Vuelvo a ocuparme de mi blog

De paso recupero artículos míos en los desaparecidos portales suite101.net y asturiasliberal.org o artículos borrados de la versión electrónica de abc, preservados por archive.org o por la memoria caché de google.

LA CITA DEL MES: Cyrano de Bergerac

"Mais on ne se bat pas dans l'espoir du succès ! Non, non ! C'est bien plus beau lorsque c'est inutile ! "

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jueves, 15 de septiembre de 2011

¿Culo o nalgas?

¿Qué ves? ¿Un culo, o dos nalgas?
En francés el culo es cul, y las nalgas fesses. Vale. Tras una larga reflexión constatamos que un culo normalmente se compone de dos nalgas y que existe una identidad lógica entre 1 culo y 2 nalgas.
Lo curioso es que tendemos en español a emplear el singular culo y los franceses a emplear el plural nalgas. En inglés también se emplea más el culo en singular como ass o bottom o butt, y a las nalgas las llaman buttoks, que suena como botox, y hace falta ser bestia.
¿Qué revela esa elección sobre nuestras mutuas idiosincrasias nacionales? ¿Es el culo más rotundo que las nalgas? Cuestiones profundísimas que me han impedido dormir desde hace días...
Una observación más: el motivo clásico "La Venus del Culo Bonito", se escribe en francés, Vénus Callipyge, para dar facilidades ortográficas. En Español hay que decir Venus Calípiga, apostando por la sencillez y la eufonía. Suena bien, "una chica calípiga". Pues no, resulta que hay insufribles pedantes que escriben "Venus Calipigia" que suena peor que fatal. Decimos Calixto y no Calijtio. Calijtio sólo lo dice Bono. Será que son pijios y no pijos...

miércoles, 13 de julio de 2011

En memoria caben las cuatro letras de memo

75 años del asesinato
de José Calvo Sotelo

Hoy es el aniversario del asesinato de José Calvo Sotelo entre cuyos asesinos se contaron militantes del PSOE y, como es natural, muchos de los que están hasta las narices del guerracivilismo del Z y sus mariachis realizarán su propio ejercicio de memoria histórica.

Los ejercicios mnemónicos, en España, suelen ser ridículos porque se derivan de comportamientos y análisis esquizoides, y es que a la postre en memoria caben las cuatro letras de memo... Así que voy a desdoblarme como la chica fea de la foto e incurrir en la misma esquizofrenia dialogando conmigo mismo; luego tomaré hora con mi psiquiatra .

- Vamos a ver, Luis. No entiendo que dado el papel siniestro del PSOE durante la II República, al refundarse el socialismo español tras la guerra civil eligieran esas siglas en lugar de fundar algo nuevo. Fíjate que entre los asesinos más destacados de Calvo Sotelo, muchos tenían carné del PSOE...

- Que razón tienes, Luisito -me contesto con cariño- pero también eran católicos, ¿no? No iban a misa los domingos pero habían sido bautizados. Y como nuestra Santa Iglesia reclama el bautizo de los niños y considera suyos a los bautizados, pues ha de asumir que quienes quemaban conventos y asesinaban curas y monjas eran católicos, no practicantes, sin duda, pero católicos. Unos católicos asesinaron al católico Calvo Sotelo... Me dirás que los asesinos probablemente se hubieran carcajeado si les hubieran llamado católicos...

- Cáspita, Luis, mira que eres raro, a quien se le ocurre...

- No, si no se me ocurre a mí. Es un problema estructural de la Iglesia. Quiere representar al mayor número posible y por eso te bautizan sin pedirte la opinión, por aquello de salvarte a pesar tuyo. El Sr. Zapatero por ejemplo, bajo cuyo luminoso imperio hemos conseguido tan altas cotas de prosperidad y cordura, es católico puesto que lo han bautizado. Hizo su primera comunión y su confirmación. Se casó "por la Iglesia" cuando ya existía el matrimonio civil. Es un católico que hace leyes abortistas, leyes que suceden a las del católico Felipe González, leyes que no quitó el católico señor Aznar y ten la seguridad que no las quitará el católico Sr. Rajoy.

- A mí me encanta un reportaje gráfico que publicó Público en que ves fotos de Z en familia (se puede ver aquí e incluye la foto de la izquierda). El padre con su bigote, la madre, la abuela, el traje de primera comunión... Fotos de familia como conservamos todos en alguna caja de galletas. Fotos de una familia burguesa española de la España de Franco. Pero sigue con tu rollo, no quería interrumpirte...

- La Iglesia sufre una particular esquizofrenia -casi tan grave como la mía- y es que no quiere asumir que sus peores enemigos son sus propios y muchas veces involuntarios hijos. De una parte, la Iglesia es remisa a darte de baja, es decir, excomulgarte, y luego si tú quieres darte de baja, es decir, hacer tu apostasía, tampoco te dan facilidades. ¡Quieren conservarte con ellos, aunque te comas niños crudos o aparques en doble fila!

- Y en el redil meten a todos y de todo, ovejas negras, ovejas blancas, ovejas rosas, el mayor corral posible.

-El resultado es que los nazis eran católicos, y los que no eran católicos eran cristianos de otras confesiones. El propio Hítler era católico. Fue bautizado hizo la primera comunión y la confirmación (Pentecostés de 1904). Y los nazis eran en su totalidad cristianos, o católicos o protestantes, pero cristianos, tan cristianos como Karl Marx, que era luterano, o José Stalin que fue seminarista de la Iglesia Ortodoxa... Y lo más tremendo es cuando a los cristianos les da por matar en nombre de Cristo, que es como darle una vuelta de tuerca más a la maldad, la invesión total de valores, satanismo puro.

- En esa línea puedes decir que en la Guerra Civil española los responsables de ambos bandos eran católicos. Con la excepción de algún judío totalmente minoritario como Margarita Nelken, que por cierto, no practicaba su fe, todas las víctimas de la guerra y sus verdugos eran católicos o algún protestante como Atilano Coco (en la foto).

-Mais oui, mon petit Louis, lo has entendido. Por cierto, a Nelken la incluiste en el Parque de los Verdugos, y era una gran amiga de Fernando Condés, el responsable mayor del asesinato de Calvo Sotelo.

- Veo que vuelves al asesinato de Calvo Sotelo, ¿es culpable el PSOE de hoy de lo que hicieran los dirigentes del PSOE en el pasado?

-Digo más, ¿Es culpable el PSOE de ahora de la sublevación del 34, la quema de conventos, el asesinato de Calvo Sotelo, la milicianización de la zona republicana? ¿Es culpable el PSOE de ahora de Paracuellos, matanza ejecutada bajo el socialista Largo Caballero y atribuida a Carrillo, de las Juventudes Socialistas Unificadas?

- Hombre, si asumen las siglas, han de asumir la historia, ¿no? Fue un error, repito, lo de adoptar aquellas siglas.

- ¿Y por qué habrían de ser los únicos en asumir la historia o la responsabilidad? ¿La han asumido los otros, los herederos del bando nacional, los herederos de Franco?

- Pero Luisito mío de mis entretelas, ¿quiénes son los herederos de los nacionales? ¡Si somos todos los españoles! La España de 2011 es la heredera de la de Franco; la de Franco era heredera de la II República; la II República era la heredera de la monarquía de Alfonso XIII... Y no sólo me refiero a la continuidad de la nación, de las montañas y de los ríos, me refiero incluso a las familias. Tú busca y analiza quienes eran los papás de los actuales ministros socialistas y luego me lo cuentas. Ya tratamos el asunto cuando hablamos del abuelismo español. El PSOE es heredero del juancarlismo y de la Transición, como lo es Izquierda Unida o el PNV porque todos los partidos actuales -incluso los que se reclaman de un pasado anterior a 1936- se han constituido e inscrito en el registro de asociaciones durante la Transición y dentro de la legalidad entonces vigente que es, por cierto, la misma de ahora. Y la España de hoy es la de don Juan Carlos, que es el sucesor del Caudillo.

- Tu razonamiento me indigna, si aplicamos esa regla de tres, el Tercer Reich es el heredero de la República de Weimar y la Alemania actual heredera del III Reich.


- Pues claro. El pasado es inamovible. No lo puedes cambiar. Podrás criticar al testador, pero no puedes rechazar esa herencia que es tu propio país, esa herencia que eres tú mismo...

- Pero el Partido Popular, ¿no es acaso el heredero de la derecha franquista?

- No es más franquista que cualquier institución nacida durante la Transición. El PP se formó de nuevas con gente de viejas. Pero fueron más listos, no llamaron CEDA a su partido, ni lo llamaron Renovación Española, lo llamaron Alianza Popular y se refundó más tarde como Partido Popular. No le deben nada a la Guerra Civil por una cuestión de calendario.

- No me fastidies, Luis, en la gente del PP hay mucho franquista de corazón, empezando por el Sr. Fraga que fue ministro del Régimen y el ministro favorito del Caudillo durante años.

- Tabía peor, tocayo, candidato al Senado de AP por Madrid fue el carnicerito de Málaga, el ínclito Arias Navarro...

- ¿Ves lo que te decía? Si es que no hay por donde coger nada...

- Si hay por donde coger, se llama cristianismo. Consiste en entregarse a Jesús, en perdonar y en perdonarse, en reconocer la verdad y reparar, en romper la cadena siniestra del mal para hacer el bien, en no permitir que nos gobierne el hombre viejo, el hombre muerto, que somos nosotros mismos, tú y yo... La peor memoria histórica es la de uno mismo, todo ese inmenso depósito de basura que constituye nuestro pasado personal...

 - No pidas peras al olmo, España no es una nación cristiana. Las llamadas confesiones cristianas, ya sean católicas  o de otras salsas, ¿que tienen que ver con Jesucristo?

- Bueno, en realidad tienen que ver mucho: Dios es la meta, y cada uno se acerca como puede, a trancas y barrancas, y a veces crees que te alejas y estás más cerca, y otras veces es al revés... Y lo más divertido del asunto es que no sabemos si Dios existe o no, pero alimentamos nuestra fe con la esperanza... No sé a quién se le ocurrió lo de homo sapiens sapiens, más bien homo delirens chiflatens.

- Cambio de tercio. La gente de a pie es más interesante, siempre, que los dirigentes, no podemos atribuirle los pecados de los jefes. Los nueve millones de personas que han votado por el PSOE hace un mes no han asesinado a Calvo Sotelo. Ni lo asesinaron los miles y miles de militantes que tenía el 13 de julio de 1936.

- Según esa misma regla de tres, tampoco los votantes de Bildu han asesinado Gregorio Ordóñez ni a Miguel Ángel Blanco.

- ¿Ves lo que te decía?  Si es que no hay por donde cogerlo...

- Hombre, está la cuestión de la actitud. Lo grave del asesinato de Calvo Sotelo -además del asesinato en sí, que a una persona la arrancas de su casa, de su familia y la matas y le quitas todo lo que es y lo que podría ser- es que cuando días más tarde se produjo el Alzamiento, a Fernando Condés lo convirtieron en héroe en la zona republicana. Y cuando murió, le dedicaron su nombre a un colegio...

- Sí, lo grave del asesinato de Calvo Sotelo no es que a un señor lo asesinen, aunque sea un importante político, es la responsabilidad de los dirigentes del Frente Popular -incluidos los del PSOE- por no condenar e investigar el asesinato como se debía... El hecho de que los asesinos fueran Guardias de Asalto, es decir, funcionarios del Estado, obligaba todavía mas a tomar medidas urgentes y demoledoras. ¿Te imaginas que hoy llegara a casa de Rajoy, Rosa Díez o Artur Más un furgón de la policía, que se los llevaran no se sabe a título de qué y les pegaran un par de tiros en la cabeza? Eso exactamente fue lo que ocurrió.
- Bueno, Franco decía que Calvo Sotelo fue asesinado por el Gobierno. Lo dijo mil veces y lo repitió cuando Juan Carlos de Borbón se convirtió en su sucesor... Si quieres te leo el discurso, lo tengo fotocopiado. Y se quedó tan ancho.

- Franco y su pandilla eran unos desalmados, gente que mataba españoles o los dejaba matar por Hitler, en Mauhtausen, ya acabada la guerra civil.  Lo que dijera me da igual. Además, no es cierto que el asesinato de Calvo Sotelo se planificara en instancias gubernamentales. Lo grave fue que no se detuviera a los responsables. Y tampoco es cierto lo que algunos dicen que ese crimen desató la Guerra Civil. Sabemos que la sublevación se planificó desde mucho antes, se conservan los papeles de Mola al respecto...

- Oye, te recuerdo que tú estás loco y yo también, ¿qué logroño hago hablando conmigo mismo en lugar de tomarme un café? Que ya es tarde. Además me aburre hablar del pasado y especialmente de la Guerra Civil. Como decías tú en aquella preciosa conferencia que diste en La Coruña y que nadie recuerda, "Si quiere llegar a ser algo más que una vociferante nulidad, España debe mirar hacia atrás sin odio para poder mirar hacia adelante con esperanza".

- Por cierto, autoplagiario sin escrúpulos, eso también lo escribiste en Asturias Liberal en tu artículo sobre Memoria Histórica. Allí decías: "Algún día dejaremos de usar el dolor y la Historia como armas arrojadizas. Algún día miraremos hacia atrás sin ira, para poder mirar hacia adelante con esperanza".

- ¡Es verdad! Mecachis, ¡qué bien hablo, qué bien escribo, que bien me plagio! ¡Dame un abrazo, Luis! ¡Hazme el amor! ¡Poséeme!

- Te recuerdo que yo soy tú y tú eres yo. ¿Cuál es el más tonto de los dos? Anda, déjate de tonterías, y vente conmigo a dar una vuelta...

lunes, 10 de mayo de 2010

Mauthausen

En Mauthausen, con la complicidad de Franco, miles de españoles fueron asesinados por los nazis

Voy a hacer algo histórico, único, especial e irrepetible. ¡Voy a decir algo agradable de Zapatero! Sí, incluso Zapatero tiene alguna cualidad; hay alguna luz, en esa oscuridad... Me refiero al hecho de que bajo nuestro actual mandatario, por primera vez un gobierno de España se ha preocupado por la memoria de los miles de españoles exterminados en Mauthausen, -que llevaron ese triangulito azul con la S de Spanien- algo que no hicieron ni los gobiernos de UCD, ni los de Felipe González ni los de Aznar.
Me fastidia que el mismo Zapatero que se preocupa de la memoria de los exterminados en Mauthausen sea el mismo que tributa homenajes a Carrillo o que prostituye algo tan noble como la Memoria Histórica, como si le importaran tres narices las víctimas del otro bando. Pero no repetiré aquí lo que ya escribí en otro artículo, que la repetición es un síntoma de senilidad, y bastantes canas y arrugas me avejentan ya...

Exterminados con la complicidad de Franco
Como la liberación del campo de exterminio de Mauthausen se realizó el 5 de mayo de 1945, ayer pasaron por la dos de TVE un oportunísimo especial -obra de Alfonso Domingo, el biógrafo de Melchor Rodríguez- recordando a los miles de españoles asesinados por los nazis con la necesaria complicidad de las autoridades franquistas.
En aquella época, Franco era el aliado vergonzante de Hitler, y miles de españoles encuadrados en la División Azul luchaban "contra el comunismo" con uniforme alemán en las estepas de Rusia. Sin embargo, mientras unos españoles morían luchando por la victoria de Hitler, otros españoles eran congelados y hervidos vivos -así como suena- en el marco de las experiencias de los "médicos" del mismo Hitler.
Nunca en la historia se ha visto que un país permita a su aliado exterminar a sus compatriotas; precisamente el crimen original del franquismo consiste en considerar que los "rojos" no eran españoles y que por tanto en España no había Guerra Civil. [La primera vez que he encontrado la expresión es en un artículo de Antonio Olmedo Delgado, director durante años del ABC de Sevilla]. En la misma línea, Hitler consideraba que los judíos no eran alemanes.
Siempre me ha asombrado que un régimen como el de Franco que salvó a miles de judíos en Hungría del exterminio nazi, sin embargo aplaudiera el exterminio de su propia gente por extranjeros, pudiéndolo hacer él mismo. Recordemos que, asesorado por sus amigos alemanes, Franco convirtió algún campo de concentración en virtual campo de exterminio, aunque aquí no llegamos a estrenar cámaras de gas. El siniestro campo de Miranda de Ebro se llevó por delante a mucha gente, y entre otros a racimos de franceses enemigos de Vichy que cruzaban la frontera ilegalmente y se hacían pasar por "canadienses".
En eso consistía el patriotismo de Franco, el cristianísimo Cruzado que ponía banderas con la cruz gamada junto a la Virgen, sin considerar que Jesús y su Madre eran judíos...[Esa  extraordinaria foto de arriba la saqué de aquí]. El mismo patriota cinismo que emplearon en condenar por "auxilio a la rebelión " a los que no se alzaron; el mismo cinismo de la Ley de Responsabilidades Políticas, que te imputaba en 1939 lo que era perfectamente legal en 1936; el mismo cinismo con el que Franco, con su peculiar sentido del humor, imitaba a Fernando VII y le conmutaba a un reo dos de las tres condenas a muerte. Nunca he comprendido como no se han hecho más novelas o películas sobre ese monstruo, tomando chocolatito con picatostes, mientras firmaba penas y más penas de muerte...
Gracias a las hemerotecas digitales y blogs como "Todos los rostros" se van difundiendo fotografías extrarordinarias que investigadores como Javier Rodrigo, Mirta Núñez y tantos más van sacando de las cajas y colecciones públicas.

Mi historia personal con Mauthausen
Hace casi veinte años me conmovió mucho la lectura de la obra de Mariano Constante y Eduardo Pons Prades, Los Cerdos del Comandante, que ofrece interesantísimos detalles sobre el exterminio de miles de españoles, no sólo en Mauthausen sino en las islas anglonormandas. Los turistas que visitan Jersey o Guernesey ignoran que en el cemento de las construcciones dejadas por los nazis, están incorporados los huesos de cientos de españoles. Por lo visto los huesos hacen buen mortero, por lo del calcio.
Hace 18 años quise -como siempre sin éxito- que en Madrid hubiese una placa en memoria de los españoles asesinados en Mauthausen con la complicidad necesaria de Franco. También pedí -no hace falta añadir que sin éxito- un monumento en memoria de las vícitmas de ETA que por fin, con doce años de retraso se inauguró en República Dominicana a iniciativa de DENAES. También planteé -por pedir que no quede- la necesidad de un museo de la Guerra Civil como los que tienen los americanos. Naturalmente, no me hicieron caso. Nunca he sabido moverme bien con la gente de arriba, esos genios universales que adoctrinan el mundo con su talento inmarcesible. Será que tanta luz e inteligencia reunidas acaban por deslumbrarme.

INCISO Os  confesaré un secretillo: lo de escribir a concejales de cultura y tal no surte efecto. Sólo si vas acompañado de Fulano o Mengano te hacen caso, y las cosas funcionan así y no asá. Fijaros que hace cinco años que pedí una plaquita en memoria de Julián Juderías; que me expresó su apoyó la Real Academia de la Historia; que me molesté en molestar a distintos responsables y... no he vuelto a tener noticias. Yo con el Ayuntamiento de Madrid, sus pompas y sus obras, estoy gafado. Voy a dedicarme a escribir cartas al Alcalde "Excmo. Sr. sobre todo NO dedique una calle a Julián Juderías; NO se le ocurra recordar su natalicio en la calle de Goya; BAJO NINGÚN CONCEPTO recuerde con otra placa la casa de la calle Preciados en que entregó su alma a Dios". A ver si así consigo que me hagan caso. FIN DEL INCISO


Pero volvamos a 1995; el que sí me hizo caso fue Antonio Herrero, que en paz descanse. La COPE, el 5 de mayo de 1995, recordó a los españoles exterminados allá, en la lejana Austria. Pero fracasé rotundamente respecto del Ayuntamiento; tambien sugerí en aquel año a la Biblioteca Nacional que hiciera una exposición sobre libros relacionados con el tema de Mauthausen; ocioso será añadir que no me hicieron caso.
En aquella lejana época gobernaba España el Partido Socialista de Felipe González que no quería abrir el famoso melón de la Memoria Histórica. En el ayuntamiento de Madrid gobernaba el PP. Era el primer mandato de  Álvarez del Manzano.
En el fondo mi titanic personal no era más que el reflejo de mi indudable fracaso en la pretensión de escribir una historia de España que no esté alineada con los hunos y los hotros. En España a la gente lo que le gusta es leer que su abuelo tenía razón, y punto; hay que escribir para alguno de los dos bandos, en caso contrario, no vendes.

1994: medio siglo de Normandía y una carta de Solana
Inasequible al desaliento, poco después, cuando se conmemoró el L aniversario del Desembarco de Normandía,  me indignó que nada se hiciera para recordar a los españoles que liberaron París. Toda Europa estaba en las playas normandas, en junio de 1994,  pero de todas las banderas faltaba la española a pesar del enorme peso de los soldados españoles entre las fuerzas aliadas. Escribí a don Javier Solana —a la sazón Ministro de Asuntos Exteriores— rogándole que se hiciera algún acto en memoria de aquellos hechos. Me contestó el Sr. Solana el 16.6.1994 con una amabilísima misiva que no creo indiscreto reproducir a continuación, porque honra más a quien la escribe que a quien la recibe: “Estimado amigo: Pocas cartas en mi ya larga vida política me han conmovido como la que usted me dirige. La rapidez con la que se sucede la historia nos hace arrinconar en la memoria algunos de los momentos mas emocionantes que hemos vivido, y entre ellos la contribución anónima de muchos españoles que dieron su vida por liberar a Europa de la ocupación nazi con la esperanza de que con ello luchaban por su patria. Cuando el 14 de julio desfilen las tropas españolas en París, esta vez bajo nuestra bandera, en mi mente y en la del Presidente del Gobierno estarán los héroes españoles de la División Leclerc, y a ellos se les estará rindiendo merecido homenaje. Javier Solana”. Aludía el ministro al hecho de que en el tradicional desfile del 14 de julio de aquel año, desfiló un destacamento español junto a las tropas francesas. Diez años después, en 2004, se realizó un homenaje a los españoles de la 2ª División Blindada, pero no lo hacía el gobierno de González, ni el de Aznar, sino el de Zapatero.

El Partido Popular y la Historia
Llama la atención que un partido como el Popular que, contrariamente al PC, al PNV o al PSOE no participó en la Guerra Civil -entre otros detalles sin importancia porque en aquel entonces no existía- tenga tantos problemas para aceptar la Historia en su conjunto y evitar caer en provocaciones facilonas de sus rivales.
No entiendo por qué en Madrid seguimos sin Museo de la Guerra Civil, donde podría haber una sala dedicada a los fusilamientos y garrotes de los hunos y a los paracuellos de los hotros. No lo entiendo, y no lo entenderé en la vida.
Me diréis, con razón: "Bueno, pero es que hay mucho peposo hijo o sobrino de gente que estuvo con el bando nacional, por no hablar de nuestro presidente histórico el Sr. Fraga". Yo contesto que Fraga franquista será -hasta las cachas- pero no estuvo en la Guerra Civil, como sí estuvo Carrillo, por una cuestión de edad. Y el más franquista de todos, el sucesor de Franco que Dios guarde muchos años. Y franquistas en España han sido muchos, y sus retoños están ahora en todos los partidos de España, incluido claro está el PSOE de la (des)Memoria. La España de don Juan Carlos es la España de Franco, tras la Transición, igual que la España de Franco es también la de la II República, tras la Guerra, y la España de la II República era la de Alfonso XIII. Os confesaré un secreto masónico de grado 69: España sigue donde estaba, al sur de los Pirineos, ¡asombraros! Como en 1900, en 1492, en el 711... Es lo que tiene la puñetera geografía.
La victoria final de la Tercera España
Lo curioso del tema es que la Tercera España, la que no se identifica con las dos Españas terribles, la que perdió la guerra por partida doble -la España de Clara Campoamor-  sin embargo ha ganado la paz. Hoy el 99,99% de los españoles constituyen la Tercera España, no se identifican con los chequistas de un bando ni los pelotones de ejecución del otro. Entonces, ¿por qué esa apacible España está fuera de los medios de comunicación o del mundo editorial? Quizá algún día esa España nueva se desprenderá del lastre de sus complejos históricos, de esos retazos de España nueva y tratará de crearse un futuro asumiendo el pasado. Pero no sé si lo verán mis ojos... En cualquier caso, haría bien el Partido Popular en recuperar la expresión "tercera España" si no quiere que Rosa Díez se le adelante. Claro que ni siquiera Darwin podría contestar a la pregunta de si hay vida en Génova...
Luis Español Bouché

Las tropas aliadas en el campo de Mauthausen (5.5.1945)
Se puede apreciar la larga pancarta de bienvenida en español

viernes, 5 de febrero de 2010

El Parque de los Verdugos

La fama y memoria públicas parecen función de la sangre derramada.

Los de la Memoria Histórica están quitando un montón de estatuas del Invicto, y digo yo ¿qué harán con ellas? Tampoco es plan coleccionarlas: una estatua ecuestre del Caudillo puede pesar sus cinco toneladas y no hay álbum de sellos donde colocarla, así que con mi habitual generosidad brindo al Ayuntamiento la idea de aprovechar estos tiempos de bonanza económica para poner en pie un Parque de los Verdugos. Así, a las estatuas del Generalísimo les sumaremos las de Negrín y Largo Caballero, Iñaki de Rentería, Fernando VII o los “reyes” carlistas; también podemos pedirle a Bibiana Aido que pose con algún protobebé disecado. Y es que en semejante Parque, jóvenes y menos jóvenes aprenderían historia por ósmosis en medio de la galería de monstruos que constituyen la flor y nata de nuestro glorioso pasado, brillante presente e inmarcesible futuro. No me digáis que no sería conmovedor ver a las parejitas comerse a besos a la benigna sombra del Cura Santa Cruz o del General Queipo de Llano, perderse por el paseo de Margarita Nelken o disfrutar de una horchata en el Quiosco Fernando VII.
¿Y qué me decís de nuestros dulces reyes medievales? Fijaros sólo en los Ramiros segundos, el afectuoso Ramiro leonés que sacó los ojos a su hermano y a sus primos o el otro Ramiro, el aragonés, el de la Campana de Huesca... Ya imagino la Rosaleda de los Ramiros, la que desemboca sobre el Parterre del rey don Pedro... En ese Parque nuestros niños aprenderán que matar españoles siempre ha constituido un noble deporte amén de un próspero negocio que aporta toda suerte de réditos, y es que España recuerda con verdadero cariño a sus verdugos. No entender esa verdad es negarse a aceptar la dramática evidencia de nuestro discurrir histórico. La iniciación de todas nuestras figuras nacionales empieza con un holocausto, y el hispanicidio es una condición sine qua non para alcanzar la fama. No busquéis en Madrid estatuas en memoria de hombres de cultura y de paz como Julián Juderías, Julián Marías o Jiménez Fraud. No las encontraréis; por algo será: la inteligencia es sospechosa y la bondad repulsiva.

En nuestro parque tendremos la Avenida del Facherío, que ha hecho sobrados méritos. Y no hace falta memoria zapatera: Franco y su pandilla mataron españoles a patadas, usaron unidades de élite para liberarnos y desde el primer momento de sublevación, iniciaron una larguísima represión que incluyó miles de fusilamientos y la muerte en prisión por enfermedad de otros tantos miles de prisioneros (entre otros Besteiro y Miguel Hernández)

Naturalmente, nuestra parque tiene que ofrecer una Glorieta del Rojerío. A Largo Caballero, presidente del Gobierno cuando la matanza de Paracuellos, le pusimos en Madrid calle y estatua, igualito que a Prieto, que tuvo su papel en la cruenta sublevación de Asturias que tanto daño hizo a la II República. Pues trasladamos las estatuas de ambos a nuestro Parque, y en paz. Bajo el gobierno de Negrín, fue exterminado el POUM y secuestrado ¡en la cárcel! y más tarde asesinado, Andrés Nin. ¿Cómo es que Negrín no tiene todavía estatua? ¿Eh? ¡Hay que fundirla ya mismo! En cuanto a la ya referida Nelken, ángel exterminador de la retaguardia, tan amiga de Fernando Condés, uno de los asesinos de Calvo Sotelo, nadie podrá negarle el mérito de haber abogado por el exterminio de las mujeres de derechas, en un alarde de feminismo.

Imprescindibles, los Jardines de la Boina Roja, en honor de los pretendientes carlistas que asolaron España en distintas ocasiones en nombre de la Santa Tradición, tradición auténtica, podríamos añadir, ya que nada más tradicional para nuestros verdugos, que andar decorando árboles con ahorcados y tapias con fusilados. Si existe el Árbol del Pan, y el Árbol del Queso, seguramente existirá un Árbol de la Boina, con las raíces hundidas en la Ignorancia y los frutos teñidos en sangre...

Y no le negaremos a los hermanos Bonaparte un estanque al menos tan grande como el del Retiro. Considerad su admirable matanza de españoles... ¿Cómo quedó España tras la guerra de Independencia? Poca coba le dio Vallejo Nájera en su libro a ese José I que dejó España asolada -llegó a perder la décima parte de su población - pero se acordó de rapiñar las joyas de la Corona.

El monumento al Hijoputarri es inevitable; ETA ha hecho suficientes méritos para ello. Matar 828 españoles puntúa, aunque no sea gran cosa comparado con los grandes hispanicidas de nuestras guerras, pero bueno, hay que reconocerles a los etarras cierto mérito mediático: en lugar de matarlos de golpe lo hicieron poco a poco, para molestar durante más tiempo.

Un jardín de bonsáis recordará la labor de los abortistas que se han cargado un millón y pico de españoles por nacer en los últimos treinta años. El bonsai es también una criatura a la que no dejan desarrollarse sino que por medio de sabias torturas y refinados tormentos es reducido al estado de arbusto ornamental. Sin duda algún día esos menguelcitos de quirófano tendrán su monumento en nuestro Parque y les tributaremos generosos homenajes.

La fórmula de Mirameba

Iba a concluir con la siguientes líneas: ¡Honor a nuestros amos! Que nuestra sangre, vertida en abundancia proclame bien alto su perenne gloria; con razón nos recordaba el otro día Bin Laden: “Quien bien Osama os sabrá matar”.  Sin embargo me he dado cuenta del gran escollo que amenaza la flotabilidad de mi proyecto, y es que todavía no sé cuántos españoles hay que matar para pasar de asesino corriente a padre de la patria: ¿cuántos muertos vale una calle? ¿y una estatua? Se lo consulté a Mirameba, en el Ateneo, y me dijo que él ya había resuelto el problema, que lo que hay que combinar son el número de víctimas, con el número de páginas de Google y los litros de sangre derramados. Su ecuación ha recibido el nombre vulgar de Mirameba's Equation of Mass Killer Celebrities, y no la reproduzco porque entran en ella gradientes de vectores deslizantes y tensores diferenciales...
Mi consocio me reprocha centrarme en el caso español y me dice que Parques de Verdugos tienen que tenerlos todos los países, que en todas partes cuecen habas o empalan gente, según la época, que me fije en mi otra patria francesa, la de calles que tienen reyes homicidas, o los méritos de los revolucionarios de 1793; que al lado de la matanza de Vendée, nuestras guerras civiles fueron una gamba a la plancha y concluyó, arreándome un par de collejas, que haría mejor en fijarme en los defectos de los demás antes que en los propios: "Parece mentira, don Luis, Vd. precisamente Vd. consolidando nuestra Leyenda Negra. Qué pasa, Vlad el empalador, ¿acaso era español?"
¡Qué duda! ¿Tendrá razón Mirameba? ¿Serán la escabechina y la sangría especialidades internacionales de los líderes y no sólo una circunstancia más de nuestra idiosincrasia?
Tenemos que llevar a cabo algún experimento. Esta mañana he afilado mi hacha, pensando en mis amigos, todos esos queridos compañeros que van a sacrificarse para consolidar mi fama: quedamos en la puerta del Retiro a las doce.
Luis Español Bouché

martes, 14 de octubre de 2008

Liberales sí, franquistas no

Criticar una postura no significa elogiar la contraria

No quisiera tener que repetir lo que ya expresé en un artículo sobre la Memoria Histórica. Precisamente, lo que menos le perdono al actual gobierno, además de su desprecio por la vida de los no-nacidos, es su morbosa tendencia a evocar la España del 36 en lugar de  resolver los problemas de la del 2008, dando alas a aquellos que viven en el pasado o del pasado.

Dos Españas igual de mentirosas

El revisionismo que nos pinta una II República celestial y una izquierda inocente de toda culpa, ha despertado a los revisionistas azules, a los propagandistas de Franco, de sus pompas y de sus obras, que le ponen cuernos y rabo a los republicanos. Ambos revisionismos son igualmente mentirosos y fanáticos, y cada cual tiene su hinchada, su público y sus lectores

Franquistas de razón, de corazón y sociológicos
Así, en España quedan todavía millones de personas con sentimientos franquistas. Se trata de gente que realmente cree que Franco hizo cosas bien, que nos salvó del comunismo internacional y tal. Muchos de ellos han vivido en directo o a través de los relatos de sus familiares las atrocidades cometidas en la “zona republicana” —en particular la persecución anticlerical— y recuerdan conmovidos el momento en que se acabó aquel terror y empezó el otro, el que no les afectó a ellos, sino a los vencidos.
La gran mayoría de los franquistas en España son franquistas de corazón. Se suman a ellos un puñado de franquistas de razón, empezando por los más respetables que son los bien nacidos, es decir, los agradecidos: de todos los que hicieron buenos negocios gracias al Régimen, algunos, demasiado pocos, tienen el pudor de no hablar mal de quien les hizo ricos. Finalmente existen numerosos franquistas sociológicos: los últimos quince años del Régimen, merced a los gobiernos tecnócratas, fueron prósperos. España creció, se asentó la Seguridad Social, se consolidó una clase media y pudieron regresar los millones de emigrantes que el primer franquismo, el de la autarquía, había condenado al exilio económico.
En aquella época el trabajo era seguro, el paro mínimo, no existía la delincuencia callejera y se podía uno comprar un piso con el sueldo de dos o tres años, mientras que ahora es imposible, como patentiza la actual crisis. Resulta lógico que ese periodo sea recordado con simpatía por muchos de quienes lo vivieron, simpatía a la que no es ajena la nostalgia por la juventud perdida, con sus playas, sus moças de corpo dourado y las mejores canciones de toda la historia. Para la mayoría, los sesenta fueron años alegres

La España de hoy también es la España de Franco
Los sentimientos pertenecen al ámbito privado, pero los artículos de opinión no. Nuestro compañero en liberalismo, Pedro López Arriba, se quejaba del tufo profranquista de un artículo publicado en Asturias Liberal. Leído el artículo de marras la verdad es que me molesta más que se llame cobardes a los vencidos en la Guerra Civil que la exaltación de un personaje como Franco, dado que la España de hoy es la España de Franco, nuestro Rey es su sucesor y la estructura económica y social de nuestro país es en gran parte la que heredamos de 37 años de dictadura que son 37 años de historia de España, nos guste o no.
La Transición no fue una ruptura con el franquismo, fue un cambio a otra cosa desde el franquismo oficial. La genialidad de la Transición consistió en que un ex-ministro de la dictadura como  el Sr. Fraga se compraba un bombín en Londres y se nos convertía en demócrata, mira tú qué bien; en que el marqués de Paracuellos se volvía jovial y simpático y en que el carnicerito de Málaga, siempre tan sensible, dejaba caer una lagrimita al anunciar la muerte del dictador. Reconozcámoslo: la Transición fue una comedia estupenda, un milagro permanente que deja corto al de Santo Domingo de la Calzada, cuando cantó la gallina después de asada. Lo fascinante de la Transición es que si hubiera que repetirla, probablemente habría que seguir los mismos pasos, esa mezcla de cinismo y de amnesia, pero sobre todo de inteligencia, que permitió traer el sin duda mejorable pero nunca bastante alabado régimen de libertades que todavía disfrutamos.

El facherío que se presenta como liberal

Uno de los fenómenos más preocupantes del liberalismo español es la cantidad de fachas que, para hacerse con algún tipo de tarjeta de visita presentable, no dudan en presentarse como liberales. Como el facherío ha sido incapaz de crearse una base política sólida —hay tantas Falanges como falangistas, ni se sabe cuántos partidos carlistas y luego un buen montón de gente rara que pega voces— los fachas se apuntan a lo que encuentran y se infiltran donde les dejan. Debiera ser obvio que no se puede ser franquista y liberal al mismo tiempo. No existe un fascismo liberal igual que no existe un socialismo liberal, ni un comunismo liberal, ni un carlismo liberal. Los estatalismos y los integrismos sólo a regañadientes toleran la libertad. Ya he recordado aquí el aborrecimiento de los “nacionales” por los liberales y cómo acuñaron aquel horrible mostrenco, demoliberal, que siguen utilizando algunos catedráticos de derecho político españoles, no precisamente ilustrados.

Antifranquistas... después de Franco

Escribir contra Franco en el 2008 suena a exhibición de Capitán Araña. Antifranquista había que serlo en 1938, 1948, 1958, 1968 y si me apuráis, incluso en 1978. Pero el artículo dominical de Pedro López Arriba —que, por cierto, fue antifranquista en tiempos de Franco y tuvo el honor de ser procesado por el TOP en el 75— nos recuerda que si Franco ha muerto, su club de fans sigue vivo y que los liberales tenemos la obligación de marcar posiciones si no queremos que un anti-izquierdismo global acabe asimilándonos con el facherío.



El peculiar patriotismo de Franco
En primer lugar, nunca he comprendido que personas patriotas y leídas alaben el patriotismo de Franco, y no me refiero sólo a la gran traición que supuso el Glorioso Alzamiento Nacional. Franco fue un general que utilizó cuerpos de élite de nuestro ejército como Legionarios y Regulares para matar españoles, que organizó una Cruzada a base de tropas moras, que instauró una interminable represión y que acabó con la Edad de Plata de la cultura española; Franco fue un africanista que no dudó en ceder el Rif a Marruecos —incluido el Gurugú, regado de sangre española— dejando inermes a Ceuta y Melilla, y que para hacerse aceptable no dudó en ofrecer a los Estados Unidos un montón de Gibraltares en forma de bases americanas. La España franquista ocultó la guerra de Ifni, fue incapaz de conservar el Sahara con sus valiosísimos fosfatos y regaló al ínclito Macías y a su familia la más rica provincia de África.
El patriota Franco ganó su guerra contra los otros españoles, pero perdió la totalidad de sus aventuras exteriores, empezando por la invasión de Rusia como socio vergonzante de Hitler, siguiendo por el ya referido Ifni y acabando con el Sahara, cuando ya no era más que un espectro pero gobernaba en su nombre Arias Navarro. Trituró el ejército peor que cualquier Azaña, humillándolo, convirtiéndolo en una especie de gran policía armada, sin recursos ni medios.
Esa brillante política impidió que España ingresara entonces en una alianza entre iguales como la OTAN, así que tuvimos que subordinarnos a un mero papel de comparsa de los EE.UU. Dicho vasallaje fue incapaz de conseguir para nuestra patria ayudas equiparables a las del plan Marshall, y España tuvo que esperar a que transcurrieran veinte años de autarquía para recuperar el nivel económico del que gozaba en 1936.

Algo bueno hizo Franco, y es que su régimen salvó más judíos que cualquier otro país de Europa y acogió a miles de pieds noirs huidos de la saturnal argelina, como subraya Gastón Segura en un libro estupendo. No deja de resultar asombroso que el mismo régimen que amparó a miles de hebreos en Hungría, entregara sin embargo a miles de republicanos españoles —mujeres y niños incluidos— a los hornos de Mauthausen. Hasta allí llegó el patriotismo de Franco: no sólo exterminó él mismo a millares de españoles sino que toleró que una nación aliada y amiga, la Alemania de Hitler, acabara con la vida de miles de compatriotas en sus campos de exterminio… Con patriotas como Franco, ¿quién necesita traidores?



Franquistas y chaqueteros

Añadiremos que el análisis del franquismo permite decir que lo peor de Franco no fue, con todo, el propio Franco sino el franquismo oficial, esa gusanera de camisas azules que evolucionaron en demócratas y que fueron los padres de la Transición. Los que despedazaron España en nombre del principio autonómico eran los mismos de la España Una, chaquetas viejas que supieron renovar el vestuario, afeitarse el bigote y dejarse la barba progre…
Para concluir esta larga diatriba, afirmo que condenar el franquismo no significa ensalzar al régimen derribado por la Guerra Civil ni aplaudir a ningún chequista. Condenar las matanzas y asesinatos llevados a cabo en la “zona republicana” tampoco significa extender una patente de inocencia a los franquistas.
Pero eso resulta difícil de entender en España: corazones duros y molleras de granito.
Luis Español Bouché
Publicado el 14.10.2008 en Asturias Liberal