Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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martes, 19 de noviembre de 2013

Los ausentes

En el fondo ser malo es tan mediocre y tan aburrido. Cualquiera puede matar, cualquier imbécil puede segar una vida. En cambio para ser un buen médico hay que estudiar toda la vida. Sólo ha habido un Diego Velázquez, pero cualquiera puede quemar sus cuadros.
Crear un hogar, tener un amor, dar la vida es tan bonito... criar un niño, amarlo, educarlo. El otro día estuve con unos papás que adoptaron a una niña especial, con su carita de luna. La niña es difícil a veces -algunos Down lo son- pero estaba ensimismada con un juego de construcción... Ahora prácticamente ya no hay Downs en España, los han abortado a todos. A veces imagino qué seria de nuestro mundo si a cada uno de esos 150.000 niños que son troceados antes de nacer le hubieran permitido vivir.... Santos y criminales, gente buena y mala, personas, humanas, pecadores como yo, genios e imbéciles.... Pero no están. No está su sombra. Sólo sabemos que no están porque los dos millones de troceados desde el 85 habrían compensado un poco el envejecimiento de España, país de viejos. En Madrid cada vez veo menos niños. Nos parecemos cada vez más a Roma, en que no hay. Y por nuestras calles repletas de ancianos me imagino fantasmas de tres, diez, veinte, treinta años, los fantasmas de los ausentes. Para siempre...

martes, 20 de diciembre de 2011

Nuestro islámico futuro



 
Comentaba en mi entrada anterior que, si nos atenemos a su discurso, Rajoy no tiene previsto realizar nada en el ámbito familiar -al margen de sacarnos del paro- ni luchar contra el aborto -más de ciento diez mil niños cortados a cachos en España el pasado año, de los cuales 20.496 sólo en Madrid- a pesar de catástrofe demográfica española. Pues yo ya sé quién va a disfrutar de esa prometida prosperidad: los españoles musulmanes, benditos sean.

El Islam imprevisto
Estoy aburrido de recibir incontables emilios denunciando el supuesto peligro de la islamización de Europa. Sobre todo porque no se trata tanto de una victoria de los hijos de Agar como del fruto de dos siglos de anticristianismo feroz en el Continente cristiano por antonomasia.
Francia, por ejemplo, ha sido la patria del laicismo desde la separación, brusca y dramática, de la Iglesia y del Estado. Los laicistas han estado particularmente obsesionados contra la Iglesia Católica, el enemigo a batir desde que Voltaire proclamara "Écrasez l'Infâme". Y durante ese dos veces secular combate contra la Cruz, que llevó a tantos clérigos y monjas a la guillotina o al paredón, se han olvidado de que había otras religiones, otros credos, a los que no se perseguía.
Hace algo más de un siglo, el presidente Loubet y el ministro Combes expulsaban a miles de sacerdotes, disolvían congregaciones enteras, y ponían trabas a la tarea evangelizadora de los misioneros católicos en el África del Norte bajo dominio francés. Fruto inesperado de ese anticatolicismo es la victoria del Islam que nadie esperaba ni previó, cosa de lo más normal en el curso de la Historia. El Principio de la Responsabilidad Histórica de Mirameba y su corolario lo dicen claramente:
1. el que tiene el poder nunca se entera de nada
2. el que se entera de algo, carece de poder.

En España hemos seguido los pasos de Francia, pero la responsabilidad no es sólo de los laicistas sino de la propia Iglesia. En Cataluña, por ejemplo, la iglesia no es más que un instrumento al servicio del separatismo. Así, mientras los prelados catalanes se entregan al  nazi-onanismo catalanista y permiten que se aborte en sus hospitales, sus calles se han llenado de musulmanes. Si lo piensas bien, no deja de tener su gracia, suena como a castigo bíblico; pero dado como está el patio, el Islam no es un castigo, sino una bendición.

Calle de Marsella
Hoy el Islam es la religión más pujante de Francia, el futuro religioso del país. Las laicas instituciones quieren ponerle parches al tema, un día hacen una ley contra  el velo, y otro votan leyes que prohiben las oraciones públicas en la calle. Con la ley francesa en la mano, ¿se suprimirían en España las procesiones de Semana Santa? En este sentido, el Islam se ha convertido en un inesperado aliado pasivo del anticristianismo de los laicoborrokas. Además, esos parches legales son contrarios a la Declaración Universal de los Derechos Humanos que consagra la libertad religiosa en su artículo 18: 

"Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia".

Curiosamente, ese artículo que muchos musulmanes se pasan por las narices -al apóstata, al que deja el Islam, Mahoma autoriza a matarlo, así como suena- sin embargo les protege en las naciones que asumen la obligación de respetar tanto la fe como sus manifestaciones.
 
Sin futuro
La verdad, es que no tengo especial simpatía por las creencias islámicas o el modo de vida de los musulmanes. Islam significa sometimiento y musulmán significa sometido; y yo soy muy rebelde; cada día más. Pero el hecho es que nuestros queridos hermanos musulmanes tienen hijos a racimos; yo no. Podría deciros lo mismo de muchos gitanos ejercientes, judíos ortodoxos e incluso de movimientos cristianos ultrasupermegacarcas. Su modo de vida no me atrae en absoluto, ni su visión de la mujer, ni sus costumbres, ni sus creencias. Pero ellos tienen hijos, y yo no; ellos tienen futuro y yo no. ¿De quién es la culpa? Solo mía, suya no.

La niñofobia de la España oficial
A los españoles en general les encantan y divierten los niños. Pero la España oficial es niñófoba. A una española le ponemos más fácil abortar que encontrar una guardería para sus hijos, y lo de conciliar la vida laboral con la familiar suena a chiste malo: si pides permiso de maternidad en una empresa, te echan. Así de claro.
Para daros una idea del alto grado de gilipollez de nuestras autoridades, os diré que en el  corazón de Madrid hay edificios públicos gigantescos como el Banco de España o el Ministerio de Sanidad, que no tienen guardería. Si por casualidad alguno de los miles de hombres y mujeres inteligentes y currantes que trabajan en el Banco de España o en Sanidad comete el desliz de tener algún hijo, no puede llevárselo al curro. Hablo de un ministerio y de instituciones que debieran dar ejemplo y ser la pauta del comportamiento, bla, bla, etc., tralalá. De verdad, si yo tuviera una fracción de poder, os garantizo que iba a convertir medio Madrid en una inmensa guardería repleta de churumbeles, pero no os preocupéis, no se dará el caso.

En España, toda la estructura familiar ha sido asesinada a sangre fría desde hace más de un cuarto de siglo por los responsables de mantener un entorno económico cuyo objeto es claramente antifamiliar: sin guarderías y con pisos imposibles de adquirir. Dos generaciones de españoles sin nido. Los ricos sí tienen hijos y sus mujeres pueden incluso trabajar, que para eso hay otras mujeres que atienden al niño a cambio de un sueldo. ¡Gran modelo! La libertad de una persona a cambio de la servidumbre de otra... Así, nuestra sociedad va a su colapso; las parejas machistas triunfan y las mujeres más brillantes, las que trabajan y estudian, una de dos, o pueden pagar una sustituta o se quedan sin hijos o tienen uno solo, y ya tarde. Por eso somos el país que más adopciones realiza de todo el mundo. Ya hace un montón de años, recuerdo que escribí en un libro ahora obsoleto el siguiente párrafo:

Por otro lado la pretendida gran familia europea, más que familia parece un asilo de personas mayores, enfermas, egoístas, cascarrabias y sin hijos, que sólo tienen fuerzas para discutir entre ellas y amargarse mutuamente lo que les queda de vida. Tras el suicidio demográfico occidental, el viejo Continente es un continente de viejos. El futuro de Europa consiste en la paz de los cementerios y de las cunas vacías. Así que el debate monarquía-república, en el deprimente contexto del ocaso general de Occidente, no reviste la menor importancia.

Un trabajo de 1997 publicado en 1999, doce años ya... ¿Véis algún cambio?

El islam es el futuro
Por eso, si muchos ven a los musulmanes como una amenaza, yo prefiero verlos como un ejemplo. El islam es el futuro.
Ellos han acertado; nosotros nos hemos equivocado. Después de trece siglos, Tarik, finalmente, ha regresado, y esta vez para quedarse. Por si las moscas, yo me he comprado un método de árabe sin esfuerzo, para ir adaptándome. Porque musulmanes serán los me cuidarán y musulmanes serán los que me limpien el culo si llego a viejo y sobrevivo a los neonazis de la eutanasia; porque los enfermeros no se llamarán Pepe, Marichús o Manolo, sino Mohammed, Dris o Fatima. Ya sé que serán españoles y hablarán español, pero el Corán hay que leerlo en árabe clásico, así que tendré que aprender cómo se dice en V.O. eso de Lā 'ilāha 'illā-llāhu Muhammad rasūlu-llāh.

¿Prosperidad sin niños?



Proclamado el Estado de Decepción
Vaya por delante que cuando le voté, sabía que Mariano Rajoy no era Superman, ni Batman, ni el Hombre Elástico, ni la Masa, ni la Mujer Pantera, ni el Hombre Alcachofa. No pretendo superhombres con superpoderes sino gente más o menos normal que no quiera como el Demente ganar la batalla del Ebro al cabo de setenta años y esas cosas raras del Z y zuz mariachiz. La única virtud que le reconozco al Z es que ha destrozado la izquierda española y particularmente esa secular catástrofe llamada PZOE, por eso me gusta tanto.

Pero hay que reconocer que Rajoy sí tiene un superpoder. Es el hombre más aburrido a este lado de la Galaxia. El que busque en su discurso una idea brillante, un verbo ágil, una idea, algo de vida, quizá llegue a decepcionarse. Ayer, oyéndole, mi coñazómetro se derritió echando chispas. Le hemos dado el Poder a Bostezoman, Rolloman, Coñazoman, Tostonman, Boringman, como prefiráis llamarlo. Me lo voy a grabar para los díos de insomnio.
La estrategia del gallego, de cara a las elecciones venía a ser "no prometo nada y así nadie se decepcionará"; espero que no se tire así la legislatura "no tomaré ninguna medida, así nadie se enfadará". Después de siete años y medio de demenciato necesito cambios razonables y no la hábil estrategia de Don Tancredo.

Ni una palabra sobre las cunas vacías
De entrada, ayer el Sr. Rajoy dejó claro que el envejecimiento de la población española no debe ser un problema y que no va a tomar medidas sobre el aborto: ni una sola vez ha pronunciado la palabra nacimiento, envejecimiento o aborto. Podéis comprobarlo vosotros mismos en este enlace.
Los Rajoyboys que le escriben los discursos deben pensar que el objetivo prioritario es un rápido crecimiento económico, recuperar la prosperidad perdida. Me parece estupendo, mi ansia de euros es tan grande como la suya y me parezco a Carpanta ante un pavo de Navidad, babeando de hambre y de codicia, pero la duda que tengo es ¿para quién vamos a crecer, y quiénes van a disfrutar de ese crecimiento venidero? Porque -lo voy a decir bajito, para que no me acusen de rojo fascista, disolvente, judeomasón y de las JONS- somos el país de la OCDE con tasa más acelerada de envejecimiento. Dice el INE en sus proyecciones que "por cada 10 personas en edad de trabajar, en 2049 residirían en España casi nueve personas potencialmente inactivas (menor de 16 años o mayor de 64). Es decir, la tasa de dependencia se elevaría hasta el 89,6%, desde el 47,8% actual" (los detalles, aquí). Así que si los diez españoles tienen todos empleo, tendrán que mantenerse a sí mismos y a otras nueve personas. Mmmh, ¡brillante futuro! Pero para los Rajoyboys eso por lo visto no es un problema y, demográficamente, España está que lo tira. Ni una palabra, nada.


Un país sin niños
El camino de España o de Francia es el camino de Occidente, y resulta muy atractivo. Es un camino que sabe a libertad, y por lo tanto a prosperidad. Pero en alguna parte del camino, nos hemos equivocado. Hemos fracasado como sociedad porque no tenemos hijos y sin hijos no hay sociedad posible. Y, como recordaba hace cuatro días, nosotros troceamos a nuestros hijos y en sólo un año, sólo en Madrid, hemos pasado por la trituradora del doctor Morín a tantos niños como habitantes tiene Algete. Las generaciones se encadenan a lo largo de siglos y milenios. Pero si se rompe un solo eslabón, si una generación no es capaz de crear otra que le sustituya, la cadena se interrumpe y termina. De nada sirve la eficacia, el desarrollo económico, la enseñanza, si no hay niños que disfruten de esos tesoros, que los aprovechen. O nos encaramos a este toro, o se cierra la plaza.