El total fracaso de Zapatero conlleva la liquidación de la izquierda exaltada
Un problema secular de España reside en la existencia de una fracción pequeña pero activa de la "izquierda" a la que no preocupa la cuestión social, a la que no le importan millones de parados o la degradación de los servicios públicos. Es la izquierda de hace un siglo, nunca del todo enterrada, la que no cree en la democracia ni en el orden, que piensa que matar curas y quemar iglesias es la mejor forma de luchar por el Progreso, que odia la idea de España pero apoya con entusiasmo el nacionalismo regionalista, que prefiere el fracaso escolar al éxito, que quiere acabar con la monarquía para poner República y luego sublevarse contra la República para organizar la Revolución y luego organizar la Depuración de la Revolución, y así hasta el infinito.
No los vamos a cambiar. Son gente en perpetua adolescencia, cuyo acné juvenil se trasladó al cerebro y he conocido muchos de esos en el Ateneo, ya viejos, derrotados y acabados, pero siempre activistas. Nuestro presidente está liquidándolos a todos.
Me explico: Rodríguez Zapatero es un burgués que odia la Burguesía, un padre de familia que quisiera imponer el aborto post-parto, el típico alumno de colegio de curas que aborrece la Iglesia, un demócrata amigo de los antidemócratas chavistas o marroquíes, un presunto activista filogay amigo de los iraníes que los ahorcan: en definitiva es el alfa y omega de lo que no me gusta.
Me explico: Rodríguez Zapatero es un burgués que odia la Burguesía, un padre de familia que quisiera imponer el aborto post-parto, el típico alumno de colegio de curas que aborrece la Iglesia, un demócrata amigo de los antidemócratas chavistas o marroquíes, un presunto activista filogay amigo de los iraníes que los ahorcan: en definitiva es el alfa y omega de lo que no me gusta.
Los que me leen y conocen sospechan que no soy socialista. Van bien encaminados... Pero confieso públicamente que sí soy zapaterista; nadie en España ha alcanzado mi grado de compenetración con el Sr. Rodríguez. Hay gente poco informada que dice que no sabe con qué va a salirnos ahora el inquilino de Moncloa: ¿propondrá la independencia del Reino de Patones? ¿La masturbación obligatoria en Primaria? ¿Pagar la Deuda Histórica a los numantinos?
Yo, en cambio, sé lo que piensa mi admirado presidente porque si algo me disgusta sé que a él le pone, y vice versa. Y la verdad, ese grado de sintonía con un mandatario al que no tengo el honor de conocer personalmente, me hace sentirme un poco monclovita, como si en lugar de ser un pobre capullo ajeno a los resortes de la influencia, pisara las espesas alfombras del Poder.
Yo, en cambio, sé lo que piensa mi admirado presidente porque si algo me disgusta sé que a él le pone, y vice versa. Y la verdad, ese grado de sintonía con un mandatario al que no tengo el honor de conocer personalmente, me hace sentirme un poco monclovita, como si en lugar de ser un pobre capullo ajeno a los resortes de la influencia, pisara las espesas alfombras del Poder.
Y digo mi admirado presidente, porque siempre me ha parecido digno de respeto un hombre que intenta ser coherente con sus ideas, por extravagantes que sean. Y doblemente admirado, incluso con cariño, porque Rodríguez Zapatero ha arrasado con todo: ya nadie cree en las Autonomías ni en el Tribunal Constitucional, ni en la independencia judicial; todo el mundo está aburrido del guerracivilismo, harto del tercermundismo, hasta las narices de la Alianza de Civilizaciones; ya nadie aguanta el laicismo, ni el feminismo radical, ni la cristofobia, ni el abuelismo o el garzonismo, ni las demás circunstancias y valores sistemáticamente defendidos, y por tanto prostituídos y ridiculizados por el vallisoletano y sus aliados internacionales: Fidel, Chavez, Morales o el Míster Bomba iraní. Se lo ha cargado todo, incluso algo a priori tan respetable y cristiano como la Memoria de los olvidados, de las víctimas de Franco enterradas en fosas comunes. Todo lo que toca, Zapa lo convierte en algo risible o absurdo. La España del Profeta está perfectamente plasmada en la ocurrencia de poner traductores simultáneos en el Senado. Todo lo inútil y lo imbécil es zapaterable. Cuando concluya la agonía de España a manos de Zapa, no quedarán del PSOE ni las raspas y se recordarán los ocho o doce años de Zapa como el Demenciato.
Zapatero ha hecho tábula rasa, preparando el futuro de su sucesión con una labor de zapa a favor de la derecha capaz de desmoralizar a todos los suyos. Con más de cinco millones de parados al final de este año, cualquier medida que se tome a partir de 2012 o 2016 podrá ser asumida por la sociedad.
Rodríguez ha hecho posible tanto el cambio como el recambio, una verdadera refundación política, ecónomica y social.
Rodríguez ha hecho posible tanto el cambio como el recambio, una verdadera refundación política, ecónomica y social.
Podríamos militarizar los colegios e instaurar allí el saludo a la bandera y la oración matutina; podríamos reclamar los ducados de Atenas y Neopatria; podríamos aniquilar la corrupción de estos sindicatos putrefactos y reconstruir una legislación laboral lejos de las manos de los neocon; prepararemos un crecimiento espectacular de la economía, basado en el esfuerzo y en la familia, una expansión de la cultura española como jamás se conoció. Probablemente el reinado de Felipe VI superará al de Isabel y Fernando.
Toda crisis supone una oportunidad, y cuando se llega al punto más bajo, sólo se puede subir. Cualquier soplagaitas trapisonda puede suceder a Rodríguez Zapatero; cualquiera puede hacerlo mejor, porque no se puede hacer peor.
El problema más grave de España no es el no-pensamiento de Zapa, no. Es algo mucho más serio, es la inexistencia de una alternativa. De hecho, Zapa nunca ha gobernado sino que ha preferido ser la oposición a la oposición.
El amable Rajoy no sé si sobrevivirá a sus enemigos externos e internos. Ni me importa un ardite. La verdad es que el PP es un partido poco interesante cuyos altos dirigentes no se merecen el entusiasmo de sus militantes y votantes.
En el fondo, para gobernar bien durante los próximos cien años, los peposos no tienen que complicarse la vida: basta acabar con las Autonomías, liquidar el déficit público ingresando más de lo que se gasta, poner orden en la educación elevando la exigencia de calidad a profesores y alumnos; exterminar a terroristas, pederastas y violentos en general; aterrorizar a los delincuentes, y especialmente a los de guante blanco, banqueros, bolsistas y demás chorizos graduados en Deusto, Esade o en el CEU; reforzar el poder de la ley y el de los jueces; devolver la autoridad al profesorado, mandar a freír vientos a los Estados caníbales; abaratar al menos un 500% el precio del suelo y de los pisos; crear guarderías públicas gratuitas, proteger a los viejos del Dr. Muerte de turno y cosas así, sencillas y baratas.
También tiene que evitar que su propia Gente Rara, se incruste en el poder. El 99,99% del electorado ni es franquista, ni carlista, ni falangista, ni neocón, ni pederasta, así que el PP debe tomar nota y depurarse de sus propios enloquecidos.
Zapa se lo ha puesto a huevo al PP. Básicamente ya ni siquiera es necesaria la democracia interna: para gobernar mejor que el actual gobierno basta con reunir dos circunstancias: estación vertical y lenguaje articulado. Y para eso nos vale cualquier tataranieto de Fraga, cualquier sobrino o churri o yerno de no sé quién que suelen ser los que tienen el poder en el PP. Ya podemos incluso asumir los escaños dinásticos. No hace falta que los candidatos populosos tengan ni el graduado escolar. Con la regla de tres, basta y sobra. Y puesto que parece obvio que el PP, a estas alturas de la feria, no se va a renovar ni va a desarrollar democracia interna, ni elecciones primarias, asumamos que las próximas cuatro generaciones de españoles vivirán bajo el poder de una pandilla feudal. Ya no me importa. Después de Rodríguez Zapatero cualquier cosa me parece bien con tal de que:
- no roben
- no mientan
- pasen el test de Roschach
La mentira y el robo no gustan a los electores. Y la locura es peligrosa. Para locura ya hemos tenido suficiente con el Demenciato, más chiflados no, gracias. Y tampoco gente rara como el Loco de las Zanjas o los zafios puteros a lo Torrente.
Por normal me refiero a señores y señoras que cuiden hijos o padres mayores; que alguna vez hayan trabajado fuera de la política; que se levanten por la mañana y se acuesten por la noche; que de vez en cuando cenen macarrones gratinados; cosas sencillas. No es mucho pedir.
Me trae sin cuidado que sean heterosexuales u homosexuales exoarmáricos o introarmáricos -como tantos dirigentes populares-, que sean del Madrí o del Atleti, o que no les guste la paella; lo que no quiero es que engañen a sus parejas, ni a sí mismos, porque quien engañe a su amor, con quien comparte lecho y proyectos, ¿cómo no mentirá a su elector, al que no conoce? No quiero gente que quiera robarme, ni mentirme. No pido santos, que entre los santos siempre ha habido mucho desequilibrado estilita y su Reino no es de este mundo.
Ni siquiera les pido que sean católicos, cristianos, o siquiera creyentes; me conformo con que acepten 6 de los Diez Mandamientos.
Honrarás a tu padre y a tu madre. / No matarás. / No cometerás adulterio. / No robarás. / No levantarás falso testimonio ni mentirás. / No codiciarás nada que sea de tu prójimo.
Resumiendo: no pido genios sobrehumanos que sepan de qué color era el caballo blanco de Santiago; en lo que a mí respecta, pueden seguir creyendo que un kilo de plomo pesa más que un kilo de plumas o armarse con sacos y linternas para cazar gamusinos. Con que no roben ni engañen me conformo. ¿Es mucho pedir?
Si fuera capaz de desprenderse de toda esa caspa gurteliana y de todos esos hipócritas extrarrestres que frecuentan burdeles mientras hablan de los derechos de la mujer, el PP podría aspirar a gobernar durante los próximos cien años. Así de sencillo.