Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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miércoles, 18 de septiembre de 2013

El miedo no da alas

El problema de Cataluña no es el fanatismo de los catetalanes que reivindican un futuro soñado a partir de una historia inventada. El problema de Cataluña es la cobardía de los catalanes que no son catetalanes pero no se atreven a mostrarlo. La inmensa mayoría silenciosa, el rebaño mudo que lo acepta todo "para no meterse en líos".
En Mordor ocurre lo mismo. Gobiernan los malos, los orcos, los vasquerosos. Y los vascos que no son vasquerosos calladitos. Con honrosas excepciones. Honrosas, sí; pero excepciones.
A nivel nacional no salimos de lo mismo. Los españoles no van a luchar por su patria, son incapaces de pensar desde una perspectiva colectiva. Y por eso los van a dejar sin país, sin patria y sin futuro. Y veremos una vez más una minoría fanática imponer su lógica monstruosa a una mayoría abúlica. Y seguirán abusando, hasta que la mayoría se harte; que se hartará.
Ya lo decía el viejo Winston: "Os dieron a elegir entre el deshonor o la guerra, elegisteis el deshonor y tendreis la guerra".Y contrariamente a lo que pensaban los normandos de Astérix, el miedo no da alas...

domingo, 21 de julio de 2013

El caso Carromero: un año después

Mañana se cumple un año del caso que evidenció -otro más- la profunda corrupción moral de España y la cobardía intrínseca del Partido Popular no sólo de sus dirigentes actuales sino de su teórico recambio, sus "juventudes". Durante todo el tiempo que permaneció secuestrado por la dictadura cubana Ángel Carromero, ni uno solo de los miembros -escasamente viriles- de  NN.GG. organizó una sola manifestación de apoyo a su compañero preso. Al contrario, se dedicaron a filtrar a la prensa datos que podían perjudicar la imagen del secuestrado.

Los que se retrataron
Políticamente, el caso Carromero mostró que la izquierda nunca condenará el régimen liberticida de Cuba pero que tampoco podíamos contar con la derecha para defender las libertades, ni siquiera la libertad de un ciudadano español secuestrado por una tiranía extranjera.
El caso mostró las vergüenzas de nuestros Colegios de Abogados y activistas de derechos civiles, siempre tan activos cuando se trata de defender los derechos de alguna sabandija etarra, pero que callaron como tumbas en este asunto.
La Prensa Española quedó mucho mejor que los políticos (tampoco era tan difícil). Con la triste excepción de algunos medios, que sirvieron de correa de transmisión de la dictadura cubana, muchos periodistas españoles se portaron bien. Recordemos a Carlos Herrera, Hermann Tertsch, las redacciones de La Razón, ABC, Intereconomía y Onda Cero, que nunca abandonaron a Carromero. Entre los grandes intelectuales españoles comprometidos con la libertad, destacó Amando de Miguel.

El Caso Carromero en este blog
Ese caso me pareció tan escandaloso que le dediqué doce entradas de este blog


viernes, 4 de noviembre de 2011

Héroes y ángeles de la vida corriente



El otro día entrevisté a Tintín, el de verdad, que a sus ochenta años tiene problemas muy serios de próstata y vive recogido por las Hermanitas de los Pobres en Guijarrón de los Manganeses; él no podría pagarse ninguna residencia. Me decía, cariñosamente, "Ay, Luis, si me hubiera ocupado a tiempo de mi pensión, otro gallo me cantara. Al pobre capitán le engañó su sobrino y ahora Moulinsart es un club de alterne".

En la misma residencia también está recogidito el capitán Trueno, que no sé si sabéis que en realidad se llama Martín de Secarral; lo de Trueno era un nombre artístico. Trueno tiene la vida interior de una coliflor desde el ictus aquel que le dejó babeando sobre un sillón. Las monjitas lo mueven, lo lavan, y lo sientan; mira la pared con sus ojos vacíos. Una vez al mes Crispín viene a visitarlo, el joven efebo es ahora un señor calvorota y entrado en años, con la pierna renqueante, que le habla a su viejo amigo de los viajes y aventuras que soñaron alguna vez, en las mazmorras de Bruguera. Pero Trueno sospecho que no se entera de nada. O quizá sí, nadie lo sabe, por eso seguimos hablándole, vaya Vd. a saber.

Tintín y Trueno eran valientes, osados, ingeniosos. En el mundo real, ese del que no hablan los medios, se lidian muchas batallas cada día, pero son batallas del Derecho, de normas, de cláusulas, de la letra pequeña, de seguros, de contratos, de pólizas... En esas batallas, Tintín y Trueno son vulnerables, están completamente desarmados. Lo suyo era la Aventura y por eso ahora están donde están.


Un amigo auditor
Hace unos días me tomé un café con un héroe. No es alguien conocido, ni falta que le hace. Es un hombre corriente, en apariencia, que sabe de cuentas. Está cada día más joven y entusiasta, le gustan más las señoras que comer con los dedos y nos parecemos en que se levanta feliz con ganas de zamparse la vida a mordiscos.
Es perito mercantil, auditor jurado de cuentas, antiguo profesor de la Complu que siempre ha estado del lado de la Justicia y de lo correcto cuando había que estar y no a toro pasado como hacen otros; es una de esas personas que se encargan de comprobar que las cosas se hacen como Dios manda, como se tienen que hacer, y punto. Como él, abogados, jueces, fiscales, procuradores, peritos y auditores, inspectores, profesores, notarios y registradores constituyen una categoría humana muy especial la de aquellos de los que depende que se haga justicia o que se consienta la injusticia. Pongamos unos casos muy sencillitos y sangrantes:
  • A esta viejita su sobrino la quiere liar para que firme unos papeles, "me vendes el piso por una renta vitalicia, fíjate, tita, con la de vida que te queda por delante a tus 93 años y te quitas de problemas..."
  • A esa mujer su ex-marido le ocultó pequeños detalles de la gestión de la empresa, y por eso le pagó cinco por lo que valía cuarenta.
  • Esa empresa va a cerrar porque sus clientes no pagan, dicen que son insolventes. Pero antes efectuaron un levantamiento de bienes que dejaría temblando a Curro Jiménez.
  • La viuda y la hija de uno tan golfo como tonto descubren que puso el piso donde viven como garantía de un crédito.
  • Una señora, hija natural de un hombre rico y sin conciencia, no recibe su parte de la herencia porque su padre donó antes de morir todos sus bienes a sus otros hijos.
Muchas veces las injusticias se consuman porque los buenos las consienten. Otras veces son los propios jueces los autores de injusticias flagrantes e inapelables. Dante me chivó, por cierto, que en el Infierno los magistrados prevaricadores tienen una piscina de pez y azufre hirviendo justo al lado de la de los curas vascos, a los que asan dos veces.
Otras veces intervienen esos anónimos ángeles de la Guarda y la Justicia toma cartas en el asunto; a veces, incluso, la mera presencia del ángel aborta una mala iniciativa o soluciona la situación sin que nadie tenga que gastar un duro en pleitos: actos de conciliación o reuniones familiares, mucho grito, mucha tontería, mucho te odio y ya no te junto pero salen todos de allí satisfechos y habiendo firmado. Ahora están enfadados, escocidos y encabritados, pero mañana se darán cuenta de que se han hecho a sí mismos un favor.
 
España está plagada de héroes
Sé de honestísimos directivos de instituciones financieras que fueron prejubilados por negarse a apañar cuentas o por informar de la situación a quien debían informar.
Sé de honestísimos interventores de organismos putrefactos, que han soportado lo insoportable y un mobbing monstruoso porque no se callaron.
Sé de secretarios municipales que han vivido infiernos por no tragar, por no firmar informes infirmables.
Me resulta simpática y digna de admiración la figura de Erik Martel, un cónsul de España en Miami que durante el Felipato sufrió una persecución en toda regla por negarse a dar su consentimiento y su aval a uno de los innumerables y escandalosos negocios relacionados con la Expo de Sevilla.
Sé de coroneles que no ascendieron a general, porque no se callaron.
Sé de políticos valientes y honestos, que nunca serán cabezas de lista porque, precisamente, por ser honestos, ¡no se fían de ellos! Y allí están. Tratan de hacer las leyes o sus enmiendas lo mejor posible; tratan de gobernar con equidad, tratan de trabajar en las Comisiones y cuando ven algo que no les gusta, lo dicen aunque les miren mal.

Otros tragan, otros transigen, otros como los tres famosos monos, ni ven, ni oyen ni hablan.
Allá ellos. Se irán de este mundo, como todos, pero con el sabor amargo de la derrota personal. Puedes tener mucho éxito, pero si te vendes, tú mismo te derrotas, tú mismo te crucificas.
De qué te sirve el dinero, el piso de lujo o las sábanas de seda si no puedes mirarte en tu espejo interior.... Incluso los que sin haber hecho nada muy malo sencillamente tampoco han hecho nada muy bueno porque prefirieron consentir con su silencio. En esa extraordinaria obra que es Cyrano de Bergerac, reconoce el duque de Guiche:
Voyez-vous, lorsqu'on a trop réussi sa vie, / On sent, -n'ayant rien fait, mon Dieu, de vraiment mal! / Mille petits dégoûts de soi, dont le total / Ne fait pas un remords, mais une gêne obscure [...]
No se puede decir mejor.

sábado, 5 de febrero de 2011

La muerte de Cyrano

J'ai décidé d'être admirable,
 en tout et pour tout.

Estoy harto de mencionar en este humilde blog a gente repulsiva e insignificante; políticos mediocres que no tengo el disgusto de conocer, por no hablar de verdugos como Franco, Bolívar, o los sátrapas de la China, que en el fondo carecen de cualquier interés y cuyo poder se puede medir en hectólitros de sangre. Así que voy a cambiar de tercio y escribir sobre aquello y  aquellos que conmueven, elevan y entretienen nuestras avejentadas almas; ya he dedicado alguna entrada a jóvenes valientes y a reyes santos, a los pies de Madre Teresa o a la extraordinaria reconstrucción de la catedral de Cristo Salvador en el corazón de Moscú. Toca hablar ahora de personajes de ficción que son modelos absolutos de grandeza.
Por ejemplo, se cumple el próximo día 20 el vigésimo aniversario del estreno de la versión española de Cyrano de Bergerac, quizá la mejor película francesa de su generación. La obra de Rostand ofrece en sí misma la perfección de la obra clásica, cuyos versos repiten de memoria los aficionados; pero es que los actores y la ambientación son tan maravillosos que esa ingeniosa patraña nacida en la mente del dramaturgo se convierte en aparente realidad histórica.
El personaje literario de Cyrano -no viene a cuento aquí hablar del Cyrano que existió, el de verdad- ofrece varios rasgos, alguno tan  negativo como su esterilizador complejo de feo o tan antipático como su agresiva chulería de castigador, que lo asemeja a un vulgar matón; y junto a estos defectos, un torrente de virtudes: su ingenio, su valor, su extraordinaria delicadeza enfundada en su corpachón de guerrero y esa generosa locura que fluye del amor absoluto, verdadero, tan auténtico como desesperado que le lleva a ayudar a Christian a seducir a Roxanne, la mujer que Cyrano ama por encima de todo, su dulce prima; y es que para Cyrano, es más importante la felicidad de su amada que la suya propia.
Cyrano destroza su vida, hombre que pudo serlo todo y acaba convertido en nada. Es consciente en todo momento de su decadencia, de su absurda existencia, de su catastrófica trayectoria.
Sin embargo, el público está con él. Millones de corazones en el mundo se han enternecido con la última escena de Cyrano, cuya  muerte supone un último fracaso: "J'aurais tout raté, même ma mort". No fallece con las armas en la mano defendiendo su honor o el de su Rey sino a consecuencia de un cobarde atentado, de un leñazo traidor que le propinan unos lacayos. Justo antes del inminente final, desenvaina su espadón para encontrarse con la Muerte; la agonía le hace adivinar entre las sombras la maligna presencia de sus viejos enemigos: la mentira, los compromisos, la cobardía, la estupidez... Y se enfrenta a ellos: "Je me bats, je me bats, je me bats". Lucha inútil y admirable: "Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès. Non! Non! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile". La traducción inglesa que acompaña a las imágenes es pésima; mejor no entender bien el texto francés que entenderlo mal.




Y tras ver la película me pregunto si también yo sería capaz de asumir como programa vital esa voluntad de ser admirable. "J'ai décidé d'être admirable, en tout et pour tout". ¡Qué programa para una vida! ¡Qué envidia me da! Incluso Marco Aurelio hubiese sonreído...