Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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viernes, 22 de mayo de 2020

Mi memoria histórica

Cada generación tiene su ración de desastres y horrores. Mi generación no vivió las Guerras Mundiales ni la Guerra Civil que traumatizaron a mis padres y abuelos. En cambio, le tocó vivir dos grandes desastres, el de la droga que arrasó tantos barrios y el terrorismo. Los niños de ahora no saben lo que era aquella España sin taquillas en las estaciones, con el conteo de atentados. Había varias bandas terroristas, el Grapo que destruyó California 47, donde yo iba a comer tortitas calientes y helados, y sobre todo estaba la ETA.
La ETA no hubiera sido más que una mancha de sangre en nuestra historia si no fuera por la estructura civil de aquellos desalmados que contaban en su Mordor natal con el apoyo de miles de orcos sanguinarios. Tenían su sindicato, sus curas, sus obispos, su periodico, Egin, y su partido, Herri Batasuna, hoy llamado Bildu.
Para mí Bildu es la ETA, son los amigos de ETA, los cómplices de ETA, los propios etarras reconvertidos, los que homenajean a los etarras. Cualquiera que se acerque con la mano tendida a esos asesinos, para mí, ha muerto. A mí me caía bien el obispo Munilla pero después de sus loas a la basura Setién, el obispo de ETA, Munilla ha muerto. Como han muerto todos los que siguen defendiendo a este gobierno.
Sabía que la Gran Sabandija había alcanzado otros acuerdos con la ETA. Que había firmado su primera victoria contra Rajoy -nada menos que la conquista del poder- con ayuda del escaño etarra. Que había firmado acuerdos de gobierno con ETA en Mordor y en Navarra.
Anteayer nos enteramos de un acuerdo tripartito ETA-PSOE-Podemos para reformar la reforma laboral a cambio de facilitar quince días más de estado de alarma. ¡Nuestro cautiverio colectivo ha contado con la ayuda de la ETA!

Yo no me olvido. Y para mí, todos los votantes socialistas que no renieguen de su partido y todos sus amigos en los medios, han muerto. No quiero saber nada de ellos. Que se vayan de mi vida. Yo, esta mañana, quiero recordar a los niños asesinados y heridos por la ETA, unos de tantos, los de Vic. Y quiero poner la foto de la rata inmunda que preside Bildu, el etarra Arnaldo Otegui, sujetando en sus manos empapadas de sangre el pacto firmado con el PSOE y Podemos.
Supongo que a la nueva generación, a los que no han vivido los años de plomo, estas palabras mias les parecerán incomprensibles porque la única verdad de esta vida es que los muertos se callan y sus asesinos pueden hablar.

domingo, 13 de julio de 2014

La sangre de los otros

En estos momentos un multimillonario saudí goza contemplando las imágenes de la guerra en Palestina. A su lado tiene a una de sus siete mujeres, la más jovencita, la que sólo tiene diez años a la que esta mañana enseñó cómo hay que dar de correazos a los criados filipinos, que amén de pobres son cristianos, azotables y exterminables. La niña no quería, no le gustaba la idea de pegar a la pobre Jenny, pero al final descargó su correazo sobre la espalda de la esclava.... Buenas chicas, cada una en su papel, ¡y él es el director de escena!
El Saudí observa con sumo placer el cacao que han montado sus amigos de Hamas. Secuestrar y asesinar a tres chicos no es nada, lo bueno es lo de los cohetes. Cincuenta millones de dólares tienen la culpa de los nuevos ataques de Hamas sobre Israel. Cincuenta millones que son la humilde aportación del saudí. Un diez por ciento de sus beneficios del año -¡Alá se lo recompensará con creces!- Total, ya no puede comprar más casas, ni más coches, ni más nada... Es tan rico que ha llegado a conocer ya todas las dimensiones del aburrimiento.
Hay que reconocer que los chicos de Hamás son honestos. No se han quedado con la pasta, hasta el último dólar lo han gastado en comprar a través de Teherán los magníficos cohetes chinos que bombardean Israel... Una pena que no acertaran al reactor de Dimona, imagínate la catástrofe radiactiva... Y los primeros irradiados, los propios palestinos de Gaza, todo el sur de Israel y el Oeste de Jordania, una verdadera pena.
Pero esto es sólo el apertivo. El Saudí ha pagado otros cinco millones para diez  voluntarios palestinos que ya están vestidos de blanco. Se van a volar en distintos mercados, autobuses y universidades israelíes. Ya están depilados, y han realizado las rituales abluciones... Algunos tienen sus dudas, lo de volarte en pedazos no tiene mucho futuro, pero el mulá de turno se encarga de repetirle las chorradas habituales, que sí, hombre que sí, que en el momento mismo en que revientes, te acogerán en sus brazos setecientas huríes y te bañarás en ríos de leche y miel, chaval, y a tu familia no le va a faltar de ná...
Dentro de unos días el saudí volará no en pedazos -una pena- sino en avión privado hasta Sotogrande a su fabuloso palacio donde dará fastuosas fiestas en honor de príncipes españoles y británicos a los que en el fondo desprecia profundamente. El saudí es coleccionista: durante un tiempo se interesó por los coches de lujo, las villas romanas y toscanas, hoteles en París y cosas así, pero últimamente le divierten los bufones, como a Felipe IV. No hay nada más gracioso que un rey destronado o un príncipe europeo genuflexo ante el petrodólar. Un día de estos tiene que hacer saltar al príncipe Klaus o al Archiduque Fritz por un aro o vestirlos de bailarina con tutú...
Al Saudí le gusta acariciar las nalgas de la niña mientras ve la televisión...observa a los desesperados palestinos, huyendo de los bombarderos... Buena propaganda para la gente de Hamás, ahora los judíos resulta que son los malos...¡Qué divertido! Y mientras se recrea ante la imagen de los inocentes corriendo, el Saudi experimenta una oleada de placer...

martes, 1 de noviembre de 2011

Sólo la víctima puede perdonar... si quiere.

 

En 1996 llegó al poder José María Aznar -¡quince años ya!- y con la ilusión de todos los que por primera vez pisan las espesas alfombras de Moncloa, él y su equipo cayeron en la misma y recurrente estupidez en que incurrieron sus antecesores y que cometería, de nuevo, su sucesor: pensar que se podía conversar con fieras infrahumanas como los etarras.

Años de claudicación
Estaba yo por aquel tiempo profundamente decepcionado con un PP que para alcanzar la mayoría de investidura se había rendido a los nacionalistas catalanes, tras una negociación durante la cual se había agotado toda la vaselina de las farmacias de Madrid.
Desde aquel momento, el PP aceptó la oficial persecución de los hispanohablantes en Cataluña, traicionaba un modelo viable de España y se entregaba a la locura presupuestaria de los pujolets. Incluso le regalaron a Pujol la cabeza de Alejo Vidal Cuadras, para que se entretuviera en la bolera.
Durante aquellos primeros años, para mí Aznar y su partido eran el presidente y socios de la Asociación de Amigos de Judas Iscariote cuyo único entretenimiento consiste en contar monedas, de treinta en treinta. Aznar incluso había adoptado el idioma de los malos y no hablaba de ETA sino del Movimiento Vasco de Liberación, (vídeo aquí).
Supongo que Aznar se dejaba llevar por su sincero deseo de acabar con la excepción española, es decir,  décadas de terrorismo. La misma ilusión que sufrió luego Rodríguez Zapatero o que experimentaron antes Felipe González con sus argelinas conversaciones, y antes que él Calvo Sotelo y Suárez. Al fin y al cabo, Aznar sabía muy bien con quién hablaba puesto que había sufrido en propia carne un atentado de la ETA, siendo todavía jefe de la oposición y sólo salvó el pellejo gracias al blindaje del coche. Me impresionó, por cierto, su serenidad tras el zambombazo.
Durante 1997 y 1998, el Gobierno del PP se empecinó en mandar mensajes equivocados mientras que Eta mataba, y mataba, y seguía matando, entre otros a Miguel Ángel Blanco o a los esposos Jiménez Becerril. Sin embargo en noviembre de 1998 Aznar seguía diciendo "Por la paz y por sus derechos no nos cerraremos, sino que, por el contrario, nos abrimos a la esperanza, al perdón y a la generosidad, y por la paz pondremos lo mejor de nuestra parte para hacerla definitiva con la ayuda y la esperanza de todos" (vídeo aquí). ¿Perdón? ¿Generosidad? Al oír esas palabras, yo reventaba de pura rabia...

La Ley de Partidos y el homenaje a las víctimas
Más tarde Aznar recapacitó y empezó una política de ayuda y de reconocimiento a las víctimas de los terroristas a los que los gobiernos anteriores del PSOE y la UCD ni siquiera se dignaban recibir. Yo colaboraba lo que podía con la AVT y Aznar me empezó a caer bien por primera vez el día en que vi que se sacaba el pañuelo para enjugar las lágrimas de una pobre señora rota por la emoción, que recogía una medallita en recuerdo de su esposo asesinado.
Tras el atentado de Santa Pola en que murieron dos personas, una de ellas una niña, Aznar fomentó una Ley de Partidos que suponía la ilegalización de las organizaciones que no eran más que la proyección electoral de la siniestra banda.
Me dio mucha pena que un hombre que, finalmente, había asestado grandes golpes a la banda terrorista, tuviera que marcharse en las circunstancias en que se marchó, con el mayor atentado de la historia de Europa y doscientos muertos. Me caía y me cae bien; y por eso no entendí sus días de amor y rosas con Gadafi cuando todavía no han recibido ninguna explicación "oficial" las víctimas del atentado de El Descanso, que fue cosa probablemente financiada por Gadafi, patrocinador y mecenas de grupos como Yihad Islámica.
El final deseable de la ETA
Pero no adelantemos acontecimientos; situémonos a principios de 1997. Como siempre los curas, obispos y políticos vascos hablaban de paz y de perdón; yo notaba -los hechos me dieron la razón- que existía mucho capullo en Moncloa dispuesto a equivocarse, one more again. La posibilidad de que el PP claudicara en eso como había claudicado en el tema catalán, no era una fantasía sino una amenaza muy real.
Para que os hagáis una idea de mi estado anímico por aquel entonces, os confesaré que soñaba con acompañar a Virgilio a los infiernos, para visitar la ardiente piscina de pez y azufre que espera -nadie lo dude- a los obispos y curas vascos -la hipocresía no tiene redención- y soñaba con montar guillotinas a vapor para descabezar de una vez a la ETA, sus bombas y sus sobras, un remedio radical para exterminar de raíz aquellas sabandijas. De vez en cuando me dan arranques jacobinos y me pongo el gorro frigio, perdone Vd.
Ahora he cambiado de opinión, creo que ningún verdugo debe ensuciarse las manos con la sangre de un etarra; y siguiendo las directrices de un sapientísimo amigo, creo que lo que hay que hacer con esas alimañas es encerrarlos de por vida en un calabozo hasta que el Ángel de la Muerte pase a visitarles. Eso sí, para ahorrar presupuesto -que mantener un tío en la cárcel sale caro- les ofrecemos una pastilla de cianuro una vez al mes, para que ellos mismos sean, cuando quieran, el brazo ejecutor de su destino. ¿Que no se la toman? Estupendo, hasta el mes que viene, Iñaki, cuídate.

Una carta al director
Corría el año 1997, era un 12 de enero y ABC publicó una carta al director del menda, una cartita sin importancia pero cuyo texto -cambiado por el periódico pero fiel esencialmente al contenido original- podría republicarse una y otra vez, cambiando sólo la fecha. Decía el texto de la cartita:
Sr. Director, En Francia, durante el verano de 1944, verano de Liberación y también de Depuración, en las calles de Tolouse se podía leer un cartel que rezaba lo siguiente: "Perdonar a nuestros propios verdugos es alcanzar una suprema grandeza. Perdonar a los verdugos de los demás es cometer un crimen contra la justicia; es convertirse en el cómplice de la infamia; es un atentado contra el honor de la Nación". Medio siglo después, estas palabras no han perdido un ápice de actualidad. Luis Español.

Los hermanos Karamazov
Un solo apunte más; los autores del cartel sospecho que se inspiraron en la novela Los hermanos Karamazov. Ivan Karamazov, el dramático representante del humanismo ateo, le refiere a su hermano Alejo (Aliocha) la tremenda historia de un general que había hecho despedazar un niño por la jauría; y luego añade:
No quiero que la madre perdone al verdugo: no tiene derecho a hacerlo. Le puede perdonar su dolor de madre, pero no el de su hijo, despedazado por los perros. Aunque su hijo concediera el perdón, ella no tiene derecho a concederlo.
Y yo grito, ¡Viva Kamarazov! leñe, y repito que "perdonar" a los etarras es cometer un crimen contra la justicia, es hacerse cómplice de una infamia y un atentado contra el honor de España.

viernes, 6 de mayo de 2011

Los payasos son gente respetable

No sé por qué se empeñan en llamar payasos a los magistrados del Tribunal Constitucional.

Los payasos son gente respetable, sobre todo los que tienen gracia. El buen payaso practica un humor blanco, elemental, muy accesible, de golpes, gritos y bofetadas, sorprende y emociona y a los niños les encanta porque lo entienden. Y no sólo a los pequeños, también a los que peinamos canas. Son impresionantes las imágenes del beato Karol tronchándose delante del payaso Japo. Tengo un inmenso afecto por Charlie Rivel, que me hacía reír a carcajadas; conservo un gran cariño por la familia Aragón y los grandes Fofó y Miliki; me encantan las pelis cortas de Charlot -las largas son más cansinas- y todavía más las de Harold Lloyd. El Gordo y el Flaco me han hecho sonreír, y casi reviento de risa la primera vez que vi a Mister Bean preparándose una ensalada, tumbado en el sillón del dentista o subiéndose a un trampolín. Y no os cuento los excelentes ratos que me han hecho pasar doña Rogelia, Eugenio, o Juan Tamariz.
Por eso me fastidia tanto que llamen payasos a esos sapientísimos, doctísimos y excelentísimos señores magistrados del Tribunal Constitucional -que Dios guarde- cimas de la Ciencia Jurídica, castálida fuente de inmarcesible doctrina, alfa y omega de toda justicia,  tan majos ellos que bendicen el regreso de ETA a las instituciones permitiendo que se presente a las elecciones, para que puedan recibir jugosas subvenciones y acceder a los censos electorales. Vale tíos, ¡os habéis lucido! Y por más que lo intento, la verdad, no consigo verle la gracia al asunto.