Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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domingo, 25 de febrero de 2018

Vuelta a casa


Tarde en la Biblioteca Nacional, recabando textos que usaré para mis propios trabajos. Escritos que se insertarán en mis escritos, citándolos, eso sí, que una cita no es un saqueo sino un homenaje y un reconocimiento. Nuestras obras son humildes ladrillos que se insertan en la gigantesca pirámide que empezó hace miles de años en un lugar de Mesopotamia… Pones un ladrillo que se apoya sobre otros y algún día alguien usará tu ladrillo para poner encima el suyo.
Hacía tiempo que no iba a la querida BN. Todos son amabilidad y sonrisa, las camareras, las guardias de seguridad, el personal de la Biblioteca del que faltan muchos que conocí, que se han jubilado; ahora son otros los que sirven los libros. Me hacen sentir en casa. Me da igual tener que pasar, por milésima vez el control de seguridad, el escáner, siempre el mismo rollo, supongo que necesario. Ya no es una obligación molesta, es un rito de paso, una estación del más gozoso de los viacrucis. Porque sin duda Dios estará en cada sonrisa, en cada hoja que cae de un árbol, en cada estrella del Cielo, en cada átomo del Universo; pero Dios está sobre todo en las Bibliotecas. Aunque viviera mil años y leyera un libro al día, no llegaría a leer ni una fracción de los libros que tienen aquí guardados... La Biblioteca representa el verdadero Cosmos, todo lo bueno, todo lo malo, todo lo que los hombres han escrito, versos penosos y versos admirables, toda clase de textos sagrados o perversos, las primeras ediciones de Mein Kampf, las obras de Sade, las cartas de amor de Marie Curie, los Elementos de Euclides, las obras de Salgari y las de Proust, manuales, diccionarios, guías técnicas, clásicos de ayer y hoy… ¡Todo! Y es una totalidad abierta. Todos los días llegan nuevos libros, las últimas novedades por vía del Depósito Legal, y ejemplares donados o comprados… Una Biblioteca en un país libre donde no existe la censura también representa la Libertad. Nadie es tan libre como un lector en una Biblioteca, decidiendo de todos los libros del catálogo cuál va a leer hoy… El santo de Asís se emocionaba ante la Creación, hermano sol, hermana luna, hermano lobo, hermana agua, hermana muerte, yo me emociono ante la Biblioteca, donde aguardan todas las creaciones posibles a que alguien las lea...
Hoy he estrenado un libro que ha esperado setenta años a que alguien lo leyera. Estaba intonso. Un libro de 1938. Setenta años o quizá menos –quizá es el fruto de una reciente donación- esperando en un anaquel a que alguien lo pidiera. Lo llevé al control para que allí despegaran las hojas. Mis dedos han recorrido esas páginas vírgenes. Olía todavía a tinta, no diré que fresca, y al polvillo que generan los minúsculos parásitos que barrenaron algunas hojas…
Si no me falla la memoria entré por primera vez en mi casa allá por el año 1995. Todavía me acuerdo del número de carné de aquel entonces... Hoy vi un montón de amigos y conocidos leyendo, concentrados en sus trabajos. Me gustaría tomarme un café con todos y cada uno, preguntarles qué hacen, qué escriben, qué preparan, pero no quiero molestarlos. Están tan maravillosamente concentrados en sus labores... Con otros te topas en el pasillo o son ellos los que te saludan, pero no les dices nada, ¡van a leer! ¡Les esperan sus libros!
No sé qué están estudiando o leyendo, pero la única cosa que puedes hacer por un estudioso es ¡dejarlo en paz!
¡Asombraros! En el tercer milenio todavía hay gente que lee, todavía hay gente que goza de ese milagro que permite que un autor que ya no existe si no es en la Gloria, se comunique con nosotros. Quevedo lo dijo mejor que nadie: Retirado en la paz de estos desiertos, con pocos pero doctos libros juntos, vivo en conversación con los difuntos, oyendo con los ojos a los muertos.

domingo, 23 de marzo de 2014

La Horda de la Dignidad

Chocolates, puritos y conversaciones durante horas y horas... El Café Gijón es uno de los puntos fuertes de la literatura española, uno de los protagonistas de La Colmena. Como el Gijón suena más a historia de la literatura y yo prentendo ser el presente, voy más por El Espejo, que está justo enfrente de la Biblioteca Nacional, a treinta metros del Gijón. Cuando se prohibió el tabaco las tertulias interiores murieron y sólo resucitan en las terrazas exteriores. Aunque no fumo, no me molesta tener a mi lado a grandes escritores que parecen chimeneas ambulantes.
Ayer varias columnas de izquierdistas tomaron Madrid: la Horda de la Dignidad. Y para mejor dignificar su causa o lo que sea por lo que se manifestaban, quemaron el contenedor de basura de abajo de mi casa. También destrozaron el Gijón y el Espejo, y no pudieron pegarle fuego  a la Biblioteca Nacional porque estaba cerrada. Adiós amables veladores, adiós viejos amigos admirables y tan interesantes, adiós España de libros y lectores, los malos han ganado, la calle es suya y hacen lo que quieren.
Tras la orgía de violencia estúpida, habló un tal Willy Toledo, uno de esos representantes de la izquierda española que odian los libros y prohiben las neuronas, dispuesto a todo para imponernos el Estado de Felicidad, el paraíso socialista que disfrutan los súbditos de Fidel y de Maduro. El payasete que vive en Cuba en un chalé obsequio de Fidel acabó su discurso y se largó; los pacíficos papanatas que le hicieron el juego se fueron a sus casas o a sus autobuses. Y mi pobre café Espejo quedó allí, herido, con sus cristales rotos...

jueves, 7 de octubre de 2010

Vargas Llosa: un Nobel en el Congo



Un gran coleccionista de envidias

Mario Vargas Llosa tiene muchos enemigos. Le ha tocado vivir una época en que todos los que escribían eran de izquierdas, pensaban que eran de izquierdas, o se lo hacían y luego el abceso gris-cemento del comunismo reventó y la gente se retrató.
Günter Grass, antiguo miembro de las SS, hacía profesión de fe izquierdista -algo muy español, por cierto, que aquí los hijos de los azules otorgan compostelas de antifranquismo y remiendan virgos progresistas- y recuerdo que se dedicó a poner a parir a Vargas Llosa, quien le contestó con una sentida carta. A Vargas Llosa también lo odia mucho la izquierda radical, la del tiro en la nuca, ya que siempre ha estado del lado de las víctimas del terrorismo: los mil muertos de los senderistas vascos o los  treinta mil muertos de los etarras peruanos...
Además, a Vargas Llosa le gustan las corridas de toros -lo cual constituye hoy un pecado gravísimo con excomunión reservada a Su Santidad- quizá el único vicio en el que yo no incurro, porque a pesar de que los socialistas están en contra de la tauromaquia, no han conseguido convertirme en taurino, y mira que lo están intentando, ¿eh?
Supongo que a partir de hoy Mario tendrá muchos más enemigos porque claro, un Premio Nobel no se perdona así como así, y más en la Tierra Natal de la Envidia, donde todo hijoputa tiene su asiento, o su cátedra. Y como tiene muchos enemigos, y va a tener todavía más, quisiera contar algo bueno de él.
No tenéis por qué saberlo todos, pero yo he pasado algún tiempo de mi vida sobando los pupitres de la Biblioteca Nacional, gran matrona de tesis, libros y artículos de todos los que sufrimos graforrea y su derivada, la blogorrea.
Ahora van  menos investigadores porque gracias a google books y al hecho de que la fabulosa Hemeroteca Digital es accesible a través de Internet, cada día son más las fuentes disponibles en casita y poco a poco las bibliotecas se van vaciando de lectores y se convierten en nidos de opositores o de pobres de solemnidad que prefieren consultar allí su correo electrónico a tener que abonarse a algunas de nuestras timofónicas.
Sin embargo la BN sigue siendo un lugar excepcional, una rica mina de inéditos para investigadores de los siglos pretéritos como es la Sala Cervantes -foto derecha- donde Elena Di Pinto hizo sus hallazgos escarramanescos o donde se encuentran tesoros como el Suplemento del Covarrubias editado en 2001 por Georgina Dopico y Jacques Lezra.
La Biblioteca también ofrece un Salón General dónde se puede leer prácticamente todo lo que se ha publicado en nuestro idioma desde que Adán inventó la tortilla de manzanas (en el Edén no había patatas americanas).

El Congo de la Biblioteca Nacional
El Salón General de la BN -foto de la izquierda- lo llamamos El Congo, porque todos los negros de España van allí a documentarse para sus negreros. Me refiero a negros y negreros metafóricos, sin relación con la pigmentación.
En España hay muy pocos autores íntegros e incorruptibles. Se me ocurre, a bote pronto, la figura de un Alfredo Gómez Gil, el hombre que hizo descubrir a la España laboriosa y trasterrada con Cerebros españoles en USA; el defensor por antonomasia de los universitarios; recuerdo su artículo "Trata de estudiantes" que no le perdonaron algunos de los figurones -que no figuras- de nuestra intelestualidaz... Pero entre los demás grandes, pocos creen en la honestidad intelectual; la mayoría tienen negros y no dudan en ocultar a sus colaboradores ignotos y esclavos vergonzantes. Así, entre nuestros profesores universitarios, junto a luces deslumbrantes se asientan también los siniestros depredadores del pensamiento ajeno, los proxenetas del alumnado. Si os contara cuántos pretendidos historiadores firman trabajos de otros, ¡y mira que son famosos! ¡Y mira que venden!
No puede haber confianza entre negro y negrero, porque el negrero no tiene el menor interés en promocionar a su negro que lo tiene en sus manos y le puede meter en un lío. Por ejemplo si el negro plagia, el negrero firmará el plagio y será tenido por plagiario. Esa desgracia le ocurrió a Ana Rosa Quintana y a otros negreros ilustres que, naturalmente, no podían aducir para descargar su responsabilidad que en realidad el texto plagiado no era suyo...
La relación del negro con el negrero es puramente nutritiva -por pasta- o bien de naturaleza servil como la de los doctorandos o becarios al servicio del profesor, o la del periodista desconocido que le escribe los discursos al gran capitoste. En Francia es notorio que Henri Guaino le escribió a Sarkozy sus mejores discursos; también hemos evocado la figura del negro de blog, que usan determinados políticos y famosos para mantener vivos sus blogs y perfiles de feisbuc.

¿Cómo se reconoce a un negro?
El negro es discreto. No habla demasiado de lo que hace y jamás evoca para quién lo hace. Pero cuando sabes un poco de estas cosas tardas diez minutos en averiguar qué investiga y a veces consigues saber quién es el comanditario. Ejemplo: ves sobre el pupitre del presunto negro unos libros titulados: Sepúlveda romana, El alcantarillado bajo los Antoninos, Historia de Sepúlveda, Sepúlveda Clásica, Ingeniería civil preislámica en la provincia de Segovia, Historia del Alcorque en Castilla la Vieja, Arqueología Segoviana, Antigüedades Sepulvedanas, Las raíces clásicas del Medioevo: orígenes romanos de la Tierra de Sepúlveda, etc.
Sin necesidad de ser un híbrido de Grissom y Hercule Poirot, concluyes rápidamente que alguien va a publicar un trabajo sobre el alcantarillado en Sepúlveda. Si meses más tardes ves que en la Casa del Cordero o el Hogar Segoviano de turno se presenta el trabajo del ilustre profesor Don Dimas Lapresa sobre el alcantarillado en Sepúlveda, ¡ya conoces el nombre del negrero!
Por caridad cristiana, no le dices nunca al negro "sé qué eres y para quién lo haces" y si algún día coincides con él a la hora de comer o merendar pues hablas del tiempo, de cuánto Tristam Shandy hay en Jacques le Fataliste y que la chica esa de los ojos verdes, sí, la portugesa -una monada, oye- la que estudia el uso de los verbos en la novelística de Michel Butor -que hacen falta ganas- está que se rompe, ¿pero que me dices? ¡Si es del  bollo! ¡Si está enrollada con Annita la americanita! ¿Quién? ¿Lesbi-Anna, la chiflada bostoni-Anna? ¡Qué desperdicio! Fíjate, con lo simpática que es... En fin, no somos nada, las tías están locas, por cierto, ¿qué me dices de los seis roscos que le ha atizado el Madrid al Depor? ¡Asómbrate! Lo vi en directo con Jesús que es coruñés hasta las cachas, el hombre -fíjate, nació en la Calle Real-  la gracia del Madrid me  ha costado treinta euros de vellón, que tuve que invitarlo a cenar, que estaba el hombre muy afectado, vamos, con un cabreo macabeo que no te quiero contar, y bueno, tampoco es para tanto, ¿no? Se supone que el fútbol es un juego...
Antes había más tertulias en la BN y te enterabas de todo pero claro desde que prohibieron el tabaco y BN se convirtió en el acrónicmo de Bajo en Nicotina, pues tampoco es plan sentarte a tomar café en un ambiente impoluto sin esas toses espasmódicas y cavernosas que alimentan toda buena conversación. Echo de menos los "no sabe nada" del profesor Rull o los pitillos de Fernando Redondo... También extraño la sonrisa de Marion, asesinada en los trenes de marzo.
Bueno, pues este rollo, viene a cuento de que a las ladillas de biblioteca resulta muy difícil ocultarles la verdad. Todos sabemos quién es quién, si sabe algo y lo que hace. ¿Quiéres indagar algo sobre Osvaldo Soriano o literatos argentinos? Pregúntale a David Prieto. ¿Te interesa algo de Madrid? ¿Consultaste a Caprarella? La protección del patrimonio sumergido: mira, ves ese tío alto con la cartera y el sombrero, es Lancho. Vamos a veeer, gamusinos, dices que te interesan los gamusinos, oye Manolo, no había un tío francés por aquí con una tesis sobre criptozoología, sí, el del Yeti... No, hombre, no, el otro chiflado.
Y no tiene nada que ver con currículums oficiales ni con preferencias políticas. Nadie más diferente en estilo y personalidad que Pepe Esteban y Pío Moa, que piensan tan distinto aunque ambos hayan sido bibliotecarios del Ateneo; bueno, pues también coinciden en una circunstancia más: son los autores de sus libros; lo sé porque los he visto mil y una veces inclinados sobre sus pupitres. Lo mismo puedo decir de Ángeles Rubio o Juana Vázquez y ya en el sexo feo, de Agustín Rodríguez González, Antonio López Alonso, Castrodeza, César Alonso de los Ríos, Clemente Herrero, de Prada, Esdaile, Fernando Puell, Juan Pando ... Podría poner cien nombres más,  y entre ellos el de Vargas Llosa, que también ha pasado sus miles de horas en la Nacional. Os lo cuento.:
Érase que se era, hace dos lustros, y estaba yo en mi pupitre leyendo algún tostón babilónico cuando levanté mi cansada vista del libro y me encontré con la de un señor de cincuentaitantos de aspecto impecable en su camisa veraniega: era Vargas Llosa.
Me alegró ver a don Mario en la Biblioteca. Y no fue un solo día; el ahora Nobel hispano peruano estuvo allí  meses y meses. Creo, por las fechas, que estaba preparando la Fiesta del Chivo, pero puedo equivocarme. Yo nunca interrumpo a nadie cuando lee y procuro no reconocer a los famosos que quieren pasar desapercibidos, pero un día me crucé con él en la escalera y no pude evitar expresarle mi simpatía por su presencia en nuestro Congo. Sonrió. Comprenderéis que me alegró saber que Vargas Llosa es autor de sus libros, información que quiero compartir con vosotros porque sé que muchos lo admiráis. Doble alegría al saber cuántos hígados van a reventar de ira y cuántos aullidos de despecho se van a oír... ¡Soy malísimo!

martes, 21 de septiembre de 2010

La Biblioteca enjaulada

Una verja moderna afea la escalinata de la Biblioteca Nacional

El odio a lo bello y a lo bueno pensabais, pobres ignorantes, que se llamaba satanismo. Pues no; la calofobia o pulcrofobia -no sé qué término será más adecuado- es el nuevo nombre que se le da a la arquitectura (con a minúscula).
En el Diccionario Secreto de Los Que Mandan (Ed. Belcebú) están algunos de los términos adecuados para la comprensión de las avanzadas ideas estéticas de ediles, ministros y demás Chusma Horteril. En primer término está la voz tal y como la usan los Anormales y en segundo término su significado en el mundo real, de la gente normal que no se mete con nadie.
Bueno = Caro
Hacer = Perpetrar
Reforma = Desastre o Estropicio
Reformar = Desfigurar
Nuevo = Feo y/o Inútil
Y así todo. Siempre que oigo o leo noticias de que se ha aprobado un presupuesto para reformar algo, me echo a temblar... No falla. Después de la abominación de los armadillos de cristal en la Puerta del Sol, de los focos de estadio en la Plaza de la Independencia y otras aberraciones que sería larguísimo relatar, Madrid estrena una nueva monstruosidad: no sé qué genio ha conseguido encarcelar la escalinata de la Biblioteca Nacional. De la propia información de la BN deducimos que la verja durará al menos mientras se prolongue la "remodelación de la fachada". Suponemos que será temporal. Como las obras en España son eternas, ¿será también eterna la ignominiosa prisión de los libros? ¿Durará lo que duraron los andamios de San Francisco el Grande, las obras de la Capilla del Obispo, las de Sol? ¿Cuándo recuperarán su libertad nuestros escalones? Cualquiera que sea su delito, ¿tendrá fecha de prescripción?
Esa escalinata es una de las más populares perspectivas de Madrid, y allí se fotografían cada año millones de turistas. Qué hermosa imagen, la de la Biblioteca convertida en caja fuerte, en jaula de los libros... ¡ojo que muerden! Si es que ya lo decíamos al hablar de los censores de blogs, los libros los carga el diablo, y su destino ideal es una cárcel.
A las estatuas de Cervantes y Lope no se les va a acelerar el pulso por ese nuevo insulto al buen gusto; al fin y al cabo, ambos fueron huéspedes de algún calabozo, y un par de barrotes más  no van a asustarles; Vives y Nebrija se dedican a meditar, pero ¿qué dirán el Rey Sabio y San Isidoro? Están más cerca de la verja infamante y sin duda añorarán a las adorables turistas que sonríen siempre junto a sus pedestales. A lo mejor es por eso: la sonrisa es sospechosa en un país cada vez más siniestro.
El pobre Cervantes es que no da ni una. Una bruja mala convirtió el encantador jardincillo en su honor frente al Congreso de los Imputados, en un pesado mazacote de granito; ya sólo falta que derriben su estatua en la Plaza de Expaña -España, antes del Estatut- para preparar dignamente el IV Centenario de la segunda parte del Quijote (2015) y el de la muerte de su autor (2016).
Empecemos por los libros, pronto seguiremos con los lectores. ¡A la jaula, pecadores, a la jaula!
La pobre Biblioteca está gafada, y ya comentamos el increíble cese de Milagros del Corral. El próximo paso será convertir a nuestra Madre y Partera en sucursal del Corte Inglés o en un aparcamiento. Tiempo al tiempo, todo se andará.