La Cuna y el Madrinazgo del Niño, que se dedicaba a regalar cunas a las mamás menos afortunadas.

De niña su padre les contaba a ella y a sus hermanos que los regalos no se los traían los Reyes Magos sino la República, “que era más buena”. Don Manuel Campoamor era empleado de La Correspondencia de España, y sabemos poco de él, salvo que sus sentimientos republicanos eran inequívocos y que fue bibliotecario del círculo de los republicanos federales en Madrid. De tal padre, tal astilla. Su hermano Ignacio Eduardo fue gobernador civil de Santander y Cuenca, también bajo la II República.

Doña Clara no sabemos si contaba bien los chistes y chascarrillos; pero a la luz de sus escritos no parece dudoso que rebosaba de sentido del humor, y nos gustaría, ahora, mandarle una paloma mensajera al Cielo, donde comparte nube con Sor Juana Inés de la Cruz —a la que dedicó una biografía en clave— y preguntarle: “Doña Clara, a usted que le parece eso de salir en una moneda con los Reyes de España?” No sabemos lo que contestaría, pero sí que se sonreiría pensando, vaya Vd. a saber qué…. ¡Si las cenizas hablaran!

sábado, 3 de julio de 2010

Ministerio de la Verdad


El ministerio de Industria sanciona con 100.000 euros de multa a Intereconomía

San Sebastián nos protege
Yo, en mi ignorancia, creía que las competencias sobre la regulación del derecho a la libertad de expresión eran cosa de los jueces, y confieso que durante mucho tiempo me tragué todas esas mariconadas neoliberales y de las JONS, la separación de poderes, la libertad de prensa, bla, bla. No sabía que el Ministerio de Industria también tiene competencias para sancionar los contenidos de los programas de las cadenas de televisión. Por fin la zetagente lo ha conseguido: el Ministerio de la Verdad. Orwell estaría contento.
Me ha alegrado mucho la sanción que ha merecido Intereconomía por su odioso vídeo homófobo -os recomiendo que lo visionéis para que veáis la pérfida incitación a la violencia, el discurso nazifascista y ultracasposo- y me tranquiliza saber que además del poder Judicial y de la Alta Inquisición Catalana, un Ministro de Industria dispone de la capacidad de censurar y castigar la opinión ajena.
Me gusta la idea de que si por casualidad me extravío, alguien más sabio y mejor me corregirá paternalmente y tras un cariñoso azote o respelón  me devolverá amorosamente a la recta senda de la Virtud, alejándome de la amplia ruta del Pecado que lleva al albañal de la Perdición. De hecho me gustaría un Carné por Puntos de Buen Ciudadano, y que empiecen por los periodistas, esos gusanos goebelsianos que decía Alfonso Guerra. Y a quien exprese opiniones contrarias, que le quiten puntos, y luego que lo castiguen con trabajos públicos, latigazos o sin postre, en el cuarto de los ratones. ¡Hala! Censura y autocensura son los pilares del Orden Social.
Creía y temía que España había cambiado, en este sentido, que éramos un imperio del libertinaje; la sentencia absolviendo a Soziedad Alkoholika, por ejemplo, esos pillines que expresaban con juvenil inmoderación el gentil deseo de que explotaran los coroneles de la Guardia Civil. Ningún ministerio, ningún juez los sancionó.
Pero ya se levantó la veda, ¡por fin! Veo que seguimos siendo la patria del mal piensa y no errarás, la reserva espiritual de Occidente, con una Misión trascendental: por el Imperio hacia Dios, etc. Por eso, sabiendo que el Gran Hermano Nos Mira, que Sitel nos vigila, que el Superministro Sebastián está pendiende de cada una de nuestras palabras, he decidido expresarme libremente, con total espontaneidad:

Mi libre opinión
Opino libre y espontáneamente que algunas cosas -no diré cuáles- no están del todo bien pero que tampoco es que sean malas, sencillamente son manifiestamente mejorables.
Opino libre y espontáneamente que las Cajas de Ahorro están bien administradas, que la Justicia no es ciega, que no hay crisis, que si la hubiere, saldremos de ella, y que todas y cada una de las palabras de nuestros Jefes es cierta y digna de alabanza.
Opino libre y espontáneamente que todos y cada uno de nuestros políticos son gente estupenda, y que incluso cuando no se puede decir que lo sean,  cabe esperar que el tiempo los vaya mejorando.
Creo que el modelo territorial de la Constitución Española es ejemplar, que las Autonomías son buenas, y os pido a todos que gritéis conmigo: ¡Viva el Rey! ¡Viva el Gobierno! ¡Vivan los Magistrados y Jueces! ¡Vivan los Fiscales y los Secretarios Judiciales! ¡Vivan los Alcaldes! ¡Vivan los Concejales! ¡Vivan los Secretarios Municipales! ¡Vivan los Jefes de Negociado! ¡Viva la Policía! ¡Viva la Guardia Civil! ¡Viva la Policía Municipal! ¡Vivan los Árbitros de Fútbol!  ¡Vivan los Altos Responsables de las Barcas del Retiro! ¡Viva todo el que mande, todo el que gaste gorra, y todo el que use galones! ¡Viva el Cuerpo de Serenos! ¡Viva tu cuerpo serrano! Y sobre todo, ¡viva Sebastiane!
Como personal tributo al Sr. Ministro, y en el Día del Orgullo, reproduzco el cartel de aquella mítica película en honor del Santo que más ha inspirado a los gays de los últimos siglos. Y no me metáis en líos.

Post scriptum: una genialidad de Quino
En Argentina era relativamente popular una coplilla que la gente se sabía desde que a Adán le quitaron la costilla: "El zapatito me aprieta / la media me da calor / y el muchachito de enfrente / me tiene loca de amor" en la versión hétero para niñas -preciso, por lo del Orgullo- y añado que al calcetín también lo llaman media, allá por las tierras del Plata. Bueno pues cuando hace casi cuarenta años se tomaron nuevas disposiciones para la censura en Argentina, el bueno de Quino publicó unas viñetas con el siguiente texto:
"Voy a leerles un simple, hermoso poema:
El zapatito me aprieta.
Aqui creo necesario aclarar que esa primera linea no lleva ìmplicita una velada crítica a ningun sistema social, ni nada. Aprieta no debe tomarse como imagen de clima opresivo y el zapatito es tan solo eso: un zapatito.
La media me da calor...
Hablo de mi media, por supuesto. O sea, una austera media varonil; no de esas que ciñen intimidades femeninas a las que no ha sido mi intención referirme en ningun momento.
Y esa nenita de enfrente me tiene loco de amor.
Amor en el mas puro de los sentidos, entiéndase bien. Conozco a los padres de la citada nenita, personas de moral intachable y ejemplo de lo que debe ser una familia. Por lo tanto que nadie imagine situaciones equívocas.
He querido dejar todo bien claro no vaya a ser que alguien crea que yo soy uno de esos cretinos que, aprovechando que se puede hablar, van y confunden libertad con libertinaje."

domingo, 24 de enero de 2010

El churro alegre


La mayor amenaza sobre España pudiera ser el aburrimiento.

Si alguna vez llegara a tener un duro -posibilidad puramente matemática que Alá nunca ha contemplado- montaría un pedazo de bar/cafetería y la llamaría El Churro Alegre. Sería una cafetería estupenda y sin borrachos, que son muy pesados, oiga; y no me armes bronca, Manolo, o te pongo de patitas en la calle.
Por la mañana serviría calentitos, como llaman a los churros en Sevilla, y porras, y bollos y madalenas que para qué te quiero contar, y océanos de café con leche, café bombón, carajillo y todo lo que haga falta para la felicidad humana; y mis pinchos, como en Donosti, pinchos enormes, de atún, de tortilla, de bacalao, pimientos, panceta y longaniza, ¡pero sin etarra, eh!, y hasta mi cazuelita de chorizos náufragos en un aceite milenario,  como dice Gastón Segura. El aire carecería de oxígeno -elemento muy aburrido que no sirve para nada- así que la atmósfera ambiental consistiría en una mezcla de morcilla sublimada, residuos de mil fritangas, aroma a café y todas las variantes de humo posibles, desde el Faria al Partagás pasando por el Malboro y los Ducados.
Sería el hogar de todos los desarrapados hijos de la gleba, todos los escritores frustrados, todos los fracasados de la vida, que irían a lamerse las heridas del ego a mi cafetería y a soñar... En El Churro Alegre el bedel sueña que es ministro y el pelmazo se imagina que sabe contar chistes...
Sería un bar de verdad en el que poder decir cualquier barbaridad, tosiendo humo, los tíos poniéndose el uniforme machista, hablando mal de las mujeres -“la mejor, colgá”- y subrayando los encantos de ese bombón que nos gusta tanto y -como es lógico, justo y razonable- no nos hace ni caso; las señoras dedicándose a despellejar y poniendo a caldo a sus novios y a sus maridos, ¡y disfrutando de lo lindo, y poniéndose moradas de setas a la plancha y tortilla de jamón! Y habría mucho ruido; no me refiero a las voces y berridos de los horteras sino a ese runrún de españoles hablando alto, que es como se habla en España de toda la vida de Dios y por eso tenemos magníficos cantantes...
Y no habría hilo musical -¡sufre esgae!- sólo una pantalla gigante para los momentos importantes y trascendentales de la vida: un Madrid-Barsa, la final de la Champions y tal.
Qué maravilla poder arreglar el país durante unos minutos degustando un cafetín bien cargado, o una copa coñá, insultar al gobierno y a la oposición, ofrecer a nuestros contertulios soluciones evidentes para la crisis que los grandes expertos mundiales no han sabido ver -omnisciente que es uno- y regodearse pensando que los que mandan son unos descerebrados, perversos y que huelen a pis... El pensamiento de que todos son idiotas, luego yo debo ser listísimo, no sé si es muy maduro, pero consuela cantidad.
Y también tendría a un Cipriano o a una Venancia vendiendo puros, cigarrillos, chicles, sellos, memorias ubs, y productos femeninos para las señoras que se olvidaron de la visita del Nuncio; lo que haga falta para la vida moderna, que en El Churro Alegre no tenemos prejuicios.
Y no te quiero decir los campeonatos de mus ni las locas partidas de dominó con viejos pellejos; todo el barrio me traería a sus abuelos en lugar de tenerlos encerrados acumulando horas y perdiendo el tiempo; y estarían encantados allí, fumando como bestias y con su copita de Campari; y caerían fulminados, felices e intoxicados entre dos sillas. Una buena muerte, si señor, y no las tristezas residenciales ni las torturas hospitalarias. Hasta los adoptaría legalmente. Si dos señores pueden adoptar niños, y suponemos que los tratarán bien ¿por qué una cafetería no va a poder adoptar a un viejo, eh? Y digo viejo, que no mayor, porque en El Churro Alegre, un cartel en la puerta pondría en letras bien gordas “Prohibidos los cursis y el hablar correcto” y los ciegos no serían invidentes, ni los gordos gruesos ni los negros de color...
¡Y qué baños tendría! ¡Como los chorros del oro!
Pero sé que mi sueño no se va a cumplir y que no se trata más que de melancolía por un pasado imaginado más que recordado. Sé que los sicóticos de la Administración, esos que fingen que curran a base de molestar, conseguirían al final tocarme las narices: el inspector de sanidad, el de alimentos hidrogenados, el de la inquisición antitabaco y el observador de libertades liofilizadas. Me pondrían multas y acabarían clausurando el chiringuito, en el supuesto de que me permitieran abrirlo, que lo dudo.
En verdad en verdad os digo, que el mayor problema de España no es el paro, ni el terrorismo, ni la corrupción, ni la desintegración territorial ni todo eso que aparece en la Prensa según las modas; el mayor problema es que nos estamos convirtiendo en un país aburrido. Y eso sí que es grave.
Luis Español Bouché