Ahondar en tus pensamientos, en tus sentimientos. Pensar y sentir. Quitarte la correa, el collar y el bozal.
Despelótate. Desnúdate de prejuicios, despójate de tus miedos de todas esas hojas viejas que disimulan quién eres tú.
Tienes miedo a las preguntas; razón de más para hacértelas. Te asustan las respuestas y te olvidas de que la peor verdad siempre valdrá más que la mejor de las mentiras. No puedes permitir que el miedo a la vida te prive de vivirla. ¿Tienes miedo de descubrir quién eres? ¡Menuda tontería! Serás quien quieras ser. Los papeles no están repartidos para siempre, y además, cambian con cada obra...
Así que hazme un favor, aparca las drogas y el alcohol, no me hables de las virtudes de la ayahuasca, esa droga para pijos, ni del blanco polvo que disuelve tabiques nasales o de las hojas milagrosas de los porreros. Guárdate tu propaganda de mierda y la mierda de la que haces propaganda.
Consumir cualquier tipo de droga es una confesión de impotencia y debilidad: te escondes en la droga. Las drogas no son para los jóvenes, para quienes pueden modificar su vida y adaptarse a los problemas; las drogas son un regalo de Dios para el enfermo terminal, el que sólo puede esperar y desear otro mundo mejor porque éste se le acaba ya y entre dolores. Un cáncer te devora, te quedan tres semanas antes de que las células malignas derroten los últimos esfuerzos de los médicos, pues tómate lo que quieras hombre… Pero que un chaval como tú se esconda de la vida, es de gallinas.
No busques fuera lo que tienes dentro. Bebe agua, haz deporte, lee libros. Déjate fluir... En un momento dado descubrirás lo que tengas que descubrir. Y seguirás adelante.
Despelótate. Desnúdate de prejuicios, despójate de tus miedos de todas esas hojas viejas que disimulan quién eres tú.
Tienes miedo a las preguntas; razón de más para hacértelas. Te asustan las respuestas y te olvidas de que la peor verdad siempre valdrá más que la mejor de las mentiras. No puedes permitir que el miedo a la vida te prive de vivirla. ¿Tienes miedo de descubrir quién eres? ¡Menuda tontería! Serás quien quieras ser. Los papeles no están repartidos para siempre, y además, cambian con cada obra...
Así que hazme un favor, aparca las drogas y el alcohol, no me hables de las virtudes de la ayahuasca, esa droga para pijos, ni del blanco polvo que disuelve tabiques nasales o de las hojas milagrosas de los porreros. Guárdate tu propaganda de mierda y la mierda de la que haces propaganda.
Consumir cualquier tipo de droga es una confesión de impotencia y debilidad: te escondes en la droga. Las drogas no son para los jóvenes, para quienes pueden modificar su vida y adaptarse a los problemas; las drogas son un regalo de Dios para el enfermo terminal, el que sólo puede esperar y desear otro mundo mejor porque éste se le acaba ya y entre dolores. Un cáncer te devora, te quedan tres semanas antes de que las células malignas derroten los últimos esfuerzos de los médicos, pues tómate lo que quieras hombre… Pero que un chaval como tú se esconda de la vida, es de gallinas.
No busques fuera lo que tienes dentro. Bebe agua, haz deporte, lee libros. Déjate fluir... En un momento dado descubrirás lo que tengas que descubrir. Y seguirás adelante.